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chilenos en bolivia y otros reportajes


1. Condenan a agentes de la DINA. 2. Gobierno en convención de desaparecidos. 3. El último desaparecido. 4. Gira en Bolivia. 5. Chilenos en la guerrilla boliviana. 6. Historia del espiritismo en Chile.

Confirman condena por secuestro calificado contra ex DINA. La Tercera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, en votación unánime, confirmó las condenas de diez años de presidio dictadas en contra de ex agentes de la DINA por el secuestro calificado y posterior desaparición de cuatro miembros del MIR.
El dictamen ratifica las sentencias del juez Joaquín Billard en contra del brigadier (R) Miguel Krassnoff, el mayor (R) Marcelo Moren Brito, el suboficial mayor (R) Basclay Zapata y el civil Osvaldo Romo por las desapariciones de Ricardo Troncoso, Elsa Leuthner y los hermanos Hernán Galo y María Elena González, arrestados en agosto de 1974. En el fallo se pronunciaron los magistrados Lamberto Cisternas, Mario Rojas y el abogado integrante Benito Mauriz, quienes estimaron que el crimen perpetrado constituye un delito de lesa humanidad, por tanto, inamnistiable e imprescriptible. El abogado querellante Nelson Caucoto valoró el dictamen y manifestó que la Corte está manteniendo un criterio respecto a este tipo de delitos.

20 de junio de 2006
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gobierno en convención de desaparecidos


[Juan Gasparini] Gobierno chileno en grupo de presión pro Convención de Desaparecidos. Propuesta se presentó durante primera sesión del nuevo consejo de DDHH de Naciones Unidas. Junto a Argentina, Bélgica, Francia, España y México, Chile forma parte de un equipo especial para promover la aprobación del proyecto, que podría ser votado antes de fin de mes. Paulina Veloso, ministra Secretaria General de la Presidencia chilena, defendió la iniciativa en la ONU y agradeció el apoyo internacional en la lucha contra la dictadura.
Ginebra, Suiza. "Ver nacer esta Convención (contra la desaparición forzada de personas) sería un gran éxito". Así resumió ayer la ministra Secretaria General de la Presidencia, Paulina Veloso, la opinión chilena sobre este sensible tema y que motivó a nuestro país a apuntar su nombre en el llamado ‘grupo de presión' que intentará lograr la aprobación de este acuerdo. Todo esto, en el marco de la primera sesión del flamante Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDH) en Ginebra.
Además de Chile, Argentina, Bélgica, Francia, España y México formarán parte de este selecto grupo que consideran vital la existencia de la Convención sobre Desapariciones.
Veloso asistió al nacimiento del CDH agradeciendo a la comunidad internacional el apoyo en la lucha contra la dictadura de Augusto Pinochet.
En lenguaje diplomático rindió homenaje al "importante trabajo de relatores especiales y expertos independientes, que fueron decisivos para que nuestro país superara un período oscuro de su historia, cuando la democracia chilena fue interrumpida abruptamente y se cometieron graves violaciones de los derechos humanos y libertades fundamentales".
Pese a no integrar el consejo, Chile abogó para que la próxima semana se apruebe el proyecto de una Convención contra la Desaparición Forzada de Personas, y que se mandate a un grupo de expertos, cuya misión será la de negociar un protocolo que comprometa a los Estados a reforzar los mecanismos de protección de los derechos económicos, sociales y culturales de todos los habitantes del planeta.
Veloso explicó que el asunto tiene "enorme importancia" para nuestro país, que sufrió la tragedia de las desapariciones durante la dictadura militar.
Asimismo, el canciller argentino Jorge Taiana, destacó los aportes de la propuesta presentada, "que declara como crimen de lesa humanidad" la desaparición forzada de personas y establece "la jurisdicción universal para los responsables". Ello haría posible su detención y procesamiento en terceros países y no sólo en el de origen o donde se cometió el crimen.
En tanto, la vicecanciller para Asuntos Multilaterales de México, María del Refugio González, destacó que el nuevo instrumento jurídico se propone "llenar lagunas" y tiene una mayor precisión "técnica y jurídica"
A su vez, el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Philippe Douste Blazy, explicó que el "grupo de presión" presentará formalmente al CDH el proyecto de Convención con la intención de que sea adoptada en su actual sesión, que concluye el próximo 30 de junio.
El CDH comenzó a trabajar ayer con la presión de demostrar que puede hacerlo mejor que su desacreditado predecesor. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, pidió que se eviten los señalamientos y las peleas que obstaculizaron el trabajo de la desarticulada Comisión de Derechos Humanos.
"Este consejo representa una importante nueva oportunidad para las Naciones Unidas y para la humanidad para que renueve la lucha en favor de los derechos humanos. Les imploro que no dejen que esta oportunidad se desperdicie", pidió Annan.

