líderes iraquíes se reunirán con resistencia
[Edward Wong] Aunque tímidamente, se abren perspectivas de negociación en Iraq.
Bagdad, Iraq. El ministro iraquí de Asuntos Exteriores dijo el jueves que el gobierno interino iraquí planea reunirse pronto en Jordania con jefes rebeldes para tratar de convencerles de que se incorporen al proceso político aquí.
Es la primera vez que el gobierno accede a un encuentro oficial con líderes de la resistencia. El ministro, Hoshyar Zebari, no especificó la fecha de la reunión ni quiénes serían los invitados.
Dijo que funcionarios iraquíes habían accedido a la reunión tras ser solicitados por varios diplomáticos que asistieron esta semana en Egipto a iniciar conversaciones con la resistencia.
"El objetivo es llegar a la mayor cantidad de gente posible, tanto dentro como fuera de Iraq", dijo Zebari en una rueda de prensa.
El gobierno acoge "la mayor participación de iraquíes, incluso de aquellos que se oponen al proceso" político, dijo, "si renuncian a la violencia y al terrorismo".
Los líderes rebeldes que serán invitados son "algunas personas con antecedentes políticos y tribales", dijo, negándose a dar más detalles. Funcionarios norteamericanos e iraquíes dicen que gran parte de la resistencia está siendo financiada por personas ricas leales de Saddam Hussein que huyeron hacia países limítrofes antes de la invasión norteamericana de marzo de 2003. Se cree que muchas de ellas han ayudado a organizar la resistencia desde Siria y Jordania, y canalizan millones de dólares hacia los reclutas de la rebelión.
La violencia estalló este jueves en todo el centro y norte de Iraq dominado por los sunníes. Emboscadas y coches-bomba en Faluya y Samarra causaron la muerte de dos marines y dos iraquíes, y se descubrieron más cadáveres en Mosul, al norte.
Entretanto, un poderoso partido político sunní amenazó con boicotear el proceso políticos si no se aplazan las elecciones convocadas para el 30 de enero.
La resistencia sufrió al menos un golpe: el consejero nacional de seguridad iraquí, Kassim Daoud, dijo en una rueda de prensa el jueves que un importante asesor de Abu Musab al-Zarqawi, el jefe militante jordano, había sido arrestado en Mosul. Dijo que el hombre, que usa el nombre de guerra de Abu Said, fue detenido después de que vecinos en el área lo delataran.
El anuncio de Daoud proporciona más evidencias de la teoría de que Zarqawi instaló su base de operaciones en Mosul después de abandonar Faluya antes de la ofensiva norteamericana que empezó el 8 de noviembre.
El grupos de Zarqawi publicó un mensaje en internet el jueves asumiendo responsabilidad por el asesinato el día anterior de James Mollen, 48, un empleado del ministerio de Asuntos Exteriores que trabajaba como asesor del ministerio de Educación, informó una agencia de prensa. Mollen fue matado a balazos en su coche frente a la fortificada Zona Verde.
Oficiales norteamericanos dijeron el jueves que habían descubierto tres cadáveres más en Mosul, una ciudad a 360 kilómetros al norte de Bagdad que se ha transformado en uno de los más grandes problemas para los norteamericanos. Uno de ellos era un miliciano kurdo y otro parecía ser un soldado iraquí, dijo el teniente coronel Erik Kurilla, comandante del Primer Batallón de la 24º Cuerpo de Infantería. Los dos fueron matados a balazos. No se pudo determinar la identidad del tercero.
Cientos de insurgentes atacaron y saquearon una media docena de comisarías de policía en Mosul el 11 de noviembre, provocando la renuncia de 3.200 de los 4.000 agentes de policía de la ciudad. Desde entonces, la ciudad ha estado inestable. Al menos tres docenas de cadáveres, la mayoría de ellos de agentes de seguridad, han aparecido en varias partes de la ciudad, algunos decapitados y otros asesinados de un tiro en la cabeza.
En la asolada ciudad de Faluya, los insurgentes mataron a dos marines que estaban revisando casas en el sur, dijeron oficiales. Las calles llenas de escombros siguen siendo peligrosas. Las tropas norteamericanas continúan librando batalla con las guerrillas que operan en grupos de tres o cuatro milicianos. Los marines se han estado enfrentando con un creciente número de combatientes extranjeros en el sur, dijeron comandantes.
