los mataron con estrictina
2 de julio de 2008
Concepción, Chile. Informe del Departamento de Patología y Medicina Preventiva de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Concepción, sindica al alcaloide derivado de la Strychnos Nux Vomica como causante de la muerte de los canes envenenados en las calles del centro de la ciudad de la VIII Región.
Un cuadro hiperagudo de asfixia provocado, probablemente por las violentas convulsiones musculares observadas antes del fallecimiento, sumado a otras lesiones y signos encontrados durante la necropsia de uno de los cinco canes envenenados el 25 de junio en el centro de Talcahuano, relacionan la intoxicación que causó la muerte del animal con el uso de estricnina, según lo informado por el Departamento de Patología y Medicina Preventiva de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Concepción.
El informe sugiere la realización de otros estudios para confirmar la presencia de estricnina y descartar otros tóxicos que puedan causar un cuadro similar.
El reporte patológico será incluido en la querella que la Agrupación de Amigos de los Animales de Talcahuano, miembro de la Coalición por el Control Ético de la Fauna Urbana (CEFU), presentará en los próximos días en la fiscalía local correspondiente.
Los Hechos
La noche del 25 de junio cinco canes murieron tras ingerir cebos con una sustancia tóxica, probablemente estricnina. La mañana siguiente más de una decena de perros sin vida aparecieron dispersos entre las calles Valdivia, Colón y Bulnes y en la Plaza de Armas, situación que se ha vuelto común según la Agrupación de Amigos de los Animales, presidida por Paulina Durán.
El hecho fue catalogado como gravísimo por CEFU pues al delito de esparcir sustancias tóxicas en el ambiente, se suma el causar sufrimiento a los animales -ambos tipificados en los articulos 291 y 291 bis del Código Penal- y el de amedrentamiento del que han sido víctimas los miembros de la agrupación de Talcahuano que asistieron a los animales envenenados; y grabaron en video tanto su agonía como el repudio de los transeúntes hacia estas prácticas.
©la segunda 
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