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fervor en fiesta de la virgen


[Manuel Cortés G.] Fervor religioso en honor de Reina de Chile, Virgen del Carmen. Oraciones y cánticos de agradecimiento coronaron una jornada feliz.
Calama, Chile. Imponentes manifestaciones de fe mariana fueron protagonizadas por los habitantes de la Provincia El Loa con motivo de la festividad de Nuestra Señora del Carmen, advocación bajo la cual, la Santísima Virgen María es Reina de Chile, Patrona de las Fuerzas Armadas y Generala Jurada del Ejército.
Los loínos participaron en los actos religiosos realizados en Calama, en la localidad de Conchi Viejo, en Chiu Chiu, Toconao, Ollagüe y en el pueblo de La Tirana en la Primera Región donde la celebración alcanzó esplendores extraordinarios, tanto por el número de asistentes como por la religiosidad demostrada por los participantes.
En Conchi Viejo la celebración continuará hoy. En Calama, los aspectos culminantes lo constituyeron la Vigilia Carmelita realizada en la Capilla Nuestra Señora del Carmen y los actos de todo el día de ayer que finalizaron con una procesión triunfal que recorrió numerosas calles aclamando a la Madre de Dios como Reina de Chile.
La eucaristía fue concelebrada por los misioneros mercedarios, al aire libre, en la explanada ubicada en la esquina de Carlos Cisterna y Avenida Grecia.

Carmelita
La devoción de la Virgen del Carmen está profundamente arraigada en nuestro pueblo. Su nombre viene del Monte Carmelo, situado al noreste de Palestina, junto al mar en el puerto de Haifa. Allí vivió, antes de Cristo, el Profeta Elías y otros testigos que lo seguían, dedicándose a la oración, y alabanza a Dios. La Sagrada Escritura narra ese episodio en la vida del Profeta ocurrido en el Monte Carmelo.
A fines del siglo XII fue formada la orden de las Carmelitas o ‘Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo'. Ellos emigraron de Palestina a Europa. Allí, la Virgen María se apareció a San Simón Stock en 1251, acompañada de una multitud de ángeles y llevando en sus manos el Escapulario de la Orden.
A Chile, la devoción a la Virgen del Carmen llegó traída por los misioneros agustinos. La primera cofradía del Carmen se funda en Concepción en el año 1643. Hicieron colectas y oraciones en todo el país, para traer a las monjas carmelitas y construir el primer templo a la Virgen del Carmen. Se extendió a Santiago en 1647. El mayor auge lo adquiere esta devoción en el siglo pasado en el tiempo de la Independencia.
El 16 de julio de 1810, festividad del Carmen, renunció el último gobernador español, don Antonio García Carrasco. El 5 de enero de 1817 tuvo lugar la solemne presentación de la Virgen del Carmen como Patrona del Ejército de los Andes y, San Martín le entregó el bastón de mando. En la víspera de la batalla de Chacabuco, Bernardo O´Higgins, reiterando el juramento hecho en Mendoza, proclamó a Nuestra Señora del Carmen ‘Patrona y generalísima de las Armas de Chile' y, el 14 de marzo de 1818, en una situación de especial peligro, fue renovada en forma solemne la proclama de Patrona de la Nación, junto a la promesa de erigirle un Santuario.

Esplendor
Los sones musicales de los instrumentos de los bailes religiosos, junto a las plegarias y cánticos de los fieles se esparcieron por el desierto a través de las quebradas del vigente Conchi Viejo, para anunciar que otro 16 de julio hacía renacer los homenajes a la Virgen del Carmen, Reina de Chile, que desde 1840 se han repetido incesantes ante ese pequeño templo que es uno de los monumentos nacionales.
Hombres, mujeres y niños, velaron varias noches ante la Madre de Dios para contarle sus alegrías y penas, problemas y soluciones, ilusiones y desilusiones, con el corazón expresivo y humilde, la recitación esperanzadora del Avemaría que recuerda la Anunciación y conmueve a la Virgen, quien intercede ante la Santísima Trinidad para que se derramen las bendiciones, dones y virtudes sobre sus hijos creyentes.
La tradicional sencillez del Santuario y de sus fieles que acuden cada año puntualmente hicieron más fecundas las jornadas y, como cada año, para lograr el beneficio de la fe en Cristo, María volvió a repetirles a quienes fueron a buscar la receta adecuada, como en las bodas de Cana:"Haced lo que Él os diga".
En Calama, la fiesta eucarística resultó imponente tanto por la asistencia de fieles, como por la suma de llamativos aspectos a que dio lugar, como, por ejemplo, la inclusión entre las ofrendas a Dios de la Bandera Chilena en representación de la esperanza de paz, justicia, buen futuro y fraternidad entre todos los habitantes y como testimonio del pasado heroico. Al término de la misa, la devoción mariana salió a las calles a dar testimonio público y entre las aclamaciones de agradecimiento, los fieles renovaron su confianza en la intervención de la Santísima Virgen en la vida de la Iglesia y formularon propósitos nuevos para el fortalecimiento de la fe en Cristo, fin único de la religión y rubricaron con la interpretación del Himno Nacional de Chile y los gritos de vivas por la patria, su fe y la Virgen del Carmen.

17 de julio de 2007
©mercurio de calama
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