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el último prófugo de la cni


[Luis Narváez y Javier Rebolledo] El ex carabinero Iván Quiroz escapó hace tres semanas. El último prófugo de la CNI.
Santiago, Chile. Huye solo, está armado y no quiere cumplir su condena de 10 años de cárcel por los asesinatos de la Operación Albania. Investigaciones le sigue el rastro, pero saben que es un hombre con experiencia y, a diferencia de Raúl Iturriaga, no está dispuesto a entregarse pacíficamente.
Uno fue militar, el otro carabinero; uno tiene ahora 70 años, el otro 50; uno es padre de familia, el otro no tiene hijos; uno fue de la DINA, el otro de la CNI; uno llegó a ser general, el otro se fue a retiro como coronel; el militar nunca apretó el gatillo; el carabinero, sí.
Pese a ello, hay algo que une al general (R) de Ejército Raúl Iturriaga Neumann y al coronel (R) de Carabineros Iván Raúl Belarmino Quiroz Ruiz. El primero estuvo 54 días prófugo, antes de ser capturado y llevado a una prisión para cumplir condena por violaciones de derechos humanos. Quiroz, en tanto, lleva 23 días evadiendo la justicia, porque no quiere cumplir la sentencia de 10 años de cárcel por los homicidios de la tristemente recordada Operación Albania, el operativo con que la CNI liquidó a 12 miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez en 1987.
Quiroz está armado y tomó la decisión de no entregarse en caso de que lo capturen. Además, está furioso, pues afirma que es uno de los agentes represivos que se "ensució las manos con sangre", cuando Álvaro Corbalán, jefe operativo de la CNI, roncaba en la institución. Además de la llamada ‘matanza de Corpus Christi', también pende sobre él otra condena de 13 años de cárcel a punto de hacerse efectiva por los asesinatos del periodista José Carrasco y otros tres militantes de izquierda: Gastón Vidaurrázaga, Felipe Rivera y Abraham Muskatblit.
Tras la fuga de Quiroz, Investigaciones ha desarrollado un complejo operativo para dar con su paradero. Sin embargo, su huida no fue una sorpresa, porque antes que las condenas se hicieran efectivas, y con el recuerdo fresco de la aventura de Iturriaga, se comentaba en círculos castrenses respecto a quiénes no estaban dispuestos a entregarse a la justicia. Y de todos los condenados por Albania, las sospechas siempre se inclinaron por Quiroz. Ni siquiera el ex uniformado de mayor rango condenado, el general (R) Hugo Salas, tuvo amagos de rebeldía. Pese a ello, la Brigada de Asuntos Especiales y Derechos Humanos de la policía civil tenía localizados a todos los agentes de la CNI, menos al ex oficial de Carabineros.

El Cerco
El trabajo no ha sido fácil. Quienes conocen a Quiroz saben que tiene una amplia experiencia en las calles. También juega a su favor su minúsculo círculo familiar directo: no tiene hijos ni una pareja estable. Además, ha sido bastante más hábil que Iturriaga, quien cometió bastantes errores en su huida. Hasta donde se sabe, Quiroz no ha tenido ningún contacto ni directo ni por e-mail o teléfono con sus parientes. Tampoco existen movimientos bancarios ni uso de tarjetas, y ni siquiera registra un teléfono celular a su nombre, aunque no se descarta que esté usando el de algún cercano, el mismo que podría estar asistiéndolo económica y logísticamente.
Desde antes de su fuga, los detectives han vigilado los lugares que frecuentaba habitualmente y en otros donde se le vio en forma esporádica. Durante todo este tiempo, además, el ministro a cargo de los casos contra los ex agentes de la CNI, Mario Carroza, se ha reunido con los detectives a cargo de la captura de Quiroz. El magistrado señala que está conforme con las acciones, ya que el equipo de búsqueda, a cargo del subprefecto Mario Zelada, es el mismo que ha investigado por varios años casos como Albania, el crimen de José Carrasco y el de los cinco frentistas desaparecidos en 1987. "Son los policías que más conocen a Quiroz, su historia y su perfil", aseguró Carroza.
Pese a que a comienzos de semana trascendió que se había perdido todo rastro del prófugo, la policía maneja al menos tres hipótesis para su ubicación, una de ellas que no es posible revelar es la más poderosa. Además, y aunque la posibilidad de que Quiroz haya salido del país estaba prácticamente descartada, el juez dictó una alerta de captura internacional, por si el revuelo que ha causado su escape en la prensa pudo haberlo impulsado a buscar impunidad al otro lado de la frontera.

