caso dalmasso: cromosomas
[Raúl Kollmann] La pista de los cromosomas. Encuentran material genetico en el caso Dalmasso.
Casi cuatro meses después del crimen, un laboratorio de Córdoba halló cromosomas con el perfil genético de un hombre en las muestras que no usó el FBI. Quieren descartar una posible contaminación.
El instituto Ceprocor –una unidad de investigaciones genéticas de la Agencia Córdoba Ciencia– encontró cromosomas Y, es decir, con el perfil genético de un hombre, en las muestras vinculadas con la investigación del crimen de Nora Dalmasso. En el Ceprocor se trabaja sobre tres elementos distintos: hisopados vaginales realizados a la víctima y que se pensaron que eran de semen; una parte del cinturón de la bata que tenía puesta la víctima y una parte de la sábana sobre la cual apareció el cuerpo de la mujer. Parte de estos elementos se habían mandado a Estados Unidos para que los analizara el FBI, pero el organismo norteamericano los devolvió, bajo el argumento de que no trabajan sobre muestras utilizadas por otros organismos. De regreso al Ceprocor, se hicieron nuevas pruebas con nuevos reactivos. El trabajo que se debe realizar ahora es descartar que ese perfil genético provenga de una contaminación de las muestras –cosa que se cree poco probable–, por lo que, antes que nada, se les sacará sangre a los forenses y a otras personas que estuvieron en contacto con el cuerpo de Dalmasso en los primeros tramos de la pesquisa.
El Ceprocor le transmitió a la fiscalía su hallazgo esta misma semana y, por lo tanto, el fiscal Javier Di Santo trabajaba anoche en un listado de unas 20 personas que estuvieron en contacto con el cuerpo de Dalmasso al principio del caso. Por ejemplo, el vecino que encontró el cuerpo, los forenses, el bioquímico y otras personas que podían haber dejado sudor, saliva o pelo en la sábana o el cinturón de la bata.
Anoche se mantenía en reserva dónde exactamente se encontró el material del que salió el ADN, pero el trascendido es que no sería de un solo elemento sino de dos o más. Esto hace que se considere menos probable que el material sea producto de una contaminación de las muestras.
Como se sabe, el Ceprocor, un instituto que goza de prestigio nacional e internacional, evaluó un hisopado inicial de lo que se creyó era semen. El instituto dictaminó que en esa muestra no encontró espermatozoides y que, por lo tanto, no podía determinar el perfil genético en su primer análisis. Aun así, el Ceprocor insistía en la necesidad de seguir estudiando el material.
La enorme controversia que disparó el caso llevó a que los fiscales decidieran hacer los estudios de ADN en Estados Unidos, en el FBI, buscando así un centro que fuera considerado independiente de las presiones y las sospechas argentinas. Hacia Estados Unidos se mandaron los hisopados trabajados por el Ceprocor, pero también otros hisopados de lo que parecía semen que Di Santo reservó. De la misma manera, en el instituto cordobés se habían analizado partes de la sábana y del cinturón de la bata y esos elementos igualmente se enviaron al FBI. Sin embargo, el organismo norteamericano resolvió devolver lo que ya había sido trabajado por el Ceprocor, por cuanto el FBI no trabaja sobre muestras ya utilizadas. Pero se quedó con material que ahora está siendo analizado en Estados Unidos.
Todo el material devuelto fue nuevamente estudiado por el Ceprocor, con más reactivos y más instrumental. Incluso hubo muestras que el laboratorio cordobés ni siquiera había tenido tiempo de procesar totalmente ya que, dicen, se las llevaron al FBI antes de que terminen la investigación. De esos nuevos estudios surgió finalmente un perfil genético masculino. Y eso es lo que le informaron al fiscal Di Santo.
La advertencia más importante que le hicieron llegar a la fiscalía es que hay que descartar que el material que sirvió para procesar el ADN no provenga de una contaminación. Por lo tanto, el reaseguro consiste en que se les extraiga sangre a todos los profesionales o testigos que estuvieron cerca del cuerpo al principio o los que manipularon las muestras de lo que se cree que es semen.
