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re-abierto caso contra ku klux klan


[Manuel Roig-Franzia] Ayer por la tarde Mississippi hurgó en su atormentado pasado cuando agentes de policía arrestaron a un octogenario miembro del Ku Klux Klan acusado del asesinato en 1964 de tres jóvenes activistas por los derechos electorales, en lo que fue uno de los más notorios crímenes de la época de la lucha por los derechos civiles.
Mississippi, Estados Unidos. Edgar Ray Killen, conocido como ‘El predicador', fue detenido en Mississipi horas después de que el jurado convocado en Filadelfia, Mississipi, atendiera evidencias en el caso del asesinato de los tres activistas, un crimen que dramatizó en 1988 la película ‘Arde Mississippi'. Los nombres de los tres -Michael Schwener, Andrew Goodman y James Chaney- han sido durante largo tiempo sinónimo de los horrores que acompañaron los intentos de terminar con la segregación en el Deep South y proporcionar derechos electorales básicos a los marginados.
Killen es el primero en ser arrestado bajo acusación de asesinato en el caso que se extiende por 41 años. "Es algo que tardó en llegar", dijo la madre de Goodman, Carolyn Goodman, 89, en una entrevista telefónica desde su casa en Nueva York. "Sabía que ocurriría. Es algo que tenía que pasar".
El sheriff Larry Myers del condado de Neshoba dijo a la Associated Press que habrá más detenciones tras el encarcelamiento de Killen, que fue absuelto de los cargos federales de conspiración cuando se juzgó el caso por primera vez en 1967. La acusación será anunciada hoy.
El caso, como otros muchos de la época de los derechos civiles, persistió en la memoria de las siguientes generaciones de activistas por los derechos civiles. Llegó a ser conocido como el caso de ‘Arde Mississippi' tras el estreno de la película, pero el misterio siguió sin resolver. A medida que pasaban los años, surgieron nuevas evidencias, manteniendo el caso vivo para los familiares de las víctimas, que han afirmado que hubo denegación de justicia.
En 1999, el Jackson Clarion-Ledger publicó una entrevista con Sam Bowers, un antiguo jefe del Ku Klux Klan, que dijo que estaba contento de que el cabecilla del crimen hubiera quedado libre. Más tarde, un grupo conocido como la Coalición de Filadelfia presionó al fiscal general de Mississippi, Jim Hood, para que re-abriera el caso. Fiscales generales anteriores habían examinado el caso, incluyendo a Michael Moore, el importante abogado de Mississippi que es mejor conocido por su papel en la transacción nacional entre los estados e importantes compañías tabacaleras. Pero no se hicieron detenciones.
En los últimos años Mississippi ha logrado algunos éxitos en exorcizar demonios de su pasado con juicios altamente publicitados de casos de décadas de antigüedad. En 1994, Byron De La Berckwith fue condenado por el asesinato en 1963 del secretario de la NAACP, Medgar Evers, 37. En 2003, Ernest Avants, 72, reputado miembro de clan, fue condenado por el asesinato de un aparcero negro llamado Ben Chester White como parte de una trama para asesinar a Martin Luther King Jr., llevándolo engañado hacia el sur de Mississippi.
Avants había sido absuelto en 1967 -el mismo año en que los hombres acusados del asesinato de Schwener, Goodman y Chaney fueron procesados. Uno de ellos -Billy Wayne Posey, condenado por conspiración en 1967- estuvo entre los que se presentaron ayer ante el jurado ayer en Filadelfia, un pueblo de 7.300 habitantes al nordeste de la ciudad capital de Jackson.
"Volver después de 40 años y hacer algo como esto es ridículo, es una pesadilla", dijo Posey, según la Associated Press.
La reapertura del caso no ha calmado a todos los familiares de las víctimas. Ben Chaney, el hermano menor de James Chaney, ha calificado la última investigación de farsa, porque se fijará como objetivo atacar a uno o dos impenitentes miembros del clan pero no tocará a influyentes blancos que participaron en el asesinato. Ben Chaney dijo a la Associated Press que él y otros habían pedido a Hood a principios del año pasado que trasladaran el caso al FBI con el objetivo de que un fiscal especial se ocupara del asunto.
El asesinato del trío multiracial -Schwerner y Goodman eran neoyorquinos blancos, y Chaney era un negro de Meridian, Mississippi- tomó lugar durante el legendario Verano de la Libertad, cuando cientos de jóvenes idealistas se volcaron hacia el sur para informar a los negros sobre sus derechos electorales. Los tres amigos desaparecieron pero fueron encontrados más tarde enterrados en el lodo de una presa en el campo. Habían sido golpeados y matados a balazos.
Después de una masiva pesquisa federal, siete hombres fueron condenados en 1967 por un jurado compuesto exclusivamente de blancos por cargos de conspiración, pero ninguno de ellos fue acusado de asesinato y ninguno cumplió más de seis años en prisión. Killen quedó en libertad después del juicio. Un jurado se negó a votar diciendo que se negaba a condenar a un predicador.
Carolyn Goodman declaró ayer que esperaba que los hombres que mataron a su hijo terminen algún día "tras las rejas y piensen en lo que hicieron". Recordó la última vez que había hablado con su hijo. Estaba decidido, dijo.
"Me dijo: ‘Mamá, esa gente es nuestra gente. Quiero que la Constitución signifique algo para ellos'", recordó, con la voz temblando ligeramente debido a las contradictorias emociones del día. "Me dijo: ‘Tengo que ir allá'. Para nosotros fue difícil, pero le dijimos: ‘Está bien'".

6 de enero de 2005
9 de enero de 2005
©washington post
©traducción mQh

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