vice-ministro era terrorista infiltrado
[Louise Roug] Detienen a vice-ministro de salud iraquí. Se le sospecha participación en asesinatos. Desviaba dinero hacia la milicia de Sáder.
Bagdad, Iraq. Tropas iraquíes y estadounidense lanzaron el jueves una campaña contra la red de patronaje que apoya al clérigo extremista anti-norteamericano Muqtada Sáder, deteniendo a un funcionario iraquí de alto rango por su vinculación con los asesinatos de funcionarios del ministerio de Salud y el desvío de millones de dólares hacia una milicia chií.
Fuerzas especiales iraquíes respaldadas por tropas norteamericanas ocuparon el complejo del ministerio de Salud en el centro de Bagdad, deteniendo al vice-ministro de Salud, Hakim Zamili, seguidor de Sáder.
Fue el segundo allanamiento en el ministerio en seis meses, pero la primera detención de un funcionario de alto nivel.
"Este es el primer pez grande visible", dijo un asesor norteamericano de los militares iraquíes tras la detención de Zamili. "Hay que ver qué pasa. Tiene que ser el comienzo de una purga".
Oficiales norteamericanos dicen que la milicia de Sáder, Al Madhi, es uno de los grupos más mortíferos en Iraq, y ha asesinado a miles de civiles y soldados.
Sáder, que ha emergido como un importante caudillo político, ha surgido gracias a su control de escaños en el parlamento y pistoleros en las calles.
Controla ramas de servicios claves con enormes presupuestos, como los ministerios de salud y transporte, y proporciona protección a sus seguidores, dicen oficiales norteamericanos e iraquíes.
La detención de Zamili provocó de inmediato protestas entre los legisladores chiíes asociados a Sáder, que la describieron como un secuestro ilegal y un ataque contra la "dignidad de los iraquíes".
La reacción del campo de Sáder y en las calles fue inusualmente apagada, dando pie a teorías de que el clérigo chií es neutral en los primeros días de la campaña de seguridad en Bagdad.
El ministerio de Salud está controlado por Sáder, dicen autoridades iraquíes y norteamericanas. Es una casa del horror donde los funcionarios desaparecen en camino a reuniones, para no saberse nunca más de ellos.
Controlar los ministerios significa controlar a los cientos de hombres armados que controlan las puertas, más un presupuesto de billones de dólares y miles de puestos de trabajo.
Funcionarios norteamericanos ya no visitan el destartalado ministerio. Incluso para estadounidenses, que normalmente se desplazan en burbujas de seguridad, el nivel de amenaza es alto, dijo el asesor norteamericano.
En la morgue cercana, árabes sunníes han sido secuestrados y asesinados mientras trataban de recuperar los cuerpos de sus familiares, obligando a las familias a abandonar a sus seres queridos y violar así las reglas musulmanas sobre la sepultura.
Médicos sunníes de las provincias han dejado de aparecerse por el ministerio de Salud. Mencionan el peligro y la sensación de que a los sunníes se les niega el acceso a medicinas y equipos, lo que ha resultado en innumerables muertes.
Pacientes sunníes y chiíes denuncian los sobornos y corrupción en todo el sistema.
¿Amenazas Y Sobornos?
En la declaración sobre el allanamiento, los militares norteamericanos no mencionan a Zamili. La declaración menciona como detenido a un "alto funcionario del ministerio de Salud" y dice que está vinculado al asesinato de Ali Mahdawi, director de salud de una provincia sunní que fue secuestrado en junio pasado en el ministerio junto a sus guardaespaldas.
"Se sabe que amedrentaba y amenazaba abiertamente a los funcionarios que no estaban de acuerdo con él y cuestionaban sus acciones", dice la declaración, que también afirma que el vice-ministro solicitaba sobornos por contratos y desvió millones de dólares a la milicia Al Mahdi.
Un tercio del presupuesto del ministerio de Salud se destina al pago de salarios, lo que lo convierte en una rica fuente de patronaje.
El Ejército Al Mahdi también es acusado de utilizar las ambulancias del ministerio para transportar a los milicianos.
En adición, agencias norteamericanas han gastado al menos 493 millones de dólares de los fondos de reconstrucción de Iraq en salud pública. La mayoría de las nuevas clínicas construidas en Iraq están ubicadas en barrios chiíes.
Un ayudante del primer ministro Nouri Maliki, que habló a condición de conservar el anonimato, llamó la detención de Zamili un "arresto importante". El ayudante dijo que se creía de Zamili que era responsable del secuestro de otro ministro de Salud, que fue secuestrado en su casa en noviembre pasado. Desde entonces no se sabe nada de él.
"Nadie Se Libra"
Aunque no hubo comentarios oficiales desde el despacho de Maliki, el ayudante dijo que el primer ministro había sido informado sobre el allanamiento, lo que demostraba que "nadie se libra".
El ministro de Salud, Ali Shammari, chií, calificó el allanamiento de una "violación de la soberanía de Iraq".
