en mar del plata detienen a represores
19 de septiembre de 2008
Los nuevos detenidos, que serán indagados en los próximos días, son el comodoro Ernesto Alejandro Agustoni y el brigadier José Beccio, jefe y subjefe de la Base Aérea respectivamente; el coronel Roberto Atilio Bocalandro, jefe del Grupo de Artillería de Defensa Aérea (GADA) 601 hasta diciembre de 1976, y el oficial de la Fuerza Aérea Leandro Marquiegui, jefe de inteligencia de Barda. El juez Castellanos también imputó por los delitos en La Cueva a tres represores detenidos con anterioridad que gozan de arresto domiciliario. El general Alfredo Manuel Arrillaga fue jefe de inteligencia del GADA, jefe de la subzona represiva 15 y es vicepresidente del Círculo Militar. El coronel Aldo Carlos Máspero reemplazó a Barda como jefe del GADA el 3 de octubre de 1977. El coronel Jorge Luis Toccalino fue jefe de operaciones del GADA. Toccalino, detenido desde septiembre por secuestros en Necochea, preside la Cámara de Empresas Líderes de Seguridad e integra el tribunal de honor de la Asociación Argentina de Seguridad Privada.
Hasta ayer, los únicos detenidos por secuestros, torturas y asesinatos en La Cueva eran el general Barda, como responsable principal, y dos autores materiales de los hechos: el suboficial de la Fuerza Aérea y violador de cautivas Gregorio Rafael Molina, y el ex miembro de la Concentración Nacional Universitaria Nicolás Cafarello, que luego del golpe se incorporó al GADA como chofer de Arrillaga. El miércoles se sumó el ex jefe de la CNU y abogado de alto perfil Eduardo Cincotta. La captura de Eduardo Salvador Ullúa fue anunciada por organismos locales, pero hasta ayer a la tarde no se había concretado. Ambos fueron incorporados como personal civil de inteligencia y están acusados como partícipes necesarios de los delitos. Todas las detenciones en curso son contra autores mediatos.
El comodoro Agustoni declaró durante el Juicio a las Juntas en 1985. Relató que a pedido de Barda la Fuerza Aérea le cedió al Ejército el uso del viejo radar "para descanso y escala de las patrullas de esa fuerza". Investigaciones posteriores demostraron que no era exacto: el problema era que el GADA estaba a 15 kilómetros de Mar del Plata y Barda necesitaba que los interrogatorios bajo tortura para extraer información demoraran lo menos posible. Agustoni agregó que "el requerimiento fue verbal aunque informado a la superioridad", aseguró que "ningún miembro de la Fuerza Aérea prestó funciones en el radar" y que no le constaba "que dentro de la base hubiese personas detenidas". En el año 2000, cuando regían las leyes de impunidad, Agustoni se negó a declarar durante el Juicio por la Verdad de Mar del Plata. Ahora podrá explayarse ante el juez Castellano.
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