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ratón mickey en china


[Don Lee] Brecha generacional sobre Disney en China.
Guangzhou, China. Desde que el Ratón Mickey visitara la escuela de Lin Huanbin el verano pasado, contando cuentos de hada y entregando certificados de Mouseketeer, el niño de 11 ha sido incapaz de sacarse a Mi Laoshu de la cabeza.
Al niño le encantan las divertidas desventuras del gran ratón. Guarda una foto de Mickey y él en un cofre. Y cada vez que se presenta la oportunidad, pide a sus padres que lo llevan al Disneyland de Hong Kong, que se inaugura este otoño.
Sus padres no están tan entusiasmados. Están preocupados de los altos precios de admisión al parque temático. El padre del niño, un hombre de negocios, también tiene una preocupación más profunda.
"Si Huanbin recibe demasiada cultura occidental, en el futuro puede desdeñar las relaciones familiares, olvidar a sus ancestros y no volver a nuestra ciudad natal", dice Lin Zhengguang.
En casa de Lin, y en otras muchas en China, hay una distintiva brecha generacional, cultural y económica -y se cree que es un reto importante para la Walt Disney Co. y otras compañías occidentales tratar de vender diversión en el mercado de consumidores emergente de más rápido crecimiento del mundo.
Aunque muchos niños chinos han crecido comiendo en McDonald's y mirando Shaquille O'Neal enfrentarse a Yao Ming, la generación de sus padres no está tan familiarizada ni se siente cómoda con muchos aspectos del modo de vida americano, especialmente si cuesta dinero.
Las películas, parques temáticos y merchadise de diversión chinas -aunque a menudo sin sofisticación técnica o artística- son mucho más baratas, aunque no siempre legales. La venta de baratos DVDs pirateados y otras copias de películas occidentales continúan siendo escandalosa, a pesar de esfuerzos oficiales.
Lo que es más, aunque Pekín ha aliviado recientemente las restricciones sobre los medios de comunicación extranjeros como parte de un programa para alentar las inversiones extranjeras y utilizar la experiencia para la industria de diversión china, los funcionarios siguen mostrándose recelosos de las influencias culturales occidentales.
Eso es particularmente así cuando se trata de sexo, política o costumbres sociales. Se han censurado populares programas de la televisión norteamericana como ‘Amigos'. Pekín ha impuesto durante mucho tiempo una cuota de cuántas películas occidentales se aprobarán para su exhibición en teatros, y películas como ‘Hagan juego', que transforma a criminales en héroes, han sido rechazadas incluso para el mercado de DVDs. Las películas de Hollywood, exhibidas en televisión en horario de máxima audiencia hace una década, ahora son mostradas tarde por la noche, después de la hora de dormir de los niños.
"El gobierno se muestra cauto a la hora de abrir la industria de los medios juveniles a compañías extranjeras", dice Yin Hong, vice-decano de la facultad de periodismo y comunicación de la Universidad de Tsinghua, de Pekín.
Hace poco, unas pocas corporaciones de diversión globales, incluyendo a Sony Pictures Television y Warner Home Video, han sido admitidas para formar empresas conjuntas en China y entrar a mercados que estuvieron cerrados durante mucho tiempo para los extranjeros. Pero el papeleo y reglas del gobierno han retrasado su progreso.
Como otras compañías de diversión occidentales, Disney tiene una larga historia en China. El Reino Mágico ha estado en el Reino Medio desde 1937, cuando se exhibió por primera vez ‘Blancanieves y los siete enanitos' en una atiborrada sala en Shanghai.
Es fácil ver por qué la compañía con sede en Burbank está acelerando aquí sus esfuerzos. China tiene unos 260 millones de niños menores de 15, no mucho menos que toda la población estadounidense.
Los adolescentes mayores también son un mercado atractivo. Disney lanzó recientemente su revista ESPN en China y un servicio de subscripción a celulares, agregándolos a otros negocios que incluyen un programa de televisión diario de 30 minutos llamado ‘Dragon Club', revistas de historietas en chino y cientos de tiendas de artículos de Disney.
Sin embargo, a pesar de la imagen en general favorable y sana de Disney, algunos de sus lanzamientos más recientes, tales como ‘Mulan', no han marchado bien. Se debe en parte a críticas de insensibilidad cultural. Los analistas dicen que los avances de Disney han sido retrasados por una rígida estrategia del todo-o-nada que ha hecho difícil llegar a compromisos con el gobierno y socios chinos.
A fines del año pasado, Disney contrató a Stanley Cheung, un antiguo ejecutivo de Johnson & Johson, para dirigir sus proyectos en China. Disney rechazó peticiones para entrevistar a Cheung y otros gerentes en China.
Pero Robert Iger, el designado presidente de Disney, ha dicho a los inversores que China es una prioridad. Está contando con Hong Kong Disneyland, que se inaugurará el 12 de septiembre, para introducir las ventas al por menor y los negocios de medios en la región, y ha mencionado más inversiones en el futuro, incluyendo la posibilidad de un segundo parque temático chino en Shanghai.
El parque de Hong Kong, de 1.8 billones de dólares, atraerá según proyecciones a 5.6 millones de visitantes en su primer año. De 125 hectáreas, el parque es relativamente modesto en cuanto al tamaño, apenas 10 por ciento del tamaño de Euro Disney y menos de un tercio del Disneyland Resort de Anaheim. Disney dice que incorporará excursiones y programas de sus otros parques, con Hong Kong Disneyland dividido en áreas familiares como País de la Fantasía, Tierra de las Caricaturas y Calle Principal, Estados Unidos.