En Busca de Legitimidad
Integrado por 47 Estados elegidos por el voto secreto de la Asamblea General de la ONU, este consejo se pone en marcha reemplazando a la abolida Comisión de Derechos Humanos.
El nuevo organismo busca más legitimidad que su predecesor. A tal efecto inspeccionará periódicamente y de manera obligatoria a los 192 países del sistema onusiano, pretendiendo una mayor jerarquía, similar a la del Consejo de Seguridad. Tendrá un carácter permanente, reuniéndose tres veces al año durante un total de 10 semanas. Actuará de común acuerdo con la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la canadiense, Louise Arbour, quien vió duplicar su presupuesto.
Entre los 47 miembros actuales no se encuentra Estados Unidos, que en el marzo votó en contra de la creación del Consejo pues, según sus autoridades, los cambios realizados no son suficientes.

20 de junio de 2006
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el último desaparecido


[Jorge Escalante] Pistas olvidadas del último ‘missing'. Boris Weisfeiler, matemático estadounidense desaparecido en 1985. Extraños suicidios; un testigo clave que habla con medio mundo y nadie sabe su nombre; contradicciones graves entre militares, carabineros, ex CNI y campesinos, y decenas de otros antecedentes nunca investigados, rodean el secuestro del único norteamericano que aún permanece desaparecido en Chile.
Tras 21 años del secuestro y desaparición del matemático estadounidense Boris Weisfeiler, el caso se perfila como una piedra en el zapato para el Gobierno de Michelle Bachelet. Tanto así, que el Consejo de Defensa del Estado entró a la arena.
En los últimos meses, parlamentarios norteamericanos, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y la Embajada de Estados Unidos en Santiago han manifestado una diplomacia de "activa presencia" ante el Gobierno y el Poder Judicial chilenos. Prueba de ello fue que en el reciente viaje de Bachelet a Washington, la Presidenta recibió a Olga Weisfeiler, hermana del único estadounidense aún desaparecido en Chile. El último ‘missing', pues el cuerpo de Charles Horman, caso que dio origen al film, fue devuelto en 1974 a su familia.
El asunto Weisfeiler es parecido al del joven Jorge Matute: decenas de antecedentes apuntan a un crimen, pero la justicia no le echa el guante a los asesinos. El matemático y experto montañista de 44 años fue detenido el 4 de enero de 1985 en el cruce de los ríos Ñuble y El Sauce, en la precordillera de San Fabián de Alico, comuna ubicada en el límite entre la VII y VIII Región.
Involucrados en el hecho aparecen carabineros del retén fronterizo Los Robles y una patrulla del Regimiento Chacabuco de Concepción. Al menos cuatro campesinos vieron al norteamericano de origen soviético, o estuvieron presentes en el lugar en las horas en que Weisfeiler desapareció.
No obstante esos antecedentes que tibiamente se establecieron en el primer proceso abierto en el Segundo Juzgado del Crimen de San Carlos, la causa se cerró dos meses después y así permaneció 15 años. En 2000 se reabrió por una querella de Olga Weisfeiler y su abogado Hernán Fernández.
El caso reúne los aderezos de una novela de Agatha Christie. Militares extrañamente suicidados; un campesino ahorcado en el mismo lugar del arresto; seis personas que entrevistaron a un militar en servicio que dijo participar en la detención y aportó gran cantidad de datos congruentes, pero nadie registró o pudo averiguar su identidad; lugareños que huyen a Argentina, y contradicciones groseras entre las declaraciones de campesinos, militares, carabineros y ex agentes de la CNI.
La desaparición del matemático está colmada de pistas nunca indagadas, como es la convicción de la parte querellante y fuentes vinculadas al proceso que hoy instruye el juez Jorge Zepeda.

El Fantasma Daniel
En 1987, dos años después de la desaparición de Weisfeiler, entró en escena el suboficial activo en el Ejército que sólo se identificó como ‘Daniel'. Aportó gran cantidad de antecedentes, muy congruentes la mayoría, y dijo: "Yo participé en la detención de Boris Weisfeiler y lo entregamos a Colonia Dignidad". Sostuvo que su patrulla era comandada por un capitán de Ejército y la componían otros dos militares. No entregó sus nombres.
Desde entonces y hasta 1997, ‘Daniel' sostuvo en Santiago, al menos, ocho reuniones con diversas personas. Citas y nombres están registrados en los documentos desclasificados por EEUU. Cuatro fueron en la oficina del abogado Máximo Pacheco, donde dijo que su vida peligraba. En dos de ellas estuvieron el cónsul y vicecónsul de EEUU en Santiago, Larry Huffman y Phillip Antweiler. Luego, ‘Daniel' volvió a reunirse sólo con Huffman en la Plaza de Armas.
Por último, en 1997, al parecer convencido de no haber sido creído, recurrió a un programa radial conducido por un cientista político –que declaró en el proceso bajo reserva de identidad–, quien contactó al entonces senador (PS) José Antonio Viera-Gallo para que presenciara la reunión.
Pero antes de eso, ‘Daniel' fue a la Vicaría de la Solidaridad. Si bien nunca reveló su identidad, ninguno de sus interlocutores procuró la forma de obtenerla o nunca la entregaron a la justicia. Para la parte querellante, "no es creíble" que nadie conozca el nombre real.

