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motín en penal argentino


Tras retomar el control de un penal en Argentina autoridades informaron que ocho personas, entre ellas cinco reclusos y tres agentes de seguridad murieron durante un motín que realizaron 2 mil prisioneros buscando la conmutación de sus penas.
Buenos Aires, Argentina. Tras más de 23 horas de enfrentamientos, la policía logró controlar un violento motín en una cárcel de máxima seguridad en las afueras de la ciudad de Córdoba.
"Está todo normalizado en un 90 por ciento. El 10 por ciento que falta es completar la requisa de los internos y la revisión de las instalaciones y los techos. Pero ya no hay rebeldes, han sido liberados todos los rehenes y se recuperó el armamento", dijo el jefe de la policía de Córdoba, Jorge Rodríguez. De inmediato no informó de heridos entre los presos
Ocho personas murieron al inicio del motín, tres guardias que fueron atacados por los prisioneros y cinco reos baleados por la policía cuando intentaban escapar en un camión, según los informes oficiales. En tanto, nueve policías fueron internados por heridas de bala y otros 15 presentan lesiones leves, de acuerdo con las versiones oficiales.
Rodríguez indicó que los últimos en rendirse fueron los condenados a cadena perpetua, que encabezaban el grupo más violento, pero no explicó cuáles fueron las concesiones hechas por el gobierno para convencer a los presos de que depusieran su actitud.

Duelo de Dos Días
El gobernador de la provincia, José Manuel De la Sota, dispuso dos días de duelo con las banderas a media asta por las muertes registradas durante el motín y prometió un subsidio para las familias de tres agentes abatidos, un policía y dos miembros del Servicio Penitenciario.
El motín había comenzado por la tarde del jueves cuando un grupo de reos atacó a los guardias y tomó sus armas durante la hora de visitas. Muchos de los familiares que se encontraban en la prisión fueron tomados como rehenes.
Los presos, que reclamaban una conmutación en sus penas, incendiaron parte de un pabellón de la cárcel San Marín ubicada en las afueras de la capital de la provincia de Córdoba, unos 750 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, y amenazaron con matar a los rehenes si no se cumplía su pedido.
Pasado el mediodía del viernes, los reos decidieron liberar a unos 50 civiles que habían sido tomados como rehenes, entre ellos varias mujeres y niños, pero conservaron cautivos a los guardiacárceles y al director del penal, Emilio Corso, que finalmente fueron rescatados por la policía. Unos 250 efectivos de seguridad, entre policías y gendarmes (policías de frontera), mantuvieron rodeada la prisión.

13 de febrero de 2005
©univisión

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