cada vez más coca
[Sonni Efron] A pesar de los 5.4 billones de dólares gastados desde el año 2000, el cultivo de la coca sigue siendo alto en los Andes y el precio de la cocaína bajo en Estados Unidos.
Washington, Estados Unidos. El gobierno de Bush y sus aliados en el Congreso están preparándose para renovar el programa de erradicación de drogas en América Latina a pesar de algunas sombrías noticias: Los 5.4 billones de dólares gastados en el programa desde el año 2000 no han hecho mella en la disponibilidad de cocaína en las calles de Estados Unidos y los precios están más bajos que nunca.
Las cifras dadas a conocer por Naciones Unidas este mes muestran que el cultivo de coca en la región de los Andes aumentó en un 2 por ciento en 2004 a medida que las reducciones en Colombia eran neutralizadas por masivos aumentos en Perú y Bolivia. Y el independiente Servicio de Investigaciones del Congreso declaró la semana pasada que el programa anti-drogas no había tenido "ningún efecto" en el precio o en la pureza de las drogas en Estados Unidos.
Los hallazgos han encendido el escepticismo en el Congreso, donde los grupos conservadores han unido esfuerzos para cabildear contra la continuidad de su financiamiento. La Unión Nacional de Contribuyentes calificó el programa anti-drogas como "innecesario".
Sin embargo, el comité de la Cámara aprobó la semana pasada la petición del gobierno de 734.5 millones de dólares para el próximo año como parte de un proyecto de ley para ayuda exterior. El debate sobre el proyecto podría empezar incluso hoy. El presidente Bush puede también revelar un renovado compromiso de varios años para sus proyectos anti-drogas en Sudamérica este año cuando el presidente colombiano Álvaro Uribe, un firme aliado de Estados Unidos, visite el país.
"Vamos en la dirección correcta y estamos ganando", dijo al Congreso el zar federal de las drogas John P. Walters, el mes pasado.
El Plan Colombia' -una campaña de 6 años de Washington y Bogotá para erradicar el tráfico de drogas, terminar con los más de 40 años de conflicto armado con los rebeldes y promover reformas económicas y legales en Colombia- expira este año. El gobierno de Bush quiere continuarlo, dijo un importante funcionario del ministerio de Asuntos Exteriores. "No hay ninguna intención de parte de nuestro gobierno de abandonar la lucha solamente porque es difícil".
Las negociaciones con Bogotá sobre los detalles de un segundo programa del Plan Colombia comenzará el próximo mes, dijo el funcionario.
Funcionarios de gobierno y algunos del Congreso dicen que el Plan Colombia ha obtenido algunos impresionantes éxitos. Los asesinatos, masacres de campesinos y otros ataques atribuidos al tráfico de drogas han disminuido agudamente desde 2002, y los secuestros se han reducido a la mitad, de acuerdo a cifras del ministerio colombiano de Defensa, incluso aunque este año ha presenciado una resurgencia de la violencia.
Las erradicaciones de cultivos de coca y las prohibiciones están cortando los beneficios de los paramilitares de extrema derecha y de los rebeldes izquierdistas de Colombia, dijo Walters este mes al Congreso.
Walters declaró que "la producción de cocaína en los Andes ha disminuido en un 29 por ciento desde 2001, y la producción de opio de Colombia se redujo a la mitad entre 2003 y 2004". Dijo que la razón por la que el precio y disponibilidad no se habían visto afectadas era el lapso de seis meses a un año que hay entre la temporada en que se cosechan las plantas de coca y el momento en que la cocaína se vende en las calles de Estados Unidos.
Los informes ponen la evaluación del gobierno en entredicho. Mientras que la producción de cocaína cayó un 11 por ciento en 2004 en Colombia, subió fuertemente en Perú con un 23 por ciento y en Bolivia, con un 35 por ciento, de acuerdo al informe de la Oficina de Fiscalización de Drogas y Prevención del Delito de Naciones Unidas. En general, el cultivo de coca en la región subió en un 2 por ciento, se lee en el estudio de Naciones Unidas.
