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alcohol, el más nocivo


El licor es más dañino que la heroína y la cocaína. Estas son las conclusiones de un estudio en el Reino Unido que ha encendido las alarmas sobre los efectos no solo para el que bebe, sino también para su entorno social.
Colombia. La noticia apareció en los principales diarios del mundo. Un grupo de científicos en Gran Bretaña del más alto nivel llegó a la conclusión de que el alcohol es la droga más nociva, por encima de la heroína, el crack o la cocaína. Los expertos, reunidos en un Comité Científico Independiente de Drogas, dieron su veredicto al corroborar que consumir licor de manera excesiva causaba más daños tanto a la salud del usuario como a su entorno, que otro tipo de sustancias. Para llegar a estos hallazgos, el grupo de 30 expertos, algunos de ellos ex asesores del gobierno británico, utilizó un método de estudio basado en 16 criterios, nueve de estos relacionados con los perjuicios directos al consumidor, como la mortalidad, los grados de dependencia, la discapacidad mental y la destrucción que causaba en el organismo del usuario; y los otros siete tuvieron que ver con los daños al entorno social, como el deterioro de las relaciones familiares, los costos económicos por la baja productividad laboral y el impacto en el medio ambiente.
Las sustancias fueron clasificadas en una escala de 0 a 100, en donde 100 era el nivel máximo de daño. Luego de promediar las distintas variables, el alcohol obtuvo el primer lugar con una puntuación de 72, seguido por la heroína (55), el crack (54), las metanfetaminas (33) y la cocaína (27). La marihuana se ubicó en el puesto octavo, con 20 puntos, y el último fueron los hongos, con 6. La investigación, publicada la semana pasada en la revista médica The Lancet, abrió una polémica sobre la clasificación actual de las drogas y pone sobre el tapete el debate sobre la legalización.
La razón principal por la que el licor ocupa el primer puesto en el listado se debe más a sus consecuencias en el entorno social que a los daños directos en quien lo consume. El estudio muestra que es el principal factor en el deterioro de las relaciones familiares, un tema confirmado en Colombia por las cifras. El informe de Medicina Legal de 2008 registró que de los 52.664 casos de maltrato a la pareja, 5.916 eran por alcoholismo, mientras 578 eran por drogadicción. Del mismo modo, el alcohol lidera su impacto en las lesiones a terceros, como los accidentes de tránsito. Los datos más recientes muestran que en lo corrido de 2010 se han presentado 1.171 accidentes en los que participaron personas alicoradas, y en 2009 murieron 175 personas y hubo 1.815 lesionados por esta causa. Por último, de las 20 drogas se determinó que el licor es el que mayores costos económicos produce, teniendo en cuenta los gastos de atención en salud, los servicios de Policía y prisión, así como la pérdida de productividad o ausentismo en el trabajo.
Para Alejandra Salcedo, especialista en toxicología clínica, aunque los resultados son alarmantes, no son nuevos. "El alcohol es la sustancia más consumida en el mundo y es entendible que sea la causante del mayor número de daños", anota la experta. En el plano biológico, Salcedo está de acuerdo en que el licor es la más nociva de todas las drogas porque es la que más sistemas orgánicos afecta. "Mientras algunas drogas tienen un blanco específico, el trago afecta el sistema nervioso, respiratorio, linfático, muscular y digestivo", explica. Esto sin contar que el trago desinhibe a las personas, lo que en muchos da pie a actuaciones violentas.
A pesar de esto, la experta enfatiza en que si bien algunas sustancias se encuentran en un nivel bajo en la escala de clasificación, esto no quiere decir que sean inocuas. De hecho, teniendo en cuenta únicamente el análisis del daño a quien la consume, el crack obtuvo un puntaje de casi 80 puntos, comparado con los casi 55 puntos que obtuvo el alcohol. Asimismo, la heroína es la que presenta mayor índice de mortalidad directa, y aparece en el tercer lugar en cuanto a dependencia, superada por el crack y el cigarrillo.
Yolanda Torres, investigadora de salud mental y drogas de la Universidad CES, señala que algunos de los resultados cambian según el país, como el caso colombiano. "En nuestro contexto es evidente que el impacto de la cocaína es mayor que en el Reino Unido, debido a que somos un país productor", anota Torres. La experta menciona los índices de violencia que produce la guerra entre carteles del narcotráfico, así como el daño ambiental que han sufrido algunas regiones por las fumigaciones a los cultivos ilícitos, por lo que probablemente en Colombia la droga más nociva sería la cocaína.
La clasificación además se hizo sobre el consumo excesivo de estas sustancias, y por lo tanto no se debe satanizar a quienes toman de forma moderada. En estos casos, el trago puede tener ciertos beneficios. Hace un par de meses Charles Holahan, psicólogo de la Universidad de Texas, halló en un estudio que los que toman de forma moderada viven más que los abstemios. La investigación, que se publicó en la revista Alcoholism, concluyó que la mortalidad es más baja para esos bebedores por los beneficios del alcohol en el corazón, la circulación y la sociabilidad. Este último aspecto es clave, ya que al interactuar más con la familia y los amigos es más fácil detectar problemas de salud y someterse a tratamientos oportunos. Los abstemios vivirían menos porque son más aislados y de estratos más bajos, por lo que sufren más estrés.
El problema para la mayoría de los expertos consultados por esta revista es que muchas personas no son conscientes de cuándo parar de beber. Coinciden, además, en que el alto consumo se explica porque el trago es una sustancia legal que además está culturalmente aceptada. "Desde que nacemos estamos acostumbrados a celebrar todo con alcohol, y por eso sus efectos son más comunes y visibles que las otras drogas -dice Andrés Rueda Latiff, psicólogo terapeuta en adicciones-. Tenemos una cultura alcohólica, y para muchos el plan es pegarse una borrachera".
