redada en méxico
[Ginger Thompson] Fuerzas mexicanas rescatan a docenas de secuestrados.
Ciudad de México, México. Cientos de agentes federales enviados a poner orden en la fronteriza ciudad mexicana de Nuevo Laredo han rescatado a 43 personas que parecían estar secuestradas y retenidas en dos casas en un barrio pobre de la ciudad, dijeron el lunes autoridades mexicanas.
Los rescates de 37 hombres y 6 mujeres se hicieron el domingo noche, dijeron, cuando al menos 200 agentes de la policía federal y soldados allanaron tres casas en un conocido barrio de viviendas oficiales. Fueron recibidos con granadas y fuego de armas automáticas de al menos tres hombres identificados como secuestradores, que fueron detenidos.
Las autoridades dijeron que los agentes encontraron en una casa a 10 personas que creían que eran prisioneros y a 33 en otra. Algunos de ellos estaban amarrados y amordazados con cinta de pegar, al menos dos estaban desnudos y uno mostraba signos de haber sido torturado.
Alguna de la gente en las casas contó a las autoridades que habían sido retenidos ahí durante casi tres meses.
Las autoridades federales proporcionaron los nombres y edades de las personas rescatadas, pero no dieron informaciones adicionales, diciendo que algunos podían ser miembros de bandas de narcotraficantes rivales o secuestradores ocultos entre las víctimas. Al menos tres eran menores de edad.
René Salinas, agente del FBI que estudia la situación desde el lado estadounidense de la frontera, dijo: "No sabemos quiénes son. Pero está claro que algunos de ellos eran retenidos contra su voluntad".
A ola de delitos relacionados con las drogas ha empujado a Nuevo Laredo al borde de la anarquía. La ciudad de 300.000 habitantes al otro lado de Laredo, Texas, cruzando el Río Grande, ha estado acosada por choques entre organizaciones rivales de narcotraficantes que luchan por el control de las lucrativas rutas de contrabando de esta región.
Investigadores de derechos humanos dijeron que 65 personas, incluyendo a los dos últimos jefes de policía de la ciudad, han muerto este año en incidentes violentos relacionados con las drogas. Diplomáticos estadounidenses han informado que más de 30 estadounidenses han sido asesinados o secuestrados en la ciudad en los últimos nueve meses.
Familiares de estadounidenses desaparecidos se reunieron después de medianoche en el restaurante Denny en Laredo y esperaron hasta pasadas las 3 de la mañana antes de enterarse de que sus familiares no estaban entre los rescatados. William Slemaker, cuya hija de 27, Yvette Martínez, había desaparecido hacía 10 meses, dijo, aunque los allanamientos le habían dado esperanzas de que las autoridades finalmente la encuentren.
"En realidad no estoy decepcionado de ninguna manera", dijo en una entrevista telefónica. "Siempre he dicho que hay cientos de mexicanos desaparecidos allá y que si las autoridades buscan a su gente, también encontraran a los nuestros".
Más de 100 personas hicieron vigilia frente a un centro militar en Nuevo Laredo, esperando saber si sus familiares se encontraban entre los rescatados. Una lista divulgada el lunes en la tarde provocó lágrimas de alegría, y la desesperación de otros.
Hace dos semanas el presidente Vicente Fox envió 1.000 tropas y agentes federales a ocho ciudades a lo largo de la frontera para reprimir a las bandas de narcotraficantes en guerra y restablecer el orden. El contingente más numeroso fue enviado a Nuevo Laredo, donde la violencia ha escalado más rápidamente y donde las autoridades creen que la policía municipal ha hecho labores de vigilancia y proporcionado sicarios al servicio de las pandillas de traficantes.
Al principio de la operación federal especial, el alcalde de Nuevo Laredo suspendió a todo el cuerpo de policía municipal de unos 730 agentes a la espera de análisis de drogas y pruebas poligráficas. Hasta el momento, unos 100 han sido despedidos.
Pero los asesinatos continúan. El lunes el número de muertes violentas en Nuevo Laredo subió a tres, incluyendo a un niño de 15.
Los allanamientos del domingo revelaron más evidencias de problemas con la fuerza de policía de Nuevo Laredo. En una rueda de prensa el lunes, funcionarios del ministerio de Seguridad Pública dijeron que algunos de los rescatados habían informado que fueron secuestrados por la policía municipal y entregados a un temido grupo de pistoleros, llamados los Zetas. El grupo, organizado y adiestrado por ex agentes de las fuerzas especiales, trabajan como la policía del poderoso Cartel del Golfo, que está luchando para frenar los avances de una banda de traficantes rivales, dirigida por Joaquín El Chapo' Guzmán.
"La inseguridad es el resultado de una serie de factores, entre ellos los niveles de impunidad que han debilitado a la policía local", dijo Gilberto Higuera Bernal, un fiscal federal. "Hay que crear las condiciones para que las policías estatal y local se encarguen de la seguridad pública".
