amor y muerte en brasil 2
[Patrick J. McDonnell] Raymond James Merrill colmaba a su novia de regalos, dinero y cariño. Las autoridades dicen que lo pagó con su vida.
San Jose dos Campos, Brasil. Pero Merrill no volvió a California el 4 de abril, según había planeado.
Sus viajes anteriores a Brasil los había prolongado, pero en ambas ocasiones había avisado a Rauch.
La hermana de Merrill se puso histérica. Su padre, que se había reconciliado hacía poco con su hijo después de toda una vida de diferencias, estaba cerca de la muerte. Benjamin Eugene Merrill, 86, un sobreviviente de Pearl Harbor, murió el dos de mayo.
El 8 de mayo, la hermana y Rauch finalmente denunciaron la desaparición de Merrill al Departamento de Policía de San Bruno, el que notificó al FBI. El consulado estadounidense en Sao Paulo hizo indagaciones.
Copias de seguridad de las cartas mostraron que decenas de miles de dólares fueron sacados de las cuentas de Merrill. Las cuentas impagas se acumulaban, y la casa sería pronto ejecutoriada.
A fines de mayo, empujada por las autoridades norteamericanas, la policía brasileña interrogó a Rachid. Dijo que Merrill se había marchado a principios de abril para visitar a una amiga en la ciudad costera de Paraty, en Brasil. La amiga dijo a la policía que Merrill no había llegado nunca.
Las autoridades dicen que entre el 2 de febrero y el 12 de mayo, se retiraron de una cuenta de Merrill en el UBS de Las Vegas unos 132 mil dólares.
Finalmente, los empleados del UBS bloquearon la cuenta. El 24 de mayo empleados de la filial recibieron un e-mail gramaticalmente sospechoso, presuntamente de Merrill -utilizando una cuenta en Hotmail a su nombre-, solicitando la transferencia de cincuenta mil dólares. La nota pedía "respeto", porque Merrill estaba de duelo debido a la muerte de su padre.
"Le pido que vuelva a activar de inmediato mi tarjeta de crédito", insistía el e-mail. "Estoy rehaciendo mi vida en Brasil".
Los detectives concluyeron más tarde que para entonces Merrill llevaba muerto dos meses.
Aunque sospechaban juego sucio, la policía no tenía el cadáver ni evidencias físicas de ningún delito, y apenas la denuncia de la desaparición de un norteamericano cuyos ahorros se estaban agotando.
Pero cuando la familia de Merrill se angustiaba con la idea de que no llegarían a saber nunca qué había pasado con él, el destino intervino bajo la inverosímil apariencia de un atraco frustrado en un elegante centro comercial aquí en San Jose dos Campos.
Un vendedor de monedas extranjeras en el mercado negro informó el 2 de junio que un hombre y una mujer lo asaltaron en su coche en un aparcadero. Contó a la policía que la mujer quería aparentemente comprar dólares y euros, pero resultó que era una emboscada. El comerciante dijo que había logrado escapar y que el hombre y la mujer huyeron en otro coche.
En el interior del vehículo del vendedor, la policía halló un bolso de mano. Pertenecía a Rachid; aparte de su carné de identidad, el bolso contenía la tarjeta de crédito del Citibank, de Merrill.
Rachid fue arrestada ese día y ha estado en prisión desde entonces, acusada de asalto. La policía piensa que es la mujer que trató de robar al vendedor de divisas.
La policía dijo que un allanamiento posterior en casa de Rachid reveló que la casa había sido recientemente completamente remodelada: nueva pintura, nuevos muebles, aparatos domésticos. Una extensa lista manuscrita con cosas "por comprar" apuntaba una televisión, un reproductor de dvdés, una nevera, una secadora, ropa de cama, muebles para el patio, obras de arte, rocas para la fuente del jardín y una parrilla.
La fiebre de compras, dijo la policía, incluía un nuevo Peugeot, tasado en diecinueve mil dólares, para la hija de Rachid.
Entre las evidencias incautadas en casa de Rachid, dijeron las autoridades, se encontraron paquetes de rufis [drogas que inhiben la resistencia a ataques sexuales], Rophynol, y otro sedante, Rivotril, ambas adquiridas con recetas falsas. Las autoridades piensan que Merril pasó sus últimos días sedado, mientras Rachid y su cómplice lo obligaban a entregar las contraseñas de las cuentas donde guardaba los ahorros de toda su vida.
En declaraciones a la policía, Rachid ha negado haber hecho algo malo. Dijo que Merrill le había dado todo, incluyendo su tarjeta de crédito.
La pesquisa condujo a Nelson Siquiera Neves, aparentemente el novio de Rachid y un estafador de poca monta con todo un historial por estafas, dijeron los agentes. Se le sospecha de ser el cómplice de Rachid en el intento de atraco del vendedor de divisas. Pero Siqueira todavía no ha sido encontrado.
