unidades secretas del pentágono
[Eric Schmitt] El Pentágono ha creado unidades de inteligencia de combate que han sido destinadas por primera vez a colaborar directamente con las fuerzas de Operaciones Especiales en misiones anti-terroristas secretas, tareas que eran habitualmente terreno de la CIA.
Washington, Estados Unidos. Los pequeños equipos clandestinos, formados con especialistas de la Agencia de Inteligencia del ministerio de Defensa, proporcionan a la elite militar de las unidades de Operaciones Especiales con datos para el combate usando tecnologías de punta, reclutando espías en países extranjeros y vigilando blancos potenciales, dijeron funcionarios del ministerio de Defensa.
Los equipos, que según los funcionarios han estado operando en Iraq, Afganistán y otros países hace ya dos años, representan un excelente ejemplo del deseo del ministro de Defensa Donald H. Rumsfeld de ampliar la capacidad del Pentágono en el recabamiento de inteligencia humana -información reunida por espías antes que por medios tecnológicos- tanto dentro de las fuerzas armadas como en la Agencia de Inteligencia del ministerio de Defensa, cuyo foco es la inteligencia que usa en el campo de batalla.
"Es correcto y no debería causar sorpresa que el ministerio de Defensa esté intentando mejorar su capacidad de inteligencia humana", dijo el domingo en una declaración Lawrence Di Rita, portavoz del Pentágono. "Una conclusión principal del informe de la comisión del 11 de septiembre es que la capacidad de recabamiento de inteligencia humana debe ser mejorada".
La declaración de Di Rita fue una respuesta a un artículo del Washington Post el domingo que reveló la existencia de las unidades clandestinas. Di Rita negó que las unidades de inteligencia respondan directamente a Rumsfeld, como informó el Washington Post.
Algunos expertos de inteligencia dijeron que la creación de las unidades era el último capítulo en una larga batalla por el dominio de las labores de inteligencia entre el ministerio de Defensa de Rumsfeld y la CIA, una batalla que sólo se intensificó desde que la comisión del 11 de septiembre recomendara la creación de la función de un director de la inteligencia nacional para supervisar los programas de inteligencia.
"Es realmente una guerra de territorios", dijo Walter P. Lang, ex director del Servicio de Inteligencia Humana del ministerio de Defensa, una rama de la Agencia de Inteligencia de la Defensa.
Una de las preocupaciones de la CIA, dijeron ex funcionarios de la inteligencia, es que un mayor papel del Pentágono en el recabamiento de inteligencia podría, a propósito o involuntariamente, escapar a la estricta supervisión por el Congreso impuesta por la ley sobre tales operaciones cuando son realizadas por agencias de inteligencia.
El senador John McCain, republicano de Arizona, dijo en el programa de noticias de la CBS Face the Nation', que el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado mantendría audiencias sobre las unidades de inteligencia.
Pero otros analistas dijeron que los equipos no eran más que la última encarnación de unidades de inteligencia que fueron manejadas por el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea durante la Guerra Fría para reclutar espías, interrogar a los desertores y reunir información sobre sistemas de armas extranjeros en países como China y la Unión Soviética.
"El ministerio de Defensa no está tratando de desarrollar inteligencia estratégica", dijo un asesor importante de Rumsfeld, que tiene experiencia en espionaje. "Están tratando de tener más información más concreta, como dónde hay una buena pista de aterrizaje o quién se encargará de introducir y sacar de un país a nuestra gente".
Las unidades de inteligencia son formadas por agentes de enlace, lingüistas, interrogadores y otros expertos del Servicio de Inteligencia Humana del ministerio de Defensa. Dentro de la Agencia de Inteligencia de Defensa DIA, esos equipos son conocidos como Grupo de Apoyo de Operaciones Estratégicas, dijo un funcionario del Pentágono que fue informado de sus actividades. El grupo está encabezado por el coronel George Waldroup, un reservista de la inteligencia del Ejército y ex director de nivel medio del Servicio de Inmigración y Naturalización. Estas unidades de vanguardia pueden ser desplegadas más a menudo, y más cerca de las líneas de combate, que otras unidades de la DIA llamadas equipos de apoyo de la inteligencia nacional, que son grupos de expertos técnicos enviados a los cuarteles generales de los comandantes en tiempos de guerra para prestar asesoría analítica.
