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últimas horas de gardel


[Cristóbal Peña] Un nuevo libro recrea la gira por Colombia donde el cantante argentino encontró la muerte hace 70 años. ‘Cuesta arriba en su rodada', del colombiano Jaime Andrés Monsalve, sigue los pasos del artista por Colombia y adhiere a una tesis: el Zorzal Criollo murió víctima de una rivalidad entre pilotos de aviación.
Segundos antes de subir al trimotor Ford F-31 que lo conduciría de Medellín a Cali, Carlos Gardel intentó animar a su guitarrista, José María Aguilar, que tenía un mal presentimiento. "Vamos, vamos -lo consoló-, ésta es la última hora y cuarto que queda de vuelo. Después no subiremos más a estos bichos".
Era la pura y santa verdad. Unos minutos después, al levantar vuelo, el piloto perdía el control de la nave y la estrellaba contra un avión de la competencia estacionado a un costado de la pista. El impacto, graficará un periodista que presenció la tragedia, fue como una bomba atómica que oscureció el aeropuerto. Después vendrían el fuego, los gritos y esa inevitable relación de hechos premonitorios que alimentan la leyenda: recién el día antes, el cantante había ofrecido un concierto en la emisora La Voz de la Víctor, en Bogotá, donde cantó 10 temas. Cerró con Tomo y Obligo, y antes de interpretarlo, adelantó la despedida: "Gracias por amabilidad tanta", improvisó para la posteridad. "Encuentro en las sonrisas de los niños, las miradas de las mujeres y la bondad de los colombianos un cariñoso afecto por mí. Me voy a ver a mi vieja pronto, no sé si volveré, porque el hombre propone y Dios dispone".
La frase se encuentra en un reciente libro aparecido en Colombia que narra los últimos días del cantante argentino. Aparecido a 70 años de su muerte, ‘Cuesta arriba en su rodada', del periodista Jaime Andrés Monsalve, recrea con minuciosidad la frenética gira en la que el autor de Cambalache encontró la muerte. Hay entrevistas, citas a múltiples libros y relecturas de archivos mil veces revisados; y enfrentado al misterioso accidente, Monsalve suscribe una tesis que gana terreno con el tiempo: Gardel murió víctima de una absurda rivalidad entre pilotos de aviación.

Estrella de Cine
La gira colombiana había sido planeada por Le Pera, empresario y socio musical de Gardel, y antecedía a nuevas actuaciones por Centro y Norteamérica y el compromiso de grabar otra película para la Paramount. En algunos países, Colombia entre ellos -apunta Jaime Andrés Monsalve desde Bogotá-, Gardel le debía más fama al cine que a la música, y es por eso que en algunos de los conciertos solían pasar películas. Era toda una estrella, y desde su llegada al país, el 4 de junio de 1935, el fervor crecía entre ciudad y ciudad.
Al aterrizar en Bogotá, grafica el periodista colombiano, unos 10 mil fanáticos invadieron la pista y estuvieron a punto de adelantar la tragedia. En la capital permaneció actuando por 10 días y ese mismo 24 de junio, al abandonar la ciudad rumbo a Cali, se decidió una escala técnica en Medellín. Ahí cambiarían de tripulación: Stanley Harvey sería reemplazado por Ernesto Samper Mendoza, piloto y dueño de la Sociedad Colombiana de Aviación, SACO, línea que competía con la alemana SCADTA.
Se supo poco después. Ernesto Samper y Hans Ulrich Thom, los principales pilotos de ambas compañías, tenían una fuerte enemistad, e incluso, unos días antes, Ulrich había amedrentado a Samper al pasar muy cerca de la nave del otro cuando aquél despegaba. Esa tarde de junio, Samper pudo haber intentado vengarse haciendo lo mismo. La impericia le costó la muerte, junto a otras once personas, Gardel y Le Pera incluidos.
Aunque el informe oficial atribuyó el accidente a "deficiencias topográficas y aerológicas", uno de los tres sobrevivientes, el guitarrista José María Aguilar, fue variando sus versiones con el tiempo. Primero dijo que era culpa de la rivalidad de los pilotos. Después que todo se había originado en una pelea entre Gardel y Le Pera. Y por último le echó la culpa al sobrepeso que llevaba la nave. Lo que no cambió fue el testimonio de lo que escuchó decir a Gardel poco antes de la explosión: Che, piloto -alcanzó a decir-, ¿qué le pasa?

26 de junio de 2005
©tercera

3 comentarios

Anónimo -

El autor trabaja en Cambio, revista colombiana. Escríbele allá: anaturon (arroba) ubbi.com

Ana Turón -

Podrían darme más datos sobre ese libro (editorial, por ejemplo) y si llegará a la Argentina?
Gracias.

Bardamu -

Extraordinario Gardel, luego de setenta años aún sigue provocando controversias...