"Las cifras de Naciones Unidas son demoledoras", dijo Adam Isacson del Centro de Política Internacional, que ha sostenido que las campañas de erradicación deben acompañarse de proyectos de desarrollo a gran escala para ofrecer a los campesinos modos alternativos de subsistencia.
"La erradicación, cuando no es acompañada por un desarrollo alternativo, no parece desalentar a los cocaleros de volver a intentarlo, porque simplemente no hay otras buenas opciones", dijo Isacson.
Los campesinos han respondido plantando todavía más coca, ocultándola debajo de árboles y entre otros cultivos, y utilizando especies de mayor rendimiento, dice el informe de Naciones Unidas.
Esté la campaña anti-drogas rindiendo sus frutos o no, el presupuesto de la ayuda exterior norteamericana está siendo repensada, especialmente ahora que la guerra en Iraq está costando más de 4 billones de dólares al mes y 379 billones de dólares de déficit que planea sobre el horizonte de 2006. Colombia, el quinto receptor más grande de ayuda norteamericana después de Iraq, Israel, Egipto y Afganistán, podría ser blanco de recortes.
El Servicio de Investigaciones del Congreso calcularon los gastos de los ministerios de Asuntos Exteriores y Defensa en la Iniciativa Andina contra el Narcotráfico en 5.4 billones de dólares desde el 2000. Aunque los programas de ayuda contra el narcotráfico en Perú, Bolivia, Ecuador, Brasil, Panamá y Venezuela, Colombia ha recibido la mayor parte del dinero, unos 4.5 billones de dólares. "Aunque ha habido progresos mensurables en la seguridad interna de Colombia, como se desprende de la disminución de la violencia, y en la erradicación de plantaciones de coca, no han afectado el precio, pureza o disponibilidad de la cocaína y heroína en Estados Unidos", dice el informe de la agencia de investigaciones.
El informe dice que Colombia no está más cerca de poner fin a décadas de conflicto armado. La conservadora Unión Nacional de Contribuyentes llamó la semana pasada a reducir o eliminar el programa.
"Según todos los criterios verificables, la efectividad del Plan Colombia es dudosa", dijo Paul Gessing, director de asuntos de gobierno del grupo anti-impuestos. "Es el gasto innecesario más grande del contribuyente".
Los liberales también sostienen que el programa es un despilfarro. El parlamentario James P. McGovern (demócrata de Massachusetts) piensa proponer una enmienda al proyecto de ayuda exterior que rebajaría en 100 millones de dólares la ayuda militar y de seguridad norteamericana a Colombia.
Un importante asesor en política exterior del gobierno norteamericano, que habló a condición de mantener el anonimato por miedo a ser excluido de las discusiones del gobierno sobre política exterior, estuvo de acuerdo con mucho de la crítica.
"Es una completa pérdida de dinero", dijo el asesor. "Tenemos que volver a preguntarnos: ¿Qué estamos haciendo en Colombia?"
Agregó: "Lo esencial no es cuánto producen o cuánto erradicamos, lo esencial es que hay suficiente oferta para satisfacer la demanda en Estados Unidos, y siempre hay... Los traficantes están siempre un paso más adelante que nosotros".
El Plan Colombia empezó durante el gobierno de Clinton fundamentalmente para combatir el tráfico de drogas. Pero después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el gobierno de Bush enfatizó la lucha contra el terrorismo y la seguridad regional.
Mientras algunos conservadores quieren terminar con ayuda para Colombia, muchos demócratas quieres gastar menos en sus militares y más en desarrollo económico rural. Los críticos demócratas también se preguntan si Estados Unidos cuenta o no con un plan de retirada de Colombia.
Después de cinco años de financiamiento norteamericano, los asesores militares norteamericanos todavía están adiestrando a tropas colombianas y compañías americanas todavía siendo pagadas para mantener caros helicópteros Black Hawk norteamericanos, dijo Farr.