La Segunda Patrulla
En la información reunida en el expediente se identificó a una segunda patrulla del Regimiento Chacabuco que estuvo en el lugar el día del arresto. La existencia de esta patrulla avala a ‘Daniel' cuando habla de "siete militares" presentes al momento del arresto. Este segundo grupo lo integraban los subtenientes Antonio Cortés Aravena y Luis Pardo Fernández, y los suboficiales Gabriel Díaz Morales y Héctor Aedo Toro. Sus identidades también las respaldan documentos desclasificados.
El suboficial Díaz afirma haberse alejado ese día del resto de su patrulla, para ir a fotografiar pasos fronterizos con Argentina. Y ese dato explicaría por qué "Daniel" habla de "siete militares" presentes al momento del arresto, cuando ambas patrullas suman ocho.
Estos últimos cuatro militares entran en serias contradicciones sobre lo ocurrido con carabineros del retén El Roble y con lugareños. Sin embargo, nunca han sido careados entre ellos.

El Hombre del Andarivel
Los integrantes del retén, sargentos Jorge Cofré Vega y Eustaquio Soto Vásquez y el cabo José Arias Suazo, declaran actuaciones contradictorias en las horas en que Weisfeiler desaparece, tanto sobre su presencia en el lugar como de la forma en que se enteraron del hecho. Dicen que usaron un jeep militar para "buscar refuerzos" para rastrear a Weisfeiler, pero los militares lo niegan. Sin embargo, ni unos ni otros dieron cuenta de la desaparición a un tribunal. Todavía nadie indaga por qué.
Por ello, el proceso se inició recién el 25 de enero de 1985, 20 días después, en el Segundo Juzgado del Crimen de San Carlos, pero con la "denuncia por presunta desgracia" del vicecónsul de la Embajada de Estados Unidos en Santiago, Edward Arriazabalaga.
Los carabineros sostienen que Weisfeiler "se ahogó" al tratar de cruzar el río Los Sauces desde la ribera este a la oeste, no obstante que en el lugar de su detención hay un andarivel que atraviesa el río y la casa del encargado, Marcial Sandoval Concha, está a pocos metros. Sandoval niega su presencia allí aquel día y también la de los militares. Pero éstos lo desmienten y algunos de ellos afirman que esa noche alojaron en su casa. Sandoval –quien, según "Daniel", "sabe mucho"– no ha sido inquisitivamente interrogado ni careado con nadie.
De acuerdo al fugado de Colonia Dignidad Efraín Vedder, Sandoval "es un hombre de la colonia" y recibió prebendas de Hartmut Hopp y Gerhard Mücke, elementos activos en los crímenes de Dignidad.

Un Ahorcado
Los lugareños y hermanos José Aníbal y Luis Alberto López Benavides vieron en esas horas a Weisfeiler. Luis Alberto, sostuvo que el día 4 "lo vi pasar y avisé a los carabineros de Los Robles", porque le pareció "un extraño". Luego cayó en diversas contradicciones y poco después apareció ahorcado en el andarivel que maneja Sandoval Concha. El aparente suicidio no fue indagado con relación al caso Weisfeiler. Según oriundos de la zona, otro hermano López Benavides huyó a Argentina porque "fue amenazado".

Una Hermana de Aladino Contreras
Un campesino que encontró la mochila del estadounidense (14 de enero) en la otra ribera del sitio donde, según ‘Daniel', se produjo el arresto– sostiene que ese día vio a militares cruzar el río. (Travesía que ‘Daniel' relata para llevar a Weisfeiler a la colonia). Ella tampoco ha sido careada con quienes niegan el hecho.
Un testigo de la zona indica en un relato extrajudicial que por esos días vio una noche a un grupo cruzar el río Perquilauquén en la balsa que controla Colonia Dignidad, y que llevaban "a alguien en mal estado". Dice que el cruce fue anunciado desde una ribera a otra "por cambio de luces de vehículos". Este punto de cruce coincide con la ruta que puede hacerse desde el lugar donde Weisfeiler desapareció hasta Colonia Dignidad, distante no más de 40 kilómetros. El testigo no ha sido interrogado.

