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CARANDIRU



En una celda de la Casa de Detenciones de Sao Paulo, mejor conocida por Carandiru, dos presos (Lula y Dagger) tienen una cuenta que saldar. La atmósfera es tensa. Otro preso, Black Nígger, ‘juez' autoproclamado por mediar en disputas entre prisioneros, resuelve el caso a tiempo de dar la bienvenida al nuevo doctor, encargado de comenzar un programa de prevención del sda en la penitenciaría.
El doctor se enfrenta con los muchos serios problemas que tiene la cárcel más grande de Latinoamérica: celdas superpobladas, instalaciones decadentes, enfermedades como la tuberculosis, leptospirosis, cachexia, y los comienzos de una epidemia de sida. Los presos no tienen acceso ni a cuidados médicos ni a asistencia legal. Carandiru, que alberga más de siete mil prisioneros, es un gran desafío para el recién llegado. Pero tras trabajar allí durante unos meses descubre algo que le transformará: los reclusos, incluso en esta detestable situación, no son figuras demoníacas. En el contacto diario con los prisioneros en su improvisada oficina, el doctor es testigo de la solidaridad, organización y, sobre todo, las inmensas ganas de vivir.
A pesar de ser un famoso oncólogo acostumbrado a trabajar con la tecnología más avanzada, el doctor se ve obligado a practicar medicina rudimentaria con sólo un estetoscopio, su instinto y un buen oído. Su trabajo comienza a dar frutos y el doctor gradualmente se gana el respeto de los presos. Con el respeto vienen los secretos. Sus consultas comienzan a tratar de temas más allá de la enfermedad cuando los reclusos empiezan a contarle la historia de su vida. Sus reuniones con los pacientes en la consulta se convierten en ‘ventanas' al mundo del crimen.

Comentario
La adaptación de Babenco permanece fiel a la esencia del libro original con los cambios narrativos habituales necesarios para adaptar una novela a la pantalla. Todos los cambios cuentan con la aprobación del autor, Drauzio Varella. La película se cuenta desde el punto de vista de un médico que hace visitas regulares a la Penitenciaría de Sao Paulo, la mayor prisión de Latinoamérica. Mientras el médico trata a los prisioneros escucha cientos de sus historias, sobre amor y pasión, crimen y amistad. Es una de las pocas personas de fuera al que cuentan los relatos de los supervivientes de la masacre de 1992 que dejó 111 muertos. La producción de ‘Carandiru', de Héctor Babenco, hace una notable representación de la historia personal de cada preso mediante algunos de los actores más brillantes y los equipos técnicos más punteros de Brasil.
El variado y profundo tapiz de la vida en prisión de Babenco está lleno de humor y patetismo. En su corazón, está conducida por una creencia subyacente en la humanidad y en la redención. Este retrato transporta a la audiencia a un terreno emocional que va más allá del miedo y la violencia que abarrota las calles y los titulares de los periódicos de Brasil.
Babenco reunió algunos de los actores más respetados de Brasil incluyendo: Milton Gonçalves, Ivan de Almeida, Rodrigo Santoro, Maria Luisa Mendonça y Caio Blat y al mismo tiempo destapó algunos nuevos y frescos talentos brasileños como Ailton Graça, Milhem Cortaz y Robson Nunes. Los actores pasaron tres meses de preparación en una serie de talleres de actuación. Muchos de ellos están graduados por la afamada CPT (Theatre Research Centre), fundada por Antunes Filho.
Para producir una película de esta complejidad, Héctor Babenco confió en los esfuerzos de colaboración de los co-productores Flávio R. Tambellini y Fabiano Gullane y el productor asociado Daniel Filho.

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