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rebeldes huyen con vecinos


[John Hendren] Las tropas norteamericanas han desalojado a los militantes de un santuario cerca de la frontera siria, pero también huyó la mayoría de sus vecinos.
Rawah, Iraq. En las desiertas calles de este polvoriento pueblo, los iraquíes dicen que el ejército norteamericano ha expulsado a los combatientes extranjeros que durante dos semanas se enfrentaron en esporádicas batallas a los estadounidenses.
También se fueron casi todos los 20.000 habitantes. Las ovejas pastando de los matorrales en las afueras del pueblo son más numerosas que los vecinos.

En las últimas dos semanas, tres de cada cuatro residentes han huido del pueblo, que los estrategas militares dicen que era un refugio de la resistencia. Desde entonces han vuelto unos pocos, pero muchos más han buscado refugio temporal con amigos y familiares en el pueblo de Anah, al otro lado del río Eúfrates.
"La situación actual no es buena. Un montón de gente está viviendo en aldeas cercanas", dijo Ibrahim Kassam, vecino de Faluya, que pasó por un puesto de control norteamericano en el puente para atender la pequeña tienda que posee aquí. "Había algunos combatientes extranjeros, pero desde que llegaron los americanos ya no se les ve".
Desde su llegada a mediados de julio, el 2º Escuadrón de la Segunda División de Infantería del 14º Regimiento de Caballería ha derrotado a los insurgentes aquí y se dispersarán para sellar la frontera con Siria, dijo el teniente coronel Mark Davis, el jefe de la unidad.
Estrategas norteamericanos dicen que los insurgentes dirigidos por el militante jordano Abu Musab Zarqawi ha usado este pueblo y una ruta de contrabando a lo largo del Eúfrates para adiestrar y transportar a combatientes extranjeros, armas y explosivos, hacia Bagdad al sudeste y a Mosul, al norte.
Bajo un plan ordenado por el general George W. Casey, el comandante militar norteamericano en Iraq, las unidades americanas están tratando de hacerse con el control de la poco custodiada frontera con Siria.
Habiendo luchado por el control de Rawah, el Equipo de Combate de la Brigada Stryker espera ahora avanzar hacia el oeste hacia la frontera y, por primera vez, controlar un amplio tramo de territorio al norte del Eúfrates que ha eludido a la coalición norteamericana durante más de dos años.
El jueves y viernes, los soldados allanaron cada una de las 3.000 a 5.000 viviendas del pueblo, capturando a sospechosos y un botín de armas, incluyendo minas, granadas, morteros, materiales para fabricar bombas, rifles de francotiradores y proyectiles.
"Desde entonces, no han habido ataques del enemigo, ni explosiones ni nadie nos ha disparado", dijo Davis.
El pueblo está ahora tranquilo, pero eso no significa que sea amistoso. En la pared exterior de una escuela, una pintada con aerosol en árabe dice desafiantemente: "¡Viva el pueblo de Faluya!" -un antiguo bastión insurgentes destruido por tropas norteamericanas e iraquíes en noviembre.
Davis reconoció que la mayoría de los iraquíes habían dejado el pueblo, pero dijo que no lo habían hecho por orden de las tropas norteamericanas.
Aparentemente los insurgentes mantuvieron de rehén al pueblo, dijeron oficiales norteamericanos. No había policía, el ayuntamiento no se reunía, había escuelas sin niños ni maestros.
Un solitario camión de bomberos y una ambulancia era todo lo que quedaba de la infraestructura del gobierno, y sus empleados se ocupaban más de su reparación de que otra cosa.
"Era un gobierno con piloto automático, con una fuerte influencia de Al Qaeda en Iraq", dijo, refiriéndose a la organización de Zarqawi.
Momentos después un imán de gafas y barba canosa se acercó a ofrecer su apoyo, diciendo que había instado a los pocos vecinos que quedaban a que cooperaran.
"Ahora necesitamos paz. Los guerrilleros están todos muertos o se han marchado", dijo el imán. "Yo soy una autoridad religiosa, y he pedido a la gente de la ciudad que sean honestos y ayuden a vuestras fuerzas aquí".
Las calles de Rawah están salpicadas de cráteres dejados por bombas improvisadas y coches-bomba con que se ha atacado a los norteamericanos. A menos de un kilómetro de la base americana en las afueras del pueblo se encuentra el lugar donde explotó una bomba improvisada cerca del vehículo de combate de Davis.La explosión fue seguida de una ronda de granadas y fuego de ametralladoras pesadas, dijo Davis.
"Eso nos dijo que el enemigo no estaba contento con que estuviéramos aquí", dijo.
En los días siguientes los soldados debieron hacer frente a cuatro atentados suicidas con coche-bomba, dos bombas con coches no tripulados, fuego de mortero, 11 bombas improvisadas y 6 ataques con armas livianas.
Algunos de los insurgentes fueron osados, aunque dominados. El 19 de julio un pistolero abrió el fuego desde una bien mantenida casa de ladrillos de dos pisos con vistas al estratégico puente. Los soldados norteamericanos retornaron el fuego, matando a dos hombres. Un allanamiento del edificio y de un coche cercano descubrió explosivos, armas y municiones, dijo Davis.
Cerca del puente del Eúfrates hay un nuevo parche negro que cubre el sitio donde estalló una bomba.
En la base del puente está el frontis derrumbado de la casa de bloques de cemento que estaba tan abarrotada de armas y explosivos que los hombres de Davis optaron por hacer volar el lugar antes que remover las armas.
Ahora el ejército está animando a los vecinos a Rawah a volver, elevando los retornos de uno de cada cuatro hace una semana, a uno de cada tres ahora, dijo Davis.
Aparentemente, los guerrilleros se han ido, pero no base no se moverá.
Cuando los soldados de Davis vuelvan a sus casas en Ft. Lewis, Washington, en dos meses, otra unidad americana ocupará sus posiciones. Finalmente, dijo, la base será ocupada por tropas iraquíes que están ahora estacionadas en una planta de tratamiento de aguas no terminada.
Hasta entonces, dijo Davis, sus soldados seguirán a los insurgentes. "Creemos que desde que llegamos por el norte del río, un montón de actividades se han trasladado hacia el sur", dijo.

1 de agosto de 2005
©los angeles times
©traducción mQh


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