Dos ‘Suicidios'
La Punilla, el sitio donde –varios kilómetros aguas abajo del río Ñuble– el campesino Contreras encontró la mochila de Weisfeiler, es un lugar retirado de la orilla y casi dos metros sobre el nivel del agua, donde el río, aun con las mayores crecidas, nunca pudo depositarla. Esa es otra pista no seguida, como tampoco se indagó por qué algunos objetos de su contenido desaparecieron del tribunal de San Carlos, ni las contradicciones en que cayeron agentes de la CNI de Chillán respecto de su presencia en la zona en los días posteriores al arresto. El ex agente Guy Neckelman, amigo de Dignidad y que, según ‘Daniel', estaba en la colonia cuando entregaron a Weisfeiler, no ha sido incisivamente indagado.
Aunque nadie sabe si ‘Daniel' aún está vivo, Olga Weisfeiler sostiene "hay muchas otras pistas nunca investigadas". Como los aparentes suicidios en 2000 de los suboficiales Bernardo Castillo Rifo y Luis Humberto Ormeño, que al tiempo de la desaparición del matemático pertenecían al Regimiento Chacabuco. El 4 de diciembre de 2000, el cuerpo de Castillo fue hallado en el río Malleco; tres horas antes, en el patio del cuartel, Ormeño murió de dos tiros en la cabeza. ¿Era ‘Daniel' alguno de los dos?

18 de junio de 2006
©la nación
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gira en bolivia


La gira que desató la ira de la presidente. Según una alta fuente de gobierno, a la presidenta le irritó no haber sido informada por los cinco parlamentarios de la neo-izquierda de su viaje a La Paz, justo en momentos en que buscaba mantener un diálogo "racional" con Bolivia, desechando la llamada ‘diplomacia de los pueblos'.
"Con el objetivo de establecer y afirmar un proceso de integración e intercambio entre nuestros parlamentos, invitamos cordialmente a su persona a participar del primer encuentro extraordinario interparlamentario Bolivia-Chile gestión 2006, a realizarse en la ciudad de La Paz en fechas 11, 12 y 13 de junio del presente año".
Firmada por Gastón Cornejo, jefe de bancada del Movimiento al Socialismo (MAS, el partido del presidente Evo Morales); Santos Ramírez, presidente del Senado boliviano, y con el timbre de la bancada del MAS, esta carta llegó el 5 de junio a un grupo de parlamentarios chilenos, liderados por el senador del Partido Socialista, Alejandro Navarro.
La génesis de esta invitación fue un encuentro que el diputado socialista Marco Enríquez-Ominami sostuvo en abril en Valparaíso con Cornejo, presidente de la liga parlamentaria chileno-boliviana y hombre con estrechos vínculos con Santiago. Fue ahí donde se puso sobre la mesa la posibilidad de echar a andar un mecanismo formal de relación entre los congresos, cuyo punto de partida iba a ser este viaje.
Aunque inicialmente estaba previsto que la delegación la integraran 11 parlamentaros, finalmente fueron cinco los que la mañana del domingo abordaron el avión Lan con destino a La Paz: el senador Nelson Ávila (PRSD), los diputados Enríquez-Ominami (PS), René Alinco (PPD), Alejandro Sule (PRSD), además de Navarro. Esgrimiendo distintas razones, incluso de orden personal, se quedaron los diputados Patricio Villaspín (DC), Guido Girardi padre (PPD), Álvaro Escobar (PPD), Tucapel Jiménez (PS), Juan Lobos (UDI) y Francisco Chahuán (RN).
Sin la intención de involucrar al gobierno chileno, el grupo se encargó previamente de documentarse en la biblioteca del Congreso, rechazando información de Cancillería bajo el argumento de que no se trataba de una visita oficial. A esas alturas, ni los propios congresistas sospechaban las repercusiones que este viaje, que optaron por darle un estricto carácter de ‘privado', terminaría generando no sólo en Bolivia, sino también en Chile.
Siempre escoltados por un vistoso contingente policial puesto a disposición por el Congreso boliviano, los chilenos recibieron un tratamiento del más alto nivel de sus pares. Se les hizo un inusual recorrido por la sede del Legislativo y fueron recibidos en Palacio Quemado por el vicepresidente Álvaro García Linera.
Pese a los problemas que presentaron por la altura y los abundantes tés de hoja de coca -que les impidió a algunos, como Navarro y Ávila, conciliar el sueño-, el grupo respondió a cabalidad sus expectativas. No sólo se dividieron para conversar con buena parte de los medios bolivianos, incluido un popular matinal de La Paz. También desplegaron una extensa batería de declaraciones instando a encontrar una "solución urgente a los temas pendientes entre ambos países", reconociendo que "Bolivia tiene derecho al mar".
De ahí que un alto funcionario de gobierno calificara de "profunda molestia" del estado de ánimo en que se encontraba la presidente Michelle Bachelet la mañana del miércoles pasado, al ver la repercusión nacional e internacional que había generado el ‘privado' viaje de los parlamentarios de la llamada neo-izquierda. Según la misma fuente, la molestia presidencial apuntó a que los congresistas no sólo no les advirtieron de su viaje a las respectivas comisiones de RREE del Congreso, sino también a ella y al canciller Alejandro Foxley, quien se enteró del periplo en plena gira a Estados Unidos y Centroamérica.
El malestar también obedeció a que el accionar de los parlamentarios fue en dirección contraria al "diálogo racional" que La Moneda busca fortalecer con Bolivia, desechando la llamada ‘diplomacia de los pueblos'.

