motivos para el asesinato de frei
9 de diciembre de 2009
A comienzos de la década de los 80 el Mandatario se convirtió en el líder de la DC para el régimen militar. A partir de esos años su rol público se hizo más intenso y congregó a los grupos disidentes.
[Javier Rebolledo] Santiago, Chile. A pesar de haber aprobado el golpe militar ocurrido en septiembre de 1973, al poco tiempo Eduardo Frei Montalva se transformó en un duro detractor, primero de la Junta Militar y, luego, del poder que concentró en sus manos Augusto Pinochet.
Y no fue una disidencia silenciosa. El procesamiento del ministro Alejandro Madrid pone especial énfasis al problema en que se transformó el líder de la Democracia Cristiana para el régimen, recién empezada la década de los 80.
Es a partir de esta fecha que su rol público opositor se vuelve más intenso, en torno al que se agruparon diversos grupos disidentes.
El ‘caupolicanazo’, acto masivo llevado a cabo en Teatro Caupolicán el 27 de agosto de 1980, se transformó en una verdadera provocación para la dictadura.
No sólo fue la primera concentración política celebrada en Chile luego del 11 de septiembre de 1973, sino que además atacó una de las bases sobre las que Pinochet pretendió darle un marco legal a su gobierno: la Constitución de 1980.
Seguida de cerca por la CNI, Frei fue el orador principal de la velada a la que asistieron desde agrupaciones vecinales y estudiantiles hasta los partidos Socialista y Comunista.
Pocos días más tarde, en septiembre, Frei asistió a la sede de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF). Se reunió con trabajadores y dirigentes, incluido su asesinado líder, Tucapel Jiménez.
En su discurso señaló: "Nos ofrecen una transición, un período no de transición, es un período de acumulación de poder en pocas manos. Aquí no habrá Parlamento ni municipios elegidos, no habrá ningún factor de contrapeso (…)".
Sus palabras comenzaron a sacar ronchas y las entrevistas a su persona, sobre todo en medios escritos, se multiplicaron.
Incluso la revista Qué Pasa tituló en su edición del 4 de septiembre de 1980 "Frei: ¿Es alternativa?", destacando que, después de Pinochet, el malogrado presidente era el rostro más conocido.
Como si hubiese sido aconsejado, el dictador hizo aún más patente su intención de desbaratar cualquier posibilidad de oposición. Es así, como el 15 de octubre de 1980, recién aprobada su Constitución sui generis, ordenó expulsar del país al encargado de la DC, Andrés Zaldívar.
Sin embargo, ese mismo año se forma la Coordinadora Nacional Sindical que decanta en la presentación de un petitorio destinado al gobierno llamado "Pliego Nacional", presentado en junio de 1981, como protesta a la forma en que se estaban llevando los procesos en Chile.
Sus autores fueron detenidos de inmediato, sin embargo, su líder, Manuel Bustos, alcanzó a reunirse por unos momentos con Eduardo Frei.
Éste comprometió su ayuda y al día siguiente de la encarcelación acudió a la Vicaría de la Solidaridad donde se acordó la creación del Comité de Defensa de la Libertad Sindical.
"Acentuada Represión"
Como respuesta feroz, la dictadura ordenó la detención y posterior extrañamiento de tres de sus integrantes: Jaime Castillo Velasco, Alberto Jerez y Orlando Cantuarias.
La acción fue rechazada de plano por la oposición y, nuevamente, la voz cantante fue Eduardo Frei.
Declaró públicamente ante los medios de comunicación el 13 de agosto de 1981: "El gobierno en vez de un régimen de transición como se anunciara, ha escogido el camino de una dura y acentuada represión".
Por esos días, aquejado por los fuertes dolores de una hernia gastroesofágica, comenzó a estudiar la posibilidad de operarse para mejorar su calidad de vida.
"Reunidos un grupo de facultativos de su confianza (el primero) en su domicilio se le expresó que era factible realizar una operación de esa naturaleza y que podía hacerse en Chile", señala el procesamiento del ministro Madrid. Era el principio del fin.
Los Procesados
Patricio Silva: Médico de cabecera que encabezó tres cirugías.
Médico de la Universidad Católica, cirujano especialista en gastroenterología. Estuvo a cargo del equipo médico militar que se hizo cargo de las tres intervenciones quirúrgicas posteriores practicadas a Eduardo Frei, luego de que su condición se agravara. Esta acción llamó la atención del magistrado, debido a que el mismo se opuso a que se llevara a cabo la primera operación. También es responsabilizado por el suministro del medicamento Transfer-Factor, en ese momento sin certificación, el que podría haber influenciado el deceso. Gozaba de gran cercanía con el ex Presidente, tanto que durante su mandato fue subsecretario de Salud. En dictadura asumió la subdirección del Hospital Militar. Como autor.
Luis Becerra Arancibia: Chofer personal del ex presidente.
Chofer personal de Eduardo Frei, en forma paralela sirvió como agente de la Central Nacional de Informaciones (CNI). En cumplimiento de esta labor, en el proceso se demostró que informó de cada una de las actividades llevadas a cabo por el fallecido ex Presidente. Según el auto de procesamiento, terminada esta labor, mantuvo una estrecha relación con la familia Frei. Como autor.
Raúl Lillo Gutiérrez: Agente de la CNI en la Democracia Cristiana.
Según testimonios del proceso, la información recabada por Becerra Arancibia era entregada directamente a Lillo. Éste se desempeñaba como segundo jefe de la unidad de la CNI encargada de realizar el seguimiento a las actividades llevadas a cabo por Frei. Realizaba el pago a los informantes de la Democracia Cristiana. Al momento de la muerte de Frei contaba con información privilegiada sobre su estado. Como autor.
Pedro Valdivia Soto: Doctor y funcionario de la CNI.
Médico cirujano, además de funcionario de la DINA y la CNI. Al momento del supuesto crimen ejercía funciones en la temida Clínica London y en la Santa María como residente. Ingresó a la habitación del ex presidente sin justificación ni dejar constancia alguna en su ficha. Su explicación fue que lo hizo a petición de un familiar de la víctima, lo que fue desmentido por ésta en careo. Además, el día de la muerte de Frei habría recibido el cadáver, lo que descartó señalando que se encontraba haciendo uso de un feriado. Esto fue desmentido debido a que ese día le dio el alta médica a otro paciente. Como encubridor.
Sergio González Bombardieri: "El ayudante" encubridor.
Es el otro médico de la Universidad Católica que junto a Rosenberg practicó la autopsia que estuvo escondida por más de 20 años. Entre sus contradicciones se encuentra haber declarado que el embalsamamiento fue llevado a cabo para mantener el cadáver mientras se realizaban homenajes en la Catedral de Santiago. El procesamiento señala que para esto sólo bastaba "la utilización de una inyección conservadora, lo que es una práctica habitual". Como encubridor.
Helmar Rosenberg: a cargo de la autopsia y embalsamamiento.
El patólogo de la Universidad Católica tuvo a su cargo la autopsia practicada a Frei. Realizó el informe de dicha labor diez años transcurrido el procedimiento quirúrgico que terminó con un embalsamamiento. Cabe destacar que la necropsia no fue autorizada por la familia Frei, lo cual se encuentra acreditado en el proceso. Según Rosenberg, quien le ordenó llevar a cabo el procedimiento, fue su jefe directo, el doctor Roberto Barahona, sin embargo a la fecha éste se encontraba jubilado y gravemente enfermo, falleciendo pocos días más tarde. Como encubridor.
©la nación
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