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murió henry ynostroza


[Dennis McLellan] A los 82. Había sido injustamente condenado por el asesinato de ‘Laguna Somnolienta'.
Henry Ynostroza, acusado en 1942 en el infame caso del asesinato de ‘Laguna Somnolienta', en la que doce jóvenes mexicano-estadounidenses fueron injustamente condenados por el asesinato de un joven compatriota mexicano, viene de morir a los 82 años.
Ynostroza, jefe de bodega jubilado, murió de causas naturales el martes en una casa de reposo de Pasadena, dijo su hija, Marie Ruvalcava.
Ynostroza, que creció en la Calle 38 en Vernon, empezó a trabajar a los quince para mantener a su madre y dos hermanas después de que su padre fuera deportado a México. Estaba casado y era padre a los dieciocho, de una niña de un año cuando fue detenido en conexión con el caso del asesinato de ‘Laguna Somnolienta'.
El juicio al que fueron sometidos planteó problemas constitucionales y se le atribuye un rol histórico en el movimiento de los derechos civiles de los latinos.
La noche del 1 de agosto de 1942, varios jóvenes mexicano-estadounidenses de la Calle 38 del barrio de Ynostroza tuvieron un altercado con miembros de una pandilla de Downey en un embalse rural que era usado para nadar por mexicano-estadounidenses, a los que se les negaba la entrada a las segregadas piscinas públicas de la ciudad.
Tras volver a casa y reunirse con otros amigos, incluyendo a Ynostroza, volvieron al embalse, que era llamado la ‘Laguna Somnolienta' por una famosa canción.
Cuando llegaron allá, según dijo Ynostroza al Times en 2001, la zona estaba desierta. Pero al oír música que venía de una fiesta en un rancho cercano y pensando que los pandilleros de Downey se podían encontrar allá, se dirigieron hacia el rancho. Poco después de llegar, estalló una violenta pelea.
Cuando se marcharon los coches de la Calle 38, el jornalero agrícola José Díaz, que había sido apuñalado y golpeado en la cabeza por un objeto romo, fue encontrado semi-inconsciente en medio de un camino de tierra con el interior de los bolsillos hacia afuera; murió una hora y media después, en el hospital.
La policía detuvo a cientos de jóvenes, hombres y mujeres, la mayoría de ellos mexicano-estadounidenses, para ser interrogados.
El gran jurado acusó a 24 jóvenes, incluyendo a Ynostroza, de conspiración para cometer un homicidio y agresión con un arma letal.
Dos de los acusados tuvieron juicios separados, pero los cargos fueron desechados por falta de pruebas.
Los otros 22 acusados fueron juzgados en masa, en un ambiente que los críticos llamaron de hostilidad y prejuicios contra los mexicano-americanos y mexicanos.
A los acusados, que estaban detenidos en la Cárcel de Los Angeles, los fiscales no les permitieron que se cortaran el pelo o mudaran de ropa sino tres semanas después de iniciado el proceso. La defensa objetó el procedimiento argumentando que "los chicos se ven como gángsteres, como personas de mal vivir". Pero el juez Charles W. Fricke rechazó la moción.
Los acusados, en lugar de sentarse junto a sus abogados, fueron sentados en hileras de sillas a un lado de la sala del tribunal. Fricke ignoró las objeciones de los abogados defensores sobre la colocación de los acusados, que impedía que pudieran consultar con sus abogados durante el procedimiento.
"Era mucho peor cuando veías la expresión del juez Fricke", dijo al Times, en 2002, Alice Greenfield McGrath, que era la secretaria ejecutiva del Comité de Defensa de la Laguna Somnolienta. "Despreciaba a los acusados".
McGrath dijo que Fricke también "insultó" al abogado defensor George Shibley. Y, dijo, "si el fiscal hacía una moción incorrecta, Fricke la reformulaba y otorgaba".
Los jurados tuvieron acceso a una cobertura de prensa a menudo sensacionalista del caso y los reportajes incluían descripciones de los acusados como zoot suit gangsters [gángsteres con suavecito, un traje de la época], referencia a la ropa de algunos de ellos.
Por su parte, Ynostroza se tomó el juicio a la ligera.
En una entrevista con el Times en 1997, recordó que había lanzado escupes contra sus co-acusados, una interrupción que provocó la ira del juez.
"No me lo tomaba en serio", dijo Ynostroza, "aunque en realidad era muy serio".
En enero de 1943, un jurado blanco declaró a tres de los acusados culpables de homicidio en primer grado. Nueve de ellos, incluyendo a Ynostroza, fueron condenados por homicidio en segundo grado. Cinco otros acusados fueron declarados culpables de agresión, y cinco fueron absueltos.
Las tensiones entre los militares y jóvenes mexicano-americanos con trajes suavecitos terminaron en disturbios en las calles de Los Angeles durante varios meses después.
Se formó el Comité de Defensa de Laguna Somnolienta para dar publicidad a lo que consideraba que era un juicio injusto y reunir dinero para poder recurrir.
"Este caso no tiene nada que ver con la justicia", dijo McGrath al Times en 1997. "Se trataba de castigar a estos chicos por ser mexicanos y por vestirse del modo en que lo hacían. Era racismo. Sin ninguna duda".
Después de que doce de los acusados fueran condenados de homicidio en primer y segundo grados, y fueran transferidos a la Penitenciaría de San Quintín, McGrath empezó a viajar allá regularmente para preparar sus apelaciones.
"Éramos jóvenes", dijo Ynostroza en la entrevista de 1997. "Le dije: ‘Inténtelo. Si nos saca libres, perfecto".
En octubre de 1944, la Corte de Apelaciones del Segundo Distrito revirtió todas las condenas, diciendo que no había evidencias suficientes como para determinar la culpabilidad de los acusados.
(Algunos creen que Díaz había sido golpeado y robado antes de que los jóvenes de la Calle 38 llegaran al rancho).
Los jueces de la apelación reprendieron duramente a Fricke por exhibir prejuicios judiciales que afectaron el resultado del proceso y por separar a los acusados de sus abogados. Hacer eso, dijeron, "no es proceder de acuerdo al espíritu sereno de una justicia ordenada, sino proceder con la prisa de una turba".
Ynostroza, que sirvió un período en el ejército después de salir de la cárcel, tuvo un número de trabajos diversos, incluyendo los de panadero y conserje.
También volvió a la cárcel dos veces por otros delitos, dijo su hija.
En 1979 Ynostroza se unió a los otros siete sobrevivientes del caso para presentar una demanda por invasión de la intimidad contra el escritor y director Luis Valdez y otros implicados en la producción de la pieza aclamada por la crítica, ‘Zoot Suit', que se inspiró en el caso del asesinato de Laguna Somnolienta.
En un acuerdo, los ocho hombres recibieron participación económica de las funciones de la pieza y el uno por ciento de los beneficios netos de la película posterior, que sería dividido entre ellos, dijo su abogado Paul Fitzgerald en 1981.
Además de su hija, Ynostroza, dos veces casado y dos veces divorciado, deja a sus hijos Henry Jr. y Steven; otra hija, Laura Perea; dos hermanas, Lupe Salazar y Sally Jaramillo; 16 nietos; 20 bisnietos y dos tataranietos.
Sus funerales se celebrarán el lunes a las once de la mañana en el Cementerio Nacional de Riverside, 22495 Van Buren Blvd., Riverside.

dennis.mclellan@latimes.com

9 de septiembre de 2006
©los angeles times
©traducción mQh
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