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murió dennis hopper


Actor. Director de ‘Busco mi destino’, se convirtió en un marcador generacional.
[Adam Bernstein] Murió el 29 de mayo en su casa en Venice, California, Dennis Hopper, el actor y director cuya película independiente sobre dos amigos moteros ‘Busco mi destino’ [Easy Rider] hizo una inesperada fortuna explorando la contracultura de fines de los años sesenta y cambió Hollywood ayudando a abrir las puertas a directores jóvenes, como Steven Spielberg y George Lucas. Tenía 74 años.
Hopper, que disfrutó del resurgimiento de su carrera en los años ochenta y noventa representando a alcohólicos y convincentes psicópatas en películas como ‘Hoosiers, más que ídolos’ [Hoosiers], ‘Terciopelo azul’ [Blue Velvet] y ‘Speed, máxima potencia’ [Speed], se enteró el año pasado de que tenía cáncer a la próstata.
‘Busco mi destino’, estrenada en 1969, fue definida a menudo como un marcador generacional, una película con una vibrante banda sonora de rock y llena de imágenes alucinógenas destinadas a evocar la rebelde contracultura juvenil.
Como su director, co-estrella y co-guionista, Hopper llamó a la película su "discurso sobre el estado de la Unión" sobre un país al borde de la destrucción debido a la Guerra de Vietnam, los asesinatos políticos, los prejuicios, la intolerancia y la codicia. Él, el actor Peter Fonda y el guionista Terry Southern compartieron la nominación al Oscar al mejor guión original.
Financiada independientemente, ‘Busco mi destino’ costó menos de medio millón de dólares y recaudó decenas de millones de dólares. Este éxito asombró a los ejecutivos de muchos estudios de Hollywood, que estaban perdiendo dinero a manos llenas después de años de producir fracasos como el musical ‘Doctor Dolittle’ [Dr. Dolittle].
El éxito económico de la película "señaló un cambio radical en Hollywood, obligando a los jefes de los estudios a acoger a la nueva ‘audiencia juvenil’ y a ofrecer empleo a otros directores jóvenes, incluso desconocidos, dijo el crítico e historiador de cine, Leonard Maltin.
A ‘Busco mi destino’ se le atribuyó haber contribuido a lanzar el ‘Nuevo Hollywood’ de los años setenta con el surgimiento de directores jóvenes como Spielberg, Lucas, Martin Scorsese, Francis Ford Coppola y Peter Bogdanovich.

Director Novato
‘Busco mi destino’ fue la primera película de Hopper como director. Había empezado su carrera cinematográfica como una promesa, con James Dean en ‘Rebelde sin causa’ [Rebel Without a Causa] (1955) y ‘Gigante’ [Giant] (1956). Pero su reputación por sus problemas con el abuso de drogas y sus conflictos con directores veteranos habían provocado que los principales estudios dejaron de ofrecerle papeles.
Para mediados de los años sesenta, Hopper estaba llamando a la puerta de American International Pictures, un estudio que se especializaba en películas sobre moteros, drogas y fiestas en la playa. Lo despertó un día una llamada tarde por la noche de Fonda, un actor colega de la AIP, con la idea de hacer ‘Busco mi destino’. No fue fácil convencer a los ejecutivos, incluso a los de AIP, para que financiaran una película que mostraba como héroes a moteros metidos en el mundo de la drogas.
"Mi plan es que la dirijas tú, yo la produzco, la escribimos a dos manos y seremos ambos protagonistas, y ahorraremos algo de dinero", le dijo Fonda a Hopper, de acuerdo al libro de Peter Biskind, ‘Easy Riders, Raging Bulls: How the Sex-Drugs-and-Rock ’n’ Roll Generation Saved Hollywood’.
Fonda trajo a su amigo Southern, novelista y experimentado guionista, para darle forma al guión. Fonda y Hopper encontraron inversores independientes para financiar el proyecto, y un importante estudio, Columbia, se encargó de la distribución de la película.
La historia giraba sobre dos dealers de poca monta (Hopper y Fonda) que vendían cocaína en México y luego cruzaban el país en moto en dirección al Mardi Gras de Nueva Orleans. En el camino se encontraban con hippies, personajes marginales y fanáticos intolerantes.
Fonda fue Wyatt, apodado Capitán América, y Hopper era su compinche Billy; los nombres debían evocar a las estrellas de las películas de vaqueros, Wyatt Earp y Billy the Kid. ‘Busco mi destino’ convirtió a Jack Nicholson en una estrella, en cuyo papel secundario fue un abogado alcohólico que se une a los moteros.
La película catapultó a Hopper al centro de la elegante intersección entre arte, diversión y política que incluía a sus amigos Bob Dylan, al productor Phil Spector y a los artistas pop Andy Warhol y Roy Lichtenstein. Pero la adicción a las drogas de Hopper y otros problemas personales hicieron casi imposible que el actor repitiera el éxito de ‘Busco mi destino’.
Su siguiente película ‘La última película’ [The Last Movie] (1971), fue un fracaso que sólo recaudó un millón de dólares. La trama giraba sobre un equipo de rodaje de Hollywood tratando de filmar una película de vaqueros en Perú. Hopper era un doble que terminaba crucificado por los aldeanos.
Hopper volvió a Los Ángeles con una impresionante cantidad de metraje en cuya edición se trabajó durante más de un año. Los jefes del estudio estaban horrorizados y ordenaron a Hopper que revisara la película. ‘La última película’ ganó un importante premio en el Festival de Cine de Venecia en 1971 en Italia, pero Hopper consideró angustiante la experiencia de perder el control de su película.

