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de secuestrado a terrorista 4


Acusado de ser poco más que un combatiente talibán de bajo nivel, Abdallah al-Ajmi fue capturado y retenido por Estados Unidos durante casi cuatro años. Después de su liberación, hizo volar una avanzada del ejército iraquí. 4a entrega: "Un individuo hostil, endurecido".
[Rajiv Chandrasekaran] La segunda vez que visitó Wilner Guantánamo, Ajmi tenía una escayola en su brazo derecho. Unos días antes, desobedeció la orden de un guardia -estaba rezando, dijo Ajmi, y no había querido parar-, así que, en la jerga de Guantánamo, fue "IRFed".
La Fuerza de Reacción Inmediata [FRI], un equipo de soldados con equipos antidisturbios y armados con porras, irrumpieron en su celda y lo aplastaron contra el suelo, le contó a Wilner. Le quebraron un brazo, y lo volvieron a encerrar en una celda de aislamiento.
Wilner trató de hablar con Ajmi sobre la inminente audiencia de la comisión de revisión que vería su caso -el equivalente en Guantánamo de la comisión de libertad condicional-, diciéndole que le daría la oportunidad de decir la verdad sobre qué estaba haciendo antes de su captura. Pero Ajmi no mostró ningún interés. Quería hablar sobre cómo lo estaban tratando en Guantánamo, sobre la FRI, sobre cómo los guardias revisaron sus papeles.
Wilner le instó a concentrarse en los temas jurídicos. Si quería que Shearman lo representara, tenía que firmar una declaración. Si no firmaba, dijo Wilner, no podría volver a verlo.
Ajmi trató nuevamente de cambiar de tema. El intérprete de Wilner, un joven egipcio-americano, intervino. "Este tipo está tratando de ayudarte", dijo. "¿No puedes responderle?"
Ajmi frunció el ceño. Apretó los dientes. Y luego arrojó la taza de té caliente a la cara del intérprete.
Wilner puso fin a la sesión, pero pronto perdonó a Ajmi. Pensaba que la hostilidad del detenido era el resultado del deterioro mental causado por su aislamiento en Guantánamo.
Wilner no cree que Ajmi haya sido sometido a las técnicas más rudas de interrogatorio. Pero cree que su condición era el resultado del impacto acumulativo de su detención en un lugar donde a los prisioneros no se les decía nunca cuánto tiempo permanecerían en cautiverio, donde las visitas de la familia estaban prohibidas, donde las cartas de la familia a menudo eran fuertemente censuradas y donde las mantas y libros eran considerados artículos de lujo que podían ser confiscados a la menor infracción.
En opinión de Wilner, la mala conducta inicial de Ajmi puede haber acelerado su espiral descendente debido a que la provocó el castigo. Fue encerrado en una celda de aislamiento, se le retiraron todos sus escasos efectos personales, provocando más rabia y más mala conducta, que fue a su vez castigada una vez más con aislamiento.
"Guantánamo tomó a un niño -que no era tan malo-y lo convirtió en un individuo hostil y endurecido", dijo Wilner.
Pese a los reclamos de inocencia de Ajmi y al sumario de la investigación que observaba que no conocía a nadie de al Qaeda, los militares parecían convencidos de que era un terrorista.
Una semana después del incidente del té, Ajmi fue llevado ante la comisión administrativa de revisión. Los tres oficiales -sus nombres han sido borrados de las transcripciones publicadas- tenían la facultad de determinar si seguía en Guantánamo o si era liberado. Otro oficial no identificado, que llevaba el título de "oficial asistente", desempeñó el papel de fiscal.

Oficial asistente: En agosto de 2004, Al Ajmi quería asegurarse de que cuando el caso fuera visto por un tribunal, los miembros del tribunal supieran que ahora es un yihadista, un enemigo combatiente y que matará a tantos estadounidenses como sea posible.
Detenido: Es imposible que yo haya dicho una cosa así. ¿Cómo voy a pelear contra los norteamericanos? Estuvieron conmigo en las fuerzas armadas en Kuwait. Yo tendría que haber peleado contra ellos en Kuwait, no aquí...
Oficial asistente: Luego de llegar al centro de detención de Guantánamo, Al Ajmi ha tenido problemas constantemente. Al Ajmi se ha mostrado agresivo y desobediente y ha pasado mucho tiempo en las celdas de aislamiento.
Detenido: Sí. Nunca le hice daño a nadie. Sí, es verdad que me encerraron en celdas de aislamiento, pero sólo porque quería contar mi historia a la gente. No tenía un abogado que me defendiera. Nadie me defendía...
Oficial asistente: Según una revisión de las recomendaciones de agencias estadounidenses y según documentos reservados y no reservados, Al Ajmi es considerado una amenaza persistente para Estados Unidos y sus aliados.
Detenido: Usted es el juez y el presidente. Usted es todo aquí. Puede hacer lo que quiera. Nunca le quise hacer daño a nadie. Nunca ataqué a nadie. No tengo nada contra los estadounidenses...

La comisión se negó a dejarlo marchar.

Julie Tate contribuyó a este reportaje.

29 de abril de 2009
22 de febrero de 2009
©washington post
cc traducción mQh
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