El interrogante entonces es si la clasificación del estudio cambiaría si se legalizara el consumo de las otras drogas. Las respuestas están divididas. Según Alejandra Salcedo, al permitir el libre acceso a las drogas y ser socialmente aceptadas, es muy probable que los niveles de consumo aumenten. Otto Held, experto en farmacodependencia, considera que si se legalizara la heroína sin duda esta le quitaría el primer lugar al alcohol. "Si se vendiera en las tiendas, habría un problema peor no solo por los riesgos de sobredosis, sino por las infecciones asociadas a la inyección", anota Held. David Nutt, uno de los autores de la investigación, es consciente de que si se legaliza el consumo los daños que causa también aumentan. Sin embargo, su opinión no aplica a todas las sustancias. "Si las personas se pasaran del alcohol a la marihuana los daños generales a la sociedad podrían reducirse", dijo Nutt a SEMANA.
Para Martin Jelsma, experto en políticas de drogas de Transnational Institute, reducir las conclusiones del estudio a una dicotomía entre prohibición y legalización niega la profundidad del estudio. "Se trata del intento científico más serio que muestra grandes diferencias entre las sustancias y, por lo tanto, los modelos de control también deben ser distintos", dijo Jelsma a SEMANA. En este punto coincide Rueda, quien cree que más allá de si es legal o no, lo importante es trabajar en la relación que establece la persona con la droga. "Así como hay gente que toma y se enloquece, hay otros que se controlan con los tragos". Aunque todos los expertos consideran que no es necesario volver a las épocas de la prohibición, Nutt dice que el mensaje principal del estudio es claro: "Las drogas legales merecen un tratamiento tan serio como el que se les da actualmente a algunas ilegales, ya que estas están causando mucho más daño".
[Foto viene del blog visionmadrid].
8 de noviembre de 2010
6 de noviembre de 2010
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alcohol, más dañino que la heroína


El alcohol es más dañino para la sociedad que la heroína o el crack, según un estudio publicado en la revista médica The Lancet. La investigación estudió 20 drogas y sustancias de abuso y comparó sus efectos tanto en el individuo como en la sociedad.
Reino Unido. Según el estudio, las drogas más daniñas para el individuo son la heroína, el crack y la metanfetamina.
Mientras que aquellas que causan más daños sociales son el alcohol, la heroína y el crack.
Los resultados más interesantes, sin embargo, se dan cuando se consideran al mismo tiempo las dos dimensiones: daño al individuo y daño a la sociedad.
Y según el profesor David Nutt, director el Comité Científico Independiente sobre Drogas, si las sustancias de abuso fueran clasificadas en base a al daño combinado, el alcohol sería una droga "Clase A", como la heroína y el crack.
Nutt, uno de los autores del informe, es un ex asesor del gobierno británico que fue destituido en 2009 por su controvertida posición sobre la clasificación de drogas.
Para demostrar su punto el experto llevó a cabo un modelo en el que se clasificó a 20 drogas y sustancias de abuso según su impacto sobre 16 factores: nueve daños individuales y siete daños a los demás, entre los que se incluyen salud mental, daños físicos, daños familiares, adicción, costo a la economía y crimen, entre otros.
"Nuestros resultados mostraron que aunque en daños al individuo el alcohol no está entre las sustancias más peligrosas, en daños a la sociedad es la más peligrosa principalmente por su impacto en accidentes de tráfico, violencia doméstica, discapacidad, pérdida de rendimiento laboral, etc." explicó el científico a la BBC.
"Y en general, el alcohol fue calificado como la sustancia más perjudicial para la sociedad del Reino Unido debido a su vasto uso y a que está ampliamente disponible", agrega.
El profesor Nutt ya había presentado otro estudio en 2007 que sugería que dos sustancias amplia y legalmente disponibles, el alcohol y el tabaco, eran más peligrosas que la marihuana y el LSD.
En ese estudio el alcohol resultó la quinta sustancia más peligrosa y los investigadores pidieron llevar a cabo una revisión del sistema de la clasificación de drogas. Pero los críticos disputaron los resultados por el criterio utilizado para clasificar a las drogas y la ausencia de peso comparativo.
Para responder a esas críticas, el nuevo estudio califica a cada una de las sustancias tomando en cuenta el daño social y el daño al individuo con una escala de calificación de entre 100 y cero.
En total, el alcohol obtuvo 72 puntos. Mientras que las drogas más peligrosas para el usuario, la heroína y el crack obtuvieron 55 y 54 respectivamente.

Menos Accesible
Según el científico "esto demuestra que en lo que se refiere al control de drogas, debemos razonar en base a un contexto más amplio".
"Deberíamos enfocar nuestros esfuerzos en combatir a las drogas que causan más daños generales -alcohol, heroína y crack- y no sólo las que causan más daños al usuario".
"Porque es claro que debido a que el alcohol es tan ampliamente utilizado y está extensamente disponible, sus daños están permeando de forma mucho más destructiva a la sociedad".
"Así que deberíamos hacer más para combatir el abuso de esta sustancia en lugar de centrarnos tanto en el combate de sustancias menos dañinas como el cannabis o el éxtasis".
El científico señala que para que un sistema de clasificación de drogas funcione debe tomar en cuenta tanto el daño que causa la sustancia a los demás como al usuario.
El alcohol, dice, "es una droga enormemente costosa. En el Reino Unido cada contribuyente paga en promedio unos US$1.600 cada año para subsidiar los costos y pérdidas del alcohol, que suman casi US$5.000 millones de gastos de policía, US$5.000 millones en costos al Sistema Nacional de Salud, etc.".
"Calculamos que en total la cuenta llega a unos US$48.000 millones si tomamos en cuenta todas las complicaciones que causa el alcohol en una sociedad".
El investigador está de acuerdo en que mucha gente consume alcohol de forma moderada y controlada. Pero aún con estos usuarios, dice, debería hacerse más concientización sobre los efectos dañinos de la sustancia.
Los autores concluyen que "el gobierno debe urgentemente asegurarse de que el alcohol sea menos accesible y menos disponible y debe invertir en prevención y servicios de tratamiento para enfrentar el incremento que ha ocurrido en dependencia del alcohol".
Un portavoz del Ministerio del Interior del Reino Unido afirmó que "nuestras prioridades son claras, deseamos reducir el uso de drogas, combatir el crimen y desorden relacionados con las drogas y ayudar a los adictos a dejar las drogas para siempre".