"Humillaron a los funcionarios, rompieron los cristales y las puertas", dijo Shammari. Se mostraron en televisión nacional imágenes de polvorientas huellas de botas en las puertas, que sugieren que los soldados echaron las puertas abajo a patadas.
Shammari y un grupo de legisladores asociados a Sáder dijeron que los cargos contra Zamili eran falsos. Exigieron su liberación.
"Este secuestro ha demostrado que no solamente están atacando al gobierno de Iraq, sino también la dignidad de los iraquíes", dijo Nassar Rubaie, un legislador chií leal a Sáder, en una declaración.
Una delegación de políticos chiíes se quejó ante Maliki, también chií y que depende de Sáder en cuanto a su apoyo político. En el pasado Maliki ha ordenado la libertad de sospechosos chiíes de alto rango detenidos por tropas norteamericanas e iraquíes.
Pero oficiales norteamericanos esperan que el allanamiento y detención representen un desvío de la falta de voluntad del gobierno de perseguir a las milicias chiíes.
En agosto, soldados norteamericanos e iraquíes allanaron el ministerio de Salud, buscando a víctimas de secuestros. Arrestaron entonces a siete guardaespaldas de Shammari y confiscaron grandes cantidades de dinero y documentos.
Cada vez más Maliki toma partido contra las milicias, diciendo que su gobierno perseguirá tanto a milicias sunníes como chiíes.
El allanamiento se produce menos de 48 horas después de una reunión convocada por Maliki para ordenar a los comandantes militares iraquíes en Bagdad que persigan a todo aquel que viole la ley, independientemente de su afiliación religiosa o política.
"Quizás, solamente quizás, este es un indicio de que los círculos políticos no intervendrán", dijo el asesor estadounidense.
La violencia continuó en todo el país.
Un coche bomba mató a quince personas en Aziziyah, al sudeste de Bagdad, y proyectiles de mortero mataron a siete en la provincia de Babil, al sur de la capital. Tiroteos, bombas y proyectiles de mortero mataron al menos a otras 52 personas en todo el país, dijeron las autoridades.
De estas, veinte fueron encontradas en la capital.
Los militares norteamericanos anunciaron la muerte de cuatro marines en la provincia de Al Anbar. Murieron en ataques separados el miércoles, dijeron los militares.
Las muertes llevan a al menos 30 el número de soldados norteamericanos muertos durante la primera semana de febrero, de acuerdo a icasualties.org, una página web que informa sobre las bajas de la coalición.
Al menos 3,115 soldados norteamericanos han muertos en Iraq desde la invasión norteamericana de 2003, dice la página web.
Los militares norteamericanos también dijeron que un bombardeo aéreo norteamericano mató el jueves a trece presuntos rebeldes al nordeste del barrio de Amirirya, en Bagdad.
Fuerzas especiales iraquíes respaldadas por tropas norteamericanas ocuparon el complejo del ministerio de Salud en el centro de Bagdad, deteniendo al vice-ministro de Salud, Hakim Zamili, seguidor de Sáder.
Fue el segundo allanamiento en el ministerio en seis meses, pero la primera detención de un funcionario de alto nivel.
"Este es el primer pez grande visible", dijo un asesor norteamericano de los militares iraquíes tras la detención de Zamili. "Hay que ver qué pasa. Tiene que ser el comienzo de una purga".
Oficiales norteamericanos dicen que la milicia de Sáder, Al Madhi, es uno de los grupos más mortíferos en Iraq, y ha asesinado a miles de civiles y soldados.
Sáder, que ha emergido como un importante caudillo político, ha surgido gracias a su control de escaños en el parlamento y pistoleros en las calles.
Controla ramas de servicios claves con enormes presupuestos, como los ministerios de salud y transporte, y proporciona protección a sus seguidores, dicen oficiales norteamericanos e iraquíes.
La detención de Zamili provocó de inmediato protestas entre los legisladores chiíes asociados a Sáder, que la describieron como un secuestro ilegal y un ataque contra la "dignidad de los iraquíes".
La reacción del campo de Sáder y en las calles fue inusualmente apagada, dando pie a teorías de que el clérigo chií es neutral en los primeros días de la campaña de seguridad en Bagdad.
El ministerio de Salud está controlado por Sáder, dicen autoridades iraquíes y norteamericanas. Es una casa del horror donde los funcionarios desaparecen en camino a reuniones, para no saberse nunca más de ellos.
Controlar los ministerios significa controlar a los cientos de hombres armados que controlan las puertas, más un presupuesto de billones de dólares y miles de puestos de trabajo.
Funcionarios norteamericanos ya no visitan el destartalado ministerio. Incluso para estadounidenses, que normalmente se desplazan en burbujas de seguridad, el nivel de amenaza es alto, dijo el asesor norteamericano.
En la morgue cercana, árabes sunníes han sido secuestrados y asesinados mientras trataban de recuperar los cuerpos de sus familiares, obligando a las familias a abandonar a sus seres queridos y violar así las reglas musulmanas sobre la sepultura.
