lucha libre en chile
[Gabriela González y Janisse Huambachano] Lucha libre made in Chile.
La lucha cuerpo a cuerpo es su pasión. No son cabezas de músculo ni masoquistas. Fueron los primeros en tener una jaula en Latinoamérica. Se consideran herederos de los Titanes del Ring y ya están formando a sus sucesores. Aquí va su historia.
Marco Mendoza (Punisher) y Pablo Tobar (Katástrofe) lo tenían decidido. En la Federación Revolución Lucha Libre (RLL) no hay espacio para los dos. La rivalidad natural entre un nazi (Punisher) y un comunista (KTF) aumentó luego que mutuamente se boicotearan la obtención del título en el campeonato nacional. Una afrenta así debía solucionarse en el ring y con sangre. El combate determinaría el alejamiento definitivo del perdedor. La fecha había sido fijada y los retadores llegaron al encuentro con el único objetivo de aniquilar al rival. Pero el plan no se concretó, pues el presidente de la federación, Francisco Javier Mackenna, amenazó con expulsar a ambos si volvían a enfrentarse y les ordenó luchar juntos.
Aunque Punisher y KTF se negaban a ser pareja de lucha, obedecieron de mala gana. Pero sólo los une la furia contra Mackenna, y si éste nos los ve se pegan cuanto pueden.
Fuera del ring, Mendoza y Tobar son amigos y parte de la cabeza de RLL. Ellos fueron discípulos de Black Demon y Miguel Ángel Fanfani, respectivamente, dos ex ‘titanes del ring' que durante años entrenaron a las nuevas generaciones.
Tobar cuenta que su primer contacto directo con la lucha fue en un estacionamiento en la esquina de San Francisco con París, en pleno centro de Santiago. Hasta allí llegó siguiendo a unos compañeros de colegio que tenían el dato donde se practicaban los combates, pero no quisieron llevarlo. Claro que ellos se retiraron a las tres semanas y él ya lleva nueve años en el rubro.
En ese lugar se conocieron varios de los actuales luchadores que se machucan en las peleas que organiza RLL, quienes, cansados de la mala organización de diversas agrupaciones, crearon una nueva federación. "Nos dimos cuenta de las falencias y problemas y creíamos saber cómo solucionarlos. Ahí parte Revolución", cuenta KTF.
Comenzaron el 2003 en la población La Victoria como un taller contra las drogas financiado por el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (Conace). En los eventos que allí organizaron, e inspirados en la realidad, adquirieron forma algunos de los actuales personajes de RLL. Por eso hay un comunista, un nazi, una cheerleader y un payaso entre varios otros íconos sociales.
Antes de convertirse en Punisher, Mendoza peleaba sin tener un personaje bien definido. Ahora se toma tan en serio su papel, que el público "cree que soy nazi de verdad", señala. Y tiene conflictos con todos en la federación, pero su rival histórico sigue siendo Katástrofe, o KTF para los entendidos.
El Show
Ataviado con una llamativa boa negra en el cuello, Funky Shop es el rival más débil en la lucha por el campeonato absoluto del "Último de los días 2006". Con sus escasos 60 kilos tiene la titánica tarea de vencer a Toro y Giger, luchadores que lo doblan en peso y sobrepasan en estatura. Sin embargo, Shop es ágil y logra evadir casi todos los ataques conjuntos de sus corpulentos rivales. Durante la mayor parte de la contienda, los dos gigantones se golpean mutuamente sin prestarle mucha atención al más pequeño. La reyerta se mantiene pareja y ninguno de los tres logra imponerse claramente sobre los otros. De repente, Shop trepa sobre Giger y lo besa en la boca. Éste se enfurece y lo azota contra el suelo con una catapulta. El respetable delira entusiasmado.
"Los personajes en Revolución buscan tener una fuerte llegada con el público. No importa si es en buena o mala, pero que se rían, que se enojen, que te puteen, que te quieran, da lo mismo. La cosa es provocar una reacción en la gente y yo lo logré con Funky Shop", cuenta David Carmona.
Como el objetivo de RLL es presentar un show atractivo con personajes diversos, Carmona resolvió que hacía falta un personaje afeminado. Y, con sus delicados movimientos y toqueteos constantes a los demás luchadores, Funky se transformó en favorito de los asistentes que, ansiosos, aguardan el momento en que aplique su Shop 69, que incluye un beso en la boca al oponente para aprovechar su desconcierto y enterrarlo de cabeza en la lona.
