murió tony scott
[Matt Schudel] A los 85, muere el clarinetista de jazz.
Tony Scott, músico de jazz que ayudó a expandir los límites musicales del clarinete y que fue un temprano proponente de lo que ahora se llama música del mundo, murió el miércoles en su casa en Roma, donde vivió durante más de treinta años. Tenía 85 años y sufría de un cáncer a la próstata.
Músico de vasta y ecléctica escala, Scott se hizo famoso en los años cuarenta como uno de los primeros clarinetistas en dominar el bebop, el nuevo idioma del jazz. Digirió sus propios grupos como clarinetista, tocó en las secciones de saxófono de las bandas dirigidas por Duke Ellington, Tommy Dorsey y Buddy Rich, y tocaba el piano. A mediados de los cincuenta, cuando era director musical del cantante Harry Belafonte, escribió un arreglo para ‘Banana Boat Song (Day-O)', uno de los grandes éxitos de Belafonte.
Scott tocó con renombrados músicos y cantantes, de la talla de Dizzi Gillespie, Thelonious Monk, Bill Evans, Sarah Vaughan y Billie Holiday, aunque añoraba la época en que recorría las calles de Bulgaria o Indonesia, tocando su clarinete. Pasó varios años en Asia y África en los años cincuenta y sesenta y grabó álbumes que reflejan su interés en la música de otras culturas.
"Estaba buscando algo nuevo, emocional y espiritualmente", dijo en una entrevista de 1966. "El mundo del jazz de aquí ya no me decía nada -cool jazz, cool people. Se había acabado la pasión. En Japon encontré la calidez que buscaba".
En la cúspide de su éxito en los cuarenta y cincuenta, Scott llegó a ser considerado como el clarinetista más avanzado de su generación, sólo emulado por Buddy DeFranco. En 1953, el crítico Nat Hentoff escribió en la revista Downbeat: "Ningún otro clarinetista moderno tiene el fuego, el empuje, y el ritmo de Tony".
Scott, que fue bautizado como Anthony Joseph Sciacca, nació el 17 de junio de 1921, en Morristown, Nueva Jersey, como hijo de inmigrantes italianos. A los doce empezó a tocar un clarinete de metal, formó su primera banda a los catorce, dominó rápidamente el piano y estaba tocando en sesiones de jazz en Harlem a los dieciocho.
Estudió durante tres años en la Juilliard School, interpretando ‘Sophisticated Lady' en piano, para la audición. Tocó en bandas del ejército durante la Segunda Guerra Mundial y llegó a pasar las noches en clubes de jazz de Nueva York.
En 1943, oyó por primera vez al saxofonista Charlie Parker, uno de los progenitores del estilo bebop, y se resolvió a llevar los avances musicales de Parker al clarinete. A menudo tocaban juntos, y Scott llamaría más tarde a Parker el hombre del siglo -ya no solamente el músico.
En un concierto en Yugoslavia en 1957, dos años después de la muerte de Parker, Scott improvisó ‘Blues for Charlie Parker', que se convirtió en su composición más conocida. "Fue un decisión en caliente", dijo. "Musicalmente fue el punto más alto de mi vida".
Se instaló en Roma en 1970 y formó una asociación musical de cinco años con Romano Mussolini, un famoso pianista de jazz e hijo del líder fascista italiano.
En los años setenta y ochenta, Scott experimentó ampliamente con estilos musicales, antes de volver, más tarde en su carrera, a un jazz más tradicional.
"Sin los experimentos, el jazz habría muerto una muerte lenta... Si dejas de aprender, es mejor que lo abandones".
Cuidando su aspecto excéntrico, se dejó crecer una larga barba blanca y a veces desarmaba su clarinete en el escenario, pretendiendo que lo usaba como teléfono. Sin embargo, era dueño de una gran vitalidad, y siguió tocando hasta entrado en los ochenta.
Le sobreviven su esposa, Cinzia Scott, de Roma; y dos hijas de matrimonios previos.
Músico de vasta y ecléctica escala, Scott se hizo famoso en los años cuarenta como uno de los primeros clarinetistas en dominar el bebop, el nuevo idioma del jazz. Digirió sus propios grupos como clarinetista, tocó en las secciones de saxófono de las bandas dirigidas por Duke Ellington, Tommy Dorsey y Buddy Rich, y tocaba el piano. A mediados de los cincuenta, cuando era director musical del cantante Harry Belafonte, escribió un arreglo para ‘Banana Boat Song (Day-O)', uno de los grandes éxitos de Belafonte.
Scott tocó con renombrados músicos y cantantes, de la talla de Dizzi Gillespie, Thelonious Monk, Bill Evans, Sarah Vaughan y Billie Holiday, aunque añoraba la época en que recorría las calles de Bulgaria o Indonesia, tocando su clarinete. Pasó varios años en Asia y África en los años cincuenta y sesenta y grabó álbumes que reflejan su interés en la música de otras culturas.
"Estaba buscando algo nuevo, emocional y espiritualmente", dijo en una entrevista de 1966. "El mundo del jazz de aquí ya no me decía nada -cool jazz, cool people. Se había acabado la pasión. En Japon encontré la calidez que buscaba".
En la cúspide de su éxito en los cuarenta y cincuenta, Scott llegó a ser considerado como el clarinetista más avanzado de su generación, sólo emulado por Buddy DeFranco. En 1953, el crítico Nat Hentoff escribió en la revista Downbeat: "Ningún otro clarinetista moderno tiene el fuego, el empuje, y el ritmo de Tony".
Scott, que fue bautizado como Anthony Joseph Sciacca, nació el 17 de junio de 1921, en Morristown, Nueva Jersey, como hijo de inmigrantes italianos. A los doce empezó a tocar un clarinete de metal, formó su primera banda a los catorce, dominó rápidamente el piano y estaba tocando en sesiones de jazz en Harlem a los dieciocho.
Estudió durante tres años en la Juilliard School, interpretando ‘Sophisticated Lady' en piano, para la audición. Tocó en bandas del ejército durante la Segunda Guerra Mundial y llegó a pasar las noches en clubes de jazz de Nueva York.
En 1943, oyó por primera vez al saxofonista Charlie Parker, uno de los progenitores del estilo bebop, y se resolvió a llevar los avances musicales de Parker al clarinete. A menudo tocaban juntos, y Scott llamaría más tarde a Parker el hombre del siglo -ya no solamente el músico.
En un concierto en Yugoslavia en 1957, dos años después de la muerte de Parker, Scott improvisó ‘Blues for Charlie Parker', que se convirtió en su composición más conocida. "Fue un decisión en caliente", dijo. "Musicalmente fue el punto más alto de mi vida".
Se instaló en Roma en 1970 y formó una asociación musical de cinco años con Romano Mussolini, un famoso pianista de jazz e hijo del líder fascista italiano.
En los años setenta y ochenta, Scott experimentó ampliamente con estilos musicales, antes de volver, más tarde en su carrera, a un jazz más tradicional.
"Sin los experimentos, el jazz habría muerto una muerte lenta... Si dejas de aprender, es mejor que lo abandones".
Cuidando su aspecto excéntrico, se dejó crecer una larga barba blanca y a veces desarmaba su clarinete en el escenario, pretendiendo que lo usaba como teléfono. Sin embargo, era dueño de una gran vitalidad, y siguió tocando hasta entrado en los ochenta.
Le sobreviven su esposa, Cinzia Scott, de Roma; y dos hijas de matrimonios previos.
5 de abril de 2007
2 de abril de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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