2 de noviembre de 2010
1 de noviembre de 2010
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despedida de un pornógrafo


La muerte de Bob Guccione, el editor de Penthouse. Fue uno de los empresarios con menos escrúpulos en el mercado de revistas para adultos: para Guccione, pocas cosas pertenecieron a la esfera de lo privado. Los tiempos dorados de su revista terminaron cuando el porno quedó al alcance de un doble click.
[Andy McSmith] Bob Guccione tenía ideas inusuales sobre lo que era privado y lo que no. Una pareja de recién casados en su noche de bodas es, en la visión de la mayoría de la gente, una cuestión privada. Pero para Guccione la privacidad quedaba afuera. Tonya Harding era una de las patinadoras sobre hielo más competitivas de su tiempo, al punto de que la historia de su vida fue llevada a una película dramática para la televisión. En 1990, a los 19 años, se casó con un ambiguo personaje llamado Jeff Gillooly. Su matrimonio terminó en 1993. Al año siguiente, una de las rivales de Harding fue brutalmente asaltada por un hombre que, según se supo después, había sido contratado por Gillooly. Entonces, varias fotos tomadas en aquella noche de casamiento aparecieron en la revista Penthouse, fundada por Guccione, el hombre que murió la semana pasada. Como la chica tenía más de 18 años cuando fueron tomadas, las fotografías no infringían ninguna ley estadounidense. Pero en cualquier caso eran una shockeante intrusión en la privacidad de una joven.
Sin vergüenza alguna, Guccione fue al show de Larry King en CNN, donde se mostró sorprendido de que alguien pensara que allí había un problema. Su argumento era que la Constitución de Estados Unidos le daba el derecho de publicar casi cualquier cosa que cayera en sus manos si involucraba a gente famosa, y que de todos modos la publicidad era buena para su carrera. "Nosotros publicamos los primeros desnudos de Madonna –señaló–. Le puedo asegurar que en ese momento ella no quería ver esos desnudos publicados. Habían sido realizados antes de que se convirtiera en una estrella. Pero de todos modos no había nada que pudiera hacer."
Cuando se le señaló que ni Harding ni su ex marido querían que sus fotos se hicieran públicas, Guccione pareció tener un problema en comprender por qué debería preocuparse por los sentimientos de una pareja cuyos nombres estaban embarrados por el escándalo. "Sorprendente, ¿verdad? Sorprendente. Es la maravilla del mundo en que vivimos –dijo–. Si la privacidad de Tonya Harding hubiera sido genuinamente invadida, y si ella hubiera querido hacer algo al respecto, podría haberlo hecho, tenía el derecho a un recurso legal. Ella hizo lo que quiso. Y el hecho es que, si tiene carácter de noticia, podés publicarlo."
Mirado bajo cierta luz, Guccione es el editor que tomó el famoso consejo del Duque de Wellington –"publíquelo y será maldito"– y lo usó de una manera que nadie antes lo había hecho. Cuando lanzó Penthouse en Gran Bretaña, en 1965, las sensibilidades del público británico estaban protegidas por una densa cortina de leyes de censura. Libros, películas y programas de televisión que contuvieran sexo o violencia estaban en riesgo de infringir la ley. Por ejemplo, quien quisiera montar una obra de teatro tenía que pedir permiso a Lord Chamberlain, bajo una ley que se remontaba a los tiempos de Shakespeare. La desnudez en escena estaba permitida, siempre y cuando la persona se quedara completamente quieta.
Pero los tiempos estaban empezando a cambiar. En el amanecer de una era más permisiva, la revista más audaz que podía conseguirse en el mercado masivo era Playboy, fundada en Estados Unidos en los ’50 por Hugh Hefner, en la que las fotografías eróticas aparecían entre notas "serias" que expresaban una filosofía generalmente liberal. Con eso habilitaban al lector masculino a autoengañarse con que estaban comprando una lectura seria que reflejaba su visión del mundo, más que una ayuda para la masturbación. Guccione tomó ventaja de unas leyes de censura que iban aflojando para ofrecer algo más cercano a la pornografía hardcore, incluyendo desnudos frontales totales que nunca antes se habían visto, salvo en oscuros locales de calles laterales del SoHo. Pero su golpe maestro fue darle a la revista un aspecto elegante, de gran mercado, que fuera aceptada en locales de las calles principales. Cuando Penthouse se expandió en el mercado estadounidense, Hefner se vio enfrentado a su primer rival serio. Guccione, por supuesto, aseguró que fue la superior calidad artística de las fotografías de Penthouse lo que le permitió superar a su rival. "Seguimos la filosofía del voyeurismo –dijo en 2004–. Ves a la mujer fotografiada como si ella no supiera que la están observando. Esa era la parte sexy, la parte que nadie de nuestra competencia entendió."
Las actitudes contrastantes de los dos propietarias quedaron expuestas en la experiencia de Vanessa Williams, la primera afroamericana que fue coronada Miss América. En cuanto ganó, en 1984, fotos picantes de ella empezaron a circular contra su voluntad. Le fueron ofrecidas a Hefner, pero éste las rechazó "porque podrían ser fuente de una considerable vergüenza para ella, y nosotros teníamos muy en mente que era la primera Miss América negra". Pocos días después, Guccione dijo que las fotos aparecerían en la edición de septiembre de 1984 de Penthouse. La tormenta de publicidad que sobrevino llevó a que Williams renunciara a su título: esa edición de la revista vendió seis millones de ejemplares, con un beneficio record de 14 millones de dólares.
La justificación de Guccione fue una variación de su argumento usual de que no existe la mala publicidad. "Nadie puede decir hoy quién es la actual Miss América, o nueve de cada diez personas no lo saben –dijo algunos años después–. Cuando Williams fue Miss América, y cuando salió en Penthouse –y eran fotos lésbicas, no fotos con las que estaría conforme– se hizo un nombre." A pesar de haber hecho millones como editor de Penthouse, Guccione descubrió que se podía perder dinero por juzgar mal el gusto del público. Intentó convertirse en cineasta a fines de los ’70, aparentemente pensando que podía tener éxito si tomaba un tema superficialmente serio, contrataba buenos actores y entregaba la película más violenta y obscena que podía encontrarse en los cines mainstream. El resultado fue un fracaso llamado Calígula, con Malcolm McDowell y un elenco que incluía a John Gielgud y Helen Mirren. La Junta de Censores de Sudáfrica, donde fue prohibida, señaló: "El film es conducido por largas y explícitas escenas de violación, masturbación, sexo oral y eyaculación (mostrando penetraciones), cunnilingus, fellatios, voyeurismo, necrofilia, homosexualidad, desnudez total, primeros planos de genitales masculinos y femeninos, una mujer orinando mientras otra la acaricia, además de asesinatos y torturas".