El Protegido
Quiroz, al igual que algunos oficiales de menor rango que durante la dictadura estuvieron a cargo de las acciones más sangrientas de la CNI, está molesto con los mandos superiores. Se siente abandonado y cree que no se ha reconocido que actuó siguiendo órdenes. Por lo mismo, se indignó tanto cuando en 1995, y mientras ostentaba el grado de coronel, su carrera fue truncada abruptamente por el alto mando de Carabineros. Dicha acción se enmarcó en una especie de ‘limpieza' que la institución hizo de todos aquellos cuadros involucrados en violaciones de los derechos humanos, y que pudieran ser objeto de procesos judiciales.
Iván Quiroz Ruiz llegó a la CNI en 1983, y su carrera allí pronto fue en ascenso. Era camarada de armas del agente Francisco Zuñiga ("Gorka") y lugarteniente de Álvaro Corbalán. La investigación por la Operación Albania estableció que el nombre operativo o chapa de Quiroz en el organismo era ‘Capitán Velasco', y todos los subalternos lo sindicaron como el segundo hombre, tanto en aquel operativo como en el que terminó con la vida de José Carrasco y los otros militantes de izquierda.
Mientras estuvo en el organismo, Carabineros eliminó a Quiroz de sus registros. Pero una vez disuelta la CNI, en 1990, fue reincorporado a la Dirección de Bienestar de la institución. Cuando apenas habían pasado unos meses desde el retorno a la democracia, el presidente Patricio Aylwin lo condecoró con la Medalla Misión Cumplida, por sus servicios durante las elecciones. Cuando el ministro Hugo Dolmestch tomó el caso Albania, en 1998, y logró aclarar la participación de los agentes y sus verdaderas identidades, Quiroz fue el primero en declarar ante el juez. Y cuando el magistrado dictó el primer procesamiento, el 27 de julio de ese año, el oficial de Carabineros estaba incluido en la decisión. Pero Quiroz no se presentó y se declaró en rebeldía.
El ministro Dolmestch, entonces, le dio un plazo de 30 días para presentarse antes de pedir su captura. Cuando iban 28 días, el policía apareció voluntariamente en el edificio Norambuena de Carabineros.
Un compañero de armas lo recuerda como un tipo introvertido, casi carente de carácter. "Pero cuando llegó a la CNI supo cómo lidiar con eso. Entendió que ahí la violencia y la brutalidad eran factores bien ponderados y comenzó a mostrar cuán cruel podía ser con los detenidos. Así se fue volviendo cada vez más hosco, pero se ganó la simpatía de Álvaro Corbalán".
Con él salía a parrandear en aquellas noches de toque de queda que tanto le gustaban al sanguinario jefe operativo de la CNI. "Cuando Corbalán tocaba guitarra en algún cabaret, o contaba un chiste en un bar, siempre tenía el aplauso seguro de Quiroz, que intentaba darle en el gusto en todo", cuenta un ex agente, recordando que, en ese entonces, se calculaba que entre ambos podían gastar hasta 20 millones de pesos al mes con sus juergas.
Otro efectivo que sirvió en el Cuartel Borgoño recuerda otro factor que tampoco jugaba a favor de la imagen de Quiroz: la mayoría de los agentes operativos del cuartel pertenecían al Ejército. "En un momento se le comenzó a asociar con la imagen del chupamedias. Aunque pasaba a su lado, nadie lo escuchó jamás rebatirle una opinión. Siempre estaba dispuesto y, aunque dicen que hablaba bastante en privado con Corbalán, nunca hacía comentarios en público sobre algún tema que se estuviera discutiendo", añade.
El ex agente señala otra razón que pudo impulsar a Quiroz hacia la cúpula de la CNI: antes del golpe de Estado, él y varios de sus familiares habían sido militantes activos de Patria y Libertad, movimiento al que también adscribía Corbalán.
Sin embargo, la vida personal de Quiroz muestra una cara bastante menos festiva. Es infértil, y quienes lo conocen recuerdan que dicha condición le trajo más de un problema. "Una de sus mujeres intentó meterle un hijo. Ella no sabía que Quiroz no podía ser padre, así que insistió e insistió aunque él aseguraba que era imposible. Al final llegaron a tribunales y él, por razones obvias, ganó".
Los detectives que lo persiguen lo conocen. Estos antecedentes, más su historia, les han permitido elaborar un perfil sicológico que podría acercarlos al lugar donde se esconde. Por ahora, la misión se cumple en silencio, porque se estima que la determinación de Quiroz de no entregarse y resistir por la fuerza un arresto es mayor a la que tenía Iturriaga, quien, pese a sus bravuconadas, fue apresado cuando estaba en pijama y ni siquiera intentó oponerse a su arresto.

Operación Albania
La Operación Albania fue una acción ejecutada por la CNI en contra de la plana mayor del FPMR, como respuesta al atentado que casi costó la vida a Augusto Pinochet en 1987. En total, 12 frentistas fueron ejecutados en distintos lugares de Santiago. En 2005, el juez Hugo Dolmetsch dictó condenas de cadena perpetua para el director de la CNI, Hugo Salas Wenzel; de 15 años para Álvaro Corbalán, y de 10 años para Iván Quiroz. El 28 de agosto pasado, la Corte Suprema confirmó las sentencias para Salas y Quiroz, y aumentó a 20 la que pesaba sobre Corbalán.

El Descriteriado
Según consta en el proceso por la Operación Albania, la obcecación de Quiroz por disfrazar como ‘enfrentamientos' los asesinatos que la CNI cometió en Corpus Christi llegó a tal punto que incluso trató de eliminar a uno de sus subalternos. "En el enfrentamiento de calle Varas Menas 417, él quería matar a uno de los suyos con su pistola HK con silenciador, para darle mayor veracidad a la acción", recuerda una fuente ligada al caso.
La espeluznante idea de Quiroz fue denunciada por un agente de la unidad y, si bien no se logró acreditar su verdadera intención, actitudes así hicieron que sus camaradas fueran perdiendo su confianza en él.
Álvaro Corbalán, sin embargo, le seguía creyendo. De hecho, según el testimonio de los agentes CNI del Cuartel Borgoño, Quiroz fue el único que intervino en dos asesinatos esa noche, algo que fue celebrado por su jefe operativo. "Esa noche estaba sumamente excitado. Entraba y salía una y otra vez del cuartel, contándole a todos cómo habían eliminado a los frentistas", recuerda un agente.

21 de octubre de 2007
©la nación
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