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murió arnold weiss


Encontró el testamento de Hitler.
[Bruce Weber] Murió el 7 de diciembre de 2010, en Rockville, Maryland, Arnold Hans Weiss, que huyó a Estados Unidos desde la Alemania nazi cuando tenía trece años y volvió como soldado estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose en esencial para la investigación que condujo al hallazgo de la última voluntad y testamento político de Hitler. Tenía 86 años y vivía en Chevy Chase, Maryland.
La causa fue una neumonía, informó su hijo Daniel.
Weiss, que se convirtió en un exitoso abogado y banquero, tenía apenas veintiún años hacia el final de la guerra en 1945. Ese otoño estaba asignado a Munich como oficial del Cuerpo de Contrainteligencia del Ejército de Estados Unidos.
Hitler se había suicidado, en abril, en su búnker de Berlín, pero abundaban los rumores sobre su supervivencia y la unidad de Weiss fue encargada de encontrar pruebas definitivas de su muerte. Su trabajo consistió en trazar el paradero de los altos oficiales nazis que estuvieron con Hitler en sus últimos días.
Encontró a Wilhelm Zander, asesor de Martin Bormann, el funcionario del Partido Nazi que tenía acceso controlado a Hitler.
La historia de su búsqueda de Zander, que Weiss describió en un artículo en el Washington Post Magazine en 2005 y que había sido escrita sin ninguna sistematicidad y con varios grados de detalle en varios libros, fue el tema de una película policial.
Trabajando con Hugh Trevor-Roper, el agente de la inteligencia británica e historiador que escribió ‘Los últimos días de Hitler’ [The Last Days of Hitler], y otro agente estadounidense llamado Rosener, Weiss presionó a los familiares de Zander para obtener información que condujo a una granja en Bavaria donde Zander posaba de jardinero.
Weiss participó, en gran parte como intérprete, en el interrogatorio de Zander, que inicialmente se defendió diciendo que era víctima de un error de identificación, pero que finalmente declaró: "Correcto. Soy el comandante Wilhelm Zander, de las SS." Habló durante horas sobre lo que había pasado en el búnker durante los últimos días de Hitler y qué había pasado con los otros líderes nazis.
Finalmente, Weiss preguntó a Zander por qué había salido del búnker y Zander dijo que lo habían enviado con un encargo. Agregó: "Supongo que quiere los documentos".
Los documentos, finalmente rescatados de un compartimento oculto en una maleta arrojada a un pozo seco, eran la última voluntad y testamento político de Hitler, junto con el certificado de matrimonio con Eva Braun, que había sido celebrado en su lecho de muerte. Autentificado más tarde y utilizado como evidencia en los juicios de Nuremberg, la última voluntad de Hitler entregaba la mayor parte de sus bienes al Partido Nazi y nombraba a Bormann como su albacea.
El testamento político era una declaración desafiantemente impenitente en la que dice que los judíos y sus partidarios fueron los responsables de la guerra, no él. Predijo un glorioso futuro para el Tercer Reich y concluyó, siniestro: "Sobre todo encargo a los líderes del país y a aquellos bajo su autoridad, la observancia escrupulosa de las leyes raciales y la oposición implacable contra el envenenador de todos los pueblos, la judería internacional".
No es seguro que Weiss haya sido el primero en leer los documentos, como afirma. El libro de Trevor-Roper no lo menciona, y otras historias cuentan versiones ligeramente diferentes del acontecimiento. Además, ‘Hitler’s Will’, un libro de memorias de un ex soldado británico, Herman Rothman, de 2009, dice que dos meses antes se descubrió una copia de los documentos en circunstancias enteramente diferentes y que él fue el primer traductor.
Sin embargo, el papel de Weiss en la captura de Zander y la recuperación de los documentos parece incontrovertible. En una carta en la que le conceden la Medalla de Honor del Ejército por servicios realizados entre el 24 y el 28 de enero de 1945, el general de brigada Edwin L. Silbert escribió: "Cuando usted fue llamado para una emergencia, usted asumió la responsabilidad de aprehender a una personalidad con una posición muy alta en los anales del sistema nazi."

Hans Arnold Wangersheim nació en Nuremberg el 25 de julio de 1924. Sus padres se divorciaron cuando tenía seis años y fue internado en un orfelinato judío, donde vivió hasta sus trece. Su abuela murió en Auschwitz. Su madre y hermanas escaparon por sus propios medios de Alemania y llegaron finalmente a Estados Unidos. Más tarde su padre pasó un tiempo en Dachau y finalmente se asentó en Brasil -padre e hijo no se volverían a encontrar.
El joven Hans fue enviado a Estados Unidos por una organización de servicio social judía y finalmente fue colocado con una familia que poseía una joyería en Janesville, Wisconsin. Empezó a estudiar en la Universidad de Wisconsin antes de enrolarse en el ejército. Tomó el apellido Weiss de una estrella del fútbol de Wisconsin.
En el ejército Weiss fue formado como artillero aéreo hasta que un aterrizaje forzado le quebró las dos piernas. Durante su convalecencia, y debido a su dominio del alemán, fue reclutado por la Oficina de Servicios Estratégicos, el servicio de inteligencia de la Segunda Guerra Mundial, antes de incorporarse al Cuerpo de Contrainteligencia.
En 1956 Weiss se casó con Artemis Lychos, la que murió en 2005. Además de su hijo Daniel, que vive en North Bethesda, Maryland, le sobreviven su otro hijo, Andrew, y tres nietos.
Weiss estudió economía y ciencias políticas en Wisconsin, licenciándose más tarde en derecho. Más tarde trabajó como abogado para el Ministerio de Hacienda, ayudó a empezar el Banco Interamericano de Desarrollo y se convirtió en vicepresidente y abogado general de Emerging Markets Partnership, una firma de inversiones internacional con sede en Washington que se especializa en proyectos de infraestructura en países en desarrollo.
Era una carrera, dijo en una entrevista el año pasado con la Wisconsin Alumni Association, a la que llegó gracias a su experiencia de guerra.
"Decidí que yo quería construir, antes que destruir", dijo. "En Bélgica, Luxemburgo, Francia, Alemania hubo mucha destrucción. Yo sabía que había una mejor manera de hacer las cosas".
6 de enero de 2011
1 de enero de 2011
©new york times
cc traducción mQh
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