A pesar de esforzarse tanto por hacer su película lo más llamativa posible, Guccione perdió una fortuna. Su notoriedad además se le volvió en contra, con varios conflictos con el gobierno estadounidense y litigios civiles privados. Irónicamente, el relajamiento de la censura que él provocó contribuyó a su caída, cuando otras revistas encontraron su camino en el mercado que él había creado. La circulación de Penthouse cayó debajo del millón a fines de los ’90. Para 2003 estaba en 463 mil ejemplares, momento en el que la compañía de Guccione, General Media Inc., presentó la quiebra, fue adquirida por un inversor de Florida y hoy es propiedad de FrienFinder, una empresa dedicada a contenido sexual en la web. Durante los primeros seis meses de 2010, la circulación fue de apenas 178 mil ejemplares. Después de todo, ¿para qué gastar dinero en una revista llena de fotos pornográficas, cuando se las puede conseguir gratis en Internet?
27 de octubre de 2010
©the independent
©página 12
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murió bob guccione


Fundador de la revista Penthouse. El éxito de la revista le permitió construir un imperio comercial en torno a ella. Pero el imperio se derrumbó cuando sus inversiones fracasaron y el mundo de la pornografía se volcó en el video e internet.
Murió el miércoles en un hospital de Plano, Texas, Bob Guccione, el fundador de la revista Penthouse que creó un imperio comercial en torno a esta, sólo para verlo derrumbarse cuando sus inversiones rebotaron y el mundo de la pornografía se volcó en el video e internet. Tenía 79 años.
Su esposa, April Dawn Warren Guccione, dijo que Guccione sufría de cáncer al pulmón desde hacía varios años.
Penthouse alcanzó el pináculo de su popularidad en septiembre de 1984, cuando publicó fotografías de la primera Miss America negra, Vanessa Williams, desnuda. Williams, ahora cantante y actriz, fue obligada a devolver su corona después de la publicación de la revista, que vendió casi seis millones de ejemplares y se dice que ganó catorce millones de dólares.
Artista frustrado que había estudiado en un seminario católico, Guccione empezó con Penthouse en 1965 en Inglaterra para financiar su propia carrera artística y fue el primer fotógrafo de la revista. Introdujo la revista al público estadounidense en 1969, en el punto más álgido del movimiento feminista y de la revolución sexual.
Penthouse se convirtió rápidamente en una amenaza para Playboy, de Hugh Hefner, ofreciendo una combinación de periodismo sensacionalista con provocadoras fotos de mujeres desnudas, apodadas las Mascotas de Penthouse [Penthouse Pets].
En 1982 Guccione fue incluido en el Forbes 400, el ranking de la gente más rica con fortunas cercanas a los 400 millones de dólares. Levantó un imperio comercial bajo el alero de General Media Inc., que incluía divisiones editoriales y de mercadeo, y Viva, una revista que mostraba desnudos masculinos dirigida a un público femenino. También creó Penthouse Forum, la revista de tamaño de bolsillo que explotaba el éxito de las cartas picantes al director.
Guccione y su socia de toda la vida, Kathy Keeton, que más tarde se convertiría en su tercera esposa, también publicaban materiales más tradicionales, como la revista Omni, que se centraba en ciencia y ciencia ficción, y Longevity, una revista de salud. Keeton murió de cáncer en 1997.
Guccione perdió gran parte de su fortuna personal debido a malas inversiones y aventuras arriesgadas.
Probablemente su fracaso comercial más conocido fue su inversión de 17.5 millones de dólares en la producción de la película pornográfica ‘Calígula’, de 1979. Los distribuidores rechazaron la película, debido a sus gráficas escenas de lesbianismo e incesto. Sin embargo, finalmente se convirtió en el más popular DVD de General Media.
Guccione también perdió millones en un proyecto de casino en Atlantic City, Nueva Jersey. Los honorarios de los abogados ayudaron a erosionar su fortuna, y en 1985 Guccione tuvo que pagar 45 millones de dólares en impuestos pendientes.
Al año siguiente, la Comisión sobre Pornografía del fiscal general, Edwin Meese, emitió un informe en el que ataca a la industria de la entretención para adultos. Guccione dijo que el informe era "vergonzoso" y dudaba que tuviera algún efecto, pero los quioscos de revistas y los supermercados respondieron retirando Penthouse de sus estanterías.
El tiraje disminuyó después del informe de la comisión Meese y años después sufrió otro duro golpe con la proliferación de videos y páginas web pornográficas.
En 2003, General Media Inc. se declaró en quiebra. Penthouse y las propiedades relacionadas son ahora propiedad de FriendFinder Networks Inc., una firma de Boca Ratón, Florida, que ofrece redes sociales y entretención para adultos online.

Guccione nació el 17 de diciembre de 1930 en Brooklyn, Nueva York, y creció en Nueva Jersey. Pasó varios meses en un seminario católico, y se retiró para dedicarse a su ilusión de convertirse en artista.
April Guccione contó que su marido estaba trabajando como caricaturista y administrador de una lavandería de autoservicio en Londres cuando se le ocurrió la idea de empezar una revista más explícita y dirigida a "tipos normales" que Playboy, que cultivaba una imagen más elegante.
Empleados de Guccione, entre los cuales se encontraban miembros de su familia, describieron al editor a menudo como mercurial.
Su estilo de dirección provocó incluso conflictos con su propio hijo, Bob Guccione Jr. En 1985, el editor ayudó a su hijo a iniciar la revista de música Spin, con Bob Jr. como director y editor. Después de apenas dos años los dos chocaron sobre la dirección de la revista y el viejo Guccione decidió cerrarla, obligando a su hijo a buscar financiamiento fuera de su familia.