20 de junio de 2006
©las últimas noticias
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chilenos en la guerrilla boliviana


[Oriana Fernández y Juan Rafael Maldonado] Un grupo de jóvenes socialistas formó parte en 1970 del foco guerrillero que Ernesto Che Guevara creó en Teoponte tres años antes. La mayoría de ellos murió en combate y su rastro ha permanecido perdido desde entonces. El Servicio Médico Legal sacó muestras de ADN para identificarlos, pero los exámenes no pudieron realizarse. Fusilado por sus propios compañeros. Senadores chilenos pidieron esta semana al gobierno del vecino país que los restos de los combatientes fueran buscados y repatriados.
A bordo de camiones cargados con cuadernos y lápices, varios chilenos lograron llegar a la zona de Teoponte, en Bolivia, a comienzos de 1970. Aunque habían informado que el objetivo principal de su ingreso al país era ayudar a alfabetizar a la población de esa zona, su meta era otra: querían entrar a la selva amazónica para entrenarse y luego combatir en la guerrilla formada por Ernesto Che Guevara en la zona.
Eran jóvenes socialistas que, en Chile se desempeñaban como trabajadores sindicalistas y estudiantes, que seguían la figura del revolucionario de origen argentino. Entre ellos estaban Tirso Montiel, Guillermo Véliz, Hernán Ampuero, Julio Zambrano, Carlos Brain y Julio Olivares, quienes murieron en Teoponte, 200 kilómetros al norte de La Paz. Hoy sus familias quieren que sus cuerpos sean buscados y repatriados.
Pocos años antes de la llegada de los chilenos -y luego de su incursión en el Congo-, Guevara regresó a Cuba y decidió emprender nuevas actividades en América Latina: la creación de una escuela de guerrillas para luchar en países como Argentina, Brasil, Perú y Uruguay. Así puso sus ojos en la selva de Bolivia, donde fundó el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en 1967.
El grupo estaba integrado por militantes de izquierda de diversos países latinoamericanos. Una red que se activó en Chile, donde varios jóvenes decidieron sumarse al movimiento. Entre los primeros elenos (como eran conocidos los miembros del ELN), estaban el periodista Elmo Catalán (luego una brigada tomó su nombre) y Arnoldo Camú. El contacto del Che en Chile era Beatriz ‘Taty' Allende (hija de Salvador Allende), quien se desempeñaba como médico.

Escape y Reintento en 1970
En 1967, Guevara fue capturado y luego fusilado, tras fuertes enfrentamientos con el ejército boliviano. Meses después de su muerte, se llevó a cabo el regreso de algunos combatientes por el norte de Chile. Fueron capturados por carabineros y traídos a Santiago, donde se recuperaron de sus lesiones. Tras gestiones del entonces senador Allende, regresaron a Cuba en 1968.
Para 1970, y tras sucesivas derrotas, la guerrilla creada por el Che comenzó una nueva fase, encabezada por Osvaldo ‘Chato' Peredo, hoy senador en Bolivia. Fue entonces cuando llegó el otro grupo de chilenos. Una de sus principales misiones: tratar de minar el vínculo que había entre campesinos y militares bolivianos (que a la larga le costó la vida a Guevara).
Para ello se acercaron a las zonas rurales y a los mineros, pero no tuvieron mejor suerte. Según el investigador del CEP, Cristián Pérez, "uno de los deseos que mueve a las tropas del ELN a ir a Teoponte es la idea de ‘volver a la montaña', tal como lo habían acordado diversos líderes del movimiento, como Elmo Catalán e Inti Peredo. Sin embargo, luego que las fuerzas en Teoponte fueron derrotadas, el grupo de sobrevivientes -ocho en total- fue traído a Chile tras un pacto con el ejército y el gobierno boliviano.
Los milicianos fueron sacados de la selva por un grupo de mineros y luego viajaron a La Paz, para refugiarse en la Nunciatura Apostólica. Posteriormente regresaron a Chile y se reencontraron con sus familias.
Pero otros del grupo murieron en combate en distintas circunstancias. Treinta y seis años después sus familias quieren recuperar sus restos. Las siguiente son sus historias.