Un buen 40 por ciento de los visitantes provendrán del continente, muchos de Guangzhou y Shenzhen, donde Disney está haciendo ahora una fuerte campaña.
Los Lin, con su maníaco de 11 años del Ratón Mickey son justamente el tipo de familia que Disney necesita interesar en el parque. Pertenecen entre la bullente clase media china con dinero para gastar en ocio y diversión. Y muchas familias chinas, que sólo tienen un hijo debido a un edicto oficial, están dispuestas a mimar a sus hijos.
Para llegar a esas familias, la compañía con sede en Burbank ha emprendido una inusual campaña de base, uniéndose a la Liga Juvenil Comunista para organizar actividades promocionales en escuelas y comunidades.
En los Palacios de la Juventud gestionados por la liga, una organización mejor conocida por formar cuadros del Partido Comunista antes que por hacer publicidad de marcas americanas, los niños chinos se han enterado de los placeres del Reino Mágico. Este mes representantes de Disney ofrecerán espectáculos nocturnos en varias ciudades de la provincia de Guangdong. Campamentos Disney y más giras por escuelas también están en el programa.
La visita de Disney en julio pasado a la Escuela Experimental Linda Tierra de Guangzhou fue todo un éxito. La escuela privada tiene unos 500 alumnos, desde kindergarten hasta la primaria, la mayoría de ellos de sólidas familias de clase media. La matrícula cuesta hasta 1.450 dólares al año para algunos estudiantes -una enorme suma en una ciudad donde el ingreso per cápita era de unos 1.815 dólares en 2003.
Cuando Mickey y su pandilla llegaron, Zeng Weiqi, una niña de 10 años que no se entusiasma fácilmente, estaba encantada. Después de hacer el Baile de Mickey y de estrechar manos con el ratón -"Me di cuenta de que tenía cuatro dedos", dijo-, la niña pidió a su mamá que la llevara al Disneyland de Hong Kong.
Su madre, Zeng Shaofang, 35, dice que no está preocupada de que las compañías occidentales le laven el cerebro a su hija única.
"Deberíamos exponer a los niños a diferentes culturas", dice Zeng, que enseña cuarto en otra escuela de Guangzhou.
Sin embargo, dice que no tiene sentimientos especiales con respecto a Disney. A diferencia de su hija, ella no conoce ninguna historia, sólo la del Ratón Mickey. Zeng dice que ella prefiere Doraemon, una popular historieta japonesa con un gato robot de enorme y redonda cara, un botón por nariz y un collar con una campanilla.
"Creo que se ajusta mejor a la cultura china", dice. "Según las creencias chinas, una cabeza grande significa que es ‘inteligente'. Y la combinación de sus colores azul y blanco pueden ser más atractivos aquí".
Si Zeng lleva o no a su hija al Disneyland de Hong Kong dependerá del tiempo y del dinero, dice. China tiene una de las tasas de ahorro más altas del mundo, un 40 por ciento, y Zeng y su marido, también maestro, no son una excepción. Pero sus ojos se abrieron cuando se enteró del precio de la entrada para el Disneyland de Hong Kong: 38 dólares los adultos, y 27 los niños de 3 a 11. Es más cara los fines de semana y durante vacaciones escolares.
Eso es un montón incluso para la gente de Guangzhou, que tiene quizás el ingreso per cápita más alto que cualquiera ciudad en China.Happy Valley, un parque de diversiones en Shenzhen, una bullente ciudad a apenas una hora en autobús desde Guangzhou a Hong Kong, cobra 14.50 dólares a los adultos y 7.25 los niños por sobre un metro de estatura. El parque de 35 hectáreas se parece e imita a Disneyland, incluyendo sus propias versiones de Tierra de Fronteras y Pueblo de las Caricaturas, que Happy Valley llama Calle de las Caricaturas.
Las copias presentan un reto especialmente duro para marcas de primera como Disney, ya que rebajan los precios y abaratan el original valor creativo y cultural. Incluso antes de la película de Disney-Pixar, ‘Los increíbles', fuera lanzada en China en febrero, los vendedores callejeros estaban vendiendo copias DVDs a 60 centavos -un décimo del precio de entrada a un cine.
Sin embargo, Disney y otras compañías de diversión apuestan a que el público chino quiere la cosa verdadera. "Creo... que el parque Disney [en Hong Kong] tendrá temas y personajes más inteligentes", dice Li Dan, 22, una estudiante universitaria de Guangzhou que estaba visitando Happy Valley un sábado reciente.
Los niños chinos dicen que les gustan los personajes Disney porque son divertidos, originales y a menudo hacen cosas sorprendentes. Huang Huishan, directora de la escuela Tierra Linda, es un fan de Mickey. Dice que para ella no fue una decisión difícil permitir a Disney que realizara un evento promocional en su escuela. En su opinión, no hay una brecha cultural, al menos no con Mi Laoshu.
"Independientemente del Este o de Occidente, el Ratón Mickey tiene la naturaleza de los niños", dice Huang. "Puede cometer errores, pero es encantador... El personaje es realmente encantador y mono".
Pero otros en China no ven a Disney de la misma manera. Algunos no han olvidado a ‘Mulan', la película animada de Disney que fue criticada por adaptar una clásica historia china a gustos occidentales. Esa película de 1988 es la historia de una valiente niña que va a la guerra a cambio de su padre. Algunos dicen que con su largo cuello, ojos grandes y redondos y su cara oval, se parece más a Pocahontas.
"La cara de Mulan no es la típica belleza china", dice Yvonne Gong, una mujer de Pekín a fines de sus veinte que trabaja para una compañía consultora extranjera. "Incluso aunque tuve una educación occidental, crecí en un ambiente chino tradicional. Y sin embargo creo que la ropa y los colores deberían ser chinos".

Cao Jun en Shanghai contribuyó a este reportaje.

21 de abril de 2005
©los angeles times
©traducción mQh

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