poch dice que fue mal interpretado
24 de mayo de 2010
Confesó en una borrachera y ahora está preso.
Argentina. Uno de los casos paradigmáticos de los denominados "vuelos de la muerte" es el de Julio Alberto Poch. El teniente de fragata retirado, fue detenido el 22 de septiembre de 2009 en España, en base a testimonios de sus compañeros de la compañía aérea holandesa Transavia, que lo denunciaron a la policía local luego de escucharlo ufanarse de haber arrojando con vida al mar a quienes él consideraba como "terroristas de izquierda". Poch –extraditado a la Argentina el pasado 6 de mayo– negó las acusaciones ante el juez federal Sergio Torres, y responsabilizó a sus ex compañeros de aerolínea por un supuesto "malentendido". La confesión ocurrió durante una cena en un restaurante de la isla de Bali, en Indonesia, luego de que los holandeses calificaran de "régimen criminal" a la dictadura argentina. "Poch dijo que teníamos una imagen errónea de la época, que hubo una guerra y en la guerra muere gente", relató el piloto Tim Weert. Luego contó "cuando a bordo de su avión se echaba fuera de borda a personas con vida con el fin de ejecutarlas", agregó. "No hay problema, estaban drogados", les aclaró Poch con frialdad. El piloto de 57 años se retiró de la Armada en 1981 y se radicó junto a su familia en Zuidscherme, a 25 kilómetros de Amsterdam. Durante su escala en Valencia, donde había comprado una casa, fue detenido por la policía española a pedido de la Justicia argentina. El juez Torres –a cargo de la causa Esma– había solicitado su captura internacional luego de escuchar en persona, en Holanda, a los testigos de la confesión.
Ante los jueces de la Audiencia Nacional de España, Poch anticipó que se consideraba "malinterpretado", aseguró que no tenía "nada que ver" con los vuelos de la muerte y que desconocía la metodología. Luego de la extensa indagatoria en los tribunales locales, en la que Poch aseguró que él como piloto naval sólo guiaba aviones monoplaza, fue enviado nuevamente al penal de Marcos Paz. El método de arrojar personas vivas al mar fue probado por la Justicia en cuatro vuelos, cuyas víctimas, enterradas como NN, fueron identificadas gracias al trabajo de antropólogos forenses. La Justicia argentina abrió tres causas para investigar los vuelos, que aún no tienen ningún imputado.
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