Enrolado Tras Conocer al Che
Julio Zambrano se sumó a la guerrilla creada por Guevara a los 23 años.
El chileno tomó la decisión luego de egresar de la carrera de Economía en la Universidad de La Habana. Su familia se había trasladado a vivir a Cuba en los años sesenta. Allí, él recibió instrucción junto a otros chilenos que planeaban ser parte del ejército subversivo del Che.
Nancy Zambrano, hermana de Julio, asegura que cuando era adolescente él conoció a Guevara en la isla, debido a que su padre trabajaba con él en el ministerio de Industrias.
"Lo admiraba como toda la juventud de esa época. Sabíamos que se había ido a luchar al extranjero y el hecho hacer la revolución era un factor de admiración", recuerda la pariente del fallecido.
Zambrano murió en septiembre de 1970, después de ser llevado a una escuela y ser ejecutado luego de participar en enfrentamientos en Teoponte. Tenía una esposa y una hija, quien se enteró de la tragedia sólo años después. Ya adulta trató de reconstruir la historia de su padre y para ello pidió a sus parientes en Chile que le grabaran testimonios sobre Zambrano.
La hermana del guerrillero relata que ha sido complejo obtener información y que ha hecho esfuerzos infructuosos por recuperar el cuerpo.

El Ex Policía
El ex teniente de Carabineros Tirso Montiel, conocido con la chapa de ‘Pablo' en la guerrilla, fue uno de los primeros chilenos en integrarse al ELN a fines de los años sesenta. Antes de eso, recibió entrenamiento en Cuba junto a otros chilenos.
Montiel, quien nació en Chiloé, había sido militante socialista y siguió ligado al conglomerado cuando ingresó a Carabineros. Según sus familiares decidió dejar la institución cuando se le descubrió que guardaba material marxista en su domicilio. Tras ello, se unió de lleno al ELN en 1969.
El investigador Dante Montiel, quien realiza una recopilación histórica de su vida, sostiene que un mes antes de comenzar la guerrilla describió parte de sus razones para marcharse a ese país. "Somos una gran familia de elenos, parte de la gran familia latinoamericana. Algún alcanzaremos los objetivos para lograr una sola patria [...] ¡Volvimos a la montaña!"
Su familia está empeñada en lograr repatriar sus restos para llevarlos a su Chiloé natal. La hija de Tirso Montiel, Marta, viajó hasta el país altiplánico en enero pasado, donde permanece hasta hoy buscando apoyo de las autoridades bolivianas para encontrar el cadáver de su padre en la sierra boliviana y lograr reparaciones económicas por su muerte.

De Valdivia A la Selva
Hernán Ampuero, bautizado como ‘Poporopo' en Teoponte, murió a los 25 años en plena selva.
Era un rebelde y solitario. A los 15 años se fue desde su casa en Valdivia a Santiago or desavenencias con su padre. "Esporádicamente aparecía en casa de sus padres y decía que estaba trabajando como vendedor, pero no era así", recuerda hoy su hermano Dionisio.
El joven valdiviano ingresó al Partido Socialista, se preparó en Cuba y también estuvo en Rusia. "Era admirado. Recuerdo que entré a una sede del partido y vi un lienzo con su foto que decía ‘La Victoria Siempre, Hernán Ampuero'. Fue impactante", dice Dionisio. En Valdivia, incluso, crearon una brigada con su nombre.
Sin embargo, ‘Poporopo' no tuvo un buen final. Luego de un duro enfrentamiento, Ampuero y otros soldados se separaron del grupo y fueron capturados. Luego fueron fusilados.
Luis, otro hermano del joven, se queja de que las gestiones por repatriar a su hermano han sido infructuosas.
"He conversado con el mismo Chato Peredo y también con parlamentarios, pero nunca se nos ha dado una respuesta sobre si es posible traer los restos a Chile", sostiene el hermano del chileno desaparecido en Bolivia.

Regresó a Bolivia Tras Escapar en 1970
Según cuenta la familia de Guillermo Véliz (conocido como Gastón en la milicia), él era el combatiente encargado de una radio para las comunicaciones en la zona de Teoponte. "Era técnico en televisión y refrigeración. Sus conocimientos lo ayudaron allá", cuenta su sobrina Carmen Barra.
Los parientes estiman que Véliz llegó a ese país en 1968. Había sido militante socialista y se desempeñó como secretario general del sindicato de la Industria Nacional de Aceites, en Santiago.
Su hermana Berta dice que "en 1970 sabemos que la Cruz Roja los rescató de la selva y fueron trasladados a Arica. Venía muy enfermo". A pesar de su mala experiencia, Gastón regresó a Bolivia y fue abatido en 1974. Su final no está claro: puede haber sido una de las víctimas de la Operación Cóndor, o bien cayó en combates posteriores de la milicia elena.
Sus parientes se enteraron de que había sido fusilado por uno de sus compañeros. Carmen Barra, sobrina de Véliz, cuenta que ha buscado intensamente la forma de repatriar los restos.
Al igual que a otros familiares de los guerrilleros, en el Servicio Médico Legal les tomaron muestras de ADN. Carmen piensa que "los exámenes están perdidos. Aunque la Cancillería dijo que aún existían, nunca más se hicieron gestiones para la búsqueda de cuerpos".