Algunos de ellos, incluyendo a un turco capturado el miércoles, se han quejado de que sus colegas iraquíes que debían recibirles a su llegada a Faluya han desaparecido o sido asesinados, dijo un comandante de la Marina.
La división política entre árabes sunníes y chiíes se hizo más profunda con la declaración de ocho partidos sunníes pidiendo que las elecciones del 30 de enero sean aplazadas. El más importante de los partidos, el Partido Musulmán Iraquí, que se retiró del gobierno interino durante la ofensiva de Faluya, amenazó con boicotear las elecciones si no se posponen. El presidente del partido, Mohseen Abdul Hameed, dijo que las condiciones eran demasiado peligrosas en el centro y norte de Iraq como para realizar elecciones honestas.
Los sunníes gobernaron la región durante siglos hasta la invasión norteamericana el año pasado y muchos temen que la mayoría chií asumirá un poder ilimitado mediante las próximas elecciones. El importante grupo de clérigos sunníes, la Asociación de Académicos Musulmanes, ya ha llamado a boicotear las elecciones.
La ofensiva encabezada por los norteamericanos que empezó el martes continuó inmediatamente hacia el sur de Bagdad en la provincia de Babil, en una fructífera área de tierras agrícolas a lo largo del Eúfrates, poblada de aldeas empobrecidas y elegantes recintos residenciales construidos por partidarios de Hussein.
Un semillero de insurgentes, los soldados iraquíes y norteamericanos han comenzado a llamarle el triángulo de la muerte'.
Militares norteamericanos dijeron que miles de tropas norteamericanas, británicas e iraquíes detuvieron el jueves a 81 sospechosos de ser insurgentes en la intranquila ciudad de Yusufiya. El objetivo es reprimir las bandas de delincuentes y las familias que han hecho de los asesinatos y secuestros una empresa beneficiosa. Bandidos e insurgentes habitualmente levantan puestos de control en las principales carreteras que van de Bagdad hacia las sureñas ciudades sagradas chiíes de Nayaf y Karbala, y extorsionan a choferes y pasajeros o los asesinan por el dinero. Muchos de los agentes de seguridad iraquíes asesinados en el área han sido árabes chiíes, y los chiíes de la sureña ciudad de Basra han formado recientemente una milicia de 300 hombres llamada las Brigadas de la Indignación para vengarse de los sunníes extremistas del área. La noticia de la formación del grupo se ha extendido rápidamente en Basra, y muchos jóvenes se están uniendo a ella.
Las tensiones en Basra se han incrementado a raíz del asalto de Faluya. Han aparecido pintadas en las paredes y en los costados de las mezquitas, diciendo: "Viva Faluya". Se distribuyen octavillas en las calles amenazando con matar a los agentes de seguridad iraquíes que trabajan con los norteamericanos.
El jefe de la policía de Basra, el general de brigada Muhammad Kadhim al-Ali, dijo el jueves que la policía ha detenido a cinco milicianos de Siria, Arabia Saudí, Sudán y Libia. Los combatientes fueron detenidos cerca de la ciudad de Qurna, el mítico sitio del Jardín del Edén, y iban en camino de la provincia de Babil, dijo el general Ali.
Un portavoz de la Guardia Nacional Iraquí dijo que guardias acompañados por fuerzas británicas y danesas allanaron escondites insurgentes en Zubayr, cerca de Basra, y arrestaron a 37 hombres de las indóciles áreas sunníes del centro y norte de Iraq.
Las series de coches-bomba en Samarra empezaron con un explosión en un convoy militar norteamericano, informó la agencia France-Presse. Murieron dos iraquíes, y 13 quedaron heridos. Un coche-bomba kamikaze explotó junto a una comisaría de policía al oeste de la ciudad, matando al terrorista. Una tercera bomba explotó junto a un puesto de control, hiriendo a un guardia nacional iraquí.
A principios de octubre miles de tropas norteamericanas e iraquíes entraron a Samarra en lo que ha sido saludada como una importante ofensiva. Los norteamericanos proclamaron victoria y se retiraron de la ciudad. A principios de este mes, los insurgentes lanzaron ataques con bombas y morteros coordinados, matando al menos a 30 iraquíes en un solo día.
