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zelaya se marchó al exilio


En República Dominicana. Respetando un acuerdo para poner fin a la crisis política, el derrocado presidente deja el país después de que Porfirio Lobo jurara como presidente.
[Ken Ellingwood y Alex Renderos] Ciudad de México y El Salvador. Cuando el nuevo presidente hondureño asumía el cargo el miércoles, el ex presidente Manuel Zelaya se marchó al exilio en la República Dominicana según los términos de un acuerdo que pone fin a meses de confusión desde su derrocamiento por militares en el verano pasado.
Zelaya, acompañado por su esposa, dos hijos y el presidente Leonel Fernández, de República Dominicana, abandonó Honduras horas después de que Porfirio Lobo jurara como presidente.
Según un acuerdo alcanzado el fin de semana pasado por Fernández, Zelaya accedió a abandonar la embajada brasileña en Tegucigalpa, la capital hondureña, donde se había refugiado en septiembre pasado, y dejar el país una vez que su mandato terminara oficialmente.
"Volveremos", gritó Zelaya antes de abordar el avión.
Lobo, un hacendado conservador elegido en noviembre, escoltó a Zelaya hasta el aeropuerto con una larga comitiva, informó la televisión hondureña. Cientos de partidarios de Zelaya ondeaban banderas para despedirlo en el aeropuerto. No se produjeron disturbios.
Lobo dijo que su gobierno trabajaría por la reconciliación en casa, y se dirigió a los numerosos países que condenaron el derrocamiento de Zelaya.
"Ahora dejamos el pasado y miramos hacia el futuro", dijo Lobo después de su juramento. "Pero no podemos avanzar hacia el futuro sin curar las heridas del pasado".
La partida de Zelaya y la investidura de Lobo permitirán a Honduras tratar de superar la crisis que dejó al descubierto una profunda polarización política y sufrió el primer golpe militar en América Central en más de una década.
El primer acto de Lobo fue firmar un decreto otorgando amnistía política a Zelaya y los militares [que lo derrocaron]. La medida, aprobada un día antes por el Congreso hondureño, no cubre las acusaciones de malversación de fondos de que es acusado el ex presidente.
Además, la Corte Suprema exoneró a seis altos oficiales, incluyendo al jefe del estado mayor, declarando que no actuaron de mala fe cuando detuvieron a Zelaya el 28 de junio de 2009 y lo trasladaron a Costa Rica [parando antes de la base norteamericana de Palmerola]. Zelaya volvió clandestinamente al país en un intento de recuperar su cargo.
La Corte Suprema había ordenado la detención de Zelaya por abuso de poder, traición a la patria y otros cargos después de que se negara a renunciar a sus planes de convocar a un referéndum que había sido declarado ilegal [por la Corte Suprema] y que sus enemigos dijeron que lo que buscaba en realidad era mantenerse en el poder más allá de su mandato.
Partidarios del golpe se negaron a reinstalar a Zelaya pese a la indignación internacional. Estados Unidos cortó algunas ayudas y revocó los visados de algunos funcionarios del régimen interino encabezado por Roberto Micheletti.
Pero la presión se desvaneció incluso antes de que Lobo ganara las elecciones, que estaban convocadas mucho antes del golpe de estado. Hubo indicios el miércoles de que el resto del mundo normalizaría pronto las relaciones con el gobierno.
El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, de izquierdas, no asistió a la investidura, pero dijo que restablecería las relaciones diplomáticas una vez que Lobo asumiera el cargo.
Lobo dijo el martes que esperaba que Estados Unidos reiniciara pronto la ayuda humanitaria de varios millones de dólares. Un alto funcionario del Departamento de Estado de EUA dijo que aunque el gobierno estadounidense aprueba las primeras medidas del nuevo gobierno hondureño, todavía no se toma una decisión sobre la ayuda.
Zelaya, un adinerado hacendado maderero, se convirtió en héroe de los pobres y paria de la ultra-reaccionaria elite del país, cuando se inclinó hacia la izquierda cuando fue elegido presidente. No parece tener muchas posibilidades de vivir un retorno político en Honduras.

Renderos es un corresponsal especial. Paul Richter en Londres contribuyó al reportaje.

1 de febrero de 2010
28 de enero de 2009
©los angeles times 
©traducción mQh
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