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aumenta presión norteamericana


Sobre gobierno de facto. En una "llamada muy dura", la secretario de Estado Hillary Rodham Clinton advirtió a Roberto Micheletti que no deje fracasar las conversaciones post-golpe después del impasse del fin de semana.
[Paul Richter y Tracy Wilkinson] Washington y Tegucigalpa, Honduras. El gobierno de Obama ha aumentado considerablemente la presión sobre el gobierno de facto que gobierna Honduras después del golpe militar del mes pasado, con la esperanza de romper el impasse de las negociaciones con el derrocado presidente Manuel Zelaya.
La secretario de Estado Hillary Rodham Clinton telefoneó a Roberto Micheletti, nombrado presidente del país después del golpe del 28 de junio, para advertirle que no deje fracasar las conversaciones, dijo el principal portavoz de Clinton, P.J. Crowley.
Clinton, que llamó durante un viaje oficial a la India, explicó "las potenciales consecuencias negativas del fracaso", dijo Crowley, en referencia a potenciales cortes en la ayuda estadounidense y al aumento de la presión desde Washington. Crowley describió la iniciativa de Clinton como una "llamada muy dura".
La advertencia se produce cuando funcionarios estadounidenses en Honduras se reúnen con líderes políticos y empresariales para hacer frente a las consecuencias de rechazar el retorno de Zelaya. Pero Micheletti, hablando con partidarios el lunes, juró que el gobierno de facto resistirá la presión y "resistirá hasta el último momento".
Las negociaciones iniciadas por el presidente costarricense Óscar Arias colapsaron el domingo por la insistencia de Micheletti en que Zelaya no puede volver a la presidencia, ni siquiera con poderes limitados.
Crowley sugirió que las conversaciones todavía pueden resultar y el gobierno de Micheletti podría retirar esa condición. Dijo que las negociaciones "pueden haber  producido más progreso del que es evidente".
La llamada de Clinton es su primer contacto con Micheletti y muestra una profunda implicación de Estados Unidos en la crisis. En los primeros días después del 28 de junio, cuando derrocaron a Zelaya y lo expulsaron, el gobierno de Obama instó a otros personeros latinoamericanos a tomar la iniciativa en el caso. Más tarde, respaldó la mediación de Arias.
Pero el gobierno se ha encontrado frecuentemente en el centro del drama y está jugándose su prestigio en su capacidad para restaurar la paz.
Funcionarios estadounidenses, incluyendo a Thomas Shannon, el principal diplomático estadounidense para América Latina, y Hugo Llorens, el embajador norteamericano en Honduras, pasaron el fin de semana en conversaciones con Arias, representantes de los dos lados y otros líderes regionales, dijo Crowley.
Dijo que Clinton dejó en claro que Estados Unidos estaba dispuesto a utilizar su enorme influencia en Honduras si el gobierno de Micheletti no accede.
De momento el gobierno ha suspendido 18.5 millones de dólares en ayuda para Honduras, pero también podría congelar 180 millones adicionales en ayuda al desarrollo. Estados Unidos tiene también una enorme influencia a través del comercio, debido a que el setenta por ciento de las exportaciones hondureñas tienen por destino Estados Unidos.
En otro signo de la creciente presión internacional sobre el gobierno interino, la Unión Europea anunció que suspendería 90 millones de dólares en ayudas. La medida es otra advertencia sobre el aislamiento internacional del gobierno de Micheletti, que no ha sido reconocido por ningún país.
Zelaya ha amenazado con volver al país, con o sin un acuerdo político. Las conversaciones están de momento suspendidas por tres días para dar a Arias tiempo para elaborar una nueva propuesta.
Zelaya había tratado de realizar un referéndum no vinculante sobre la reforma de la Constitución. El referéndum fue declarado ilegal. Fue derrocado por la elite hondureña temerosa de que estuviera tratando de cambiar la Constitución para poder ser reelegido. En Honduras, los presidente están limitados a servir por un solo término.
Llorens, que ha estado trabajando entre bastidores para restituir a Zelaya en el poder, se reunió el jueves con líderes empresariales, la mayoría de los cuales apoyó el golpe. Llorens advirtió que el gobierno de Micheletti no será reconocido nunca y que Honduras corre el riesgo de recibir más sanciones si no se encuentra una solución, dijo un participante.
"Pidió no bloquear un acuerdo", dijo un empresario que asistió a la reunión y accedió a comentarla a condición de que no se revele su identidad. "Su tono fue muy firme".
Pero los empresarios respondieron que no se puede fiar en Zelaya. Las posibles sanciones podrían incluir la cancelación de visas para hondureños, que sería un duro castigo para los hondureños ricos que valoran su capacidad de viajar a Estados Unidos.
Lejos de buscar un compromiso, sin embargo, los gobernantes de facto de Honduras se afirmaban todavía más en su posición. Enrique Ortez, que sirvió brevemente como el nuevo ministro de relaciones exteriores del gobierno de facto, dijo que Llorens podría ser declarado persona non grata.
Micheletti habló el lunes en una reunión en el palacio presidencial de unas ciento cincuenta personas, representando a organizaciones empresariales y comunitarias. Adolfo Facuse, uno de los hombres de negocios más ricos de Honduras, prometió ayudar a pagar las cuentas del gobierno si Honduras pierde dinero a causa de las sanciones.
Micheletti confirmó que había hablado con Clinton, y dijo que le había pedido que enviara a Honduras a un enviado de confianza para tener una imagen "real" de lo que estaba pasando.
"Hemos tratado de explicar qué estaba pasando aquí antes del 28 de junio", dijo, "pero todo el mundo prefiere concentrarse en el 28 de junio".

Charles McDermid en Bangkok, Tailandia, contribuyó a este reportaje.

22 de julio de 2009
©los angeles times 
cc traducción mQh
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