"Antes de que la comisión del 11 de septiembre llegara a la conclusión de que se debe mejorar la capacidad de los servicios de inteligencia del país, el Servicio de Inteligencia Humana del ministerio de Defensa había iniciado medidas para concentrarse más y especializarse en tareas de la guerra global contra el terrorismo", dijo Di Rita en su declaración. "Uno de los objetivos de esas medidas era mejorar la capacidad de inteligencia humana disponible para asistir a los comandantes combatientes en misiones específicas que involucran fuerzas de operaciones regulares o especiales".
Los equipos trabajan estrechamente con el Comando de Operaciones Especiales en Tampa, Florida, y con su componente secreto, el Comando Conjunto de Operaciones Especiales, en Fort Bragg, Carolina del Norte, que incluye a la unidad del Ejército conocida popularmente como la Delta Force.
El Pentágono está diseñando una gama de planes que darán a los militares un papel más prominente en operaciones de recolección de informaciones. Entre las ideas mencionadas por funcionarios del ministerio de Defensa se encuentra la de "luchar por la inteligencia", o iniciar operaciones de combate con el objetivo de conseguir informaciones.
Una propuesta descrita por funcionarios del ministerio de Defensa es la creación de un Comando Conjunto de Inteligencia Operacional dentro del Pentágono, que daría más prominencia a las misiones de inteligencia y posiblemente remplazaría a la Agencia de Inteligencia de Defensa DIA.
Muchos de los nuevos enfoques se derivan de iniciativas de Stephen A. Cambone, el subsecretario del ministerio de Defensa para la inteligencia, y su director el teniente general William Boykin, del Ejército, dijeron funcionarios del Pentágono.
Incluso algunos partidarios de Rumsfeld reconocen que aunque el Pentágono inicia nuevas actividades relacionadas con la inteligencia, todavía no ha definido cómo abordará problemas de coordinación, como por ejemplo cómo se asegurará de que la CIA conozca las actividades y ubicación de las unidades.
En su declaración del domingo, Di Rita rechazó toda sugerencia de que las nuevas actividades de inteligencia humana del Pentágono fueran ilegales o que fueran realizadas sin que la CIA o el Congreso fueron notificados.
"Estas actividades se emprenden dentro de las atribuciones reglamentarias existentes para apoyar operaciones militares tradicionales, y toda afirmación de lo contrario es errónea", dijo Di Rita. "El ministerio consulta regularmente con los comités pertinentes del Congreso y con otras agencias dentro de la comunidad de inteligencia, incluyendo a la CIA".
Un portavoz de la CIA se negó a comentar el artículo del Washington Post.
En las últimas semanas funcionarios de inteligencia interrogados sobre los proyectos del Pentágono para ampliar sus actividades de recolección de inteligencia han respondido con cautela, elogiando los niveles actuales de cooperación entre el Pentágono y la CIA, pero diciendo que la relación depende de que cada agencia se concentre en las tareas que hace mejor.
Un antiguo funcionario de inteligencia que dejó su posición el año pasado, dijo que él sabía que el ministerio de Defensa quería jugar un papel más importante en el terreno de la inteligencia humana. Pero dijo que no sabía que el ministerio de Defensa hubiera comenzado alguno de esos proyectos, y dijo que no crecía que la CIA hubiera sido notificada.
"Me asombró, y es el tipo de cosas que yo debería haber sabido, dada mi posición", dijo sobre los detalles dados a conocer por el Washington Post.
Otro ex funcionario de inteligencia dijo que habían habido extensas discusiones entre la CIA y el Pentágono en los últimos dos años sobre los esfuerzos del ministerio de Defensa por ampliar su rol en el recabamiento de inteligencia humana. Entre los involucrados estuvieron el general Boykin y James L. Pavitt, que renunció como subdirector de operaciones de la CIA en agosto pasado.
