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comercio y cautiverio de animales exóticos


Animales exóticos, atrapados en red de narcos mexicanos.
[Mica Rosenberg] Ciudad de México. Desde las serpientes vivas que los traficantes rellenan con paquetes de cocaína hasta los tigres blancos que los capos de la droga tienen como símbolo de estatus, los animales exóticos están cada vez más involucrados en el violento mundo mexicano de los estupefacientes.
A los jefes del narcotráfico les gusta presumir rarezas como botas de piel de tortuga marina o construir zoológicos privados en sus mansiones.
También ganan dinero al compartir sus rutas con traficantes ilegales de animales que empacan colibríes en cajas de cigarrillos y jóvenes monos en ductos de aire acondicionado de autos, para ser vendidos en el ávido mercado de mascotas de Estados Unidos.
La violenta guerra del narcotráfico causó la muerte de unas 5,700 personas en México el año pasado. Algunos rumores hablan de capos arrojando a sus enemigos a los grandes felinos, como comida.
Se estima que el tráfico ilegal de especies vivas en todo el mundo alcanza unos 20,000 millones de dólares al año, según datos de Interpol. Algunos animales son usados como ingredientes en medicina tradicional asiática, afrodisíacos o accesorios de lujo.
Los grandes dividendos de vender animales salvajes en el mercado negro, en el que cierta especie de cacatúa en peligro de extinción puede valer hasta 90,000 dólares, le dan un incentivo extra a los narcos para diversificar su negocio.
"A veces se puede hacer tanto dinero, si no es que más, que traficando drogas, con menos consecuencias porque la policía no está prestando atención y si te atrapan sólo te tocará un regaño", dijo Crawford Allan, jefe para Norteamérica del grupo de vigilancia contra el contrabando de especies Traffic.

Piel de Tortuga y Cocaína
China y Estados Unidos son los dos mayores mercados en el mundo para mascotas prohibidas y productos animales, lo que hace que la frontera norte de México un movido corredor de exportación de especies exóticas, desde Latinoamérica y otras partes del mundo.
"Hay alguna evidencia de que la misma gente está traficando en ambos (drogas y animales)", dijo Allan en Ciudad de México, donde Traffic está ayudando a entrenar a inspectores para que descubran cargamentos ilegales de animales.
En el 2007, en la mayor operación en su tipo, agentes encubiertos del Servicio de Vida Salvaje y Acuática de Estados Unidos pasaron tres años infiltrándose en un grupo de traficantes de pieles de tortuga marina en peligro de extinción desde México hasta ciudades tan al norte como Chicago.
A ambos lados de la frontera fueron halladas drogas ilegales durante la investigación, dijo el agente Nicholas Chávez.
En Estados Unidos, se decomisó marihuana en uno de los almacenes que fueron encontrados llenos de botas de pieles de animal. En el lado mexicano, traficantes se ofrecieron a transportar cocaína junto con las pieles de las tortugas casi extintas.
"Simplemente lo dijeron, así como ’hey, también podemos mover eso si quieres’ (...) están básicamente moviendo lo que sea", dijo Chávez.
Los animales pueden servir de doble propósito, al ser también usados para enmascarar embarques de drogas.
"Hay casos en los que la droga está escondida en compartimentos ocultos dentro de contenedores con serpientes venenosas que portan la leyenda ’Serpientes venenosas ¡No abrir!’, así que ningún agente aduanero va a querer revisar el interior", dijo Allan.
Paquetes de cocaína líquida, visible sólo por su ligero tono amarillento, han sido encontradas flotando dentro de bolsas con peces tropicales vivos.
En 1993, en un escandaloso caso en el aeropuerto internacional de Miami, a algunos ejemplares de un cargamento de 312 boas constrictoras proveniente de Colombia se les implantaron quirúrgicamente condones rellenos de cocaína.
Al final se encontraron 36 kilos de la droga y todas las serpientes terminaron muertas.

Narcozoológico
Los capos de la droga colombianos solían tener sus propios zoológicos con leones, tigres, hipopótamos, serpientes venenosas y otras especies exóticas, y ahora son los líderes de los cárteles mexicanos los que han retomado la costumbre, al tiempo que asumen el rol de jugadores dominantes en la industria de la cocaína.
El jefe de los Zetas, el temido brazo armado del cártel del Golfo, tenía dos leones y un tigre en su rancho, y es un rumor extendido, inclusive reportado por la prensa local, que alimentaba a los felinos con los cuerpos de sus rivales.
El mercado local en México para las mascotas exóticas también está creciendo.
Dado que se reproducen en cautiverio sin mayor problema, uno puede adquirir legalmente un tigre en México por unos miles de dólares, menos de lo que cuestan algunos perros con pedigrí, según autoridades.
"Es una demostración de poder, es algo bastante común lo que vemos entre la gente que se dedica al crimen, especialmente al crimen organizado", dijo Patricio Patrón, director de la Procuraduría Federal del Protección al Ambiente.
El año pasado, en una redada a una mansión en un exclusivo barrio de la Ciudad de México se encontraron dos leones, dos tigres de Bengala, dos jaguares negros y un mono, todos bien alimentados y aparentemente cuidados por un veterinario particular.
Pero no todas las mascotas son tan afortunadas como esos regordetes felinos, que fueron trasladados a un zoológico público tras la redada.
Muchos animales traficados no sobreviven los largos, oscuros y sofocantes viajes.
Chávez, el agente estadounidense que trabaja en la frontera con México, dijo que en una ocasión encontraron nueve monos bebé, que usualmente son capturados tras el asesinato de la madre, muertos por asfixia dentro de los ductos de aire acondicionado de un vehículo.
Jorge Yáñez, un funcionario experto en vida salvaje quien dirige un albergue para animales rescatados en el centro del país, dijo que una vez vio cuatro colibríes amarrados y empacados dentro de una cajetilla de cigarros.
"De cada diez animales traficados, uno sobrevive", dijo Yáñez en el albergue, situado dentro de un bosque de pinos, y que trabaja en rehabilitar y liberar a especies como halcones, jabalíes y linces que fueron incautados en redadas o entregados por personas que los compraron y luego no los pudieron cuidar.

8 de febrero de 2009
©reuters
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