Médicos sunníes de las provincias han dejado de aparecerse por el ministerio de Salud. Mencionan el peligro y la sensación de que a los sunníes se les niega el acceso a medicinas y equipos, lo que ha resultado en innumerables muertes.
Pacientes sunníes y chiíes denuncian los sobornos y corrupción en todo el sistema.
¿Amenazas Y Sobornos?
En la declaración sobre el allanamiento, los militares norteamericanos no mencionan a Zamili. La declaración menciona como detenido a un "alto funcionario del ministerio de Salud" y dice que está vinculado al asesinato de Ali Mahdawi, director de salud de una provincia sunní que fue secuestrado en junio pasado en el ministerio junto a sus guardaespaldas.
"Se sabe que amedrentaba y amenazaba abiertamente a los funcionarios que no estaban de acuerdo con él y cuestionaban sus acciones", dice la declaración, que también afirma que el vice-ministro solicitaba sobornos por contratos y desvió millones de dólares a la milicia Al Mahdi.
Un tercio del presupuesto del ministerio de Salud se destina al pago de salarios, lo que lo convierte en una rica fuente de patronaje.
El Ejército Al Mahdi también es acusado de utilizar las ambulancias del ministerio para transportar a los milicianos.
En adición, agencias norteamericanas han gastado al menos 493 millones de dólares de los fondos de reconstrucción de Iraq en salud pública. La mayoría de las nuevas clínicas construidas en Iraq están ubicadas en barrios chiíes.
Un ayudante del primer ministro Nouri Maliki, que habló a condición de conservar el anonimato, llamó la detención de Zamili un "arresto importante". El ayudante dijo que se creía de Zamili que era responsable del secuestro de otro ministro de Salud, que fue secuestrado en su casa en noviembre pasado. Desde entonces no se sabe nada de él.
"Nadie Se Libra"
Aunque no hubo comentarios oficiales desde el despacho de Maliki, el ayudante dijo que el primer ministro había sido informado sobre el allanamiento, lo que demostraba que "nadie se libra".
El ministro de Salud, Ali Shammari, chií, calificó el allanamiento de una "violación de la soberanía de Iraq".
"Humillaron a los funcionarios, rompieron los cristales y las puertas", dijo Shammari. Se mostraron en televisión nacional imágenes de polvorientas huellas de botas en las puertas, que sugieren que los soldados echaron las puertas abajo a patadas.
Shammari y un grupo de legisladores asociados a Sáder dijeron que los cargos contra Zamili eran falsos. Exigieron su liberación.
"Este secuestro ha demostrado que no solamente están atacando al gobierno de Iraq, sino también la dignidad de los iraquíes", dijo Nassar Rubaie, un legislador chií leal a Sáder, en una declaración.
Una delegación de políticos chiíes se quejó ante Maliki, también chií y que depende de Sáder en cuanto a su apoyo político. En el pasado Maliki ha ordenado la libertad de sospechosos chiíes de alto rango detenidos por tropas norteamericanas e iraquíes.
Pero oficiales norteamericanos esperan que el allanamiento y detención representen un desvío de la falta de voluntad del gobierno de perseguir a las milicias chiíes.
En agosto, soldados norteamericanos e iraquíes allanaron el ministerio de Salud, buscando a víctimas de secuestros. Arrestaron entonces a siete guardaespaldas de Shammari y confiscaron grandes cantidades de dinero y documentos.
Cada vez más Maliki toma partido contra las milicias, diciendo que su gobierno perseguirá tanto a milicias sunníes como chiíes.
El allanamiento se produce menos de 48 horas después de una reunión convocada por Maliki para ordenar a los comandantes militares iraquíes en Bagdad que persigan a todo aquel que viole la ley, independientemente de su afiliación religiosa o política.
"Quizás, solamente quizás, este es un indicio de que los círculos políticos no intervendrán", dijo el asesor estadounidense.
La violencia continuó en todo el país.
Un coche bomba mató a quince personas en Aziziyah, al sudeste de Bagdad, y proyectiles de mortero mataron a siete en la provincia de Babil, al sur de la capital. Tiroteos, bombas y proyectiles de mortero mataron al menos a otras 52 personas en todo el país, dijeron las autoridades.
De estas, veinte fueron encontradas en la capital.
Los militares norteamericanos anunciaron la muerte de cuatro marines en la provincia de Al Anbar. Murieron en ataques separados el miércoles, dijeron los militares.
Las muertes llevan a al menos 30 el número de soldados norteamericanos muertos durante la primera semana de febrero, de acuerdo a icasualties.org, una página web que informa sobre las bajas de la coalición.
Al menos 3,115 soldados norteamericanos han muertos en Iraq desde la invasión norteamericana de 2003, dice la página web.
Los militares norteamericanos también dijeron que un bombardeo aéreo norteamericano mató el jueves a trece presuntos rebeldes al nordeste del barrio de Amirirya, en Bagdad.
roug@latimes.com
Zeena Kareem y Raheem Salman contribuyeron a este reportaje.
9 de febrero de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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