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vive en un sillón en la calle


Indigente instaló un sillón para vivir en plena calle. Un grupo de trabajadores de fletes lo ayuda con comida y monedas.
[Francisco Núñez] Valparaíso, Chile. "En la noche hace mucho frío y yo me tomo mi vinito para olvidar las bajas temperaturas y poder quedarme dormido en mi sillón", asegura el indigente Domingo Martínez, más conocido como ‘el Chino’.
El anciano, que tiene más de 70 años, instaló un sillón en una vereda de la calle Morris para vivir más cómodamente. Además levantó un pequeño techo con cajas de cartón, creando una curiosa casita, que llama la atención de los peatones que circulan por esta arteria porteña.
Domingo Martínez ha pasado gran parte de su vida en la calle. Trabajó hace mucho tiempo junto a los fleteros de la calle Morris, quienes con sus camionetas hacen mudanzas y traslados de objetos.
Por problemas en su hogar, ubicado en el cerro Merced, y con su familia, ‘el Chino’, como lo conoce casi todo el mundo, decidió salir a probar suerte a la calle y le gustó esta forma de vida.
"Aquí yo no molesto a nadie. Mis amigos me ayudan con comida y algunas monedas para comer y tomar", asegura el indigente.
Domingo Martínez padece de reumatismo, una enfermedad que le ataca una de sus piernas y tiene que movilizarse con un palo que utiliza como bastón.
"En las noches todo se pone muy oscuro, pero a mí no me da miedo y nadie me molesta", asegura, mientras se acurruca en su sillón, donde cuenta con un par de frazadas.
Los ‘ángeles de la guarda’ de esta famoso indigente son un grupo de fleteros, que ya están acostumbrados a su compañía callejera.
Los trabajadores explicaron que "a veces desaparece por meses, especialmente en el invierno, pero después siempre regresa ya que le gusta vivir en la calle y no acepta irse a una casa de acogida".
Sus amigos los fleteros le consiguieron el sillón, que estaba botado en un basural cercano y siempre están preocupados de su salud y su integridad física.
"Igual en las noches los dejamos solo, pero desde que cerró un hotel que había aquí al frente la cosa está más tranquila y creemos que no le pasará nada. De todas maneras siempre le andamos juntando algunas monedas para comer y que pueda tomar un poco", agregan sus amigos.
‘El Chino’ hace sus necesidades en una bomba de servicio, donde aprovecha también a lavarse "y le digo sinceramente que no me gustan las casas de acogida y que aquí, en la calle Morris, yo soy feliz".

3 de octubre de 2008
©estrella de valparaíso
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