El ADN es casi la única tabla de salvación que tiene, hoy por hoy, la causa de Río Cuarto. Es que resulta difícil esclarecer el caso desde el punto de vista forense o criminalístico, ya que hay elementos que apuntan en una dirección, pero sólo una prueba contundente puede definir las sospechas:
- El mayor sospechoso sigue siendo el pintor Gastón Zárate. En su contra hay numerosas pruebas, entre ellas, que existen evidencias de que tuvo en su poder los dos celulares de Nora, antecedentes de violencia, una presunta confesión a un amigo y un relato que incluye al menos un detalle –-que Nora estaba leyendo cuando la atacaron– que sólo el homicida podía conocer. Para la Cámara de Acusación de Río Cuarto, esas pruebas son insuficientes, por lo cual encomendó al fiscal encontrar elementos más contundentes: o bien el ADN o bien alguno de los dos teléfonos robados en casa de Dalmasso. La hipótesis que involucra a Zárate no descarta que haya actuado junto a otra persona.
- La hipótesis del amante sigue vigente, aunque en un segundo plano. Si se confirma la detección del ADN, habrá extracción de sangre a por lo menos dos personas del círculo de allegados a la víctima.
- Por último, no habría que descartar que lo que parece semen provenga del propio marido de Dalmasso, Marcelo Macarrón, quien declaró en la causa que mantuvo una relación sexual, vaginal y anal, con su mujer dos noches antes de su muerte. El semen podría haber quedado allí y por lo tanto el ADN –si es que se basa en el hisopado vaginal– sería del propio Macarrón. En ese caso, se deberá evaluar si el asesino directamente entró a matar a Nora sin que mediara relación alguna.
El ADN podría echar luz sobre todas estas alternativas y enigmas, siempre y cuando no provenga de una contaminación. Y, además, en cualquier caso habrá que esperar lo que venga del FBI, dentro de dos a cuatro semanas, que tendrá que ser coincidente con lo del Ceprocor.
El instituto Ceprocor –una unidad de investigaciones genéticas de la Agencia Córdoba Ciencia– encontró cromosomas Y, es decir, con el perfil genético de un hombre, en las muestras vinculadas con la investigación del crimen de Nora Dalmasso. En el Ceprocor se trabaja sobre tres elementos distintos: hisopados vaginales realizados a la víctima y que se pensaron que eran de semen; una parte del cinturón de la bata que tenía puesta la víctima y una parte de la sábana sobre la cual apareció el cuerpo de la mujer. Parte de estos elementos se habían mandado a Estados Unidos para que los analizara el FBI, pero el organismo norteamericano los devolvió, bajo el argumento de que no trabajan sobre muestras utilizadas por otros organismos. De regreso al Ceprocor, se hicieron nuevas pruebas con nuevos reactivos. El trabajo que se debe realizar ahora es descartar que ese perfil genético provenga de una contaminación de las muestras –cosa que se cree poco probable–, por lo que, antes que nada, se les sacará sangre a los forenses y a otras personas que estuvieron en contacto con el cuerpo de Dalmasso en los primeros tramos de la pesquisa.
El Ceprocor le transmitió a la fiscalía su hallazgo esta misma semana y, por lo tanto, el fiscal Javier Di Santo trabajaba anoche en un listado de unas 20 personas que estuvieron en contacto con el cuerpo de Dalmasso al principio del caso. Por ejemplo, el vecino que encontró el cuerpo, los forenses, el bioquímico y otras personas que podían haber dejado sudor, saliva o pelo en la sábana o el cinturón de la bata.
Anoche se mantenía en reserva dónde exactamente se encontró el material del que salió el ADN, pero el trascendido es que no sería de un solo elemento sino de dos o más. Esto hace que se considere menos probable que el material sea producto de una contaminación de las muestras.