Robert F. Worth contribuyó desde Faluya para este artículo, Richard A. Oppel Jr. desde Mosul, y Fakr Haider desde Basra.
26 de noviembre de 2004
©new york times
©traducción mQh
Es la primera vez que el gobierno accede a un encuentro oficial con líderes de la resistencia. El ministro, Hoshyar Zebari, no especificó la fecha de la reunión ni quiénes serían los invitados.
Dijo que funcionarios iraquíes habían accedido a la reunión tras ser solicitados por varios diplomáticos que asistieron esta semana en Egipto a iniciar conversaciones con la resistencia.
"El objetivo es llegar a la mayor cantidad de gente posible, tanto dentro como fuera de Iraq", dijo Zebari en una rueda de prensa.
El gobierno acoge "la mayor participación de iraquíes, incluso de aquellos que se oponen al proceso" político, dijo, "si renuncian a la violencia y al terrorismo".
Los líderes rebeldes que serán invitados son "algunas personas con antecedentes políticos y tribales", dijo, negándose a dar más detalles. Funcionarios norteamericanos e iraquíes dicen que gran parte de la resistencia está siendo financiada por personas ricas leales de Saddam Hussein que huyeron hacia países limítrofes antes de la invasión norteamericana de marzo de 2003. Se cree que muchas de ellas han ayudado a organizar la resistencia desde Siria y Jordania, y canalizan millones de dólares hacia los reclutas de la rebelión.
La violencia estalló este jueves en todo el centro y norte de Iraq dominado por los sunníes. Emboscadas y coches-bomba en Faluya y Samarra causaron la muerte de dos marines y dos iraquíes, y se descubrieron más cadáveres en Mosul, al norte.
Entretanto, un poderoso partido político sunní amenazó con boicotear el proceso políticos si no se aplazan las elecciones convocadas para el 30 de enero.
La resistencia sufrió al menos un golpe: el consejero nacional de seguridad iraquí, Kassim Daoud, dijo en una rueda de prensa el jueves que un importante asesor de Abu Musab al-Zarqawi, el jefe militante jordano, había sido arrestado en Mosul. Dijo que el hombre, que usa el nombre de guerra de Abu Said, fue detenido después de que vecinos en el área lo delataran.
El anuncio de Daoud proporciona más evidencias de la teoría de que Zarqawi instaló su base de operaciones en Mosul después de abandonar Faluya antes de la ofensiva norteamericana que empezó el 8 de noviembre.
El grupos de Zarqawi publicó un mensaje en internet el jueves asumiendo responsabilidad por el asesinato el día anterior de James Mollen, 48, un empleado del ministerio de Asuntos Exteriores que trabajaba como asesor del ministerio de Educación, informó una agencia de prensa. Mollen fue matado a balazos en su coche frente a la fortificada Zona Verde.
Oficiales norteamericanos dijeron el jueves que habían descubierto tres cadáveres más en Mosul, una ciudad a 360 kilómetros al norte de Bagdad que se ha transformado en uno de los más grandes problemas para los norteamericanos. Uno de ellos era un miliciano kurdo y otro parecía ser un soldado iraquí, dijo el teniente coronel Erik Kurilla, comandante del Primer Batallón de la 24º Cuerpo de Infantería. Los dos fueron matados a balazos. No se pudo determinar la identidad del tercero.
Cientos de insurgentes atacaron y saquearon una media docena de comisarías de policía en Mosul el 11 de noviembre, provocando la renuncia de 3.200 de los 4.000 agentes de policía de la ciudad. Desde entonces, la ciudad ha estado inestable. Al menos tres docenas de cadáveres, la mayoría de ellos de agentes de seguridad, han aparecido en varias partes de la ciudad, algunos decapitados y otros asesinados de un tiro en la cabeza.
En la asolada ciudad de Faluya, los insurgentes mataron a dos marines que estaban revisando casas en el sur, dijeron oficiales. Las calles llenas de escombros siguen siendo peligrosas. Las tropas norteamericanas continúan librando batalla con las guerrillas que operan en grupos de tres o cuatro milicianos. Los marines se han estado enfrentando con un creciente número de combatientes extranjeros en el sur, dijeron comandantes.
Algunos de ellos, incluyendo a un turco capturado el miércoles, se han quejado de que sus colegas iraquíes que debían recibirles a su llegada a Faluya han desaparecido o sido asesinados, dijo un comandante de la Marina.