Pero el ex funcionario de inteligencia dijo que la CIA creía, al menos hasta el verano pasado, que había anticipado los planes del general Boykin en ampliar el papel del Pentágono en la recolección de inteligencia humana en terrenos como el terrorismo y la proliferación de armas ilegales.
Douglas Jehl contribuyó a este reportaje.
25 de enero de 2005
©new york times
©traducción mQh
Los equipos, que según los funcionarios han estado operando en Iraq, Afganistán y otros países hace ya dos años, representan un excelente ejemplo del deseo del ministro de Defensa Donald H. Rumsfeld de ampliar la capacidad del Pentágono en el recabamiento de inteligencia humana -información reunida por espías antes que por medios tecnológicos- tanto dentro de las fuerzas armadas como en la Agencia de Inteligencia del ministerio de Defensa, cuyo foco es la inteligencia que usa en el campo de batalla.
"Es correcto y no debería causar sorpresa que el ministerio de Defensa esté intentando mejorar su capacidad de inteligencia humana", dijo el domingo en una declaración Lawrence Di Rita, portavoz del Pentágono. "Una conclusión principal del informe de la comisión del 11 de septiembre es que la capacidad de recabamiento de inteligencia humana debe ser mejorada".
La declaración de Di Rita fue una respuesta a un artículo del Washington Post el domingo que reveló la existencia de las unidades clandestinas. Di Rita negó que las unidades de inteligencia respondan directamente a Rumsfeld, como informó el Washington Post.
Algunos expertos de inteligencia dijeron que la creación de las unidades era el último capítulo en una larga batalla por el dominio de las labores de inteligencia entre el ministerio de Defensa de Rumsfeld y la CIA, una batalla que sólo se intensificó desde que la comisión del 11 de septiembre recomendara la creación de la función de un director de la inteligencia nacional para supervisar los programas de inteligencia.
"Es realmente una guerra de territorios", dijo Walter P. Lang, ex director del Servicio de Inteligencia Humana del ministerio de Defensa, una rama de la Agencia de Inteligencia de la Defensa.
Una de las preocupaciones de la CIA, dijeron ex funcionarios de la inteligencia, es que un mayor papel del Pentágono en el recabamiento de inteligencia podría, a propósito o involuntariamente, escapar a la estricta supervisión por el Congreso impuesta por la ley sobre tales operaciones cuando son realizadas por agencias de inteligencia.
El senador John McCain, republicano de Arizona, dijo en el programa de noticias de la CBS Face the Nation', que el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado mantendría audiencias sobre las unidades de inteligencia.
Pero otros analistas dijeron que los equipos no eran más que la última encarnación de unidades de inteligencia que fueron manejadas por el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea durante la Guerra Fría para reclutar espías, interrogar a los desertores y reunir información sobre sistemas de armas extranjeros en países como China y la Unión Soviética.
"El ministerio de Defensa no está tratando de desarrollar inteligencia estratégica", dijo un asesor importante de Rumsfeld, que tiene experiencia en espionaje. "Están tratando de tener más información más concreta, como dónde hay una buena pista de aterrizaje o quién se encargará de introducir y sacar de un país a nuestra gente".
Las unidades de inteligencia son formadas por agentes de enlace, lingüistas, interrogadores y otros expertos del Servicio de Inteligencia Humana del ministerio de Defensa. Dentro de la Agencia de Inteligencia de Defensa DIA, esos equipos son conocidos como Grupo de Apoyo de Operaciones Estratégicas, dijo un funcionario del Pentágono que fue informado de sus actividades. El grupo está encabezado por el coronel George Waldroup, un reservista de la inteligencia del Ejército y ex director de nivel medio del Servicio de Inmigración y Naturalización. Estas unidades de vanguardia pueden ser desplegadas más a menudo, y más cerca de las líneas de combate, que otras unidades de la DIA llamadas equipos de apoyo de la inteligencia nacional, que son grupos de expertos técnicos enviados a los cuarteles generales de los comandantes en tiempos de guerra para prestar asesoría analítica.
