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asesor de cheney irá a la cárcel


[Matt Apuzzo] Juicio demuestra que filtración de la identidad de una espía de la CIA se originó en el despacho del vicepresidente Cheney.
Washington, Estados Unidos. El ex asesor de la Casa Blanca, I. Lewis ‘Scooter' Libby fue sentenciado el martes a una pena de dos años y medio de prisión por mentir y obstruir la investigación sobre una filtración de la CIA.
Libby, ex jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney, se mostró tranquilo ante la atiborrada sala del tribunal cuando un juez federal dijo que las evidencias probaban su culpa más allá de toda duda, y dejó la sala del tribunal sin hacer comentarios.
"La gente que ocupa este tipo de posiciones, donde tienen el bienestar y la seguridad del país en sus manos, tienen la obligación especial de no hacer nada que pueda provocar un problema", dijo el juez de distrito Reggie B. Walton.
Walton no fijó una fecha para el ingreso en prisión de Libby. Aunque no vio motivos para que Libby siga libre mientras dure la apelación, Walton dijo que aceptaría alegatos escritos sobre el caso y resolvería más tarde.
La secretario de prensa de la Casa Blanca, Dana Perino, que acompañó al presidente Bush en el Air Force One en su viaje a la República Checa y Alemania el martes, dijo a periodistas que Bush "lo lamentaba mucho por la familia, especialmente por su mujer e hijos".
Dijo que de momento Bush no haría comentarios sobre el caso.
Cheney emitió una declaración diciendo que estaba "profundamente afectado por esta tragedia".
"Como ministro de Defensa y como vicepresidente, he confiado plenamente él", dijo. "Los abogados defensores han indicado que recurrirán la condena en el caso. Hablando como amigo, espero que nuestro sistema dictamine en conformidad con lo que sabemos sobre esta excelente persona".
Libby fue condenado en marzo por mentir y obstruir la investigación sobre la filtración de 2003 de la identidad de la agente de la CIA, Valerie Plame.
El funcionario de más alto nivel de la Casa Blanca condenado en un escándalo del gobierno desde el caso Irán-Contras, Libby ha mantenido firmemente su inocencia.
"Respetuosamente espero que el tribunal considere, junto con el veredicto del jurado, toda mi vida", dijo Libby en una breve intervención ante el juez.
Sentados junto a la mujer de Libby, Harriet Grant, durante la lectura de la sentencia se encontraban la comentarista conservadora Mary Matalin, una ex asesora de Cheney, y Victoria Toensing, ex asistente del fiscal general en el gobierno de Reagan.
Walton impuso a Libby una multa de 250 mil dólares y lo colocó bajo libertad vigilada cuando termine su período en prisión. Walton no trató inmediatamente si Libby podría o no permanecer en libertad durante la apelación.
La Oficina de Prisiones de Estados Unidos decidirá Libby dónde cumplirá Libby su sentencia y fijará una fecha de entrega. La agencia trata de mantener a los reclusos cerca de casa.
Con cartas de recomendación de varios ex jefes militares y de funcionarios de la Casa Blanca y del Departamento de Estado, Libby había pedido no ser condenado a una pena de prisión. Sus partidarios mencionaron su carrera en la administración donde Libby ayudó a ganar la Guerra Fría y la primera Guerra del Golfo.
"Ha caído en desgracia", dijo el abogado defensor Theodore Wells, "Es un tragedia, una tragedia".
El fiscal especial Patrick Fitzgerald llamó a Libby a cumplir su pena de prisión.
"Tenemos que dejar claro que la verdad es lo que más importa", dijo Fitsgerald.
El fiscal no habló con los periodistas al dejar el tribunal.
Los abogados de Libby buscaron una pena sin cárcel. Argumentaron que es injusto aumentar la sentencia simplemente por la naturaleza de la investigación, especialmente ya que Fitzgerald nunca demostró que la filtración fuese un delito.
"Nunca se acusó a nadie. Nadie se declaró culpable", dijo el abogado William Jeffress. "El gobierno no estableció la existencia de un delito".