Casado cuatro veces, Guccione tuvo una hija, Tonina, de su primer matrimonio, y tres hijos -Bob Jr., Tony y Nick- y una hija -Nina- de su segundo matrimonio.
27 de octubre de 2010
21 de octubre de 2010
©los angeles times
cc traducción mQh
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soros, a favor de la marihuana


El magnate opina que la penalización provoca más daños que beneficios. Tras aportar un millón de dólares a los promotores de la legalización en el plebiscito que el martes se celebra en California, Soros opinó que "la única forma de reducir el delito, la violencia y la corrupción narco es legalizar la marihuana".
California, Estados Unidos. A una semana de que en el estado de California se plebiscite por primera vez la legalización de la producción y venta de marihuana para mayores de 21 años, el multimillonario inversor George Soros hizo su aporte al debate, como cuando se trata de eventos relacionados con la reducción de daños para usuarios de drogas. Donó un millón de dólares a quienes promocionan la aprobación del plebiscito y expresó que está a favor de la legalización y fiscalización impositiva del cannabis en todo Estados Unidos, porque "permitiría ahorrar miles de millones en costos de aplicación de la ley y encarcelamientos". Soros también aseguró, y está históricamente probado, que la prohibición de la marihuana en su país adoptivo se basó en prejuicios racistas, contra los afroestadounidenses y mexicanos, principalmente.
Los argumentos del multimillonario fueron publicados ayer en un artículo de opinión en The Wall Stret Journal. Las leyes contra la marihuana, señaló, "hoy hacen más daño que lo que aportan de bueno, ya que no han logrado prevenir que sea la sustancia ilegal más consumida en Estados Unidos y en otros países". La situación carcelaria, agregó, ya refleja el fracaso del prohibicionismo: las fuerzas de seguridad detienen cada año a unas 750 mil personas por tener pequeñas cantidades de marihuana. "Esos arrestos suponen el 40 por ciento de todos los relacionados con (la persecución del) narcotráfico", detalló Soros.
Por otra parte, el financiero estadounidense explicó que la represión de la tenencia de marihuana para consumo personal posibilita "desigualdades raciales" y, en ocasiones, violaciones de las libertades civiles. "Los afroamericanos no usan la marihuana más que otros estadounidenses, pero son detenidos tres, cinco o incluso diez veces más, según la ciudad, que los demás por su posesión", argumentó Soros.
Para muchos jóvenes verse atrapados por el sistema de justicia criminal "es más dañino que la misma marihuana", escribió el empresario, al referirse al registro de antecedentes criminales en el que quedan inscriptos por llevar a cabo lo que no implica un daño a terceros sino una elección personal e íntima. Los mayores beneficiarios de la situación actual, aseguró Soros, "son las organizaciones criminales de México y otros lugares que ganan miles de millones de dólares con ese comercio ilegal y que perderían rápidamente esa ventaja si la marihuana fuera considerada un producto legal".
Desde el 2006 hasta ahora, la guerra contra el narcotráfico en México, según las estadísticas del gobierno de Calderón, ya provocó 30 mil muertos en ese país (en 2009, hubo 9635), principal proveedor de drogas sintéticas y de diseño en Estados Unidos, ya que la marihuana sigue exportándose, pero hubo un crecimiento record de los cultivos indoors, o bajo techo, en Norteamérica. Para Soros, la única forma de reducir "los delitos, la violencia y la corrupción que genera el narcotráfico" es legalizando la marihuana, como en su momento se hizo con el alcohol.
Soros también explicó que la prohibición del cáñamo y sus derivados, que en Estados Unidos se produjo entre 1915 y 1933, según los estados, "no se basó en la ciencia o en la salud pública, sino en los prejuicios y la discriminación en contra de los inmigrantes de México, que la fumaban". El empresario propuso, además, como política pública "invertir en una educación más efectiva" entre los jóvenes para prevenir el abuso de las sustancias, ya que "las detenciones y encarcelamientos son inefectivos".
Los argumentos que presentó el magnate para legalizar el cannabis son similares a los que llevaron, según él, "a la Comisión Latinoamericana sobre la Democracia y las Drogas, integrada por los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso, de Brasil; César Gaviria, de Colombia, y Ernesto Zedillo, de México, a incluir la despenalización de la marihuana entre sus recomendaciones de política antidrogas". Ayer, Soros contribuyó con un millón de dólares a la campaña para la legalización de la marihuana en California, a votarse el próximo 2 de noviembre.
Según una encuesta del diario Los Angeles Times y la Universidad del Sur de California, publicada la semana pasada, la Proposición 19 (así se llama el proyecto de legalización) es rechazada por una diferencia mínima: el 51 por ciento de los votantes está en contra. El resultado del plebiscito es vinculante. "No resolverá todos los problemas relacionados con las drogas –comentó Soros sobre la legalización de la marihuana–, pero sí sería un gran paso adelante en el tema."
27 de octubre de 2010
©página 12

quieren cerrar los manicomios


Psiquiatras latinoamericanos piden fin de los manicomios. La iniciativa fue respaldada en el marco de la conmemoración del vigésimo aniversario de la Declaración de Caracas, que se celebró en Panamá y que consigna el respeto de los derechos humanos de los pacientes psiquiátricos.
Panamá. Ministros, psiquiatras y expertos en salud mental respaldaron hoy en Panamá la iniciativa de la sustitución definitiva de los manicomios por una adecuada atención hospitalaria y humana, para la recuperación de enfermos mentales en Latinoamérica y el Caribe.
La psiquiatra Yadira Boyd, directora médica del Instituto Nacional de Salud Mental (INSAM), de Panamá, comentó que el compromiso surge en medio de la conmoración del vigésimo aniversario de la Declaración de Caracas, que consigna el respeto de los derechos humanos de los pacientes psiquiátricos.
Subrayó que el documento remarca la reestructuración de la atención psiquiátrica y la necesidad iniciar el plan estratégico de acción, que tiene que ver con fin de los manicomios y la identificación de problemas de la conducta, para que los pacientes sean delegados en búsqueda de ayuda médica.
