ausencias de gustavo germano
‘Ausencias’, de Gustavo Germano, se inaugura hoy en el Centro Cultural Haroldo Conti. La mitad de las treinta imágenes que componen la exhibición fue sacada de álbumes familiares de desaparecidos; las restantes reconstruyen las situaciones sin los que ya no están. Y el efecto de ese contraste es el del título de la muestra.
[María Daniela Yaccar] Argentina. El mismo mar, la misma arena. Dos fotografías, una al lado de la otra. En la primera, en blanco y negro, los rostros sonrientes de dos enamorados en su luna de miel. En la otra, a color, un paisaje desértico, silencioso. Nada. No, "nada" no es la palabra precisa, en todo caso la palabra es el efecto de contraste entre esas dos imágenes: ‘Ausencias’. Así se llama la muestra que Gustavo Germano trae por segunda vez a Buenos Aires y que inaugura hoy a las 16 en el Centro Cultural Haroldo Conti (ex ESMA, Av. del Libertador 8151). Con un recurso impactante, aunque simple, el fotógrafo entrerriano residente en España propone una apelación a la memoria, con la evidencia de las ausencias que dejó la última dictadura militar argentina.
Como proyecto, ‘Ausencias’ nació en Entre Ríos hace cuatro años. Con el auspicio de Página/12 y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, el apoyo de la Delegación del Gobierno de Catalunya en la Argentina y la producción de la Fundación Casa América Catalunya, Germano la mostró por primera vez en Barcelona en 2007. Desde ese momento, la exposición no paró de viajar. En marzo de 2008 llegó al Centro Cultural Recoleta e hizo una gira por el interior del país. Luego de pasar por Italia y París, acaba de inaugurarse en el Instituto Cervantes de Frankfurt (hay dos copias de la serie de treinta fotografías), y formará parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro.
El punto de partida de ‘Ausencias’ fue un triste pensamiento, "el tiempo que no se pudo ver envejecer" a los desaparecidos, cuenta Germano. Los catorce casos registrados están representados por dos fotografías. En la primera, extraída de álbumes familiares, la víctima del terrorismo de Estado aparece junto a sus allegados en una situación cotidiana y amena. En la segunda, los familiares y/o amigos aparecen retratados en el mismo lugar, e incluso repitiendo poses. Germano, cuyo hermano Eduardo se encuentra desaparecido, detalla que la idea surgió a fines de los ’90, aunque pudo concretarla en 2005, cuando se fundó en Entre Ríos el Registro Unico de la Verdad de la provincia. También colaboraron la Asociación de Familiares y Amigos de Detenidos Desaparecidos de Entre Ríos (Afader) e HIJOS Regional Paraná.
Germano recortó su trabajo a Entre Ríos. Y seleccionó casos capaces de retratar distintos vínculos. Se ve a madres, hermanos, amigos y parejas. La variedad también se buscó en otros órdenes. "Hay personas de distinta extracción política y social, fotos en interiores y exteriores", detalla. El halo que atraviesa a todas las imágenes es la cotidianidad. "Desde el primer momento, las imágenes de desaparecidos se utilizaron como comprobación de su existencia. Aparecieron en pancartas o recordatorios, en general recortadas", explica Germano. De ahí la importancia de incluir el entorno: "Se entiende que la víctima no es sólo la persona desaparecida. Están los que lo amaban, que vivieron todo este tiempo con la ausencia", cierra.
El contraste entre esos pares de imágenes genera al menos silencio.
Es que hay una paradoja: la "interacción ineludible y a la vez imposible" entre las fotos, analiza Germano. El recurso carece de artilugios, salvo la escenificación del momento para evidenciar la ausencia. "Todos los familiares tienen una voluntad de hacer lo que sea necesario para mantener presentes las ausencias", cuenta el fotógrafo, y recuerda que al llegar al lugar se esforzaban por reproducir lo más exactamente el momento del pasado. Dentro de aquella paradoja, el carácter que le cabe a la segunda foto es el de la "denuncia de que ese espacio debería estar ocupado", en lo que Germano distingue "una actitud militante".
¿Por qué decidió traer nuevamente la muestra?
Se generaron muchas cosas alrededor de la muestra cuando estuvo la primera vez, como una cadena de mails con las fotos que sigue circulando. Tenía que volver. Decidí hacerlo a raíz de la invitación del Archivo Nacional de la Memoria y del C. C. Haroldo Conti, un lugar tan emblemático y representativo de los frutos que puede dar la persistencia de la lucha de los organismos en suma con la decisión política.
Horacio Verbitsky dijo que su trabajo era el más conmovedor que vio sobre el tema. ¿Por qué cree que las imágenes generan ese efecto?
Mi intención fue transmitir algo, pero no me puse en la cabeza qué era lo que se iba a ver. Supongo que es porque son fotos que no necesitan explicaciones, por eso evité ponerles texto. Generan mucha empatía porque podrían ser del álbum familiar de cualquiera.
Si hubiese que sacar una foto de la sociedad antes de la dictadura y una de la actualidad, ¿cómo se evidenciarían las ausencias?
Justamente, la idea de ‘Ausencias’ era poner en una docena de rostros la dimensión real de la tragedia. Bastaba hacer un click y no usar el número. En el Recoleta, Estela de Carlotto me dijo que vio a su hija. La ausencia de los desaparecidos, que es la de una generación, se nota porque ellos tenían un compromiso social y político. De cualquier manera, de todo se construye. Las ausencias provocaron luchas, las de los organismos de derechos humanos. Espero que la Argentina haya tomado un camino irreversible en la lucha por la justicia y la verdad, que ahora ha hecho carne en la sociedad. En este sentido, es importante señalar el caso de Papel Prensa, porque revela que detrás de la represión había intereses económicos. Y en cuanto a los juicios, el país se ve afuera com un ejemplo. No es lo mismo la década de ’90 que las políticas de derechos humanos de los últimos años.
19 de septiembre de 2010
18 de septiembre de 2010
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