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adn arroja dudas sobre convictos


[Ernesto Londoño] Resultados de un análisis de ADN arroja dudas sobre dos condenas por homicidio de 1987.
Dos vecinos de Colleen Williar fueron condenados por el asesinato después de que la mujer de 24 años fuera violada, estrangulada con un calcetín y apuñalada repetidas veces en su casa de Baltimore hace casi dos décadas.
Ahora un copo de algodón utilizado en la vagina durante la autopsia, que fue comparado hace poco con muestras de ADN de los hombres, podría implicar nuevos juicios para los condenados, James L. Owens, 41, y James Thompson, 47.
En 1988 los hombres fueron condenados durante juicios separados en los que evidencias físicamente débiles fueron corroboradas por la confesión a último minuto de Thompson. Más tarde se retractó, y los dos dicen ahora que eran transeúntes inocentes que se hicieron sospechosos después de contar una retahíla de mentiras que empezaron como un intento de hacerse con el dinero de la recompensa que ofrecía la policía.
Abogados de la defensa dijeron que el caso sería la primera vez en la historia de Maryland que un análisis de ADN posterior a las condenas resulta en la absolución de dos condenados por el asesinato.
Los análisis de ADN, que se convirtieron en habituales en las investigaciones criminales a mediados de los años noventa, han conducido en los últimos años a la exoneración de decenas de convictos, incluyendo a varios en Maryland.
Stephen Mercer, abogado de Owens, dijo que el análisis de ADN proporciona un perfil que no corresponde ni a Owens ni a Thompson -un hallazgo que contradice la teoría del estado en el caso.
"Alguien se salió con la suya tras cometer el asesinato hace veinte años", dijo Mercer, que este año convenció al juez del tribunal de distrito de Baltimore que le permitiera analizar el copo de algodón.
Los fiscales de Baltimore dicen que están dispuestos a probar nuevamente las acusaciones si el caso volviera a tribunales, una perspectiva que inquieta a los familiares de Williar.
"En el fondo de mi corazón pensaba que lo habían hecho ellos", dijo William C. Winkler, el padrastro de Williar, que la crió. "No pasa un día sin que tenga que respirar profundamente para sacarme esa idea de la cabeza".
Mercer, un abogado de Rockville que se unió a los abogados de la división Proyecto Inocencia de la Oficina del Abogado de Oficio de Maryland, dijo que presentará una moción para pedir nuevos juicios sobre la base de las nuevas evidencias.
El Despacho del Fiscal de Baltimore se opuso a la solicitud de realizar un análisis del copo de algodón, argumentando que las condenas habían sido justificadas por evidencias físicas y la confesión de Thompson.
"Hubo un montón de pruebas muy convincentes", dijo Margaret Burns, portavoz del despacho. Los jurados "determinaron que había pruebas más allá de toda duda razonable. No solamente determinó eso el jurado, sino además los procesos de apelación lo confirmaron varias veces".
Dijo que los fiscales estudiarán la metodología utilizada para analizar la muestra así como su cadena de custodia. Winkler dijo que los restos de semen recogidos en el cuerpo podrían provenir de un encuentro sexual anterior, consentido, aunque un testigo de la acusación dijo que Williar había roto con su novio meses antes de su muerte, y no estaba saliendo con nadie en la época de su asesinato.
Los fiscales alegaron que el semen era la prueba de la violación.

Madonna Lebling contribuyó a este reportaje.

3 de octubre de 2006
©washington post
©traducción mQh
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