condena por masacre a alcaide hondureño
Ordenó ejecutar a balazos a reclusos amotinados.
Tegucigalpa, Honduras. Un tribunal en Honduras declaró culpable al ex director de una prisión por la muerte de 68 personas en abril del 2003, dijo el viernes una fiscal del Gobierno, en un episodio considerado como el segundo peor incidente en una penitenciaría de la nación centroamericana.
Oscar Sánchez, ex director del penal de La Ceiba, a 185 kilómetros al norte de Tegucigalpa, la capital, fue declarado culpable de los cargos de intento de homicidio y homicidio, dijo la fiscal especial para los derechos humanos, Aída Romero. "Esta es la primera condena, se sigue juicio contra otras 39 personas. La pena mínima que recibirá Oscar Sánchez es de 25 años, según las leyes" hondureñas, expresó Romero a Reuters. Además de Sánchez, otras 39 personas -entre oficiales y agentes de la policía, miembros del ejército y prisioneros- también están acusados del incidente, que dejó 68 muertos, entre ellos tres visitantes al lugar y 65 presos, casi en su totalidad miembros de pandillas.
El episodio comenzó con una presunta pelea entre grupos de reclusos rivales, en medio de un incendio en el penal. La fiscalía de derechos humanos asegura que en la matanza agentes de la policía ejecutaron con balazos en la cabeza a miembros de las pandillas e introdujeron al penal las pistolas con que se inició el conflicto.
19 de diciembre de 2004
©prensa
Oscar Sánchez, ex director del penal de La Ceiba, a 185 kilómetros al norte de Tegucigalpa, la capital, fue declarado culpable de los cargos de intento de homicidio y homicidio, dijo la fiscal especial para los derechos humanos, Aída Romero. "Esta es la primera condena, se sigue juicio contra otras 39 personas. La pena mínima que recibirá Oscar Sánchez es de 25 años, según las leyes" hondureñas, expresó Romero a Reuters. Además de Sánchez, otras 39 personas -entre oficiales y agentes de la policía, miembros del ejército y prisioneros- también están acusados del incidente, que dejó 68 muertos, entre ellos tres visitantes al lugar y 65 presos, casi en su totalidad miembros de pandillas.
El episodio comenzó con una presunta pelea entre grupos de reclusos rivales, en medio de un incendio en el penal. La fiscalía de derechos humanos asegura que en la matanza agentes de la policía ejecutaron con balazos en la cabeza a miembros de las pandillas e introdujeron al penal las pistolas con que se inició el conflicto.
19 de diciembre de 2004
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