Fusilado Por Sus Compañeros
Carlos Brain, quien tenía la chapa de ‘Perruchín' en la guerrilla, era un joven de una familia acomodada. Fue cadete de la Escuela Militar, pero se retiró y se unió a grupos de izquierda. Su hermano Alberto afirma hoy que Carlos era un "apasionado lector" de textos marxistas.
Cristián Pérez, investigador del Centro de Estudios Públicos, ha descrito en un estudio el episodio que le costó la vida a Brain, uno de los más trágicos de la fallida expedición en Teoponte. Junto a la tropa, el joven estuvo más de cuatro meses en la guerrilla, en medio de la selva. El ejército los acechaba adonde quiera que iban, por lo que progresivamente se les hizo más difícil la búsqueda de alimento.
Habían pasado unos veinte días sin víveres y la situación del grupo era crítica. Fue entonces cuando los jefes de la tropa dejaron a Brain y a un compañero boliviano a cargo de los pocos alimentos que quedaban. Abrumados por el hambre, se los comieron. Luego dejaron las armas y desertaron, pero fueron buscados por el resto de sus compañeros. Cuando los hallaron, los fusilaron.
Alberto Brain recuerda el día en que su padre supo de la muerte de Carlos. "Lloró como nunca lo había visto".

El Origen del Foco Guerrillero
Tras su aventura en Angola, el Che Guevara inició su regreso desde África en 1965. A partir de ese momento se comenzó a gestar la creación de una escuela de guerrilleros en Latinoamérica.
En 1966, un grupo de combatientes comenzó a instalarse en Bolivia, para lo que se adquirió una finca en el sector de Ñanzahuazú, al sur del país.
El foco guerrillero comenzó sus operaciones en febrero de 1967, con ejercicios militares para adaptarse al territorio. Sin embargo, luego de sucesivos enfrentamientos, el Che y su tropa caen en una emboscada. Guevara es capturado y luego fusilado.
En 1968, tras reuniones de la cúpula del ELN, se decide organizar otra expedición hacia la montaña, a la que se suman varios chilenos.
La ‘campaña de Teoponte' comienza en julio de 1970 y tiene resultados desastrosos. Los enfrentamientos se prolongan por cerca de cuatro meses. De la cincuentena de hombres, sobreviven sólo ocho, que consiguen regresar a Chile tras una negociación con el ejército boliviano.

Intentos de Rpatriación Frustrados
Familiares han pedido en varias ocasiones ayuda al gobierno. El senador socialista Alejandro Navarro, ha realizado gestión para buscar la repatriación de los restos ante las autoridades bolivianas.
En el reciente viaje que realizó a esa nación -el que desató una dura polémica en el oficialismo-, nuevamente planteó la situación al gobierno local.
"Lo hicimos por quienes conformaron una red de ayuda al ejército del Che y por sus parientes, que por años han tenido angustia por este episodio del partido e intentan olvidar", asevera el senador.
Relata que en 2004 viajó a La Paz y pidió que el gobierno hiciera las gestiones para la búsqueda de los restos y la repatriación, sin resultados.
Las solicitudes de los familiares se intensificaron durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, cuando se le pidió al ministerio de Relaciones Exteriores que colaborara con las familias.
El Servicio Médico Legal (SML) sacó muestras de ADN a los parientes cercanos para compararlos con los vestigios que se encontrarían en Bolivia, pero el trabajo de búsqueda quedó paralizado.
Incluso, se había organizado que un equipo de especialistas, integrado por un médico, un antropólogo, y un fotógrafo, viajara al vecino país con los exámenes y exploraran el lugar.
La ex funcionaria del SML, Patricia Hernández, señala que pensaban trabajar en esa zona para averiguar dónde estaban y tratar de identificarlos. Pero los intentos no prosperaron. Los familiares aseguran hoy que fue por falta de voluntad política y por carencia de medios.

18 de junio de 2006
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el más allá en chile