Como se sabe, el Ceprocor, un instituto que goza de prestigio nacional e internacional, evaluó un hisopado inicial de lo que se creyó era semen. El instituto dictaminó que en esa muestra no encontró espermatozoides y que, por lo tanto, no podía determinar el perfil genético en su primer análisis. Aun así, el Ceprocor insistía en la necesidad de seguir estudiando el material.
La enorme controversia que disparó el caso llevó a que los fiscales decidieran hacer los estudios de ADN en Estados Unidos, en el FBI, buscando así un centro que fuera considerado independiente de las presiones y las sospechas argentinas. Hacia Estados Unidos se mandaron los hisopados trabajados por el Ceprocor, pero también otros hisopados de lo que parecía semen que Di Santo reservó. De la misma manera, en el instituto cordobés se habían analizado partes de la sábana y del cinturón de la bata y esos elementos igualmente se enviaron al FBI. Sin embargo, el organismo norteamericano resolvió devolver lo que ya había sido trabajado por el Ceprocor, por cuanto el FBI no trabaja sobre muestras ya utilizadas. Pero se quedó con material que ahora está siendo analizado en Estados Unidos.
Todo el material devuelto fue nuevamente estudiado por el Ceprocor, con más reactivos y más instrumental. Incluso hubo muestras que el laboratorio cordobés ni siquiera había tenido tiempo de procesar totalmente ya que, dicen, se las llevaron al FBI antes de que terminen la investigación. De esos nuevos estudios surgió finalmente un perfil genético masculino. Y eso es lo que le informaron al fiscal Di Santo.
La advertencia más importante que le hicieron llegar a la fiscalía es que hay que descartar que el material que sirvió para procesar el ADN no provenga de una contaminación. Por lo tanto, el reaseguro consiste en que se les extraiga sangre a todos los profesionales o testigos que estuvieron cerca del cuerpo al principio o los que manipularon las muestras de lo que se cree que es semen.
El ADN es casi la única tabla de salvación que tiene, hoy por hoy, la causa de Río Cuarto. Es que resulta difícil esclarecer el caso desde el punto de vista forense o criminalístico, ya que hay elementos que apuntan en una dirección, pero sólo una prueba contundente puede definir las sospechas:
- El mayor sospechoso sigue siendo el pintor Gastón Zárate. En su contra hay numerosas pruebas, entre ellas, que existen evidencias de que tuvo en su poder los dos celulares de Nora, antecedentes de violencia, una presunta confesión a un amigo y un relato que incluye al menos un detalle –-que Nora estaba leyendo cuando la atacaron– que sólo el homicida podía conocer. Para la Cámara de Acusación de Río Cuarto, esas pruebas son insuficientes, por lo cual encomendó al fiscal encontrar elementos más contundentes: o bien el ADN o bien alguno de los dos teléfonos robados en casa de Dalmasso. La hipótesis que involucra a Zárate no descarta que haya actuado junto a otra persona.
- La hipótesis del amante sigue vigente, aunque en un segundo plano. Si se confirma la detección del ADN, habrá extracción de sangre a por lo menos dos personas del círculo de allegados a la víctima.
- Por último, no habría que descartar que lo que parece semen provenga del propio marido de Dalmasso, Marcelo Macarrón, quien declaró en la causa que mantuvo una relación sexual, vaginal y anal, con su mujer dos noches antes de su muerte. El semen podría haber quedado allí y por lo tanto el ADN –si es que se basa en el hisopado vaginal– sería del propio Macarrón. En ese caso, se deberá evaluar si el asesino directamente entró a matar a Nora sin que mediara relación alguna.
El ADN podría echar luz sobre todas estas alternativas y enigmas, siempre y cuando no provenga de una contaminación. Y, además, en cualquier caso habrá que esperar lo que venga del FBI, dentro de dos a cuatro semanas, que tendrá que ser coincidente con lo del Ceprocor.
14 de marzo de 2007
©página 12
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