"Queremos que personas como problemas como depresión, ansiedad, el abuso del alcohol y las adicciones tengan donde acudir, y que la gente le pierda el miedo a las enfermedades mentales", acotó.
Boyd señaló que la población debe entender que "la enfermedad mental es crónica", y que el pronóstico respecto a cada paciente dependerá de la toma de la medicación en forma regular, el control médico periódico y la permanente ayuda de su familia.
La investigadora reconoció que desde 1969, cuando el Grupo Negri lanzó la idea de poner fin al encierro de personas con trastornos condenadas al olvido, hay avances en Latinoamérica y el Caribe que deben ser valorados, entre ellos la eliminación del estigma contra los "locos", pacientes con depresión y hasta los epilépticos.
Enfatizó que las nuevas terapias coadyuvan a reducir la carga emocional acentuada por las presiones socioeconómicas urbanas, que agitan a los ciudadanos como una "licuadora". Sin embargo, sostuvo que el apoyo de la familia es fundamental para ayudar a pacientes estabilizados tras una crisis.
Previamente, la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, destacó en Ginebra, Suiza, que más del 75 por ciento de las personas con desórdenes mentales en países en desarrollo no recibe tratamiento, e instó a "llenar este vacío".
Al respecto, Jorge Rodríguez, asesor principal de Salud Mental de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), comentó que hay algunas barreras, pero también la capacidad técnica en la región para el diagnóstico, la prevención y los tratamientos eficaces.
Tras una disertación en la capital panameña, planteó que el desafío en materia de salud se concentra menos en los hospitales psiquiátricos tradicionales, y cada vez más en los servicios ambulatorios que permiten a los pacientes psiquiátricos ser parte de la comunidad, con derechos de protección.
Reconoció que los principales avances en la eliminación de manicomios se han producido en Brasil, Chile, Cuba, y Belice. El proceso ha garantizado la continuidad del tratamiento pacientes en las redes primarias de atención creadas para absorber en la sociedad la reducción en el número de camas psiquiátricas.
En la actualidad, el 80 por ciento de los países en el continente americano disponen de programas nacionales de salud mental.
Rodríguez previó que en el próximo decenio será clave para que la región abandone completamente el viejo sistema de asilo en el manicomio en Latinoamérica y el Caribe. "La meta es avanzar hacia un modelo comunitario de salud mental", acotó.
[Foto de uazo].
8 de octubre de 2010
©la tercera
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embajadora para asuntos extraterrestres


ONU designa a primera embajadora para asuntos alienígenas. El cargo recayó sobre una astrofísica de Malasia quien se encargará de coordinar un diálogo en representación de la humanidad en el caso de un eventual contacto con extraterrestres.
Naciones Unidas.La astrofísica malasia Mazlan Othman será designada como embajadora de Naciones Unidas para el Espacio, y en la práctica será la encargada de organizar la respuesta mundial en términos de diálogo ante un eventual contacto con una raza alienígena. La próxima semana se oficializará el nombramiento de Othman durante una conferencia ante la Royal Society en Inglaterra.
Actualmente la científica es directora de la Oficina de Naciones Unidas para el Espacio Exterior y las razones para el novedoso nombramiento se debe al reciente número de planetas descubiertos que albergan condiciones para la existencia de formas de vida. Se prevé que esto redundaría en un aumento de las posibilidades de un contacto con razas extraterrestres.
"La constante búsqueda de comunicación extraterrestre mantiene la esperanza de que la Humanidad pueda recibir sus señales algún día. Cuando lo hagamos, deberíamos tener preparada una respuesta coordinada que tenga en cuenta todas las sensibilidades relacionadas con esta cuestión, y la ONU es un mecanismo especialmente diseñado para tal coordinación", dijo la astrofísica según The Daily Telegraph.
Por su parte, el experto en derecho Espacial Richard Crowther agregó que cuando alguna forma extraterrestre "nos diga llévenme con su líder, Othman será lo más próximo que tendremos". Se informó que para tales efectos se modificarán los aspectos legales que se han previsto históricamente para tal encuentro.
[Gráfica viene de cienciaymásallá].
27 de septiembre de 2010
©la nación
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la influencia de playboy


La filósofa Beatriz Preciado desnuda en su texto finalista del Premio Anagrama de Ensayo de este año cómo el imaginario propuesto y comprado masivamente por la revista Playboy –llegó a vender siete millones de ejemplares– y su creador Hugh Hefner impregnaron también la arquitectura de la segunda mitad del siglo XX inventando un lugar para hombres solteros o divorciados.
[Claudia Guevara] Hugh Hefner casi no usó en sus ochenta y cuatro años vividos –los cumplió el pasado 9 de abril– otra ropa que no sea un pijama y otro calzado que no sean unas pantuflas. Es que Hef sigue siendo un hombre muy de su casa, muy de quedarse adentro. Si la memoria falsa de sus biógrafos no miente demasiado quizás sea cierto que estuvo más de cuarenta años sin salir de su hogar salvo en ocasiones excepcionales y únicamente a bordo de su jet privado, Big Bunny –un DC9 equipado con pista de baile, cama elíptica y termas romanas–. Es que Hef apenas abre la puerta de su casa para salir hasta el parque que envuelve a su mansión para que algún fotógrafo lo retrate posando entre sus emblemáticas conejitas, con un cigarro y haciendo gala de su invento. Ese eterno Hefner de bata de seda cruzada fue el mismo que en una noche de insomnio se le apareció –a través de la pantalla del televisor– a Beatriz Preciado. En aquel programa Hefner no hablaba de la revista para adultos más influyente del mundo, de desnudos ni de sexo, no, nada de eso, en aquel programa Hefner hablaba de la importancia de la arquitectura en el imperio que él mismo había creado en 1953. Nociones de "domesticidad", "liberación parcial" o "ático de soltero" hicieron que Playboy se convirtiera para Preciado en un laboratorio crítico y en su investigación doctoral de Teoría de la Arquitectura en la Universidad de Princeton. Desde aquella noche, una nueva Playboy se desplegaba para la filósofa española, una Playboy que había generado un discurso inédito sobre el género, la sexualidad, la pornografía y el espacio público durante la Guerra Fría. Siguiendo este análisis, Preciado explica ahora en un libro las razones que hicieron que Playboy formara parte del imaginario arquitectónico de la segunda mitad del siglo XX y se convirtiera en la primera pornotopía de la era de la comunicación de masas.
