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desaparece clase media


Tradicional clase media chilena se desvaneció. La herencia se traduce en varios sectores heterogéneos con identidad diversa.
Chile. Especialistas del sector social, financiero y de una organización de consumidores hablan de cómo la clase media enfrenta sola sus problemas, especialmente los económicos.
El apogeo de la clase media chilena es historia de la década de los años ´40 y ‘50 gracias a un estado protector que llegó a tener a su amparo en 1975 a 325.000 funcionarios públicos.
Según la socióloga francesa e investigadora de la Universidad de Chile, Emmanuelle Barozet, este grupo social perdió su singularidad con la reducción del Estado (privatización de empresas), "con lo que desaparece el marco de estabilidad del cual se había beneficiado durante décadas y los subsidios que le habían permitido mantener su estatus".
Desde entonces se habla de clase media en plural, es decir, grupos heterogéneos con identidades y niveles de ingresos más diversos.
¿Qué perdieron de ese pasado común? Según la socióloga, la "cuestión social" generó en el debate político un impulso para que el estado se hiciera responsable por la salud; en los años ‘40 llegaron las Cajas de Previsión Social para funcionarios públicos y privados y el Servicio Médico Nacional de Empleados. Estas estructuras que, entre otras, dieron un acceso expedito a la clase media a los beneficios del Estado, ya no existen en la actualidad.
Tanto es así que el asesor legal de la Organización de Consumidores y Usuarios, Odecu, Alejandro Pujá, señala que hoy las cooperativas y cajas de compensación de antaño funcionan como cualquier financiera del sistema privado al relacionarse con su público.
Tal vez eso es lo que hace que la actual clase media recurra a las entidades financieras para enfrentar el día a día. Roger Hermosilla, agente zonal de la Banca de Personas del Banco del Desarrollo, dice que ve a la clase media muy endeudada. Es muy extraño encontrar a familias que ahorren para comprar bienes y, en cambio, lo frecuente es que se endeuden. Agrega que la gran apuesta para salir del estancamiento es la educación de los hijos la que, sin embargo, cada día es más costosa.
¿Y qué quedó de ese pasado común de la clase media? El estatuto de la clase media tradicional chilena depende mucho del capital social y poco del capital económico, según Emmanuelle Barozet.
Por eso señala que en el pasado, en virtud del Estado y hoy del mercado, las personas de estos sectores sociales buscan proteger sus intereses grupales con el intercambio de favores (pituto). "No basta el acceso individual a algunos servicios que provee el estado y luego el mercado: debe existir un sistema tácito de ayuda mutua extensible al conjunto de este estrato social".
Aunque la principal acción del pituto se usa para conseguir un trabajo, su importancia se entiende por el acceso a un gran número de bienes y servicios: permisos, documentos, préstamos, cuidados médicos, revisión técnica del auto, inscripción de un niño en un colegio o exención del servicio militar.

Las Familias No Quieren Limosna
Alejandro Pujá, asesor legal de la Organización de Consumidores y Usuarios, Odecu, dice que para salir de sus aprietos las familias la clase media no quieren limosna ni subsidios estatales. "Los chilenos somos buenos pagadores, cumplidores, pero hoy la clase media está muy sola".
En vez de subsidios se requiere de pequeñas ayudas, como el proyecto que acaba de ingresar al Parlamento que permite declarar la insolvencia de los hogares. A veces se trata sólo de oportunidades para diferir pagos, como la de cambiar para junio el pago de los permisos de circulación.
Pujá insiste en que, más que un subsidio la gente quiere igualdad de oportunidades.
Agrega que muchas veces las familias de clase media se preguntan por qué están fuera de toda red de apoyo público, especialmente cuando se esfuerzan por cumplir. Por eso, Pujá estima que es un tema de voluntad.

El ABC del Grupo Socioeconómico (GSE)
En Chile la clasemedia es tan diversa que sus ingresos familiares pueden variar entre los $300.000 y $1.200.000. Los especialistas en márketing clasificaron los hogares en los siguientes grupos socioeconómicos (GSE): AB: Hogares que gozan de las rentas más altas en la comunidad. Ganan en promedio $6.250.000 mensuales.
C1: Cubre sus necesidades sin problemas y goza de comodidades. Viaja 1 vez al año fuera de Chile. Gana más de 2 millones al mes.
C2: Cubre lo básico y algunas comodidades.
Gana más de $1,2 millón mensuales.
C3: Cubre lo básico y pocas comodidades. Su ingreso promedio es de $430.000 al mes.
D: Tiene ingreso estable, pero reducido. Su ingreso es de $300.000.
E: De ingreso intermitente y en extrema pobreza. Su ingreso no supera los $57.000 mensuales.

Más Que el Pituto, la Educación
La educación es como un machete para abrirse camino en la selva de la vida", dice Luciano Díaz Cortés (36), jefe de una sucursal bancaria de Concepción. No habría imaginado nunca su posición actual sin la formación académica superior.
Felipe Neira, estudiante de Derecho, e Isidora Enríquez (alumna de Ingeniería Mecánica) creen que el intercambio de favores es parte de la cultura nacional. El éxito es un conjunto de educación y contactos, dice Isidora, quien se siente parte de lo que hoy se entiende por clase media.
Mario Reyes (35) apostó por la educación. A los 27 años era vendedor y siguió estudios en el área de las finanzas. Hoy es supervisor y, aunque no gana muchomás, la calidad de vida ha cambiado del cielo a la tierra.
Pamela Leiva y Lilian Acosta trabajan en un centro de estimulación temprana (Escuela Diferencial) y estudian en la Universidad de Los Lagos la carrera de Educación General Básica. Opinan que la formación superior es una importante herramienta de promoción social.
Gonzalo Segura tiene 24 años y también ha optado por la fórmula del trabajo y del estudio como una forma de mejorar sus trabajo actual.
En contraste, Jorge Araneda se siente parte del modelo que describe Emmanuelle Barozet, quien dice que quien no tiene pituto enfrenta "una rápida degradación del capital económico, debido a que el acceso a un empleo también depende del intercambio de favores".
Así, Araneda se siente parte de otra clase social, la de esclavo del dinero, en donde su única esperanza es ganar la Lotería.

18 de marzo de 2007
©el sur
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