Los detectives entraron a internet, preguntándose si acaso Siqueira se puede haber presentado a sí mismo en orkut, una página web donde miles de brasileños publican sus historias personales. La corazonada dio resultados.
Siqueira se presentó a sí mismo en internet como un rockero hedonista que gustaba de las mujeres, el alcohol y la buena vida. Varios fotos de él lo mostraban viviendo en un balneario costero en las semanas posteriores a la desaparición de Merrill.
La policía mostró las fotos de Siqueira al vendedor de divisas. "Es él", dijo la víctima, apuntando a un fotografía sin fecha en la que Siqueira aparece en una fiesta con amigos.
Pero no se refería a Siqueira; apuntó a un hombre picado de viruelas junto al sospechoso. Ese hombre era Evandro Celso Augusto Ribeiro.
Evandro, como lo llama la policía, era un delincuente de poca monta con una larga historia de drogadicción y delitos menores, dicen las autoridades. Su conexión con Rachid y su novio posiblemente lo vinculan a la desaparición de Merrill. Pero como Siquiera, Evandro desapareció. El caso se paralizó.
Pero Evandro tenía la tendencia a irse de lengua, y una debilidad por la cerveza de barril.
"Yo maté a un gringo", se fanfarroneó en un bar, en la ciudad balneario de Cabo Frío.
Un informante llamó a la policía para contar las fanfarronadas de Evandro. Con la ayuda de los archivos de la compañía de teléfonos, Evandro fue arrestado el 23 de septiembre en su choza junto a la playa.
"Me conoces, y sabes que te conozco", advirtió a Evandro un agente de policía, de acuerdo a un detective. "La mujer está hablando, y te echa la culpa de todo".
Evandro se abrió como un grifo, dijeron las autoridades.
Un lloroso Evandro llevó a la policía a un camino de tierra donde, dijo, habían arrojado el cuerpo.
Dijo a la policía que su amigo de toda la vida, Siqueira, le había prometido unos seis mil dólares por deshacerse del cuerpo. La policía sospecha que Evandro puede haber participado en el asesinato, pero él lo niega.
De acuerdo a Evandro, él y Siqueira ayudaron a trasladar a Merrill, ya muerto, desde la casa de Rachid hasta un coche de alquiler la tarde del 1 de abril. Siquiera pensó que el Día de los Inocentes en abril era una fecha propicia.
"¡Nadie lo creerá!", bromeó Siquiera, según Evandro.
Rachid condujo unos cuarenta kilómetros fuera de la ciudad hacia un camino de tierra aislado, con el cuerpo de Merrill en el asiento de pasajero. El cinturón mantenía al norteamericano en su lugar, y Evandro y Siqueira compartieron el asiento trasero, según contó Evandro a la policía.
El cuerpo fue arrastrado fuera del coche, dijo Evandro, rociado con diesel y quemado.
Las autoridades revisaron los archivos. Un cuerpo carbonizado, con un alambre de cobre en torno a su cuello, había sido encontrado en ese sitio el 2 de abril. Una espeluznante foto del cuerpo fue incluso publicada en el diario local. Los funcionarios habían enterrado los restos como los de un indigente desconocido en el cementerio de Cacapava, la ciudad más cercana.
Con la misión cumplida, Evandro exigió que se le pagara, dijo a las autoridades.
El malogrado robo al vendedor de divisas, dijo la policía, tenía por objetivo recaudar el dinero para pagarle a Evandro.
Basándose en las declaraciones de Evandro, las autoridades aquí exhumaron el cuerpo y sacaron muestras de ADN y dentales. Los archivos dentales confirmaron sin lugar a dudas que el cuerpo era de Merrill, dijo la policía el mes pasado. La policía dijo que Merrill había sido estrangulado.
Rachid y Evandro siguen en prisión acusados de asalto y serán formalizados por homicidio, junto con Siqueira, que todavía se encuentra fugitivo, dijo Ana Paula Medeiros Monteiro de Barros, el jefe de policía aquí.
La investigación, que incluye seis volúmenes de e-mails, archivos telefónicos, fotos, declaraciones y otras evidencias, deberían ser completadas esta semana y presentadas a los fiscales, dijo Medeiros.
"Tenemos los elementos para procesar a los tres sospechosos del asesinato de Merrill", dijo Medeiros.
La familia y amigos de Merrill están organizando servicios funerarios en California y Buenos Aires. Cortez, su antigua novia, hace un retrato de un hombre cuyo miedo a la soledad lo había enceguecido.
"Raymond tenía una ilusión, y creo que es por eso que murió", dijo Cortez. "No vio los signos de peligro, no prestó atención. Se aferró a su sueño".