La mansión Playboy (que en los años cincuenta había hecho más por la arquitectura que la revista Home and Garden) funcionaba como una singular heterotopía (según la definición de Foucault, un lugar real en el que se yuxtaponen diferentes espacios incompatibles), una heterotopía sexual, un auténtico dispositivo pornográfico multimedia, capaz de reunir en un solo edificio ("gracias a una cuidada distribución vertical y horizontal y a la multiplicación de dispositivos de tecnificación de la mirada y de registro y difusión mediática de la información"), espacios tradicionalmente incompatibles: el departamento de soltero, la oficina desde donde se ideaba la revista (varias fotos publicadas en este libro dan cuenta de esos espacios), el estudio de televisión, el decorado cinematográfico, el centro de vigilancia audiovisual, la residencia de las conejitas y el burdel.
Un mundo dentro de otro mundo. Afuera, los prejuicios, los moralistas, los peligros nucleares (propios de la Guerra Fría); adentro, una gruta tropical, un salón de juegos subterráneos desde donde los invitados podían ver a las Bunnies desnudas nadando en una pileta a través de un muro de cristal. Era el nuevo hogar de un hombre casado (Hefner se casó varias veces) que vivía rodeado de mujeres (más de treinta), todas candidatas a convertirse en playmates y listas para posar desnudas ante los ojos de toda América. La mansión Playboy era no sólo el bunker del heterosexual soltero, era el club, el jet privado, el castillo de los pasadizos secretos, el oasis urbano.
Si la figura del playboy era la figura masculina central en este escenario posdoméstico, su compañera, la playmate, era una figurita nueva, una glamorosa y especial agente anónima capaz de resexualizar la cotidianidad. Hefner llamó "el efecto de la chica de al lado" a esa nueva compañía: "En realidad estamos rodeados de playmates potenciales: la nueva secretaria de la oficina, la bella con ojos de conejita que ayer se sentó a comer justo enfrente, la encargada de la tienda favorita donde compramos nuestras camisas y corbatas".
Analiza Preciado: la transformación de secretaria y amante en "chica del mes" era en la "economía farmacopornográfica de posguerra lo que el automóvil había sido para el fordismo: el producto serial de un proceso de producción de capital". Queda claro que la playmate no era una mujer cualquiera con la que nos encontrábamos al doblar la esquina, sino que era el resultado de una serie de precisas estrategias de representación visual. Las fotografías de playmates eran más que una huella conmemorativa, eran una especie de muestrario de embajadoras, de sustitutos del yo anónimo capaces de representar una extensión del poder y de influir en el comportamiento y en el juicio de los otros por tener un único talento: ser fotogénicas.
Para los hombres heterosexuales de los años cincuenta, la timidez era un principio esencial en las populares pinup. Esas rubias explosivas asediadas por los nuevos juguetes de la clase media: las piscinas multiformes y los divanes debían posar tan deliberadamente incómodas como para sugerir que su verdadero talento se encontraba en la cama, ¡redonda!, grita Hugh Marston Hefner desde el otro cuarto seis metros más arriba y en paralelo con un balcón falso. Panópticos deliberados y estridentes que supieron conseguir algunos solteros playboy y que otros buscaban desesperados en las páginas de la revista.
El hombre que seguía a Hefner había ganado un lugar de sofisticación lejos de los matorrales y de los ríos a los que los tenían acostumbrados las revistas masculinas, ese hombre había ganado un espacio de domesticidad, pero no de domesticidad suburbana, tradicionalmente femenino sino de uno radicalmente opuesto. Un espacio que se sentía muy cómodo dentro de un discurso masculino adolescente, heterosexual y consumista, y que se mantenía a estratégica distancia de "la estricta moral sexual de la casa suburbana y sus distinciones de género, y de la defensa feminista de la expansión de las mujeres al espacio público".
El norteamericano soltero (o divorciado) tenía ahora, en sus decoradas cuatro paredes, el nuevo sueño americano: las técnicas de masturbación y también los colores y los diseños de las fórmicas para las mesadas.
La arquitectura es el arte inevitable del que no podemos escapar; está encima nuestro, por debajo y rodeándonos durante casi toda nuestra vida. Como escribió Alvar Aalto: "Hablar de arquitectura de la sustancia es algo más que hablar de un benevolente paraguas protector; cuando es buena, actúa benéficamente sobre nosotros, haciéndonos más humanos; es más que un cobijo, que un objeto para la especulación, que un envoltorio conveniente o un capricho. Es la crónica edificada de cómo hemos ordenado nuestras prioridades culturales, quiénes y qué somos y en qué creemos. Es nuestro testamento en piedra".
En 1962, mientras Hefner se sacaba una foto al lado de la maqueta de lo que sería el Club Hotel Playboy de Los Angeles, atildado, esta vez de riguroso traje y corbata, como si fuera el arquitecto y utilizando su pipa para señalar los aciertos del diseño como si se tratara del lápiz con el que dibujó los primeros bocetos, Sigfried Giedion, quizás el historiador de la arquitectura más influyente de mediados del siglo XX, ya hablaba de "Arquitectura Playboy".
Evidentemente, el testamento de piedra de Hefner estaba en acelerada construcción; ya había logrado la transformación del porno en cultura de masas, el primer número de la revista con Marilyn Monroe desnuda a todo color en legal edición pornográfica mirando a la cámara, recostada sobre un terciopelo rojo y dejando que sólo se viera uno de sus pechos vendió 54.000 ejemplares, las cifras pronto subieron a 250.000 –a fines de los años setenta ya contaba con siete millones de lectores– y ahora iba, en ataque frontal, por las tradiciones entre género, sexo y arquitectura.
