homenaje a cardenal silva henríquez
A la ceremonia asistieron los tres ex mandatarios de la Concertación y la actual jefa de estado. Señal de unidad en homenaje a cardenal Silva.
Todos los participantes destacaron el rol del prelado en la defensa de los derechos humanos y su cercanía con los más pobres.
El cumplimiento de los cien años del nacimiento y la víspera del octavo aniversario de la muerte del cardenal Raúl Silva Henríquez fueron el escenario propicio para reunir ayer a los tres ex presidentes de la Concertación -Patricio Aylwin, Eduardo Frei y Ricardo Lagos- y a la actual jefa de estado, Michelle Bachelet, y entregar una clara señal de la unidad del conglomerado gobernante. En la ceremonia, que sirvió también para relanzar las memorias del prelado, los altos dirigentes del oficialismo destacaron el papel jugado por el arzobispo de Santiago en el plano de los derechos humanos.
Los tres ex mandatarios llegaron a la sede del Centro de Extensión de la Universidad Católica y permanecieron en un salón anexo mientras se afinaban los detalles de la ceremonia. Después se realizó un saludo, al que sólo tuvieron acceso las cámaras de televisión, y luego se continuó con el recordatorio. En la primera fila se encontraban, además, el prorrector de la Universidad Católica Carlos Williamson, el periodista Ascanio Cavallo (editor de las memorias), y el obispo de Rancagua, Alejandro Goic.
"El cardenal Silva Henríquez fue un mensajero de esperanza, justicia y verdad. Fue valiente y asertivo para advertir a quienes detentaban el poder, que había límites que nadie debía transgredir", afirmó la presidenta Bachelet, al paso que destacó la importancia del encuentro: "No es habitual que coincidamos en un acto todos quienes han ejercido y quien actualmente ejerce el mando de la república para evocar y rendir un tributo de gratitud de la vida de una persona".
Bachelet tuvo palabras de reconocimiento para el cardenal, sobre todo a la hora de reconocer su posición frente a la persecución política llevada adelante por la dictadura. En ese sentido, la mandataria recordó la homilía de Pascua de Resurrección de abril de 1974, en la que el arzobispo -a través de Radio Balmaceda- llamó a respetar los derechos humanos. "En medio del silencio de tantos que no podían, que no podíamos hablar, y de otros que pudiendo hacerlo, callaban; sus palabras transmitieron en esa Pascua, a creyentes y no creyentes, la solidaridad de un hombre justo y valiente", dijo la mandataria.
Otras arista que rememoró la presidenta fue la labor que desarrolló en el Arzobispado, en 1978, gracias a la cual "los derechos humanos se fueron transformando en un marco doctrinario dialogado y compartido, en fundamento y finalidad ética de la acción política para todas las personas que participamos en la lucha por la democratización".
La presidenta también valoró su multifacética personalidad -elementos que se pueden ver en sus memorias, señaló- en el área de la educación, la vivienda y la salud.
No Contingente
Por su parte, el ex presidente Ricardo Lagos expresó que el prelado "fue un hombre que interpretó muy bien el sentir de Chile. Un hombre que fue capaz de dar continuidad a aquellas ideas republicanas cuando no estaban en vigencia en Chile".
A la salida del homenaje, Lagos fue consultado sobre varios temas de la contingencia, pero declinó referirse a algo que estuviera al margen del encuentro: "Les agradezco mucho el interés (a la prensa), pero vinimos a celebrar y homenajear a Raúl Silva Henríquez y a otros temas no me voy a referir", dijo.
A su vez, el ex jefe de estado Eduardo Frei también destacó su papel frente al atropello de los derechos, así como su ascendiente sobre los jóvenes, campesinos y pobres: "En el tiempo de las persecuciones, la tortura y lasdesapariciones de personas, él estuvo allí -junto a los oprimidos- para alzar la voz y exigir respeto a los derechos humanos a través del Comité Pro Paz y la Vicaría de la Solidaridad. Larga y fecunda fue la obra del cardenal. Fue la voz de los sin voz, la que se escuchó fuerte e intransigente ante la mentira, la violencia y la injusticia", afirmó.
El presidente de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic, recordó las palabras del cardenal Henríquez y aprovechó la ocasión para enviar un mensaje sobre la planificación familiar.
"Quiero que en mi patria, desde que un ser humano es concebido en el vientre de una mujer hasta que llegue a la ancianidad sea respetado y valorado", citó Goic al prelado, y enseguida agradeció "por estas palabras de ayer que en este día leemos desde la realidad de hoy", sostuvo.
Quién Fue el Arzobispo
Nació en Talca, el 27 de septiembre de 1907. Fue el número 16 de 19 hermanos. Estudió en el Liceo Alemán de Santiago y se tituló de abogado en 1929. Ingresó a la orden de los salesianos y fue ordenado sacerdote el 4 de julio de 1938. En 1959 fue nombrado obispo de Valparaíso y el 25 de abril de 1961 fue designado arzobispo de Santiago, en reemplazo del cardenal José María Caro, cargo que desempeñó hasta 1983. Participó en forma destacada en el Concilio Vaticano II, entre 1962 y 1965. El 19 de marzo de 1962 fue nombrado cardenal. Entre sus más sobresalientes acciones destacan: la distribución de las tierras de la Iglesia chilena entre los trabajadores de las cooperativas y su defensa a los derechos humanos (la fundación del Comité Pro Paz y la Vicaría de la Solidaridad). Lo sucedió Juan Francisco Fresno. Murió el 9 de abril de 1999.
