ecuador hacia nueva constitución
[Chris Kraul] Izquierda ecuatoriana rescribirá Constitución.
Quito, Ecuador. El domingo los votantes allanaron el camino para que el presidente socialista Rafael Correa trate de ‘reinventar' a Ecuador, el país más inestable políticamente del continente, otorgando a sus partidarios una mayoría de escaños en la nueva asamblea constituyente.
Los sondeos en las urnas muestran a la lista de la Alianza Nacional de Correa encabezando las elecciones en varias provincias. El encuestador Hugo Barber, de la firma Datanalysis, de Quito, dijo que esperaba que los candidatos de Correa ocupen al menos setenta de los 130 escaños de la asamblea.
Eso permitiría que Correa redacte la vigésima constitución del país para ponerla en línea con sus planes confesamente socialistas, y acercar a su país a Venezuela y a su carismático presidente antinorteamericano, Hugo Chávez.
Ecuador es considerado un aliado en las campañas norteamericanas contra el tráfico de drogas, y permite vuelos regionales de inspección desde su base aérea de Manta. Pero Correa prometió no renovar el permiso para la base militar norteamericana.
El presidente dijo a periodistas el domingo noche que con la mayoría en la nueva asamblea, su bloque podría pedir la disolución del congreso.
La asamblea constituyente se reunirá en noviembre. Una nueva constitución debe contar con la aprobación de tercios de los votos, en un referéndum.
Correa asumió el cargo en enero prometiendo reformar el ineficiente y corrupto sistema de partidos del Ecuador. Ha sido vago en cuanto a qué debería incluir la nueva Constitución, pero ha insinuado que puede solicitar a la asamblea poner fin a la limitación de un mandato único para los presidentes. También se espera que pida a la asamblea volver a redactar la ley para permitir la nacionalización de los recursos naturales del país, incluyendo el petróleo.
Un economista educado en Estados Unidos, Correa emplea una retórica que a veces es tan antinorteamericana como la de Chávez, refiriéndose a Estados Unidos como "el imperio".
El séptimo presidente ecuatoriano en una década, Correa ha tocado algunos puntos delicados, pero su índice de aprobación sigue estando por sobre el cincuenta por ciento. Aunque las elites, particularmente las de Guayaquil (el centro económico) no lo apoyan, la mayoría de los ecuatorianos respalda sus reformas, dijeron analistas. Un conteo parcial el domingo mostró que Correa cuenta con el 52 por ciento de los votos de la provincia de Guayas, hogar de Guayaquil.
"Estos resultados muestran que hay un divorcio entre los centros de poder y la mayoría del pueblo ecuatoriano", dijo el domingo noche Ricardo Noboa Bejarano a un periodista de televisión.
"Este es una importante victoria para el gobierno", dijo el ex vicepresidente Eduardo Peña.
El analista Sebastián Hurtado, de la firma consultora Profitas, dijo que los buenos resultados de Correa eran el resultado de una oposición débil y desorganizada. Otros dijeron que fueron la expresión del descontento de los votantes con la orientación capitalista que no ha logrado producir beneficios económicos. Correa ha prometido rechazar el pacto comercial entre Estados Unidos y Ecuador.
Algunos temen lo que consideran una inclinación autoritaria de Correa, que evocaría a su mentor Chávez. "Correa ha tomado el programa venezolano como un manual para Ecuador", dijo Hurtado.
Correa ha estado batallando sin cuartel contra la prensa durante su mandato de nueve meses y, como Chávez, quiere fundar un canal de televisión estatal, con una subvención estatal de cinco millones de dólares de Chávez. Hace poco el gobierno compró el Telégrafo, uno de los diarios más antiguos del país.
El presidente se aferra a un revolucionario y ex presidente ecuatoriano, Eloy Alfaro Delgado, como se aferra Chávez de Simón Bolívar, y lo convirtió en el espíritu protector de su ‘socialismo para el siglo 21', una frase que prestó de Chávez.
