murió eugenio 'totico' arango
Músico cubano conocido como Totico.
[Ben Ratliff] Murió, el 21 de enero en el Bronx, donde vivía, Eugenio Arango, mejor conocido como Totico, el percusionista y cantante cubano que fue una de las figuras más célebres de la cultura de la rumba de Nueva York. Tenía 76 años.
Su fallecimiento, en una residencia, fue confirmado por su ahijado, el percusionista Carlos Sánchez, que no especificó la causa.
Nacido el 2 de junio de 1934 en el barrio Los Sitios, de La Habana, Arango trabajaba como estibador y tocaba en círculos de rumba locales. Salió de Cuba como marino mercante en 1959. Después de vivir en Boston, se mudó a Nueva York.
Colaboró en el álbum ‘Percussion Bitter Sweet’, del baterista de jazz Max Roach, en 1961, y con el grupo de charanga del flautista y violinista cubano Pupi Legarreta en el disco de 1963, ‘Salsa Nova con Pupi Legarreta’. Más tarde esa misma década grabó algunos de los más famosos ejemplos de rumba, la música basada en la percusión afrocubana asociada con las convocaciones callejeras y el baile -un sonido que sostiene serenas melodías vocales sobre los tambores.
Arango fue un importante cantante de ese estilo, con una voz fuerte y alta. Es mejor conocido por su papel en el álbum ‘Patato & Totico’, publicado por Verve en 1968, que documentó un histórico arreglo de los músicos: Arango y Carlos (Patato) Valdez cantó y tocó el tambor frente a un grupo que incluía al tresero Arsenio Rodríguez y al bajista Israel (Cachao) López, dos de las más influyentes músicos cubanos del siglo veinte. Ese álbum también nutrió un fenómeno social en Nueva York: el ritual inter-generacional y transcultural de los círculos rumberos en lugares como el Orchard Beach en el Bronx, el Marcus Garvey Park en Harlem, y el Central Park.
En los años sesenta los afro-cubanos, portorriqueños de Nueva York y afro-americanos se reunían los domingos en la tarde para tocar varios tipos de rumba; la música unía a personas de diferentes formaciones que creaban sus propias conexiones con la cultura y la historia afro-latina. Cuando se publicó ‘Patato & Totico’, había en Nueva York pocos ejemplos de rumba auténtica tocada por cubanos. El disco se convirtió en un documento fundamental de la subcultura de la rumba, algo que se podía emular y practicar con ellos.
"Todo rumbero que se preciara a sí mismo lo habría recogido", dijo Sánchez, que empezó a tocar con Arango en 1975, usualmente en ceremonias religiosas. En un ensayo de pronta aparición del Centro Journal, Berta Jottar, una investigadora independiente que escribe sobre la historia de la rumba en Nueva York, definió el disco como un "himno nacional" de la madurez de la llamada generación nuyoricana en los años sesenta y setenta.
Arango tocaba en algunas bandas de club nocturno en aquellos años e hizo algunos discos de salsa con el percusionistas portorriqueño Kako Bastar, bajo el nombre de Kako Totico. Pero se inclinaba, musicalmente y de otros modos, hacia la santería, la religión afrocubana para la que hacía artículos religiosos para altares y rituales, los que vendía directamente o a través de botánicas locales. Finalmente se convirtió en sumo sacerdote, o babalawo, de ese culto. Y enseñó a muchos percusionistas más jóvenes, particularmente en el estilo ceremonial llamado guiro.
Otro importante álbum, ‘Totico y sus Rumberos’ (1982), extendió el modelo de ‘Patato & Totico’, con el percusionista cubano Orlando (Puntilla) Ríos y una generación más joven de rumberos afro-latinos. La carátula muestra a los once músicos del álbum reunidos en torno a un poste del alumbrado cerca del quiosco de Orchard Beach. En el disco hay imponentes cánticos religiosos, rumba y una asombrosa versión del hit de 1962, ‘What’s Your Name’.
Le sobreviven su esposa Zunilda Arango, y una hija, Lazara Arango.
17 de febrero de 2011
3 de febrero de 2011
©los angeles times
cc traducción mQh
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