La transgresión de Playboy no se limitaba a la exhibición de los cuerpos desnudos, sino al intento de borrar o al menos de modificar la frontera política que separaba los espacios públicos y los privados. El striptease no sólo lo hacían las conejitas sino también los interiores de la casa, vírgenes en el certamen de los primeros planos.
Muchos fueron los arquitectos que por aquellos años se sumaron al furor Playboy tirando abajo paredes y construyendo en su lugar delatores paneles de cristal, alabados cómplices de esta nueva domesticidad.
"Queremos dejar bien claro desde el comienzo que no somos una revista para la familia. Si es usted la hermana de alguien, o su esposa o suegra, le rogamos que nos ponga en manos del hombre de su vida y vuelva a la lectura de Ladies Home Companion", firmaba Hefner en su editorial del mes de noviembre de 1953.
En la nueva casa Playboy el seductor veía lo que antes quería espiar y eliminaba (como si se corriera una mampara) a una mujer por otra: "El lavavajillas es práctico porque no hace ruido, pero también porque borra el rastro del carmín en los vasos de la noche anterior". El teatro de la masculinidad dictada por Hefner inauguraba altillos y los lectores devotos y obedientes mandaban miles de cartas preguntando dónde podían comprar los objetos y los pisos que aparecían desplegados en la revista, sí desplegados, como el cuerpo más esculturalmente deseado y como lo fue la afamada cama redonda de Hefner, la cama que nunca duerme.
Escribe Beatriz Preciado: "Tom Wolfe describe la habitación de la cama Playboy como una plataforma suspendida fuera del tiempo y el espacio: ‘No hay luz del día. En la cápsula hermética, Hefner pierde totalmente el sentido del tiempo o de la estación del año (...) Un amigo le sugirió darle un paquete de siete pijamas con el nombre del día bordado al revés de modo que pudiera verlo mirándose al espejo mientras se afeita para ver qué día de la semana es’. La cama giratoria del señor Hef funciona durante la Guerra Fría como nueva celda multimedia, que descartaba cualquier idea tradicional de pasividad y actividad, de sueño y vigilia, de trabajo y descanso. Escribe Preciado: la cama ultraconectada de Playboy gira sobre sí misma porque ya no necesita moverse de lugar para ser nómada. Playboy inventa con la cama giratoria el nomadismo mediático, que habría de convertirse después en una de las características del consumo del espacio en el siglo XXI. De ahí que el mundo de la información se mueve con la cama".
Desde aquella primera idea de llamar a su revista Stag Party Magazine (literalmente fiesta de ciervos), como representación del hombre que consume en soledad o con amigos y cervezas los Stags Films, las primeras películas porno norteamericanas, y utilizando la iconografía de la bata en un animal salvaje –el primer diseño hecho por Arv Miller era un ciervo con bata y fumando pipa– hasta la definitiva, la del simbólico conejo ("un animal infantil y sin compromiso dedicado a cazar hembras sin salir de su casa") en blanco y negro, diseñando por Art Paul en 1956, Hefner continuó dando cátedra de divertimento masculino entre los adolescentes (fervientes consumidores de la revista) hasta que en 1962 y ante una moral heterosexualidad monógama se sintió obligado a declarar: "Votamos por una sexualidad heterosexual hasta que se presente algo mejor". No hay que olvidarse que en su revista, Hefner hablaba de una heterosexualidad sana, que se oponía tanto a la práctica reprimida y culposa del matrimonio monógamo como al de la homosexualidad, escribe Preciado: "El voyeur sólo podía ser masculino, el objeto de placer visual, sólo podía ser femenino".
Lamentable retroceso del señor de la bata que prefería no compartir aquello sobre lo que Baudelaire había escrito en 1859: "Un millar de ojos hambrientos se inclina sobre las mirillas del estereoscopio como si éstas fueran los tragaluces del infinito. El amor por la pornografía, no menos profundamente arraigado en el corazón natural del hombre que el amor por sí mismo, no iba a dejar escapar tan magnífica oportunidad de autosatisfacción. Y no penséis que eran sólo los muchachos quienes disfrutaban de estas locuras a la vuelta del colegio; a todos les encantaba".
Beatriz Preciado, colaboradora en la emergencia de la teoría queer en Francia, ha publicado varios ensayos: ‘Manifiesto contrasexual’, ‘Testo Yonki’ y ‘Terror Anal’, entre otros, y enseña historia política del cuerpo y teoría queer en el Programa de Estudios Independientes del Museo de Arte Contemporáneo en Barcelona y en la Universidad de París VIII.
Preciado, nacida en Burgos en 1970, termina su autopsia de la pornotopía Playboy, una autopsia hecha cuando todavía el muerto está vivo, señalando que como buena heterotopía, lo singular de la pornotopía que Playboy inventa y pone en marcha es que puede desafiar al modelo tradicional de espacio que rige la casa heterosexual como núcleo de consumo y reproducción de la cultura norteamericana y como un control sobre el cuerpo "propios del emergente capitalismo farmacopornográfico". Es esa quizá la clave de su éxito como utopía localizada y como espacio popular comercializable.
Las conejitas con su alegórico uniforme (diseñado por primera vez para las trabajadoras del club de Chicago en 1960) continuarán siendo el símbolo de la compañía sexual gracias a una familiaridad y a un encanto que han ganado y perdido a través del tiempo exhibiendo disciplinadas, pasiones mentirosas.
Hefner y su revista imperio se desmoronan al compás de las arrugas de su creador y mientras eso ocurre y se desvanece el sueño Playboy: "Si quieres cambiar a un hombre, modifica su departamento", se pone en evidencia que el universo Playboy sobrevivirá en cada una de las nuevas "prótesis" tecnológicas que aparezcan y en las futuras formas del comercio sexual porque aquella cámara que filmaba en los años cincuenta el interior de una casa, una relación amorosa o una convivencia no era otra cosa que el antecedente del reality y de las webcams, que aquella ruptura de los modelos tradicionales de producción del sexo y de la sexualidad en el siglo XIX no era otra cosa que provocar que los febriles espasmos de los prejuicios se ahoguen de una vez o se calmen en comodidad de la carne.

17 de julio de 2010
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