Observadores electorales de la Organización de Estados Americanos criticaron el uso que hace Correa de eventos públicos y anuncios para influir en los comicios, pero no constataron irregularidades.
Los sondeos en las urnas muestran a la lista de la Alianza Nacional de Correa encabezando las elecciones en varias provincias. El encuestador Hugo Barber, de la firma Datanalysis, de Quito, dijo que esperaba que los candidatos de Correa ocupen al menos setenta de los 130 escaños de la asamblea.
Eso permitiría que Correa redacte la vigésima constitución del país para ponerla en línea con sus planes confesamente socialistas, y acercar a su país a Venezuela y a su carismático presidente antinorteamericano, Hugo Chávez.
Ecuador es considerado un aliado en las campañas norteamericanas contra el tráfico de drogas, y permite vuelos regionales de inspección desde su base aérea de Manta. Pero Correa prometió no renovar el permiso para la base militar norteamericana.
El presidente dijo a periodistas el domingo noche que con la mayoría en la nueva asamblea, su bloque podría pedir la disolución del congreso.
La asamblea constituyente se reunirá en noviembre. Una nueva constitución debe contar con la aprobación de tercios de los votos, en un referéndum.
Correa asumió el cargo en enero prometiendo reformar el ineficiente y corrupto sistema de partidos del Ecuador. Ha sido vago en cuanto a qué debería incluir la nueva Constitución, pero ha insinuado que puede solicitar a la asamblea poner fin a la limitación de un mandato único para los presidentes. También se espera que pida a la asamblea volver a redactar la ley para permitir la nacionalización de los recursos naturales del país, incluyendo el petróleo.
Un economista educado en Estados Unidos, Correa emplea una retórica que a veces es tan antinorteamericana como la de Chávez, refiriéndose a Estados Unidos como "el imperio".
El séptimo presidente ecuatoriano en una década, Correa ha tocado algunos puntos delicados, pero su índice de aprobación sigue estando por sobre el cincuenta por ciento. Aunque las elites, particularmente las de Guayaquil (el centro económico) no lo apoyan, la mayoría de los ecuatorianos respalda sus reformas, dijeron analistas. Un conteo parcial el domingo mostró que Correa cuenta con el 52 por ciento de los votos de la provincia de Guayas, hogar de Guayaquil.
"Estos resultados muestran que hay un divorcio entre los centros de poder y la mayoría del pueblo ecuatoriano", dijo el domingo noche Ricardo Noboa Bejarano a un periodista de televisión.
"Este es una importante victoria para el gobierno", dijo el ex vicepresidente Eduardo Peña.
El analista Sebastián Hurtado, de la firma consultora Profitas, dijo que los buenos resultados de Correa eran el resultado de una oposición débil y desorganizada. Otros dijeron que fueron la expresión del descontento de los votantes con la orientación capitalista que no ha logrado producir beneficios económicos. Correa ha prometido rechazar el pacto comercial entre Estados Unidos y Ecuador.
Algunos temen lo que consideran una inclinación autoritaria de Correa, que evocaría a su mentor Chávez. "Correa ha tomado el programa venezolano como un manual para Ecuador", dijo Hurtado.
Correa ha estado batallando sin cuartel contra la prensa durante su mandato de nueve meses y, como Chávez, quiere fundar un canal de televisión estatal, con una subvención estatal de cinco millones de dólares de Chávez. Hace poco el gobierno compró el Telégrafo, uno de los diarios más antiguos del país.
El presidente se aferra a un revolucionario y ex presidente ecuatoriano, Eloy Alfaro Delgado, como se aferra Chávez de Simón Bolívar, y lo convirtió en el espíritu protector de su ‘socialismo para el siglo 21', una frase que prestó de Chávez.
Observadores electorales de la Organización de Estados Americanos criticaron el uso que hace Correa de eventos públicos y anuncios para influir en los comicios, pero no constataron irregularidades.
chris.kraul@latimes.com
1 de octubre de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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