"Antes de que la comisión del 11 de septiembre llegara a la conclusión de que se debe mejorar la capacidad de los servicios de inteligencia del país, el Servicio de Inteligencia Humana del ministerio de Defensa había iniciado medidas para concentrarse más y especializarse en tareas de la guerra global contra el terrorismo", dijo Di Rita en su declaración. "Uno de los objetivos de esas medidas era mejorar la capacidad de inteligencia humana disponible para asistir a los comandantes combatientes en misiones específicas que involucran fuerzas de operaciones regulares o especiales".
Los equipos trabajan estrechamente con el Comando de Operaciones Especiales en Tampa, Florida, y con su componente secreto, el Comando Conjunto de Operaciones Especiales, en Fort Bragg, Carolina del Norte, que incluye a la unidad del Ejército conocida popularmente como la Delta Force.
El Pentágono está diseñando una gama de planes que darán a los militares un papel más prominente en operaciones de recolección de informaciones. Entre las ideas mencionadas por funcionarios del ministerio de Defensa se encuentra la de "luchar por la inteligencia", o iniciar operaciones de combate con el objetivo de conseguir informaciones.
Una propuesta descrita por funcionarios del ministerio de Defensa es la creación de un Comando Conjunto de Inteligencia Operacional dentro del Pentágono, que daría más prominencia a las misiones de inteligencia y posiblemente remplazaría a la Agencia de Inteligencia de Defensa DIA.
Muchos de los nuevos enfoques se derivan de iniciativas de Stephen A. Cambone, el subsecretario del ministerio de Defensa para la inteligencia, y su director el teniente general William Boykin, del Ejército, dijeron funcionarios del Pentágono.
Incluso algunos partidarios de Rumsfeld reconocen que aunque el Pentágono inicia nuevas actividades relacionadas con la inteligencia, todavía no ha definido cómo abordará problemas de coordinación, como por ejemplo cómo se asegurará de que la CIA conozca las actividades y ubicación de las unidades.
En su declaración del domingo, Di Rita rechazó toda sugerencia de que las nuevas actividades de inteligencia humana del Pentágono fueran ilegales o que fueran realizadas sin que la CIA o el Congreso fueron notificados.
"Estas actividades se emprenden dentro de las atribuciones reglamentarias existentes para apoyar operaciones militares tradicionales, y toda afirmación de lo contrario es errónea", dijo Di Rita. "El ministerio consulta regularmente con los comités pertinentes del Congreso y con otras agencias dentro de la comunidad de inteligencia, incluyendo a la CIA".
Un portavoz de la CIA se negó a comentar el artículo del Washington Post.
En las últimas semanas funcionarios de inteligencia interrogados sobre los proyectos del Pentágono para ampliar sus actividades de recolección de inteligencia han respondido con cautela, elogiando los niveles actuales de cooperación entre el Pentágono y la CIA, pero diciendo que la relación depende de que cada agencia se concentre en las tareas que hace mejor.
Un antiguo funcionario de inteligencia que dejó su posición el año pasado, dijo que él sabía que el ministerio de Defensa quería jugar un papel más importante en el terreno de la inteligencia humana. Pero dijo que no sabía que el ministerio de Defensa hubiera comenzado alguno de esos proyectos, y dijo que no crecía que la CIA hubiera sido notificada.
"Me asombró, y es el tipo de cosas que yo debería haber sabido, dada mi posición", dijo sobre los detalles dados a conocer por el Washington Post.
Otro ex funcionario de inteligencia dijo que habían habido extensas discusiones entre la CIA y el Pentágono en los últimos dos años sobre los esfuerzos del ministerio de Defensa por ampliar su rol en el recabamiento de inteligencia humana. Entre los involucrados estuvieron el general Boykin y James L. Pavitt, que renunció como subdirector de operaciones de la CIA en agosto pasado.
Pero el ex funcionario de inteligencia dijo que la CIA creía, al menos hasta el verano pasado, que había anticipado los planes del general Boykin en ampliar el papel del Pentágono en la recolección de inteligencia humana en terrenos como el terrorismo y la proliferación de armas ilegales.
Douglas Jehl contribuyó a este reportaje.
25 de enero de 2005
©new york times
©traducción mQh
0 comentarios