apeló cura demoníaco
17 de septiembre de 2009
Von Wernich, de 71 años, cumple prisión en una cárcel de las afueras de Buenos Aires como "coautor" de 7homicidios, 42 casos de secuestro y 32 de torturas, cargos que fueron confirmados en marzo pasado por la Cámara de Casación, máximo tribunal penal del país.
Terminada la dictadura argentina, el cura fue destinado por sus superiores a la localidad de 9 de Julio (250 kilómetros de Buenos Aires), pero allí fue ubicado por organismos de DD.HH. En 1996 desapareció de su diócesis y se refugió en Chile, con el nombre falso de Christian González. En el país permaneció siete años, a cargo de la parroquia de El Quisco, pero un artículo la revista chilena Siete +7, titulado: "El cura torturador que se esconde en El Quisco", reveló su caso, obligando al sacerdote a renunciar y volver para enfrentar a la justicia trasandina.
El sacerdote católico, detenido en septiembre de 2003, fue condenado en un juicio que concluyó en octubre de 2007 como "coautor" de crímenes "en el marco de un genocidio" llevado a cabo por el régimen militar, según la sentencia del Tribunal Oral Uno, de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires.
La Condena
Pero su abogado Juan Cerolini presentó un "recurso extraordinario" para que la Corte Suprema revise tal fallo con el argumento de que no ha sido probada la responsabilidad del sacerdote en los crímenes que se le imputan.
"Dentro de la decisión del tribunal (penal), se ha instalado la idea de que realmente Von Wernich sabía y tenía pleno conocimiento del plan de exterminio" de la dictadura, pero esto "no se ha acreditado ni siquiera mínimamente", señaló en la apelación a la Corte Suprema.
En el escrito, difundido en los tribunales, remarcó que "no hubo uno solo de los testigos que haya afirmado en forma terminante haber caído bajo el influjo de la acción pastoral" de quien fue capellán de la Policía de la provincia de Buenos Aires para que otras personas cometieran delitos de represión.
"No debe haber responsabilidad por el exceso de otro", puntualizó la defensa de Von Wernich, primer religioso condenado por delitos de lesa humanidad.
©la nación
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