Besar a sus compañeros no le causa mayores inconvenientes a Carmona, ya que lo considera como parte del espectáculo. Al igual que el resto de los integrantes de RLL, él también sueña con ganarse la vida con la lucha, ya sea haciendo shows o enseñando. Todos ellos creen tanto en el proyecto que han dejado de ver a amigos y familiares para sacarlo adelante. "Tenía varias actividades: trabajo, estudios, una banda y mi polola. Con la lucha libre tuve que optar por la pega y los estudios, no tengo tiempo para nada más", comenta Carmona.
Gajes del Oficio
Jaime Escobar (Boby Killa) volvía en gloria y majestad luego de tres semanas de ausencia por una lesión en el hombro, ya que, emulando un golpe de codo que vio en la TV, se lo dislocó. Cuando se lo acomodaron y el dolor pasó, creyó que el momento de regresar a las pistas había llegado.
Fiel a su estilo, apenas pisó el ring intentó imponerse en la lucha por medio de trucos y trampas. Y aunque en medio del combate el hombro se le volvió a salir, aguantando el intenso dolor –tal como dice el dicho– continuó con el show. Así, lo que era una simple lesión terminó por alejarlo un año y medio de los cuadriláteros y le dejó una gruesa cicatriz roja en su hombro derecho, ahora reforzado con titanio. Y no es sólo eso. En donde debiera existir un codo compacto sólo se sienten pedacitos. Literalmente molido.
Escobar afirma que el tiempo que estuvo alejado de la lucha perdió toda la técnica. "Dieciocho meses parado te hacen bolsa", comenta, mostrando sus heridas como botín de guerra.
Camilo Carmona (Chico Montoya) se encarama en la parte más alta de la jaula. Mira hacia el público y luego hacia el piso del ring, ubicado unos tres metros más abajo. La lucha ha sido dura, se enfrentó a Crazy Sid, Funky Shop, KTF y Punisher. Ahora decidió lanzarse desde las alturas sobre su rival y aniquilarlo de una vez... o por lo menos hasta que la cuenta del juez llegue a tres y lo convierta en campeón regional de RLL. Sin embargo, las luces lo ciegan y titubea (tal vez recuerde un antiguo combate en que se lanzó intentando hacer una tijera, pero se enganchó mal a su contrincante y los dos se fueron al suelo. Él cayó de rodillas y se molió los meniscos), pero en esos momentos no le queda más que confiar en lo practicado. Montoya se persigna, respira profundo y desciende en picada como un clavadista sobre su rival y el ansiando título en disputa. El público lo ovaciona.
A pesar de lo que se crea, los chicos de Revolución destacan que los riesgos de lesionarse se minimizan por la confianza que debe existir entre los luchadores. "No es sólo golpearse, uno debe cuidar al compañero; si él entrega su cuerpo para que tú lo manejes, hay que protegerlo. Ésa es la principal regla del luchador. Sin compañerismo esto no funciona", afirma Boby Killa.
Trabajando Como Hormigas
Carmona es otro miembro fundador de la Federación RLL y cuenta que desde el comienzo han invertido mucho esfuerzo en el proyecto. Lo primero fue acondicionar el recinto que arriendan –una antigua iglesia evangélica devenida en basural– para realizar los combates. Un verano completo les llevó limpiar y remodelar el lugar. Otro importante logro fue el rescate del mismo ring que los Titanes usaron en su show televisivo. Estaba embalado y abandonado en una bodega gozando de una indigna jubilación.
Cuando se los entregaron venía sólo la armazón del ring, sin cuerdas, sin piso y todo oxidado. "La única diferencia con los modernos es que en éste no se rebota", dice Carmona, y explica que "antes no se utilizaba ring con amortiguación, y por respeto a eso no quisimos modificarlo, sino que acomodar las caídas a este cuadrilátero".
Hasta hace pocos meses, los luchadores debían financiar los shows de su propio bolsillo. La situación comenzó a mejorar cuando el público aumentó y con los fondos que obtuvieron por una escuela de verano. También deben sacrificar horas de estudio y sueño, ya que el entrenamiento y la preparación de cada evento les ocupa casi todos sus fines de semana.
