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terror en las calles de chicago


[Carlos Sadovi y David Heinzmann] Cargos describen régimen de terror. Los cuatro agentes robaron dinero, armas y drogas en una desenfrenada juerga.
En una ocasión, cuatro agentes de policía de Chicago cogieron sus armas de servicio, despejaron un bar del Lado Sudoeste y obligaron al propietario a llevarlos a su casa en los suburbios, donde le robaron miles de dólares.
En otro caso, los agentes saquearon la caja fuerte de un hombre, robando el dinero y un cromo de béisbol de Mickey Mantle de 1952 de un valor de unos veinte mil dólares. Y en otro caso, colocaron esposas a una mujer embarazada después de que ella tratara de pedir ayuda cuando los descubrió en su casa en el Lado Sur.
El viernes, al revelar nuevos detalles de la acusación de la fiscalía contra cuatro agentes de la sección de elite de operaciones especiales, los fiscales del condado de Cook dijeron ante el tribunal que los polis robaron miles de dólares a narcotraficantes y otras personas que ellos creían que no podrían denunciarlos a la policía.
Los condecorados agentes -Jerome Finnigan, 43, Keith Herrera, 28, Thomas Sherry, 32, y Carl Suchocki, 32- comparecieron ante el juez del condado de Cook, Matthew Coghlan, que fijó fianzas inusualmente altas, de varios millones de dólares.
La fianza para Finnigan y Herrera se fijó en tres millones de dólares. La de Sherry en dos millones, y la de Suchocki en un millón y medio.
Coghlan ordenó una audiencia para cerciorarse de que el pago de las fianzas no se hiciera con dinero robado. Esas audiencias son raras y se reservan habitualmente para los narcotraficantes.
"Juraron... Llegar al tribunal no es lo único; también ha de considerarse la protección del público", dijo Coghlan cuando fijó la fianza. "De comprobarse las acusaciones, querría decir que son un peligro para la comunidad".
El documento de 20 páginas presentado por los fiscales describe una letanía de delitos que los polis, presuntamente, vienen cometiendo desde 2002.
"Los acusados... no eran agentes tratando de limpiar las calles de armas y drogas, sino que querían encontrar y robar dinero y drogas ilegales de gente que creían que no era probable que se quejaran", dijo el fiscal segundo del condado de Cook, James Knibbs.
Los nuevos detalles también muestran que otros agentes de policía estuvieron durante cuatro años al tanto de la conducta delictiva de los agentes acusados.
La portavoz de la policía Monique Bond, dijo que los detectives de asuntos internos formularon cargos desde el despacho del fiscal del estado después de investigar el incidente en el bar en 2003, pero que los fiscales se negaron a ocuparse del caso.
John Gorman, un portavoz del despacho del fiscal del estado, dijo que la policía no había reunido suficientes evidencias como para formular cargos en 2003, y que los fiscales les dijeron que continuaran investigando.

Pruebas de Ingresos No Declarados
Para cuando los cuatro fueron formalizados esta semana, los detectives habían reunido evidencias de que los cuatro habían depositado en cuentas bancarias cientos de miles de dólares en ingresos no declarados.
Finnigan y su esposa "no tienen ni una sola cuenta en ningún banco. Todos los gastos normales de una casa, incluyendo dos hipotecas, dos mensualidades de coches y los servicios habituales, son pagados en dinero contante, con órdenes de pago o con cheques a portador", dijo Knibbs en la audiencia.
En un lapso de tres años, Herrera depositó 95 mil dólares en sus cuentas bancarias que no fueron declarados como ingresos, dijo Knibbs. Durante ese mismo período, Suchocki depositó presuntamente 77 mil dólares.
Los fiscales dijeron que a días del incidente, se hizo un enorme depósito en la cuenta bancaria de Sherry.
Con los familiares de los agentes llenando la sala del tribunal, los abogados de la defensa negaron las acusaciones y describieron a los cuatro como agentes condecorados que habían arriesgado sus vidas en la línea del deber.
"Los testigos son narcotraficantes que tenían grandes cantidades de armas en sus casas", dijo Tim Joyce, el abogado de Suchocki,.
Excepto Finnigan, todos son hijos de agentes de policía, y el padre y abuelo de Suchocki trabajaron en el departamento.
Durante la audiencia, Knibbs detalló supuestos delitos que se remontan al 18 de mayo de 2002, cuando Finnigan presuntamente allanó la casa de un bombero de Chicago sin una orden judicial.
"Finnigan revisó repetidas veces el apartamento preguntándole a la víctima dónde estaba el material... Finnigan lo amenazó diciéndole que lo podía hacer despedir con una sola llamada de teléfono", dijo Knibbs.
En diciembre de 2002, Finnigan y otros agentes allanaron la casa de un agente fuera de servicio que despertó para descubrir a los hombres revisando su casa. Los agentes abandonaron el lugar cuando la hija del policía de libre les mostró la chapa policial de su padre, dijo Knibbs.
El nivel de bravuconería pareció escalar después de eso, dijo Knibbs. El 19 de junio de 2003, Finnigan y Suchocki irrumpieron en un bar en el bloque 5700 de South Pulaski Road, lo cerraron y amenazaron al propietario. Querían armas, dijo Knibbs. El dueño del bar fue esposado y llevado a su casa en Oak Lawn, donde los agentes encontraron un arma y robaron supuestamente mil trescientos dólares.
Knibbs dijo muchas veces que los agentes no discriminaban a sus víctimas. El 28 de marzo de 2004, allanaron en el bloque 4500 de West Marquette Road la casa de un hombre que Finnigan y otros agentes detuvieron sin causa alguna. Rompieron la caja fuerte y robaron un cromo de béisbol de Mickey Mantle de 1952, un reloj de oro y doscientos dólares, dijo Knibbs.

Casos Judiciales Eludidos
Durante los años los agentes esquivaron docenas de casos judiciales no apareciéndose por tribunales porque no querían cometer perjurio o llamar la atención sobre sus actividades delictivas, dijo Knibbs. Finnigan también está acusado de tratar de impedir que un testigo declarara ante un gran jurado en relación con las acusaciones.
Las acusaciones van más allá del robo.
En las actas judiciales, los fiscales alegaron que Finnigan, en abril de 2005, conducía un coche policial sin matrícula cuando arrolló a una mujer de 58 años cuando esta cruzaba la calle.
Finnigan descendió del coche y la insultó. Cuando otra persona imprecó a Finnigan, el agente comenzó a insultarla también, dijo Knibbs. Se subió al coche y se alejó. La mujer finalmente fue llevada al hospital y se le constataron lesiones de larga duración.
"Los acusados han demostrado repetidas veces una impresionante indiferencia en cuanto a su deber de presentarse ante el tribunal, ignorando las citaciones, desconociendo las notificaciones y desobedeciendo las órdenes del tribunal de comparecer ante el tribunal para declarar", dijo Knibbs. "Con sus acciones, los acusados representan un peligro para otros agentes honestos y dedicados, así como para los ciudadanos de la comunidad".

csadovi@tribune.com

dheinzmann@tribune.com

9 de septiembre de 2006
©chicago tribune
©traducción mQh
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