Sus viajes anteriores a Brasil los había prolongado, pero en ambas ocasiones había avisado a Rauch.
La hermana de Merrill se puso histérica. Su padre, que se había reconciliado hacía poco con su hijo después de toda una vida de diferencias, estaba cerca de la muerte. Benjamin Eugene Merrill, 86, un sobreviviente de Pearl Harbor, murió el dos de mayo.
El 8 de mayo, la hermana y Rauch finalmente denunciaron la desaparición de Merrill al Departamento de Policía de San Bruno, el que notificó al FBI. El consulado estadounidense en Sao Paulo hizo indagaciones.
Copias de seguridad de las cartas mostraron que decenas de miles de dólares fueron sacados de las cuentas de Merrill. Las cuentas impagas se acumulaban, y la casa sería pronto ejecutoriada.
A fines de mayo, empujada por las autoridades norteamericanas, la policía brasileña interrogó a Rachid. Dijo que Merrill se había marchado a principios de abril para visitar a una amiga en la ciudad costera de Paraty, en Brasil. La amiga dijo a la policía que Merrill no había llegado nunca.
Las autoridades dicen que entre el 2 de febrero y el 12 de mayo, se retiraron de una cuenta de Merrill en el UBS de Las Vegas unos 132 mil dólares.
Finalmente, los empleados del UBS bloquearon la cuenta. El 24 de mayo empleados de la filial recibieron un e-mail gramaticalmente sospechoso, presuntamente de Merrill -utilizando una cuenta en Hotmail a su nombre-, solicitando la transferencia de cincuenta mil dólares. La nota pedía "respeto", porque Merrill estaba de duelo debido a la muerte de su padre.
"Le pido que vuelva a activar de inmediato mi tarjeta de crédito", insistía el e-mail. "Estoy rehaciendo mi vida en Brasil".
Los detectives concluyeron más tarde que para entonces Merrill llevaba muerto dos meses.
Aunque sospechaban juego sucio, la policía no tenía el cadáver ni evidencias físicas de ningún delito, y apenas la denuncia de la desaparición de un norteamericano cuyos ahorros se estaban agotando.
Pero cuando la familia de Merrill se angustiaba con la idea de que no llegarían a saber nunca qué había pasado con él, el destino intervino bajo la inverosímil apariencia de un atraco frustrado en un elegante centro comercial aquí en San Jose dos Campos.
Un vendedor de monedas extranjeras en el mercado negro informó el 2 de junio que un hombre y una mujer lo asaltaron en su coche en un aparcadero. Contó a la policía que la mujer quería aparentemente comprar dólares y euros, pero resultó que era una emboscada. El comerciante dijo que había logrado escapar y que el hombre y la mujer huyeron en otro coche.
En el interior del vehículo del vendedor, la policía halló un bolso de mano. Pertenecía a Rachid; aparte de su carné de identidad, el bolso contenía la tarjeta de crédito del Citibank, de Merrill.
Rachid fue arrestada ese día y ha estado en prisión desde entonces, acusada de asalto. La policía piensa que es la mujer que trató de robar al vendedor de divisas.
La policía dijo que un allanamiento posterior en casa de Rachid reveló que la casa había sido recientemente completamente remodelada: nueva pintura, nuevos muebles, aparatos domésticos. Una extensa lista manuscrita con cosas "por comprar" apuntaba una televisión, un reproductor de dvdés, una nevera, una secadora, ropa de cama, muebles para el patio, obras de arte, rocas para la fuente del jardín y una parrilla.
La fiebre de compras, dijo la policía, incluía un nuevo Peugeot, tasado en diecinueve mil dólares, para la hija de Rachid.
Entre las evidencias incautadas en casa de Rachid, dijeron las autoridades, se encontraron paquetes de rufis [drogas que inhiben la resistencia a ataques sexuales], Rophynol, y otro sedante, Rivotril, ambas adquiridas con recetas falsas. Las autoridades piensan que Merril pasó sus últimos días sedado, mientras Rachid y su cómplice lo obligaban a entregar las contraseñas de las cuentas donde guardaba los ahorros de toda su vida.
En declaraciones a la policía, Rachid ha negado haber hecho algo malo. Dijo que Merrill le había dado todo, incluyendo su tarjeta de crédito.
La pesquisa condujo a Nelson Siquiera Neves, aparentemente el novio de Rachid y un estafador de poca monta con todo un historial por estafas, dijeron los agentes. Se le sospecha de ser el cómplice de Rachid en el intento de atraco del vendedor de divisas. Pero Siqueira todavía no ha sido encontrado.
Los detectives entraron a internet, preguntándose si acaso Siqueira se puede haber presentado a sí mismo en orkut, una página web donde miles de brasileños publican sus historias personales. La corazonada dio resultados.