"Mire toda la atención que se presta a la construcción de la capacidad local de Iraq antes de que podamos marcharnos", dijo Farr. "Es por eso que estamos perdiendo la guerra contra las drogas: porque no estamos desarrollando la capacidad de esos países de solucionar sus propios problemas".
28 de junio de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
Las cifras dadas a conocer por Naciones Unidas este mes muestran que el cultivo de coca en la región de los Andes aumentó en un 2 por ciento en 2004 a medida que las reducciones en Colombia eran neutralizadas por masivos aumentos en Perú y Bolivia. Y el independiente Servicio de Investigaciones del Congreso declaró la semana pasada que el programa anti-drogas no había tenido "ningún efecto" en el precio o en la pureza de las drogas en Estados Unidos.
Los hallazgos han encendido el escepticismo en el Congreso, donde los grupos conservadores han unido esfuerzos para cabildear contra la continuidad de su financiamiento. La Unión Nacional de Contribuyentes calificó el programa anti-drogas como "innecesario".
Sin embargo, el comité de la Cámara aprobó la semana pasada la petición del gobierno de 734.5 millones de dólares para el próximo año como parte de un proyecto de ley para ayuda exterior. El debate sobre el proyecto podría empezar incluso hoy. El presidente Bush puede también revelar un renovado compromiso de varios años para sus proyectos anti-drogas en Sudamérica este año cuando el presidente colombiano Álvaro Uribe, un firme aliado de Estados Unidos, visite el país.
"Vamos en la dirección correcta y estamos ganando", dijo al Congreso el zar federal de las drogas John P. Walters, el mes pasado.
El Plan Colombia' -una campaña de 6 años de Washington y Bogotá para erradicar el tráfico de drogas, terminar con los más de 40 años de conflicto armado con los rebeldes y promover reformas económicas y legales en Colombia- expira este año. El gobierno de Bush quiere continuarlo, dijo un importante funcionario del ministerio de Asuntos Exteriores. "No hay ninguna intención de parte de nuestro gobierno de abandonar la lucha solamente porque es difícil".
Las negociaciones con Bogotá sobre los detalles de un segundo programa del Plan Colombia comenzará el próximo mes, dijo el funcionario.
Funcionarios de gobierno y algunos del Congreso dicen que el Plan Colombia ha obtenido algunos impresionantes éxitos. Los asesinatos, masacres de campesinos y otros ataques atribuidos al tráfico de drogas han disminuido agudamente desde 2002, y los secuestros se han reducido a la mitad, de acuerdo a cifras del ministerio colombiano de Defensa, incluso aunque este año ha presenciado una resurgencia de la violencia.
Las erradicaciones de cultivos de coca y las prohibiciones están cortando los beneficios de los paramilitares de extrema derecha y de los rebeldes izquierdistas de Colombia, dijo Walters este mes al Congreso.
Walters declaró que "la producción de cocaína en los Andes ha disminuido en un 29 por ciento desde 2001, y la producción de opio de Colombia se redujo a la mitad entre 2003 y 2004". Dijo que la razón por la que el precio y disponibilidad no se habían visto afectadas era el lapso de seis meses a un año que hay entre la temporada en que se cosechan las plantas de coca y el momento en que la cocaína se vende en las calles de Estados Unidos.
Los informes ponen la evaluación del gobierno en entredicho. Mientras que la producción de cocaína cayó un 11 por ciento en 2004 en Colombia, subió fuertemente en Perú con un 23 por ciento y en Bolivia, con un 35 por ciento, de acuerdo al informe de la Oficina de Fiscalización de Drogas y Prevención del Delito de Naciones Unidas. En general, el cultivo de coca en la región subió en un 2 por ciento, se lee en el estudio de Naciones Unidas.
"Las cifras de Naciones Unidas son demoledoras", dijo Adam Isacson del Centro de Política Internacional, que ha sostenido que las campañas de erradicación deben acompañarse de proyectos de desarrollo a gran escala para ofrecer a los campesinos modos alternativos de subsistencia.