Internado en un Hospital Psiquiátrico
Se retiró a vivir en una comuna en Nuevo México, donde montaba juergas con ron, tequila y cocaína, y finalmente sufrió un ataque de paranoia durante el cual empezó a disparar hacia fuera con una ametralladora que guardaba en su casa. Aceptó algunos papeles, siendo recordado por su rol como fotógrafo drogadicto en la Guerra de Vietnam en la película de Coppola, ‘Apocalipsis ahora’ [Apocalypse Now; Apocalipsis Now] (1979), pero su carrera se estancó. En 1984 fue internado en un hospital psiquiátrico en Los Ángeles después de sufrir una violenta alucinación.
Hopper describió este periodo como el punto más bajo de su vida. Dijo que dejó las drogas duras y la bebida y decidió canalizar su "compulsiva" personalidad en otra dirección, sobre todo trabajando. Fue nominado a un Oscar por su papel secundario como un entrenador alcohólico en el drama de baloncesto ‘Hoosiers, más que ídolos’ (1986), con Gene Hackman y dirigió el drama policial ‘Colors’ (1988), con Sean Penn y Robert Duvall.
En general, Hopper se especializaba en retratar a personajes intensamente raros, lo que llevó al crítico de cine Roger Ebert a llamarlo el "malo de la película más fiable y ciertamente el más espeluznante".
El actor fue un ermitaño manco en ‘Instinto sádico’ [River’s Edge] (1987), un asesino a sueldo en la película negra de bajo presupuesto ‘Conspiración en Red Rock West [Red Rock West] (1994) y el terrorista demente que amenaza a Keanu Reeves en la popular película de acción ‘Speed, máxima potencia’ (1994).
La actuación más extravagante de Hopper fue como un sádico esnifador de gasolina llamado Frank Booth en ‘Terciopelo azul’, de David Lynch. "Era simplemente el degenerado de clase media promedio. Eso lo entendía. Yo he sido un degenerado de clase media la mayor parte de mi vida".

Rebelde sin Causa
Dennis Lee Hopper nació el 17 de mayo de 1936 en Dodge City, Kansas, donde su padre era un empleado postal de ferrocarriles. Se crió en San Diego, fue aprendiz en La Jolla Playhouse y se marchó a Hollywood con el apoyo de la actriz de cine Dorothy McGuire, a la que conoció en el teatro.
En 1955 consiguió un papel fundamental como pandillero en ‘Rebelde sin causa’ [Rebel Without a Cause], con Dean, al que adoraba.
"Yo era un muy buen técnico, pero Dean era tan libre y creaba todas esas cosas maravillosas", dijo Hopper al Chicago Tribune en 1990. "Así que lo cogí durante la escena de ‘Chickie-run’ y lo metí al coche, y le dije: ‘Pensaba que yo era el mejor, pero ahora que te veo, sé que eres el mejor, y ni siquiera sé qué estás haciendo’.
"Me dijo: ‘Bueno, tienes que hacer cosas, no mostrarlas. Tienes que beber un trago de tu vaso, no actuar que estás bebiendo. No tener ideas preconcebidas. Acercáte a algo siempre modo diferente’. Para mí, eso fue el principio de un montón de problemas con los directores".
Hopper fue el hijo de Rock Hudson y Elizabeth Taylor en ‘Gigante’. Entonces, cuando unos años después hacía una película de vaqueros, Hopper se puso a pelear con el veterano director Henry Hathaway sobre cómo hacer una escena. Hopper estropeó las 87 tomas que se hicieron de lo que debía ser la lectura de una sola frase.
Hathaway amenazó a Hopper con cerrarle las puertas de Hollywood, y tuvo bastante éxito, pese a que el actor logró conseguir papeles secundarios en ‘La leyenda del indomable’ [Cool Hand Luke] (1967) y, para su sorpresa, ‘Valor de ley’ [True Grit] (1969), de Hathaway.
Los matrimonios de Hopper con Brooke Hayward, la actriz Daria Halprin y la bailarina Katherine LaNasa terminaron todos en divorcio. También estuvo ocho días casado con Michelle Phillips, del grupo musical The Mamas and the Papas.
"Siete de esos días fueron bastante buenos", dijo. "El octavo fue el malo".
En enero, mientras era tratado por su cáncer, pidió el divorcio de su esposa durante catorce años, la actriz Victoria Duffy.
Entre los sobrevivientes se encuentra una hija de su primer matrimonio, una hija del tercero, un hijo del cuarto y una hija del quinto.
Hace poco Hopper fue uno de los actores principales del drama de televisión ‘Crash’ de la red por cable Starz, y anunciador comercial de la financiera Ameriprise Financial. Trabajó como actor de voz para la compañía Navtones, que se especializa en voces de famosos para sistemas de navegación GPS. La página web de la compañía dice que su voz "brinda comodidad al viajante".
Los críticos han debatido sobre ‘Busco mi destino’. Pauline Kael llamó el tono oscuro de la película y su violento final una "paranoia sentimental" en una época en que "estaba bien decir que no podías ganar, que todo estaba amañado y no se podía hacer nada".
Hopper contó una vez al Washington Post que Bob Dylan también pensaba que la película pudo haber sido mejor. "Dylan no quería que muriéramos al final", dijo. "Estaba realmente conmocionado de que Wyatt y Billy tuvieran que ser asesinados y dijo que era un final escandaloso. Dijo: ‘¿Te acuerdas del helicóptero al final? ¿Por qué no haces que vuelva y le dispare a los palurdos en el camión?’ Dylan quería que ganaran los buenos".

Alexander F. Remington contribuyó a este artículo.

1 de junio de 2010
30 de mayo de 2010
©washington post
cc traducción mQh
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