Hasta el Infinito y Más Allá
Montoya y Punisher están en lo más alto de la jaula. En el galpón se pide silencio y sólo se escucha "acción". Ante esta señal, Montoya toma a Punisher con sus piernas y lo lanza hasta el fondo de la jaula. "Corten", grita el productor, mientras el nazi se levanta visiblemente dolido entre los aplausos del público que asiste a la filmación del video promocional de RLL.
Luego es el turno de Funky Shop, que también desde lo más alto de la jaula espera la orden del productor para lanzarse sobre Diablo. La primera toma no queda bien y el pequeño Shop debe repetir el movimiento. Y así pasaron cada uno de los luchadores haciendo sus mejores movimientos, llaves y piruetas. Todo para lograr que en el video quede plasmado lo mejor de su repertorio.
Los chicos de RLL creen que es tiempo de mirar más alto y el video promocional será la base que les permita subir otro peldaño. La tarea individual está hecha. "Ya no podemos crecer más de lo que lo hemos hecho solos, y este video es una nueva plataforma para seguir creciendo", explica Carmona. Con él irán a golpear puertas para conseguir más fondos.
Confiesan que este último tiempo han tenido ofertas de personas que quieren hacerse cargo de la federación. Y precisamente por eso las negociaciones no han llegado a buen puerto. En RLL son enfáticos: "Transar la administración ni siquiera es tema". Han dedicado tanto tiempo que no quieren que venga alguien cuyo único fin sea ganar plata y sature el tema. Por el contrario, fieles a sus objetivos iniciales, los chicos de Revolución quieren que en nuestro país se cree una cultura de la lucha libre similar a la que existe en Estados Unidos o México. Pero por ahora el objetivo es encontrar un nuevo sitio donde entrenar y realizar sus eventos, ya que a la ex iglesia donde funcionaban le contaron los tres segundos del ‘knockout' y las maquinarias la demolieron.
La Cabeza de RLL
Cinco son los nombres que toman las decisiones importantes en la federación. Deben dividir su tiempo entre sus actividades personales y las tareas que su cargo les impone.
Camilo Carmona (Chico Montoya). Fundador de RLL y encargado de los entrenamientos.
Pablo Tobar (Katástrofe). Dibujante. Sus labores en Revolución son hacerse cargo de las relaciones públicas de la federación.
Marco Mendoza (Punisher). Estudiante de diseño gráfico. Obviamente, sus tareas son mantener actualizado el sitio web (www.revolucionchile.tk) y de toda la parte gráfica de afiches y eventos.
Sebastián Núñez (Krosty). Mueve los hilos de Revolución. La creación de nuevos personajes y los guiones salen de su cabeza.
Golando Alfaro (Coyote 2.0). Es el componente mixto de este quinteto. Ayuda en las relaciones públicas y también contribuye con los guiones de RLL.
Los Personajes de RLL
Boby Killa. Comenzó en la lucha libre bajo las instrucciones de Miguel Ángel Fanfani, ex ‘Señor Muerte' de los Titanes del Ring. Es conocido por sus malas artes para ganar las peleas. Así se ha adjudicado el título crucero de los Titanes del Ring y campeonato absoluto en Revolución, entre otros logros.
Funky Shop. Glamoroso y afeminado, se da licencia para toquetear y molestar al resto de los luchadores de la federación. Su arma letal es el Shop 69, que consiste en dejar pasmado al rival besándolo en la boca para, aprovechándose de eso, enterrarlo de cabeza.
Krosty. La mitología dice que llegó a la capital porque fue expulsado del circo en el que trabajaba. Acá debió dedicarse a hacer reír en las micros, en cumpleaños y fiestas de fin de año. Llegó por casualidad a RLL, pero a poco andar se transformó en uno de los luchadores más reconocidos. Aniquila a sus rivales con la derribada del payaso.
Chico Montoya. Procedente de Puerto Rico, se caracteriza por sus movimientos rápidos y aéreos, a los que contribuyen su bajo peso y estatura. Entre sus logros deportivos destacan haberse coronado campeón regional de RLL en "El Día de los Elegidos 2005".
Punisher. El nazi de Revolución se destaca por tener un estilo de lucha violento. Con su Führer Bomb busca vencer a sus rivales y barrer con la mala raza. Se adjudicó el campeonato de la división regional de RLL. A la fuerza ha debido pelear en pareja con su archirrival KTF.
