berríos seguía juicio de letelier
12 de agosto de 2009
El químico de la DINA, asesinado por la inteligencia militar chilena y uruguaya, Eugenio Berríos, escuchaba diariamente desde Uruguay en una radio de onda corta los acontecimientos que, a comienzos de los años 90, se desarrollaban en Chile en el juicio por el crimen del ex canciller Orlando Letelier, ocurrido en Washington en 1976.
Berríos, mantenido secuestrado desde fines de 1991 en un departamento de Montevideo por una unidad de la Dirección de Inteligencia del Ejército chileno (DINE) con la colaboración de militares uruguayos, instalaba para ello una antena en el balcón del departamento para potenciar la audición de su radio.
La última vez que el juez Adolfo Bañados, que en Santiago instruía el juicio por el crimen de Letelier lo citó a declarar, fue el 2 de octubre de 1991.
A las dos citaciones anteriores el químico no concurrió. Y a esta última tampoco. Veinticuatro días después la DINE lo sacó clandestino de Chile por orden del dictador Augusto Pinochet.
La operación ocurrió a tiempo, porque el 8 de noviembre de ese año el juez Bañados dictó una orden de arresto en su contra.
Antes que terminara 1992, Berríos le confesó a su custodio en Montevideo, el suboficial DINE Nelson Román Vargas, su verdadera identidad.
Allá vivía con el nombre falso de Tulio Orellana. Le dijo, además, que él estaba ahí por el caso Letelier y que, por ello, seguía el juicio por radio. El químico ya meditaba volver a Chile a declarar lo que sabía.
El antecedente que confirma que Berríos fue sacado de Chile para impedir que declarara en ese proceso, lo relató ayer en la audiencia probatoria por el crimen del químico, en palabras simples pero directas, su ex custodio Román Vargas.
Es una de las menciones más claras que existe en el proceso de que a Berríos lo secuestraron y lo mataron para evitar que hablara sobre el atentado a Letelier.
Pero, ¿por qué a Pinochet le interesaba que Berríos no declarara por este crimen? Hasta la fecha no existe esa información en los 40 tomos del expediente por el homicidio del químico.
Sin embargo, una fuente calificada dijo a La Nación que lo que Pinochet temía era que el gobierno de Estados Unidos pidiera su extradición a ese país para ser juzgado en Washington en el juicio por el crimen de Letelier, proceso que hasta hoy sigue abierto.
Precisamente, coincidente con la fecha en que Berríos fue sacado de Chile a Uruguay la Fiscalía del distrito de Columbia, en Washington, elaboró un documento en el que se pedía al gobierno de Estados Unidos solicitar a Chile la extradición del dictador. El documento fue tenido a la vista, en ese país, por la fuente que lo relató a nuestro diario.
Pero consultada entonces la embajada estadounidense en Santiago, ésta habría recomendado no hacer el requerimiento, pues ello "podría desestabilizar el naciente proceso de transición a la democracia en Chile".
Cuando el juez español Baltasar Garzón dictó la orden de captura internacional en contra de Pinochet, éste habría viajado a EEUU a consultar el referido informe de la fiscalía de Columbia.
De acuerdo a la fuente, la temida petición de extradición del dictador pudo ser la causa principal para el secuestro y posterior asesinato de Eugenio Berríos.
©la nación
0 comentarios