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hambre en california


El estado ha impuesto barreras a los cupones de alimentos para gente con hambre, y su programa de desayunos escolares no satisface las necesidades de los estudiantes.
California es un pésimo lugar para pasar hambre. Mientras que la demanda de cupones de alimentos está aumentando en todo el país, la gente que tiene derecho al programa es la que menos probablemente recibirá la ayuda que en cualquier otro estado, excepto Wyoming. El porcentaje de niños de hogares de bajos ingresos que toman desayuno gratuitamente en la escuela es también más bajo que el promedio nacional.
Incluso si las personas económicamente arruinadas tuvieran que pagar por cupones de alimentos y los desayunos escolares, la incapacidad del programa para alimentar a los pobres debería ser una fuente de vergüenza. Nada es más importante para una sociedad que mantener a raya al hambre. Pero los cupones de alimentos y los desayunos subsidiados para los niños son programas federales; el estado es responsable solamente de algunos costes administrativos de los cupones de alimentos. En otras palabras, el estado y muchos de los distritos escolares están rechazando dinero para mitigar el hambre, dinero que podría aumentar el poder de compra de las familias pobres, mejorar la salud de los residentes y ayudar a los niños con la escuela -todo lo cual también mejoraría la economía del estado.
California ha impuesto barreras a los cupones de alimentos para gente con hambre, y en el proceso ha aumentado los costes administrativos del estado. No es que el ministerio de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que supervisa los cupones de alimentos, valore que el estado ahorre en su nombre. Todo lo contrario. En noviembre pasado, Kevin Concannon, subsecretario de Alimentación, Nutrición y Servicios al Consumidor, escribió una carta reprochando agriamente a los estados por sus bajas tasas de participación. Concannon regaño a esos estados, los que no identificó, por crear "un proceso de inscripción más complejo y difícil" que no sirve ni a los hambrientos ni a los contribuyentes.
La carta fue enviada poco después de que el USDA emitiera un informe que muestra que en 2007 sólo el 48 por ciento de las personas con derecho a recibir cupones de alimentos en California, uno de los dos estados que no lograron inscribir ni a la mitad de los habitantes con derecho al programa. (Los inmigrantes ilegales no pueden aplicar al programa). Ocho estados inscribieron a más del ochenta por ciento; en Missouri, prácticamente todas las personas con derecho al programa recibieron ayuda alimentaria.
Debido a la recesión económica, el número de californianos que reciben cupones de alimentos ha crecido en un trece por ciento desde principios de año, a 2.9 millones de personas. Pero si modernizara su método, el estado podría recibir hasta 3.7 billones más en ayuda federal.

- Recertificación trimestral. California es el único estado que exige de sus beneficiarios que certifiquen cada tres meses su derecho al programa. Los otros estados lo exigen sólo dos veces al año. Con cada puesta al día existe la posibilidad de que algunas personas no puedan acceder al programa. Pueden olvidar la fecha límite o recibir tarde los documentos necesarios. Pueden tener trabajos esporádicos -como un trabajo temporal en el mercado de trabajos de tres meses que los descalifica como beneficiarios de cupones de alimentos, para luego estar desempleados durante varias semanas. Sólo un tercio de los trabajadores pobres del estado reúnen los requisitos para recibir cupones de alimentos. La (re)certificación trimestral también significa dos veces más trámites y tiempo administrativo.

El USDA ha conminado a California a adoptar un esquema semestral. Antes en el año el estado solicitó una extensión de cuatro años de su esquema trimestral, y le fue denegado -pero tiene todavía hasta septiembre de 2011 para implementar nuevas reglas. Debería ser más rápido que eso.

- Huellas digitales. Tomar las huellas digitales de los beneficiarios de cupones de alimentos tiene por objeto reducir el fraude, de modo que una persona no pueda recibir cupones de alimentación más que un solo condado. Pero para algunos -los enfermos, los trabajadores pobres- el solo hecho de tener que acercarse a una oficina local de la seguridad social para que les tomen las huellas digitales puede ser suficientemente pesado como para obstaculizar su inscripción.

California es uno de los cuatro estados que todavía exigen las huellas digitales, y los que han eliminado la exigencia no han observado ningún fraude desenfrenado. Un informe de 2005 del Centro de Presupuesto y Prioridades Programáticas [Center on Budget and Policy Priorities] constató que a nivel nacional, el fraude con los cupones de alimentos es extremadamente bajo. Con comidas de un dólar, es difícil enriquecerse con ellos. Un informe de noviembre de la contraloría del estado de California puso en duda la efectividad de la toma de huellas digitales.

- Entrevistas personales. En octubre, el estado dio a los condados la opción de realizar entrevistas por teléfono con los solicitantes, en lugar de cara a cara. Como con las huellas digitales, las entrevistas cara a cara demostraron ser difíciles para las personas que tienen problemas para salir del trabajo o para las que el transporte es un problema especial. El estado debería simplemente eliminar esas entrevistas, excepto en casos en los que haya razones para sospechar fraude.

California se desempeña mejor con niños que califican para desayunos gratuitos o desayunos escolares a precios reducidos, aunque según un nuevo informe de la organización sin fines de lucro Centro para el Estudio de los Alimentos y Acción [Food Research and Action Center], todavía ocupa el lugar 33 a nivel nacional -y gasta más de 97 millones de dólares al año de financiamiento federal para cubrir esas comidas. Todo niño con derecho a almuerzo gratis, tiene también derecho a un desayuno gratuito. Algunos estudios han mostrado que esos desayunos no sólo proporcionan una imprescindible nutrición, sino además mejoran el rendimiento en las aulas. Sin embargo, en California sólo el 42 por ciento de los niños en el programa de almuerzos reciben también desayunos escolares.
Los distritos escolares pueden elegir entre proporcionar desayunos financiados federalmente, y casi el veinte por ciento de las escuelas en California no participan en el programa. Algunas no tienen suficientes alumnos en esa situación como para preocuparse, pero en algunas otras funcionarios de la educación sostienen que las familias deberían tomar desayuno en casa. Esto asume neciamente que las familias tienen alimentos en casa para comer. En Texas y Virginia del Oeste, las escuelas que participan en el programa de almuerzos gratis también sirven desayuno.
El Distrito Escolar Unificado de Los Angeles ha estado orientando a California hacia un enfoque más inteligente, con un programa de desayunos de ‘segunda oportunidad’ adoptado en 2004 que deja que los niños de familias de bajos ingresos reciban alimento durante el primer recreo de la mañana. Los programas previos servían desayuno antes de que empezara la escuela, pero los buses escolares no llegaban a tiempo a la escuela. Ahora el 55 por ciento de los alumnos calificados del distrito toman el desayuno escolar, por encima del promedio del estado.
Por supuesto, hay espacio para mejoras, y la semana pasada el consejo escolar aprobó una resolución para buscar modos de elevar las tasas de participación en sus programas de almuerzo y desayuno. L.A. Unificado ha constatado que alimentar a los hambrientos no es solamente un acto humanitario. Es una política sólida que nutre la salud física, educativa y económica de nuestro estado.

25 de marzo de 2010
13 de diciembre de 2009
©los angeles times 
©traducción mQh
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