Siqueira se presentó a sí mismo en internet como un rockero hedonista que gustaba de las mujeres, el alcohol y la buena vida. Varios fotos de él lo mostraban viviendo en un balneario costero en las semanas posteriores a la desaparición de Merrill.
La policía mostró las fotos de Siqueira al vendedor de divisas. "Es él", dijo la víctima, apuntando a un fotografía sin fecha en la que Siqueira aparece en una fiesta con amigos.
Pero no se refería a Siqueira; apuntó a un hombre picado de viruelas junto al sospechoso. Ese hombre era Evandro Celso Augusto Ribeiro.
Evandro, como lo llama la policía, era un delincuente de poca monta con una larga historia de drogadicción y delitos menores, dicen las autoridades. Su conexión con Rachid y su novio posiblemente lo vinculan a la desaparición de Merrill. Pero como Siquiera, Evandro desapareció. El caso se paralizó.
Pero Evandro tenía la tendencia a irse de lengua, y una debilidad por la cerveza de barril.
"Yo maté a un gringo", se fanfarroneó en un bar, en la ciudad balneario de Cabo Frío.
Un informante llamó a la policía para contar las fanfarronadas de Evandro. Con la ayuda de los archivos de la compañía de teléfonos, Evandro fue arrestado el 23 de septiembre en su choza junto a la playa.
"Me conoces, y sabes que te conozco", advirtió a Evandro un agente de policía, de acuerdo a un detective. "La mujer está hablando, y te echa la culpa de todo".
Evandro se abrió como un grifo, dijeron las autoridades.
Un lloroso Evandro llevó a la policía a un camino de tierra donde, dijo, habían arrojado el cuerpo.
Dijo a la policía que su amigo de toda la vida, Siqueira, le había prometido unos seis mil dólares por deshacerse del cuerpo. La policía sospecha que Evandro puede haber participado en el asesinato, pero él lo niega.
De acuerdo a Evandro, él y Siqueira ayudaron a trasladar a Merrill, ya muerto, desde la casa de Rachid hasta un coche de alquiler la tarde del 1 de abril. Siquiera pensó que el Día de los Inocentes en abril era una fecha propicia.
"¡Nadie lo creerá!", bromeó Siquiera, según Evandro.
Rachid condujo unos cuarenta kilómetros fuera de la ciudad hacia un camino de tierra aislado, con el cuerpo de Merrill en el asiento de pasajero. El cinturón mantenía al norteamericano en su lugar, y Evandro y Siqueira compartieron el asiento trasero, según contó Evandro a la policía.
El cuerpo fue arrastrado fuera del coche, dijo Evandro, rociado con diesel y quemado.
Las autoridades revisaron los archivos. Un cuerpo carbonizado, con un alambre de cobre en torno a su cuello, había sido encontrado en ese sitio el 2 de abril. Una espeluznante foto del cuerpo fue incluso publicada en el diario local. Los funcionarios habían enterrado los restos como los de un indigente desconocido en el cementerio de Cacapava, la ciudad más cercana.
Con la misión cumplida, Evandro exigió que se le pagara, dijo a las autoridades.
El malogrado robo al vendedor de divisas, dijo la policía, tenía por objetivo recaudar el dinero para pagarle a Evandro.
Basándose en las declaraciones de Evandro, las autoridades aquí exhumaron el cuerpo y sacaron muestras de ADN y dentales. Los archivos dentales confirmaron sin lugar a dudas que el cuerpo era de Merrill, dijo la policía el mes pasado. La policía dijo que Merrill había sido estrangulado.
Rachid y Evandro siguen en prisión acusados de asalto y serán formalizados por homicidio, junto con Siqueira, que todavía se encuentra fugitivo, dijo Ana Paula Medeiros Monteiro de Barros, el jefe de policía aquí.
La investigación, que incluye seis volúmenes de e-mails, archivos telefónicos, fotos, declaraciones y otras evidencias, deberían ser completadas esta semana y presentadas a los fiscales, dijo Medeiros.
"Tenemos los elementos para procesar a los tres sospechosos del asesinato de Merrill", dijo Medeiros.
La familia y amigos de Merrill están organizando servicios funerarios en California y Buenos Aires. Cortez, su antigua novia, hace un retrato de un hombre cuyo miedo a la soledad lo había enceguecido.
"Raymond tenía una ilusión, y creo que es por eso que murió", dijo Cortez. "No vio los signos de peligro, no prestó atención. Se aferró a su sueño".
patrick.mcdonnell@latimes.com
Marcelo Soares en San Jose dos Campos y Sao Paulo y Andrés D'Alessandro en Buenos Aires contribuyeron a este reportaje.
13 de diciembre de 2006
©los angeles times
©traducción mQh
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