[Rodrigo Miranda] Vida en el más allá: el espiritismo en Chile. El historiador Manuel Vicuña publica el libro ‘Voces de ultratumba'. Hasta esta investigación del autor de ‘La belle époque chilena' y ‘Hombres de palabras', el tema era un fenómeno inexistente para la historiografía local. A juicio de Vicuña, la expansión del espiritismo en Chile desde su origen, en la década de 1870, coincidió con la crisis de las formas más dogmáticas del catolicismo y la necesidad de una síntesis entre religión y ciencia.
Uno de los más célebres cultores del espiritismo en Chile fue Victoria Subercaseaux, viuda de Benjamín Vicuña Mackenna. Sus sesiones esotéricas quedaron registradas en un diario fechado entre el 13 de noviembre de 1913 y el 5 de febrero de 1927. Por más de 13 años protagonizó unas cuarenta comunicaciones con el más allá, a través de médiums de confianza, como una tal señora Vitalia.
La muerte de su hijo Tatín la sumió en un desconsuelo infernal. Incapaz de resignarse a la pérdida y aferrada a su memoria, intentó calmar el dolor comunicándose con el espíritu de su retoño. El difunto Tatín entró en contacto, pero al tiempo se sintió prisionero y reprochó que este acoso materno no lo dejaba "progresar". "¡Olvidarte no puedo!", le reprochó la afligida Victoria. Tal fue la insistencia de su progenitora que Tatín habría concertado una sesión de despedida, no sin antes encomendarle la misión de propagar las ideas espiritualistas.
Célebres también fueron las actividades ocultistas de Arturo Prat. Jacinto Chacón, tío del héroe naval, ofició de médium desde 1875 junto a su segunda mujer, Rosario Orrego, en un clan esotérico en Valparaíso. Prat, según consta en los protocolos de las sesiones realizadas durante 1876, buscó comunicarse durante ese año con su hija y su padre, ambos ya fallecidos. Tras la muerte de Prat la viuda intentó reanudar el diálogo con su marido a través de sesiones del mismo círculo.
Estos episodios son narrados en ‘Voces de ultratumba. Historia del espiritismo en Chile', de Manuel Vicuña, director de la Escuela de Historia de la Universidad Diego Portales. A juicio del autor, doctor en Historia de la Universidad de Cambridge, la expansión del espiritismo en Chile, desde 1870, coincidió con la crisis de las formas religiosas coercitivas y la llegada de posturas científicas de avanzada.
"Es un cuestionamiento frontal al catolicismo, y de los más radicales del siglo 19. Pero también atacan al materialismo, que proclama que el cuerpo lo es todo y después de la muerte no hay nada. Quieren hacer una conciliación entre tradición y modernidad, entre creencia y ciencia. Esfuerzo imposible", apunta Vicuña, autor de ‘La belle époque chilena'‘ y ‘Hombres de palabras'.

De Entre los Muertos
Vicuña plantea que el espiritismo promovió la privatización de la experiencia religiosa. Por contraste, democratizó las funciones sacerdotales,
anulando el privilegio y la superioridad del clero. La condición de médium -una especie de sacerdote informal- quedaba al alcance de cualquiera: hombres, mujeres y niños. Hasta esta investigación, el espiritismo era un fenómeno inexistente en la historiografía local.
"Tendemos a estudiar sólo las doctrinas que lograron perpetuarse en el tiempo y el espiritismo es un movimiento explícitamente antiinstitucional que quedó tapiado en la historia", explica el historiador y agrega: "El espiritismo es muy relevante para entender la época. Es una forma de volver a contar la historia del siglo 19 o volver a referirse a tópicos de la historia de la modernidad a través de una entrada más oblicua. Fue un síntoma de un malestar cultural de la época".
Los espiritistas chilenos, híbridos y ambiguos por naturaleza, critican a la clase dirigente por no hacerse cargo de la desigualdad de clases, pero, a su vez, proclamaban una visión conservadora de la cuestión social. "La teoría espiritista valida la desigualdad. Para ellos, la teoría de la reencarnación es lo único que puede explicar las desigualdades. Decían que si hoy estás en una situación desmejorada, sencillamente estás expiando culpas pasadas", señala Vicuña.
Asimismo tuvieron conexiones con el anarquismo y el socialismo. Luis Ponce, obrero del salitre, se convirtió en un prominente espiritista y llegó a fundar un centro de estudios psíquicos. El trabajador se convirtió al ocultismo con el objetivo de encontrar una moral individual, pero sin renunciar a las líneas del naciente Partido Obrero Socialista.
Las prácticas esotéricas penetraron incluso en la clase política chilena a través de sus vínculos con la masonería y el Partido Radical, en cuyas filas militaron algunos connotados espiritistas. Como los masones, los voceros de las nuevas doctrinas también veneraban las ideas liberales. Jacinto Chacón y Eduardo de la Barra, padres fundadores del espiritismo en Chile, fueron también iniciados en la Logia Unión Fraternal, fundada en Valparaíso en 1853, primer templo masónico nacional y embrión de la Gran Logia de Chile, instaurada en 1862. También existían analogías protocolares. A la zaga de los masones, los espiritistas también se trataba de ‘hermanos'.
El radical Guillermo Matta pronunció un discurso durante la inauguración en Valparaíso del templo de la Gran Logia, en 1872, donde señalaba que "la masonería ha formado una legión invencible para contrarrestar el despotismo teocrático y el fanatismo tecnológico". Espiritistas y masones repudiaban el fanatismo con que identificaban a la iglesia católica de ese tiempo y buscaban un modelo ético estrictamente laico, alternativo al del Vaticano.
Sin embargo, había diferencias. "Son frentes de una cultura laica, pero el espiritismo es más de punta que la masonería, movimiento de una misoginia radical. El espiritismo incorpora a las mujeres, las más sometidas al discurso eclasiástico. En Estados Unidos es muy fuerte la fusión entre feminismo y espiritismo", concluye Vicuña.

18 de junio de 2006
©la tercera
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