James C. McKinley Jr. contribuyó a este artículos.
28 de junio de 2005
©new york times
©traducción mQh
Los rescates de 37 hombres y 6 mujeres se hicieron el domingo noche, dijeron, cuando al menos 200 agentes de la policía federal y soldados allanaron tres casas en un conocido barrio de viviendas oficiales. Fueron recibidos con granadas y fuego de armas automáticas de al menos tres hombres identificados como secuestradores, que fueron detenidos.
Las autoridades dijeron que los agentes encontraron en una casa a 10 personas que creían que eran prisioneros y a 33 en otra. Algunos de ellos estaban amarrados y amordazados con cinta de pegar, al menos dos estaban desnudos y uno mostraba signos de haber sido torturado.
Alguna de la gente en las casas contó a las autoridades que habían sido retenidos ahí durante casi tres meses.
Las autoridades federales proporcionaron los nombres y edades de las personas rescatadas, pero no dieron informaciones adicionales, diciendo que algunos podían ser miembros de bandas de narcotraficantes rivales o secuestradores ocultos entre las víctimas. Al menos tres eran menores de edad.
René Salinas, agente del FBI que estudia la situación desde el lado estadounidense de la frontera, dijo: "No sabemos quiénes son. Pero está claro que algunos de ellos eran retenidos contra su voluntad".
A ola de delitos relacionados con las drogas ha empujado a Nuevo Laredo al borde de la anarquía. La ciudad de 300.000 habitantes al otro lado de Laredo, Texas, cruzando el Río Grande, ha estado acosada por choques entre organizaciones rivales de narcotraficantes que luchan por el control de las lucrativas rutas de contrabando de esta región.
Investigadores de derechos humanos dijeron que 65 personas, incluyendo a los dos últimos jefes de policía de la ciudad, han muerto este año en incidentes violentos relacionados con las drogas. Diplomáticos estadounidenses han informado que más de 30 estadounidenses han sido asesinados o secuestrados en la ciudad en los últimos nueve meses.
Familiares de estadounidenses desaparecidos se reunieron después de medianoche en el restaurante Denny en Laredo y esperaron hasta pasadas las 3 de la mañana antes de enterarse de que sus familiares no estaban entre los rescatados. William Slemaker, cuya hija de 27, Yvette Martínez, había desaparecido hacía 10 meses, dijo, aunque los allanamientos le habían dado esperanzas de que las autoridades finalmente la encuentren.
"En realidad no estoy decepcionado de ninguna manera", dijo en una entrevista telefónica. "Siempre he dicho que hay cientos de mexicanos desaparecidos allá y que si las autoridades buscan a su gente, también encontraran a los nuestros".
Más de 100 personas hicieron vigilia frente a un centro militar en Nuevo Laredo, esperando saber si sus familiares se encontraban entre los rescatados. Una lista divulgada el lunes en la tarde provocó lágrimas de alegría, y la desesperación de otros.
Hace dos semanas el presidente Vicente Fox envió 1.000 tropas y agentes federales a ocho ciudades a lo largo de la frontera para reprimir a las bandas de narcotraficantes en guerra y restablecer el orden. El contingente más numeroso fue enviado a Nuevo Laredo, donde la violencia ha escalado más rápidamente y donde las autoridades creen que la policía municipal ha hecho labores de vigilancia y proporcionado sicarios al servicio de las pandillas de traficantes.
Al principio de la operación federal especial, el alcalde de Nuevo Laredo suspendió a todo el cuerpo de policía municipal de unos 730 agentes a la espera de análisis de drogas y pruebas poligráficas. Hasta el momento, unos 100 han sido despedidos.
Pero los asesinatos continúan. El lunes el número de muertes violentas en Nuevo Laredo subió a tres, incluyendo a un niño de 15.
Los allanamientos del domingo revelaron más evidencias de problemas con la fuerza de policía de Nuevo Laredo. En una rueda de prensa el lunes, funcionarios del ministerio de Seguridad Pública dijeron que algunos de los rescatados habían informado que fueron secuestrados por la policía municipal y entregados a un temido grupo de pistoleros, llamados los Zetas. El grupo, organizado y adiestrado por ex agentes de las fuerzas especiales, trabajan como la policía del poderoso Cartel del Golfo, que está luchando para frenar los avances de una banda de traficantes rivales, dirigida por Joaquín El Chapo' Guzmán.
"La inseguridad es el resultado de una serie de factores, entre ellos los niveles de impunidad que han debilitado a la policía local", dijo Gilberto Higuera Bernal, un fiscal federal. "Hay que crear las condiciones para que las policías estatal y local se encarguen de la seguridad pública".
James C. McKinley Jr. contribuyó a este artículos.
28 de junio de 2005
©new york times
©traducción mQh
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