"La erradicación, cuando no es acompañada por un desarrollo alternativo, no parece desalentar a los cocaleros de volver a intentarlo, porque simplemente no hay otras buenas opciones", dijo Isacson.
Los campesinos han respondido plantando todavía más coca, ocultándola debajo de árboles y entre otros cultivos, y utilizando especies de mayor rendimiento, dice el informe de Naciones Unidas.
Esté la campaña anti-drogas rindiendo sus frutos o no, el presupuesto de la ayuda exterior norteamericana está siendo repensada, especialmente ahora que la guerra en Iraq está costando más de 4 billones de dólares al mes y 379 billones de dólares de déficit que planea sobre el horizonte de 2006. Colombia, el quinto receptor más grande de ayuda norteamericana después de Iraq, Israel, Egipto y Afganistán, podría ser blanco de recortes.
El Servicio de Investigaciones del Congreso calcularon los gastos de los ministerios de Asuntos Exteriores y Defensa en la Iniciativa Andina contra el Narcotráfico en 5.4 billones de dólares desde el 2000. Aunque los programas de ayuda contra el narcotráfico en Perú, Bolivia, Ecuador, Brasil, Panamá y Venezuela, Colombia ha recibido la mayor parte del dinero, unos 4.5 billones de dólares. "Aunque ha habido progresos mensurables en la seguridad interna de Colombia, como se desprende de la disminución de la violencia, y en la erradicación de plantaciones de coca, no han afectado el precio, pureza o disponibilidad de la cocaína y heroína en Estados Unidos", dice el informe de la agencia de investigaciones.
El informe dice que Colombia no está más cerca de poner fin a décadas de conflicto armado. La conservadora Unión Nacional de Contribuyentes llamó la semana pasada a reducir o eliminar el programa.
"Según todos los criterios verificables, la efectividad del Plan Colombia es dudosa", dijo Paul Gessing, director de asuntos de gobierno del grupo anti-impuestos. "Es el gasto innecesario más grande del contribuyente".
Los liberales también sostienen que el programa es un despilfarro. El parlamentario James P. McGovern (demócrata de Massachusetts) piensa proponer una enmienda al proyecto de ayuda exterior que rebajaría en 100 millones de dólares la ayuda militar y de seguridad norteamericana a Colombia.
Un importante asesor en política exterior del gobierno norteamericano, que habló a condición de mantener el anonimato por miedo a ser excluido de las discusiones del gobierno sobre política exterior, estuvo de acuerdo con mucho de la crítica.
"Es una completa pérdida de dinero", dijo el asesor. "Tenemos que volver a preguntarnos: ¿Qué estamos haciendo en Colombia?"
Agregó: "Lo esencial no es cuánto producen o cuánto erradicamos, lo esencial es que hay suficiente oferta para satisfacer la demanda en Estados Unidos, y siempre hay... Los traficantes están siempre un paso más adelante que nosotros".
El Plan Colombia empezó durante el gobierno de Clinton fundamentalmente para combatir el tráfico de drogas. Pero después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el gobierno de Bush enfatizó la lucha contra el terrorismo y la seguridad regional.
Mientras algunos conservadores quieren terminar con ayuda para Colombia, muchos demócratas quieres gastar menos en sus militares y más en desarrollo económico rural. Los críticos demócratas también se preguntan si Estados Unidos cuenta o no con un plan de retirada de Colombia.
Después de cinco años de financiamiento norteamericano, los asesores militares norteamericanos todavía están adiestrando a tropas colombianas y compañías americanas todavía siendo pagadas para mantener caros helicópteros Black Hawk norteamericanos, dijo Farr.
"Mire toda la atención que se presta a la construcción de la capacidad local de Iraq antes de que podamos marcharnos", dijo Farr. "Es por eso que estamos perdiendo la guerra contra las drogas: porque no estamos desarrollando la capacidad de esos países de solucionar sus propios problemas".
28 de junio de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
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