NUEVO JEFE NOMINADO DE LA CIA ERA ESPÍA EN AMÉRICA LATINA -john rice
Porter J. Goss nominado por Bush para la posición de director de la CIA no es desconocido en América Latina, donde trabajó como agente secreto en México, República Dominicana y Guatemala. Jugó un papel importante en el derrocamiento del gobierno de Guatemala en 1954. Y fue quien expulsó al Che Guevara a México.
Ciudad de México, México. Para un joven agente de la CIA había mucho que hacer cuando Porter J. Goss, recién egresado de Yale, llegó a América Latina a principios de los años sesenta.
El diputado republicano nominado el jueves para dirigir a la CIA pasó aparentemente la mayor parte de su carrera como un operativo clandestino en la región, con destinaciones en México, la República Dominicana y Haití, aunque las fechas de su servicio en cada país siguen siendo poco claras.
Cuba era el problema dominante. La revolución de 1959 -que fue primero un amplio movimiento social para derrocar a un dictador- se estaba orientando fuertemente hacia la izquierda, poniendo al más importante aliado soviético a sólo 90 millas de las costas norteamericanas en la mitad de la Guerra Fría.
Los detalles de la carrera de Goss permanecieron ocultos por cuatro décadas de secretismo. Están entre las décadas menos exploradas del pasado de cualquier político norteamericano. Ni él ni la CIA no han proporcionado más que descripciones muy sumarias.
Aparentemente, Goss se unió a la CIA justo al salir de Yale, donde obtuvo un diploma en Grecia antigua en 1960.
Trabajó en Miami, que se estaba transformando en un imán para los emigrados cubanos. Algunos fueron reclutados por la CIA y adiestrados para lo que terminó siendo uno de los desastres más grandes de la agencia: la invasión de Cuba en 1961, que fue aplastada por Fidel Castro en Bahía Cochinos.
Un año más tarde, el mundo evitó estrechamente una guerra nuclear durante la crisis cubana de los misiles, que implicó a Estados Unidos y la Unión Soviética.
En una entrevista de 2002 con The Washington Post, Goss bromeó diciendo que había trabajado en la interpretación de fotografías y en "manejo de pequeños botes", que condujeron a "algunos interesantes momentos en el Estrecho de Florida". Reconoció haber reclutado y coordinado a agentes extranjeros.
El plan de Bahía Cochinos fue inspirado en parte en el exitoso derrocamiento por la CIA del gobierno populista de Guatemala en 1954. Eso ayudó a desencadenar la guerra civil de Guatemala, que creció mientras Goss trabajaba en la región y duró 30 años.
También hizo escapar a Ciudad de México a un entonces oscuro viajero argentino, Ernesto Guevara. Allá, el Che conoció a Fidel y se unió a la guerrilla para volver a Cuba en 1956 y comenzar la revolución.
Goss llegó a Ciudad de México apenas unos azarosos años más tarde.
Haití -justo frente a la parte oriental de Cuba- era gobernado por un dictador famoso por su brutalidad, François Papa Doc' Duvalier.
La República Dominicana, que comparte la isla de Hispaniola con Haití, desgarrado por los disturbios políticos de la lucha entre los partidarios del presidente populista Juan Bosch y sus enemigos conservadores.
Inquieto por el ejemplo de la cercana Cuba, Estados Unidos invadió la isla con miles de tropas en 1965.
México era tanto el amigo más cercano de Cuba y uno de los más grandes patios de recreo de la CIA.
Era el único país en la región rechazaba los llamados de Washington a cortar lazos con el gobierno de Castro. Pero también permitía a los agentes de la CIA observar los vuelos desde y hacia Cuba, así como la presencia de las embajadas soviética y cubana en la capital mexicana. En esa época Cuba no tenía otras embajadas en América Latina.
Ese seguimiento permitió a agentes norteamericanos fotografiar a Lee Harvey Oswald entrando en la embajada soviética en Ciudad de México poco antes de que asesinara a John F. Kennedy.
Cuba, entretanto, estaba tratando abiertamente de extender su revolución al resto del hemisferio, con la notable excepción de México. El espionaje norteamericano ayudó a seguir el rastro de la banda rebelde de Guevara en Bolivia en 1968. Fue capturado y asesinado.
Entretanto, México mismo pasaba por un período de convulsiones.
El gobierno predicaba una política populista, a veces casi socialista, pero colaboraba ampliamente con Estados Unidos y aplastó a los opositores de izquierdas.
Unos radicales dispersos tomaron las armas y se hicieron guerrilleros en las ciudades y montañas en los años sesenta. Crecieron de manera importante después de que el gobierno masacrara una manifestación estudiantil en 1968 junto antes de las Olimpíadas de ese año, destruyendo las esperanzas de reforma de muchos mexicanos.
No está claro si Goss estuvo implicado en seguir esos acontecimientos. Aparentemente dejó la región hacia fines de 1960 para marcharse a Londres.
