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EN CHILE EX VÍCTIMA DE TORTURAS PUEDE SER PRIMERA MUJER PRESIDENTE - kevin g. hall


Es la posible candidata del Partido Socialista chileno en las próximas elecciones y el país, a pesar de su enconado conservadurismo, parece dispuesto a poner a una mujer al mando
Santiago, Chile. Los temidos militares chilenos torturaron en el pasado a Michelle Bachelet. Ahora la obedecen. Es la primera ministro de defensa del continente, y si los sondeos no se equivocan, los chilenos la pueden llamar algún día ‘presidente'.
Bachelet, 52, de profesión pediatra, es la estrella emergente del Partido Socialista, que dirige la coalición de gobierno de centro-izquierda. Y la historia de su vida es parte de su atractivo.
Bachelet y su madre estuvieran presas en Villa Grimaldi, un mal afamado centro de detención donde se llevaba a las víctimas de la dictadura de extrema derecha para torturarlas.
Su único delito era su padre. Alfredo Bachelet era un general de la fuerza aérea en el gobierno electo de Salvador Allende, que fue derrocado por un golpe apoyado por Estados Unidos del general Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973. Alfredo Bachelet fue torturado en la academia de la fuerza aérea y murió en una celda en marzo de 1974.
Su esposa e hija también fueron torturadas. De acuerdo a Michelle Bachelet, fueron golpeadas cuando estaban vendadas, aunque nunca ha dado detalles.
Con su madre, Ángela Jeria, se marchó al exilio de Australia en 1975. Su madre finalmente se asentó en Estados Unidos, ella en lo que era entonces Alemania Federal.

De Naturaleza Compasiva
Hoy, el Partido Socialista está de vuelta en el poder. Y Bachelet, una madre soltera de un hijo y dos hijas, es una improbable ministro de defensa en un país que sigue siendo el más sólido aliado de Estados Unidos en América del Sur.
Desde que mudara de carpeta, de ministro de salud a defensa en 2002, Bachelet ha mejorado las relaciones entre civiles y militares y ha servido como ejemplo de la capacidad de perdón en un país todavía obsesionado con los 17 años de gobierno dictatorial.
"Nunca pensé en la venganza. No va conmigo, con mi personalidad. Creo que lo importante para mí es que tengamos una democracia plena, que haya relaciones normales entre civiles y militares", dijo en una entrevista en el ministerio de Defensa.
Estudó en la Academia de Defensa Inter-Americana, Washington, D.C., en 1997 después de sacar una maestría en ciencias militares en la Academia de Guerra del Ejército de Chile en Santiago.

Senderos Que Se Cruzan
Continúan los esfuerzos en Chile por procesar a Pinochet y sus generales por los asesinatos masivos cometidos en los años setenta y ochenta, y no es raro que torturadores y torturados se topen en la calle. El hombre que torturó a Bachelet en los setenta vive ahora en la misma torre de pisos en Santiago que ella. Él sale del ascensor cuando ella entra.
Muchos creían que la historia de Bachelet crearía tensiones con los militares, pero al contrario su exuberancia ha convencido a los que dudaban.
"Ha apoyado la reconciliación y logrado buenas relaciones con los militares", dijo Raúl Sohr, un analista de seguridad y director del Instituto de Estrategia y Seguridad Internacional, en Santiago.
A Bachelet le gustaría llegar a ser la primera presidenta del conservador país andino, pero la decisión de presentarse a las elecciones no depende de ella.
"Después de octubre, la coalición a la que pertenezco determinará los candidatos y las reglas y mecanismos para su elección", dijo.
Un sondeo el 27 de junio realizado por el conservador matutino El Mercurio y la agencia de sondeos Opina S.A. muestra a Bachelet en un empate estadístico con el que será su probable rival, el conservador alcalde de Santiago, Joaquín Lavín.
Su rival más cercana dentro de la coalición gobernante de centro-izquierda es también una mujer, la ministro de Asuntos Exteriores, Soledad Alvear.

País Conservador
Aunque los socialistas gobiernan en Chile, sigue siendo un país profundamente conservador. No fue sino hasta este año que se aprobó una ley que permite el divorcio. A pesar de sus valores familiares conservadores y el machismo común en América Latina, los chilenos parecen dispuestos a tener a una mujer como presidente.
"Serán sólo los chilenos los que tengan la última palabra en esto, pero las encuestas indican que aparentemente hay un fuerte cambio en este área", dijo Bachelet, refiriéndose a un sondeo de diciembre de 2003 de la Fundación Chile 21, un laboratorio ideológico de izquierdas. "Hace unos años, esto francamente habría sido improbable".
El sondeo de la Fundación Chile 21 reveló que un 77 por ciento de los chilenos piensan que la actual camada de políticas estaba calificada para ocupar el cargo de presidente, y un 58 por ciento dijo que el país estaba preparado para aceptar a un presidente mujer. El sondeo nacional tenía un margen de error de 3.5 por ciento.

7 de agosto de 2004
©traducción mQh
©miamiherald

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