La división política entre árabes sunníes y chiíes se hizo más profunda con la declaración de ocho partidos sunníes pidiendo que las elecciones del 30 de enero sean aplazadas. El más importante de los partidos, el Partido Musulmán Iraquí, que se retiró del gobierno interino durante la ofensiva de Faluya, amenazó con boicotear las elecciones si no se posponen. El presidente del partido, Mohseen Abdul Hameed, dijo que las condiciones eran demasiado peligrosas en el centro y norte de Iraq como para realizar elecciones honestas.
Los sunníes gobernaron la región durante siglos hasta la invasión norteamericana el año pasado y muchos temen que la mayoría chií asumirá un poder ilimitado mediante las próximas elecciones. El importante grupo de clérigos sunníes, la Asociación de Académicos Musulmanes, ya ha llamado a boicotear las elecciones.
La ofensiva encabezada por los norteamericanos que empezó el martes continuó inmediatamente hacia el sur de Bagdad en la provincia de Babil, en una fructífera área de tierras agrícolas a lo largo del Eúfrates, poblada de aldeas empobrecidas y elegantes recintos residenciales construidos por partidarios de Hussein.
Un semillero de insurgentes, los soldados iraquíes y norteamericanos han comenzado a llamarle el triángulo de la muerte'.
Militares norteamericanos dijeron que miles de tropas norteamericanas, británicas e iraquíes detuvieron el jueves a 81 sospechosos de ser insurgentes en la intranquila ciudad de Yusufiya. El objetivo es reprimir las bandas de delincuentes y las familias que han hecho de los asesinatos y secuestros una empresa beneficiosa. Bandidos e insurgentes habitualmente levantan puestos de control en las principales carreteras que van de Bagdad hacia las sureñas ciudades sagradas chiíes de Nayaf y Karbala, y extorsionan a choferes y pasajeros o los asesinan por el dinero. Muchos de los agentes de seguridad iraquíes asesinados en el área han sido árabes chiíes, y los chiíes de la sureña ciudad de Basra han formado recientemente una milicia de 300 hombres llamada las Brigadas de la Indignación para vengarse de los sunníes extremistas del área. La noticia de la formación del grupo se ha extendido rápidamente en Basra, y muchos jóvenes se están uniendo a ella.
Las tensiones en Basra se han incrementado a raíz del asalto de Faluya. Han aparecido pintadas en las paredes y en los costados de las mezquitas, diciendo: "Viva Faluya". Se distribuyen octavillas en las calles amenazando con matar a los agentes de seguridad iraquíes que trabajan con los norteamericanos.
El jefe de la policía de Basra, el general de brigada Muhammad Kadhim al-Ali, dijo el jueves que la policía ha detenido a cinco milicianos de Siria, Arabia Saudí, Sudán y Libia. Los combatientes fueron detenidos cerca de la ciudad de Qurna, el mítico sitio del Jardín del Edén, y iban en camino de la provincia de Babil, dijo el general Ali.
Un portavoz de la Guardia Nacional Iraquí dijo que guardias acompañados por fuerzas británicas y danesas allanaron escondites insurgentes en Zubayr, cerca de Basra, y arrestaron a 37 hombres de las indóciles áreas sunníes del centro y norte de Iraq.
Las series de coches-bomba en Samarra empezaron con un explosión en un convoy militar norteamericano, informó la agencia France-Presse. Murieron dos iraquíes, y 13 quedaron heridos. Un coche-bomba kamikaze explotó junto a una comisaría de policía al oeste de la ciudad, matando al terrorista. Una tercera bomba explotó junto a un puesto de control, hiriendo a un guardia nacional iraquí.
A principios de octubre miles de tropas norteamericanas e iraquíes entraron a Samarra en lo que ha sido saludada como una importante ofensiva. Los norteamericanos proclamaron victoria y se retiraron de la ciudad. A principios de este mes, los insurgentes lanzaron ataques con bombas y morteros coordinados, matando al menos a 30 iraquíes en un solo día.
Robert F. Worth contribuyó desde Faluya para este artículo, Richard A. Oppel Jr. desde Mosul, y Fakr Haider desde Basra.
26 de noviembre de 2004
©new york times
©traducción mQh
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