El cumplimiento de los cien años del nacimiento y la víspera del octavo aniversario de la muerte del cardenal Raúl Silva Henríquez fueron el escenario propicio para reunir ayer a los tres ex presidentes de la Concertación -Patricio Aylwin, Eduardo Frei y Ricardo Lagos- y a la actual jefa de estado, Michelle Bachelet, y entregar una clara señal de la unidad del conglomerado gobernante. En la ceremonia, que sirvió también para relanzar las memorias del prelado, los altos dirigentes del oficialismo destacaron el papel jugado por el arzobispo de Santiago en el plano de los derechos humanos.
Los tres ex mandatarios llegaron a la sede del Centro de Extensión de la Universidad Católica y permanecieron en un salón anexo mientras se afinaban los detalles de la ceremonia. Después se realizó un saludo, al que sólo tuvieron acceso las cámaras de televisión, y luego se continuó con el recordatorio. En la primera fila se encontraban, además, el prorrector de la Universidad Católica Carlos Williamson, el periodista Ascanio Cavallo (editor de las memorias), y el obispo de Rancagua, Alejandro Goic.
"El cardenal Silva Henríquez fue un mensajero de esperanza, justicia y verdad. Fue valiente y asertivo para advertir a quienes detentaban el poder, que había límites que nadie debía transgredir", afirmó la presidenta Bachelet, al paso que destacó la importancia del encuentro: "No es habitual que coincidamos en un acto todos quienes han ejercido y quien actualmente ejerce el mando de la república para evocar y rendir un tributo de gratitud de la vida de una persona".
Bachelet tuvo palabras de reconocimiento para el cardenal, sobre todo a la hora de reconocer su posición frente a la persecución política llevada adelante por la dictadura. En ese sentido, la mandataria recordó la homilía de Pascua de Resurrección de abril de 1974, en la que el arzobispo -a través de Radio Balmaceda- llamó a respetar los derechos humanos. "En medio del silencio de tantos que no podían, que no podíamos hablar, y de otros que pudiendo hacerlo, callaban; sus palabras transmitieron en esa Pascua, a creyentes y no creyentes, la solidaridad de un hombre justo y valiente", dijo la mandataria.
Otras arista que rememoró la presidenta fue la labor que desarrolló en el Arzobispado, en 1978, gracias a la cual "los derechos humanos se fueron transformando en un marco doctrinario dialogado y compartido, en fundamento y finalidad ética de la acción política para todas las personas que participamos en la lucha por la democratización".
La presidenta también valoró su multifacética personalidad -elementos que se pueden ver en sus memorias, señaló- en el área de la educación, la vivienda y la salud.
No Contingente
Por su parte, el ex presidente Ricardo Lagos expresó que el prelado "fue un hombre que interpretó muy bien el sentir de Chile. Un hombre que fue capaz de dar continuidad a aquellas ideas republicanas cuando no estaban en vigencia en Chile".
A la salida del homenaje, Lagos fue consultado sobre varios temas de la contingencia, pero declinó referirse a algo que estuviera al margen del encuentro: "Les agradezco mucho el interés (a la prensa), pero vinimos a celebrar y homenajear a Raúl Silva Henríquez y a otros temas no me voy a referir", dijo.
A su vez, el ex jefe de estado Eduardo Frei también destacó su papel frente al atropello de los derechos, así como su ascendiente sobre los jóvenes, campesinos y pobres: "En el tiempo de las persecuciones, la tortura y lasdesapariciones de personas, él estuvo allí -junto a los oprimidos- para alzar la voz y exigir respeto a los derechos humanos a través del Comité Pro Paz y la Vicaría de la Solidaridad. Larga y fecunda fue la obra del cardenal. Fue la voz de los sin voz, la que se escuchó fuerte e intransigente ante la mentira, la violencia y la injusticia", afirmó.
El presidente de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic, recordó las palabras del cardenal Henríquez y aprovechó la ocasión para enviar un mensaje sobre la planificación familiar.
"Quiero que en mi patria, desde que un ser humano es concebido en el vientre de una mujer hasta que llegue a la ancianidad sea respetado y valorado", citó Goic al prelado, y enseguida agradeció "por estas palabras de ayer que en este día leemos desde la realidad de hoy", sostuvo.
Quién Fue el Arzobispo
Nació en Talca, el 27 de septiembre de 1907. Fue el número 16 de 19 hermanos. Estudió en el Liceo Alemán de Santiago y se tituló de abogado en 1929. Ingresó a la orden de los salesianos y fue ordenado sacerdote el 4 de julio de 1938. En 1959 fue nombrado obispo de Valparaíso y el 25 de abril de 1961 fue designado arzobispo de Santiago, en reemplazo del cardenal José María Caro, cargo que desempeñó hasta 1983. Participó en forma destacada en el Concilio Vaticano II, entre 1962 y 1965. El 19 de marzo de 1962 fue nombrado cardenal. Entre sus más sobresalientes acciones destacan: la distribución de las tierras de la Iglesia chilena entre los trabajadores de las cooperativas y su defensa a los derechos humanos (la fundación del Comité Pro Paz y la Vicaría de la Solidaridad). Lo sucedió Juan Francisco Fresno. Murió el 9 de abril de 1999.
10 de abril de 2007
©la nación
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