KTF. También se forjó como luchador bajo el alero de Fanfani. Cuenta la historia que fue expulsado de la escuela en que entrenaba por revolucionario. Con un look similar al del Che Guevara, defiende a los que son pasados a llevar. Así comenzó su enfrentamiento con el nazi, quien ahora es su pareja de lucha.
Crazy Sid. El denominado ‘Embajador de Las Condes' comenzó en Adicción Lucha Libre. Con su fenotipo ABC1, Sid formó parte del grupo Conexiones Maestras, junto a Boby Killa y Gastón Mateo. A sus habilidades de lucha se suma el aporte de Alison, quien en varias ocasiones ha intervenido ayudándolo a ganar.
Alison Evans (Francisca Pérez): Una Eva entre varios Adanes
Las pifias son ensordecedoras cuando aparecen en escena Alison Evans y Crazy Sid. El público no los quiere y lo manifiesta, pero a ellos parece no importarles, ya que altaneramente hacen callar a los asistentes y esperan a que lleguen sus rivales. Mientras en el ring Crazy Sid se bate a golpes, abajo Alison esta atenta, esperando la oportunidad para intervenir sin que los árbitros se den cuenta y hacer que su compañero gane la pelea.
Las intervenciones de Alison han salvado en varias ocasiones a Crazy Sid, pero Francisca Pérez no se conforma con eso. Quiere pelear, pero no tiene rival. Ha entrenado duro, pero como no hay otras mujeres estables en la federación sólo debe conformarse con enfrentarse eventualmente a alguna chica que llegue. O a ser golpeada por los retadores de Crazy Sid que la castigan por interferir en sus luchas. Sus ilusiones están puestas en las nuevas chicas que llevan casi dos meses entrenando. "Yo quiero que aprendan, que sean buenas para poder tener una competencia, tener una división femenina y luchar por el título. Para salir por algo más que acompañar a alguien". Pero tendrá que tener paciencia porque las nuevas chicas estarán en condiciones de subirse al ring recién en tres meses más.
Mientras tanto debe seguir entrenando y soportando en silencio el dolor de las lesiones. "Aguantarse no más, carne de perro", dice sonriendo.
Marco Mendoza (Punisher) y Pablo Tobar (Katástrofe) lo tenían decidido. En la Federación Revolución Lucha Libre (RLL) no hay espacio para los dos. La rivalidad natural entre un nazi (Punisher) y un comunista (KTF) aumentó luego que mutuamente se boicotearan la obtención del título en el campeonato nacional. Una afrenta así debía solucionarse en el ring y con sangre. El combate determinaría el alejamiento definitivo del perdedor. La fecha había sido fijada y los retadores llegaron al encuentro con el único objetivo de aniquilar al rival. Pero el plan no se concretó, pues el presidente de la federación, Francisco Javier Mackenna, amenazó con expulsar a ambos si volvían a enfrentarse y les ordenó luchar juntos.
Aunque Punisher y KTF se negaban a ser pareja de lucha, obedecieron de mala gana. Pero sólo los une la furia contra Mackenna, y si éste nos los ve se pegan cuanto pueden.
Fuera del ring, Mendoza y Tobar son amigos y parte de la cabeza de RLL. Ellos fueron discípulos de Black Demon y Miguel Ángel Fanfani, respectivamente, dos ex ‘titanes del ring' que durante años entrenaron a las nuevas generaciones.
Tobar cuenta que su primer contacto directo con la lucha fue en un estacionamiento en la esquina de San Francisco con París, en pleno centro de Santiago. Hasta allí llegó siguiendo a unos compañeros de colegio que tenían el dato donde se practicaban los combates, pero no quisieron llevarlo. Claro que ellos se retiraron a las tres semanas y él ya lleva nueve años en el rubro.
En ese lugar se conocieron varios de los actuales luchadores que se machucan en las peleas que organiza RLL, quienes, cansados de la mala organización de diversas agrupaciones, crearon una nueva federación. "Nos dimos cuenta de las falencias y problemas y creíamos saber cómo solucionarlos. Ahí parte Revolución", cuenta KTF.
