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hambre ad portas


Ha sido descrita como un ‘tsunami silencioso’. Agudas alzas de precios empujan al hambre.
[Kevin Sullivan] Londres, Gran Bretaña. Más de cien millones de personas están siendo hundidas más profundamente en la pobreza por el ‘tsunami silencioso’ que han provocado las fuertes alzas en el precio de los alimentos, que ya han resultado en disturbios en todo el planeta y amenazan la continuidad de los programas de alimentación de Naciones Unidas para veinte millones de niños, declaró el martes una alta funcionaria de la organización de naciones.
"Esta es la nueva cara del hambre: los millones de personas que hace seis meses no estaban en la categoría de hambre urgente, pero que ahora sí lo están", dijo Josette Sheeran, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentación (WFP) en una rueda de prensa en Londres. "El índice de miseria del mundo está creciendo".
El primer ministro Gordon Brown, anfitrión de Sheeran y otros expertos de organizaciones privadas y gubernamentales en sus oficinas en el número diez de la calle de Downing, dijo que la creciente crisis de los alimentos ha empujado los precios a sus niveles más altos desde 1945 y compite con la actual crisis financiera global como una amenaza a la estabilidad mundial.
"El hambre es un reto moral para cada uno de nosotros como ciudadanos globales, pero también es una amenaza para la estabilidad política y económica de los países pobres del mundo", dijo Brown, agregando que en el mundo mueren al día, por enfermedades relacionadas con el hambre, veinticinco mil personas.
"Ahora que tenemos un niño muriendo cada cinco segundos por causas relacionadas con el hambre, tenemos que actuar", dijo Brown, prometiendo sesenta millones de dólares en ayuda de emergencia para ayudar al WFP para alimentar a los pobres en África y Asia donde en algunos países en los últimos seis meses el precio de muchos alimentos básicos se ha duplicado.
Brown dijo que la "enorme" crisis de los alimentos está amenazando con revertir años de progreso en la creación de una clase media más sólida en el mundo y en sacar a millones de personas de la pobreza.
Los precios de los alimentos básicos como el arroz, el trigo y el maíz se han disparado en los últimos meses, empujados por un complejo conjunto de factores que incluye los fuertes aumentos en el precio de los combustibles, sequías en países claves para la producción de alimentos, la inflada demanda de países emergentes como China e India y el desvío de algunos cultivos para la producción de biocombustibles.
Sheeran observó que Estados Unidos, que dijo que proporciona la mitad de la ayuda alimentaria del mundo, ha prometido doscientos millones de dólares en ayuda alimentaria de emergencia y que el Congreso estaba considerando destinar más recursos.
Sosteniendo un vaso de plástico del tipo que usa el WFP para alimentar a millones de niños, Sheeran dijo a los periodistas que el precio de una tonelada métrica de arroz en algunas partes de Asia había subido de 460 a mil dólares en menos de dos meses.
"La gente simplemente está siendo excluida de los mercados de alimentos", dijo.
El WFP ha presupuestado este año 2.9 billones de dólares -de países donantes- para llevar a cabo sus programas de alimentación en el mundo, incluyendo importantes campañas en Sudán, Somalia, Etiopía y otros países que no pueden alimentar a sus habitantes.
Sheeran dijo que el aumento de los precios significa que el WFP necesita 755 millones de dólares adicionales. Esa "brecha alimentaria" saltó de quinientos millones de dólares hace dos meses, debido a que los precios continúan subiendo, dijo.
"Esperamos haber alcanzado un límite, pero esta es una situación de rápidos cambios", dijo, agregando que el WFP estaba buscando urgentemente contribuciones para cubrir la diferencia a medida que la situación se torna más grave en países pobres como Bangladesh y Afganistán que dependen pesadamente de los alimentos importados.
Sheeran dijo que el principal objetivo del WFP eran los "ultra-pobres", aquellos que ganan menos de cincuenta centavos de dólar al día. Dijo que el alza en los precios de los alimentos significa que millones de personas que ganan menos de dos dólares al día estaban renunciando al seguro médico y a la educación. Los que viven con menos de un dólar al día estaban renunciando a la carne y a las verduras, y los que viven con menos de cincuenta centavos podrían sufrir hambre.
El hambre y la indignación han provocado violentos disturbios hace poco en Haití, donde las revueltas por los alimentos este mes dejaron varios muertos, así como en Bangladesh, Burkina Faso, Costa de Marfil, Camerún, Egipto, Indonesia y Senegal. Los intentos de Argentina de controlar las alzas de precios se enfrentan a una huelga de los productores.
El WFP ya se ha visto obligado a recortar sus programas de alimentación escolar que atendía a veinte millones de niños, dijo Sheeran. Sin más fondos de emergencia, dijo, un programa de alimentación en Camboya sería eliminado y otros programas en países como Kenia y Tayikistán sería reducidos a la mitad.
"Esas son decisiones desgarradoras", dijo Sheeran. "Necesitamos toda la ayuda que podamos recibir de los gobiernos del mundo que puedan permitírselo".
Sheeran dijo que los crecientes precios de los combustibles y fertilizantes estaban acentuando el desastre. Dijo que había vuelto recientemente de un viaje al Valle del Rift en Kenia, donde desde diciembre el coste de los fertilizantes ha subido en un 135 por ciento.
Ese aumento, junto con las alzas de precios para las semillas y el diesel, llevó a los campesinos a plantar sólo un tercio de los cultivos que sembraron el año pasado -una situación que se está repitiendo en todo el mundo, dijo.
"Los campesinos no tienen acceso al crédito, de modo que cuando los precios suben, no pueden sembrar", dijo, instando a los gobiernos, especialmente de los países en desarrollo, a invertir más en programas de ayuda a la agricultura de sus países.
"Creo que gran parte del planeta está tomando conciencia del hecho de que los alimentos no aparecen espontáneamente en las estanterías de las tiendas de abarrotes", dijo.
En algunas partes del mundo, dijo Sheeran, el WFP necesita proveer de alimentos a gente que no tiene nada. En otros países, dijo, el alimento es abundante, pero los precios han aumentado tanto que mucha gente no puede pagarlos. Dijo que el WFP está considerando implementar programas en esos países para proporcionar ayuda económica o cupones de alimentos de emergencia.
Expertos en la alimentación dijeron que esos programas podrían ayudar a bajar los precios nacionales de los alimentos sin perjudicar a los productores locales -el tipo de equilibrio que Sheeran dijo que los funcionarios del WFP están tratando de alcanzar para superar una crisis que tiene diferentes facetas en diferentes partes del mundo.
El creciente uso de los cultivos para producir biocombustibles ha sido criticado por contribuir a la escasez de alimentos. Mientras el Reino Unido y la Unión Europea han llamado a hacer mayor uso de los biocombustibles, Brown dijo el martes que "necesitamos examinar más de cerca el impacto que tienen sobre los precios de los alimentos y sobre el ambiente".
"Si nuestro análisis de la situación en el Reino Unido muestra que debemos cambiar nuestro enfoque, pediremos igualmente que la Unión Europea modifique sus objetivos en cuanto a los biocombustibles", dijo.

18 de junio de 2008
23 de abril de 2008
©washington post
cc traducción mQh
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