En apoyo de la petición de libertad condicional de Libby escribieron a Walton muchos prominentes. Entre las cartas las había del ex ministro de Defensa Donald H. Rumsfeld; el general de la Armada, Peter Pace, presidente del Estado Mayor Conjunto; el ex secretario de estado, Henry Kissinger; y el ex embajador ante Naciones Unidas, John Bolton.
"Espero y ruego que sus excelentes antecedentes, sus numerosas contribuciones a nuestro país y su valor como ciudadano sean considerados cuidadosamente", escribió Rumsfeld.
Agentes de probatoria habían recomendado una sentencia del orden de los 15 a 21 meses, pero dejaron abierta la posibilidad de que los abogados de la defensa alegaran por una condena menor.
Libby fue condenado por un cargo de obstrucción a la justicia, dos por perjurio al gran jurado y uno por mentir al FBI sobre cómo se enteró de la identidad de Plame y a quién se lo comunicó. El veredicto se produjo después de un juicio de siete semanas que concentró nuevamente la atención sobre el criticado manejo por parte del gobierno de Bush de los informes de inteligencia sobre las armas de destrucción masiva en los preliminares de la guerra de Iraq.
Al final, los miembros del jurado dijeron que no creían en el principal argumento de Libby: que no había mentido, sino que sólo tenía mala memoria.
Sus decisiones convirtieron a Libby en el funcionario de la Casa Blanca de más alto nivel en ser condenado en un escándalo de gobierno desde el asesor de Seguridad Nacional, John Poindexter en el caso Irán-Contras hace veinte años.
Walton retuvo la sentencia hasta que se completara un análisis jurídico de los funcionarios de probatoria sobre el modo en que estaba estructurada técnicamente la sentencia. Walton dijo que oficializaría la sentencia la próxima semana.
El caso costó a Cheney su asesor de más confianza, y el juicio reveló la obsesión personal de Cheney con las críticas a la justificación de la guerra.
Fue Cheney quien primero reveló a Libby la identidad de Plame en junio de 2003, después de que su marido, el ex embajador Joseph Wilson, cuestionara la inteligencia de preguerra del gobierno. Varios otros funcionarios declararon que también ellos hablaron sobre la agente de la CIA con Libby cuando Wilson efectuaba sus críticas.
Libby dice que él olvidó esas conversaciones y que se sorprendió al enterarse de las declaraciones de Plame un mes después por boca del reportero de la NBC, Tim Russert. Este, el principal testigo del gobierno en el juicio, declaró que los dos nunca hablaron sobre Plame. Fitzgerald dijo que Libby inventó esa historia con Russert para eludir su procesamiento por el manejo impropio de informaciones confidenciales.
Libby no fue acusado de filtrar la identidad de Plame, ni tampoco las dos fuentes originales de la filtración: el subsecretario Richard Armitage, y el asesor político de la Casa Blanca, Karl Rove.
Los partidarios de Libby criticaron a Fitzgerald por seguir adelante con la investigación a pesar de saber cuál era la primera fuente de la filtración. Fitzgerald dijo que necesitaba saber si la filtración había sido autorizada por altos funcionarios de gobierno y habló en el tribunal sobre la "nube" que colgaba sobre Cheney.
En un e-mail a la Associated Press, Wilson dijo que él y su esposa lo lamentaban por la familia de Libby.
"Que mintiera a sabiendas, que cometiera perjurio y que obstruyese una investigación criminal legítima es incomprensible", dijo Wilson. "Es nuestra esperanza que ahora cooperará con el fiscal especial Fitzgerald en sus esfuerzos por descubrir la verdad. Como dijo el señor Fitzgerald, todavía pende una nube sobre el vicepresidente".
Aunque el juicio ya terminó, la pelea jurídica sobre la filtración continúa. Plame y Wilson demandarán a Libby, Cheney y otros altos personeros del gobierno de Bush por violar el derecho a la privacidad. Ahora un juez está considerando esa demanda.
Plame está también demandando a la CIA por retrasar la publicación de sus memorias, en la que discute detalles sobre su carrera de veinte años en la agencia de inteligencia. Agentes de la CIA dicen que el material que quiere publicar es confidencial.

9 de junio de 2007
5 de junio de 2007
©boston globe
©traducción mQh
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