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12 días revivió golpe militar


La serie de Chilevisión mostró la realidad de dos familias vecinas a favor y en contra del gobierno de la Unidad Popular, que vivieron el derrocamiento del ex presidente Salvador Allende desde sus diferentes trincheras.
Santiago, Chile. El capítulo de este miércoles  de la serie ‘12 días…que estremecieron a Chile’ de Chilevisión exhibió cómo dos familias, una de derecha y otra de izquierda vivieron los momentos previos al golpe de Estado comandado por el fallecido Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973.
La historia partió con cierta similitud a la contada en la película "Machuca", ya que se trata de dos niños hijos de familias de distinta visión política que se juntaban a jugar a la pelota en la calle de su barrio.
Gaspar, en quien se centra la historia, es un niño de clase media acomodada que vive con sus padres interpretados por Ricardo Fernández y Ángela Prieto, y estudia en un colegio particular. Le gusta la hermana hippie de su vecino, cuyos padres son comunistas y cercanos al gobierno del presidente Salvador Allende.
Los días previos, los progenitores del protagonista se muestran ansiosos de que termine la crisis que vive el país y que salgan los militares a la calle. Por otro lado, la familia que apoyaba a la Unidad Popular temía lo peor si salían las Fuerzas Armadas a la calle.
La tensa espera termina con la intervención militar la mañana del 11 de septiembre cuando la familia de derecha se entera de la operación y celebra, aunque prudentemente esperando que Allende entregue el poder voluntariamente para evitar una lucha armada.
Mientras, en la otra casa hay desolación y miedo de lo que pueda pasar, tanto así que alertado por un "compañero", el padre de familia interpretado por Alejandro Trejo, obliga a su familia a ponerse a salvo abandonando el inmueble ubicado en un barrio cercano a la residencia de Tomás Moro, que iba a ser bombardeada.
Él se mantiene en el hogar revisando fotografías familiares, un pequeño libro del Che Guevara y una pistola que carga para enfrentarse a los uniformados, que a esa hora andan por las calles en un camión con un par de cuerpos de disidentes al nuevo sistema que estaba instaurando.
Otro vecino les señala que en esa casa hay un comunista, información que lleva a la patrulla militar a posicionarse en las afueras del domicilio, instándolo a entregarse.
Al ver esto el niño Gaspar pide a su padre hacer algo por el vecino, quien responde positivamente y junto a su mujer hablan con los efectivos del ejército y les piden que lo dejen persuadirlo, acción que no tiene éxito y cuyo desenlace es el enfrentamiento entre Trejo con una pistola y los militares con fusiles, muriendo en el patio de su casa y siendo llevado en el vehículo al igual que otras dos víctimas, frente a la mirada asustada del niño.
19 de agosto de 2011
©la nación

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