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condenado reclama inocencia


El policía ya fue condenado a veinte años de prisión por delitos de lesa humanidad. El ex jefe de la Comisaría 4ª de Santa Fe Mario Facino se defendió ante el tribunal que lo juzga por el asesinato de Alicia López, en 1976. "Yo desconocía la presencia de esa mujer", dijo. "Nunca maté a nadie y nunca nadie me ordenó matar."
[Juan Carlos Tizziani] Santa Fe, Argentina. El Tribunal Oral Federal de Santa Fe cerró el período de pruebas en el juicio al ex jefe de la Comisaría 4a, Mario Facino, acusado por el secuestro y homicidio de la docente y ex militante de las Ligas Agrarias Alicia López, en 1976. Facino ya fue sentenciado a 20 años de prisión por delitos de lesa humanidad y ahora corre el riesgo de sumar una condena mayor. Así que ayer aprovechó sus últimas palabras ante los jueces para defenderse: tiró la responsabilidad en la cadena de mandos, admitió que la Comisaría 4a era un enclave donde operaban los grupos de tareas, pero dijo que él "no tenía competencia" sobre los detenidos políticos. "Yo desconocía la presencia de esa mujer, como desconocía la presencia de todos los presos que estaban ahí. A mí me quitaron el mando de ese sector", se desligó. Y fue más allá en el descargo: "Yo nunca maté a nadie. Y nunca nadie me ordenó matar", dijo. La audiencia se reanudará el 29 de julio con los alegatos de la querella, el Ministerio Público y la defensa, y el veredicto se conocerá en los primeros días de agosto.
Facino habló durante una hora ante los jueces María Ivón Vella, José María Escobar Cello y Ricardo Moisés Vázquez. Descalificó a los testigos que vieron a Alicia López en los calabozos de la 4a y sobre todo al que más lo compromete: Raúl Pinto, quien aseguró ante el Tribunal que él vio a su compañera de celda inerte en el piso y creyó que estaba muerta. "Pinto miente", se defendió Facino.
Sin embargo, después consideró "creíble" el testimonio de otro detenido político, Eduardo Almada, quien reveló que Alicia fue sacada de la comisaría 4a a fines de noviembre o principios de 1976 por uno de los jefes del Destacamento de Inteligencia Militar 122, Nicolás Correa, un suboficial del Ejército que se recicló en la democracia y fue asesor de seguridad del ex gobernador Jorge Obeid, entre 1995 y 1999.
"Una de las declaraciones que me parece creíble es la de Almada", dijo Facino. "¿Por qué digo esto? Porque da detalles que no puede inventar. Dice lo que vio. Es creíble." Almada era otro de los compañeros de celda de Alicia López, la veía cuando la llevaban al baño y caía desmayada. Y relató que "a fines de noviembre o principios de diciembre de 1976", Correa la vino a buscar, se la llevó y "jamás la volvimos a ver". "La sacó una tarde personalmente y no volvió más", dijo. La declaración de Almada fue incorporada ayer por lectura en el juicio porque falleció hace algunos años en un accidente.
Facino agitó el vínculo entre Correa –a quien no mencionó por su nombre– y Obeid para atacar al ex gobernador, a quien llamó "montonero traidor". Correa –ya fallecido– era el segundo del ex subsecretario de Seguridad Pública de Obeid, el teniente coronel José Bernhard, quien "participó activamente en el Ejército. Y Bernhard, el nexo entre Obeid y el Ejército".
"Esto tiene una parte política que voy a demostrar. A mí me metieron preso cuando era presidente de la comuna de San José del Rincón. En 2004, volví a ganar las elecciones, pero no pude terminar el mandato en 2005 porque un día apareció la Policía Federal y desde ese momento estoy preso hasta ahora y no sé hasta cuándo. Y en esa parte política tuvo mucha influencia Obeid", insistió Facino.
La presidenta del Tribunal reaccionó: "Yo no quiero menoscabar su derecho de defensa. Pero le pido por favor que trate de acotar esto a los hechos de la causa", le pidió la doctora Vella.

–Yo soy un preso político, no tenga la menor duda –se quejó Facino. "Obeid fue un traidor toda su vida. Ese señor tendría que participar alguna vez en estas causas."

Ya muy nervioso, Facino sacó una carpeta con papeles que intentó exhibir ante el Tribunal. "Eso no tiene nada que ver con este juicio. Guarde eso", lo cortó el juez Escobar Cello.

–Es importante que la gente conozca –se quejó el imputado.
–¡Hágalo conocer por otros medios! ¡No en esta audiencia! –lo retó Escobar Cello.

–¿Los recortes periodísticos sobre la comuna de Rincón tampoco?
–No. Todo lo que quiera hacer conocer sobre hechos que no tienen que ver con esta causa tiene otras formas de darlos a publicidad. No utilice esta audiencia para manifestaciones sobre cuestiones que no tienen que ver. Usted está imputado por determinados hechos –le recordó la jueza Vella.

Facino volvió entonces a tirar de la cadena de mandos. "Los presos del Ejército todos, sin excepción, entraban por la cochera y los llevaban directamente a las celdas." Después, se quejó porque era el único imputado en la causa. "Ninguno de ésos está preso." Y el otro con que quien debería compartir el banquillo –Correa– está muerto. Y agregó: "Nosotros éramos policías, jamás anduvimos de civil, nunca. Siempre con el uniforme policial y con cosas identificables. No como andaban los patoteros, ésos de la famosa patota. ¿Alguien cree que si yo supiera quién era esa gente no lo hubiera dicho? Por favor", se lamentó.

24 de julio de 2010
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