Comenzaron el 2003 en la población La Victoria como un taller contra las drogas financiado por el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (Conace). En los eventos que allí organizaron, e inspirados en la realidad, adquirieron forma algunos de los actuales personajes de RLL. Por eso hay un comunista, un nazi, una cheerleader y un payaso entre varios otros íconos sociales.
Antes de convertirse en Punisher, Mendoza peleaba sin tener un personaje bien definido. Ahora se toma tan en serio su papel, que el público "cree que soy nazi de verdad", señala. Y tiene conflictos con todos en la federación, pero su rival histórico sigue siendo Katástrofe, o KTF para los entendidos.
El Show
Ataviado con una llamativa boa negra en el cuello, Funky Shop es el rival más débil en la lucha por el campeonato absoluto del "Último de los días 2006". Con sus escasos 60 kilos tiene la titánica tarea de vencer a Toro y Giger, luchadores que lo doblan en peso y sobrepasan en estatura. Sin embargo, Shop es ágil y logra evadir casi todos los ataques conjuntos de sus corpulentos rivales. Durante la mayor parte de la contienda, los dos gigantones se golpean mutuamente sin prestarle mucha atención al más pequeño. La reyerta se mantiene pareja y ninguno de los tres logra imponerse claramente sobre los otros. De repente, Shop trepa sobre Giger y lo besa en la boca. Éste se enfurece y lo azota contra el suelo con una catapulta. El respetable delira entusiasmado.
"Los personajes en Revolución buscan tener una fuerte llegada con el público. No importa si es en buena o mala, pero que se rían, que se enojen, que te puteen, que te quieran, da lo mismo. La cosa es provocar una reacción en la gente y yo lo logré con Funky Shop", cuenta David Carmona.
Como el objetivo de RLL es presentar un show atractivo con personajes diversos, Carmona resolvió que hacía falta un personaje afeminado. Y, con sus delicados movimientos y toqueteos constantes a los demás luchadores, Funky se transformó en favorito de los asistentes que, ansiosos, aguardan el momento en que aplique su Shop 69, que incluye un beso en la boca al oponente para aprovechar su desconcierto y enterrarlo de cabeza en la lona.
Besar a sus compañeros no le causa mayores inconvenientes a Carmona, ya que lo considera como parte del espectáculo. Al igual que el resto de los integrantes de RLL, él también sueña con ganarse la vida con la lucha, ya sea haciendo shows o enseñando. Todos ellos creen tanto en el proyecto que han dejado de ver a amigos y familiares para sacarlo adelante. "Tenía varias actividades: trabajo, estudios, una banda y mi polola. Con la lucha libre tuve que optar por la pega y los estudios, no tengo tiempo para nada más", comenta Carmona.
Gajes del Oficio
Jaime Escobar (Boby Killa) volvía en gloria y majestad luego de tres semanas de ausencia por una lesión en el hombro, ya que, emulando un golpe de codo que vio en la TV, se lo dislocó. Cuando se lo acomodaron y el dolor pasó, creyó que el momento de regresar a las pistas había llegado.
Fiel a su estilo, apenas pisó el ring intentó imponerse en la lucha por medio de trucos y trampas. Y aunque en medio del combate el hombro se le volvió a salir, aguantando el intenso dolor –tal como dice el dicho– continuó con el show. Así, lo que era una simple lesión terminó por alejarlo un año y medio de los cuadriláteros y le dejó una gruesa cicatriz roja en su hombro derecho, ahora reforzado con titanio. Y no es sólo eso. En donde debiera existir un codo compacto sólo se sienten pedacitos. Literalmente molido.
Escobar afirma que el tiempo que estuvo alejado de la lucha perdió toda la técnica. "Dieciocho meses parado te hacen bolsa", comenta, mostrando sus heridas como botín de guerra.
Camilo Carmona (Chico Montoya) se encarama en la parte más alta de la jaula. Mira hacia el público y luego hacia el piso del ring, ubicado unos tres metros más abajo. La lucha ha sido dura, se enfrentó a Crazy Sid, Funky Shop, KTF y Punisher. Ahora decidió lanzarse desde las alturas sobre su rival y aniquilarlo de una vez... o por lo menos hasta que la cuenta del juez llegue a tres y lo convierta en campeón regional de RLL. Sin embargo, las luces lo ciegan y titubea (tal vez recuerde un antiguo combate en que se lanzó intentando hacer una tijera, pero se enganchó mal a su contrincante y los dos se fueron al suelo. Él cayó de rodillas y se molió los meniscos), pero en esos momentos no le queda más que confiar en lo practicado. Montoya se persigna, respira profundo y desciende en picada como un clavadista sobre su rival y el ansiando título en disputa. El público lo ovaciona.