Durante un viaje a Washington en 1970 desde su casa en Londres, Goss se derrumbó en la habitación de su hotel debido a una misteriosa infección sanguínea que afectó su corazón y riñones. Goss sobrevivió, pero su carrera como agente de terreno había terminado. Se retiró de la CIA en 1971.
13 de agosto de 2004
©traducción mQh
©bostonnews
El diputado republicano nominado el jueves para dirigir a la CIA pasó aparentemente la mayor parte de su carrera como un operativo clandestino en la región, con destinaciones en México, la República Dominicana y Haití, aunque las fechas de su servicio en cada país siguen siendo poco claras.
Cuba era el problema dominante. La revolución de 1959 -que fue primero un amplio movimiento social para derrocar a un dictador- se estaba orientando fuertemente hacia la izquierda, poniendo al más importante aliado soviético a sólo 90 millas de las costas norteamericanas en la mitad de la Guerra Fría.
Los detalles de la carrera de Goss permanecieron ocultos por cuatro décadas de secretismo. Están entre las décadas menos exploradas del pasado de cualquier político norteamericano. Ni él ni la CIA no han proporcionado más que descripciones muy sumarias.
Aparentemente, Goss se unió a la CIA justo al salir de Yale, donde obtuvo un diploma en Grecia antigua en 1960.
Trabajó en Miami, que se estaba transformando en un imán para los emigrados cubanos. Algunos fueron reclutados por la CIA y adiestrados para lo que terminó siendo uno de los desastres más grandes de la agencia: la invasión de Cuba en 1961, que fue aplastada por Fidel Castro en Bahía Cochinos.
Un año más tarde, el mundo evitó estrechamente una guerra nuclear durante la crisis cubana de los misiles, que implicó a Estados Unidos y la Unión Soviética.
En una entrevista de 2002 con The Washington Post, Goss bromeó diciendo que había trabajado en la interpretación de fotografías y en "manejo de pequeños botes", que condujeron a "algunos interesantes momentos en el Estrecho de Florida". Reconoció haber reclutado y coordinado a agentes extranjeros.
El plan de Bahía Cochinos fue inspirado en parte en el exitoso derrocamiento por la CIA del gobierno populista de Guatemala en 1954. Eso ayudó a desencadenar la guerra civil de Guatemala, que creció mientras Goss trabajaba en la región y duró 30 años.
También hizo escapar a Ciudad de México a un entonces oscuro viajero argentino, Ernesto Guevara. Allá, el Che conoció a Fidel y se unió a la guerrilla para volver a Cuba en 1956 y comenzar la revolución.
Goss llegó a Ciudad de México apenas unos azarosos años más tarde.
Haití -justo frente a la parte oriental de Cuba- era gobernado por un dictador famoso por su brutalidad, François Papa Doc' Duvalier.
La República Dominicana, que comparte la isla de Hispaniola con Haití, desgarrado por los disturbios políticos de la lucha entre los partidarios del presidente populista Juan Bosch y sus enemigos conservadores.
Inquieto por el ejemplo de la cercana Cuba, Estados Unidos invadió la isla con miles de tropas en 1965.
México era tanto el amigo más cercano de Cuba y uno de los más grandes patios de recreo de la CIA.
Era el único país en la región rechazaba los llamados de Washington a cortar lazos con el gobierno de Castro. Pero también permitía a los agentes de la CIA observar los vuelos desde y hacia Cuba, así como la presencia de las embajadas soviética y cubana en la capital mexicana. En esa época Cuba no tenía otras embajadas en América Latina.
Ese seguimiento permitió a agentes norteamericanos fotografiar a Lee Harvey Oswald entrando en la embajada soviética en Ciudad de México poco antes de que asesinara a John F. Kennedy.
Cuba, entretanto, estaba tratando abiertamente de extender su revolución al resto del hemisferio, con la notable excepción de México. El espionaje norteamericano ayudó a seguir el rastro de la banda rebelde de Guevara en Bolivia en 1968. Fue capturado y asesinado.
Entretanto, México mismo pasaba por un período de convulsiones.
El gobierno predicaba una política populista, a veces casi socialista, pero colaboraba ampliamente con Estados Unidos y aplastó a los opositores de izquierdas.
Unos radicales dispersos tomaron las armas y se hicieron guerrilleros en las ciudades y montañas en los años sesenta. Crecieron de manera importante después de que el gobierno masacrara una manifestación estudiantil en 1968 junto antes de las Olimpíadas de ese año, destruyendo las esperanzas de reforma de muchos mexicanos.
No está claro si Goss estuvo implicado en seguir esos acontecimientos. Aparentemente dejó la región hacia fines de 1960 para marcharse a Londres.
Durante un viaje a Washington en 1970 desde su casa en Londres, Goss se derrumbó en la habitación de su hotel debido a una misteriosa infección sanguínea que afectó su corazón y riñones. Goss sobrevivió, pero su carrera como agente de terreno había terminado. Se retiró de la CIA en 1971.
13 de agosto de 2004
©traducción mQh
©bostonnews
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