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cayó jefe de asesinos a sueldo


[Carlos Martínez] Temida banda mexicana de asesinos a sueldo pierde a cabecilla.
Ciudad de México, México. Luis Reyes Enríquez estaba tendido en la cama de su cuarto de hotel de trece dólares la noche en una ciudad provincial cuando las tropas federales llegaron por él. A Reyes, en Ciudad de México cabecilla de la infame banda de asesinos a sueldo conocidos como los Zetas, lo pillaron desprevenido: Andaba con la resaca de una boda la noche anterior.
La detención del hombre también conocido como ‘Zeta 12' y ‘El Rex', es el último en una serie de golpes en las últimas semanas que han debido soportar los Zetas, una organización que nació a fines de los años noventa cuando el cartel de narcotraficantes del Golfo empezó a reclutar a desertores del ejército mexicano.
Reyes, 39, era un desertor, así como ex agente de la policía federal que en el pasado había estado asignado al despacho del procurador general. Como bien adiestrado pistolero con un pedigrí oficial, era precisamente el tipo de hombre que ayudó a los Zetas a construir su reputación como una milicia paramilitar al servicio de los narcotraficantes.
Desde que asumiera el cargo en diciembre, el presidente Felipe Calderón ha declarado una agresiva guerra contra las drogas ilegales y desplegado miles de tropas federales en varios estados mexicanos.
Durante los primeros siete meses de su gobierno, las autoridades han arrestado a cinco cabecillas de los Zetas. Un sexto Zeta fue matado por rivales en una emboscada. Y el líder y fundador del grupo, Osiel Cárdenas, ha sido extraditado a Estados Unidos para ser juzgado por cargos de tráfico de drogas.
Hace tres años, el despacho del procurador general de México tenía 44 miembros de los Zetas en su lista de buscados. Para mayo, con un creciente número de Zetas en la cárcel o muertos en tiroteos con las autoridades y traficantes rivales, el número había descendido a 27.
Algunos analistas dicen que la campaña represiva de Calderón, junto con una división en el cartel del Golfo que ha puesto a viejos cómplices a pelear entre sí, está llevando a los Zetas a buscar nuevas fuentes de ingreso, tales como secuestros y extorsión.
"Ha habido un claro efecto en el mercado mexicano de drogas, que a su vez ha reducido el flujo de dinero hacia estos grupos criminales y los ha obligado a diversificar sus actividades", dijo Erubiel Tirado, experto en seguridad de la Universidad Ibero-Americana de aquí. "De repente se convirtieron en hombres de negocios secuestradores. Es entonces que corren más riesgos de ser capturados".
Un secuestro condujo este año a la detención de Nabor Vargas, otro miembro de los Zetas.
Vargas, alias ‘El Débora', fue capturado en abril cuando agentes federales irrumpieron en su casa en Ciudad del Carmen en el estado de Campeche, en el Golfo, cuando buscaban a víctimas de secuestros y armas. Después de un breve impasse, las autoridades rescataron a un prominente hombre de negocios de la región y detuvieron a diecinueve personas.
Para sorpresa de las autoridades, los secuestradores eran dirigidos por ‘El Débora', uno de los criminales más buscados de México y uno de los primeros soldados que desertó y se unió a los Zetas.
Vargas "fue uno de los fundadores de los Zetas y uno de los pocos miembros activos que fue reclutado personalmente por Osiel Cárdenas", escribió en el diario El Universal el columnista Raymundo Riva Palacio. Para Vargas, participar en un secuestro reflejaba un tremendo revés, dijo Riva Palacio.
Fue una llamada anónima la que alertó a la policía sobre la presencia de Reyes en Atotonilco, una ciudad en el estado de Hidalgo, de acuerdo a boletines de prensa. ‘El Rex' había asistido a la boda de un amigo y su cortejo de hombres fuertemente armados había llamado la atención de los vecinos.
A primera hora del 24 de junio, después de una noche de fiesta, se dirigió al Hotel La Fuente para descansar, inconsciente de que estaba siendo vigilado por decenas de soldados y agentes federales. Fue arrestado sin incidentes. Cuando las autoridades lo presentaron a la prensa al día siguiente en Ciudad de México, estaba todavía vestido con un traje caqui y una camisa blanca.
No todas las detenciones de los Zetas son resultado de la campaña federal. Algunas simplemente son errores cometidos por criminales conocidos por su conducta impulsiva y temeraria.
Ese fue el caso de José Ramón Dávila López, ‘El Cholo', que fue detenido en febrero en el norteño estado de Tamaulipas.
De acuerdo al diario Reforma, El Cholo estaba cruzando la capital del estado, Ciudad Victoria, con su novia, cuando vio a un transeúnte mirándolo. Para el hombre considerado uno de los criminales más peligrosos de México, esto era aparentemente un grave insulto.
‘El Cholo' echó marcha atrás con el coche y gritó: "¿Qué estás mirando?" Segundos después sacó un arma y abrió fuego, fallando apenas con el hombre que lo había ofendido.
Los tiros llamaron la atención de la policía local. Después de una breve balacera, ‘El Cholo' fue detenido. A las autoridades les tomó seis días identificarlo como uno de los Zetas.
Aunque no está claro cuánto poder tienen todavía los Zetas, funcionarios norteamericanos dicen que el gobierno mexicano está haciendo importantes progresos en muchos de los estados donde se han desplegado tropas para luchar contra el tráfico de drogas prohibidas.
"Atacando en lugares como Michoacán, Guerrero, Tamaulipas, Tabasco y Veracriz, puedes privar a muchas de estas células de su base de operaciones y círculos de protección", dijo un alto funcionario norteamericano, que pidió no ser identificado. Las autoridades mexicanas están empezando a penetrar la "estructura de mando y control" de varias organizaciones de narcotráfico, dijo el funcionario.

Héctor Tobar contribuyó a este reportaje.

3 de julio de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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