A pesar de lo que se crea, los chicos de Revolución destacan que los riesgos de lesionarse se minimizan por la confianza que debe existir entre los luchadores. "No es sólo golpearse, uno debe cuidar al compañero; si él entrega su cuerpo para que tú lo manejes, hay que protegerlo. Ésa es la principal regla del luchador. Sin compañerismo esto no funciona", afirma Boby Killa.
Trabajando Como Hormigas
Carmona es otro miembro fundador de la Federación RLL y cuenta que desde el comienzo han invertido mucho esfuerzo en el proyecto. Lo primero fue acondicionar el recinto que arriendan –una antigua iglesia evangélica devenida en basural– para realizar los combates. Un verano completo les llevó limpiar y remodelar el lugar. Otro importante logro fue el rescate del mismo ring que los Titanes usaron en su show televisivo. Estaba embalado y abandonado en una bodega gozando de una indigna jubilación.
Cuando se los entregaron venía sólo la armazón del ring, sin cuerdas, sin piso y todo oxidado. "La única diferencia con los modernos es que en éste no se rebota", dice Carmona, y explica que "antes no se utilizaba ring con amortiguación, y por respeto a eso no quisimos modificarlo, sino que acomodar las caídas a este cuadrilátero".
Hasta hace pocos meses, los luchadores debían financiar los shows de su propio bolsillo. La situación comenzó a mejorar cuando el público aumentó y con los fondos que obtuvieron por una escuela de verano. También deben sacrificar horas de estudio y sueño, ya que el entrenamiento y la preparación de cada evento les ocupa casi todos sus fines de semana.
Hasta el Infinito y Más Allá
Montoya y Punisher están en lo más alto de la jaula. En el galpón se pide silencio y sólo se escucha "acción". Ante esta señal, Montoya toma a Punisher con sus piernas y lo lanza hasta el fondo de la jaula. "Corten", grita el productor, mientras el nazi se levanta visiblemente dolido entre los aplausos del público que asiste a la filmación del video promocional de RLL.
Luego es el turno de Funky Shop, que también desde lo más alto de la jaula espera la orden del productor para lanzarse sobre Diablo. La primera toma no queda bien y el pequeño Shop debe repetir el movimiento. Y así pasaron cada uno de los luchadores haciendo sus mejores movimientos, llaves y piruetas. Todo para lograr que en el video quede plasmado lo mejor de su repertorio.
Los chicos de RLL creen que es tiempo de mirar más alto y el video promocional será la base que les permita subir otro peldaño. La tarea individual está hecha. "Ya no podemos crecer más de lo que lo hemos hecho solos, y este video es una nueva plataforma para seguir creciendo", explica Carmona. Con él irán a golpear puertas para conseguir más fondos.
Confiesan que este último tiempo han tenido ofertas de personas que quieren hacerse cargo de la federación. Y precisamente por eso las negociaciones no han llegado a buen puerto. En RLL son enfáticos: "Transar la administración ni siquiera es tema". Han dedicado tanto tiempo que no quieren que venga alguien cuyo único fin sea ganar plata y sature el tema. Por el contrario, fieles a sus objetivos iniciales, los chicos de Revolución quieren que en nuestro país se cree una cultura de la lucha libre similar a la que existe en Estados Unidos o México. Pero por ahora el objetivo es encontrar un nuevo sitio donde entrenar y realizar sus eventos, ya que a la ex iglesia donde funcionaban le contaron los tres segundos del ‘knockout' y las maquinarias la demolieron.
La Cabeza de RLL
Cinco son los nombres que toman las decisiones importantes en la federación. Deben dividir su tiempo entre sus actividades personales y las tareas que su cargo les impone.
Camilo Carmona (Chico Montoya). Fundador de RLL y encargado de los entrenamientos.
Pablo Tobar (Katástrofe). Dibujante. Sus labores en Revolución son hacerse cargo de las relaciones públicas de la federación.
Marco Mendoza (Punisher). Estudiante de diseño gráfico. Obviamente, sus tareas son mantener actualizado el sitio web (www.revolucionchile.tk) y de toda la parte gráfica de afiches y eventos.
Sebastián Núñez (Krosty). Mueve los hilos de Revolución. La creación de nuevos personajes y los guiones salen de su cabeza.
Golando Alfaro (Coyote 2.0). Es el componente mixto de este quinteto. Ayuda en las relaciones públicas y también contribuye con los guiones de RLL.
Los Personajes de RLL
Boby Killa. Comenzó en la lucha libre bajo las instrucciones de Miguel Ángel Fanfani, ex ‘Señor Muerte' de los Titanes del Ring. Es conocido por sus malas artes para ganar las peleas. Así se ha adjudicado el título crucero de los Titanes del Ring y campeonato absoluto en Revolución, entre otros logros.
Funky Shop. Glamoroso y afeminado, se da licencia para toquetear y molestar al resto de los luchadores de la federación. Su arma letal es el Shop 69, que consiste en dejar pasmado al rival besándolo en la boca para, aprovechándose de eso, enterrarlo de cabeza.
Krosty. La mitología dice que llegó a la capital porque fue expulsado del circo en el que trabajaba. Acá debió dedicarse a hacer reír en las micros, en cumpleaños y fiestas de fin de año. Llegó por casualidad a RLL, pero a poco andar se transformó en uno de los luchadores más reconocidos. Aniquila a sus rivales con la derribada del payaso.
Chico Montoya. Procedente de Puerto Rico, se caracteriza por sus movimientos rápidos y aéreos, a los que contribuyen su bajo peso y estatura. Entre sus logros deportivos destacan haberse coronado campeón regional de RLL en "El Día de los Elegidos 2005".
Punisher. El nazi de Revolución se destaca por tener un estilo de lucha violento. Con su Führer Bomb busca vencer a sus rivales y barrer con la mala raza. Se adjudicó el campeonato de la división regional de RLL. A la fuerza ha debido pelear en pareja con su archirrival KTF.
KTF. También se forjó como luchador bajo el alero de Fanfani. Cuenta la historia que fue expulsado de la escuela en que entrenaba por revolucionario. Con un look similar al del Che Guevara, defiende a los que son pasados a llevar. Así comenzó su enfrentamiento con el nazi, quien ahora es su pareja de lucha.
Crazy Sid. El denominado ‘Embajador de Las Condes' comenzó en Adicción Lucha Libre. Con su fenotipo ABC1, Sid formó parte del grupo Conexiones Maestras, junto a Boby Killa y Gastón Mateo. A sus habilidades de lucha se suma el aporte de Alison, quien en varias ocasiones ha intervenido ayudándolo a ganar.
Alison Evans (Francisca Pérez): Una Eva entre varios Adanes
Las pifias son ensordecedoras cuando aparecen en escena Alison Evans y Crazy Sid. El público no los quiere y lo manifiesta, pero a ellos parece no importarles, ya que altaneramente hacen callar a los asistentes y esperan a que lleguen sus rivales. Mientras en el ring Crazy Sid se bate a golpes, abajo Alison esta atenta, esperando la oportunidad para intervenir sin que los árbitros se den cuenta y hacer que su compañero gane la pelea.
Las intervenciones de Alison han salvado en varias ocasiones a Crazy Sid, pero Francisca Pérez no se conforma con eso. Quiere pelear, pero no tiene rival. Ha entrenado duro, pero como no hay otras mujeres estables en la federación sólo debe conformarse con enfrentarse eventualmente a alguna chica que llegue. O a ser golpeada por los retadores de Crazy Sid que la castigan por interferir en sus luchas. Sus ilusiones están puestas en las nuevas chicas que llevan casi dos meses entrenando. "Yo quiero que aprendan, que sean buenas para poder tener una competencia, tener una división femenina y luchar por el título. Para salir por algo más que acompañar a alguien". Pero tendrá que tener paciencia porque las nuevas chicas estarán en condiciones de subirse al ring recién en tres meses más.
Mientras tanto debe seguir entrenando y soportando en silencio el dolor de las lesiones. "Aguantarse no más, carne de perro", dice sonriendo.
4 de febrero de 2007
©la nación
2 comentarios
aca esta mi msn -
esteban del rio -