fin de un campamento
[L.Bizama F.] Accidentada recepción de casas. Viviendas dignas para familias de campamentos.
Talcahuano, Chile. Son de 52 m2, algunas con diseño especial para minusválidos. Barrio tiene jardín infantil. Indignados porque llevaban horas esperando en la calle para que se les autorizara a ingresar a las que ya se les habían asignado como sus casas, los pobladores mantuvieron duras discusiones en algunos momentos.
Una madre amamantando sentada en una caja instalada en la vereda; niños lloriqueando de aburrimiento, frío y hambre; hombres avergonzados de tener que soportar otra humillación, mujeres enojadas, era parte de lo que se observaba a la entrada de población Brisas del Mar, cerro Centinela, Talcahuano, ayer alrededor de las 13 horas.
Un lote de camiones y otros vehículos cargados de modestos enseres domésticos esperaban también.
Era parte de una escena que comenzó a las 8 horas con el traslado de las primeras 90 de 337 familias de campamentos a Brisas del Mar. Pero lo que iba a ser uno de los días más felices en la vida de estas personas se entristeció porque debieron esperar hasta el borde de las 14 horas para que se les permitiera -ante la amenaza latente de que se desencadenara una reacción violenta- a descargar los camiones afuera de las casas asignadas.
Alrededor de las 17 horas pudieron ingresar a ellas.
A pesar de todo, al momento de entregar un testimonio con su nombre, optaron por plantearse comprensivas con las autoridades.
Roxana Delgado con su bebé Martina Canales en brazos esperó desde las 10 horas: "Viví 20 años en una toma y tardé un año en reunir las UF10 que piden por la vivienda. Pero ahora, gracias a Dios, tendré una casa hermosa.
Hoy claro que hay desorganización, debieron pensar en los que tenemos niños".
"Vamos a tener casa digna, no deberemos mirarle la cara a nadie como allegado, eso se lo agradezco al gobierno. La espera de ahora claro que molesta, pero vale la pena por el m2 que nos van a dar", dijo Ana González.
Quién no justificó lo ocurrido fue el alcalde, Abel Contreras.
Su intervención, haciéndose responsable para la entrega de las llaves, permitió abrir las casas: "Todos los esfuerzos hechos por el presidente Lagos, por la presidenta Bachelet se ven, desgraciadamente opacados por funcionarios ineficientes como el director regional del Serviu, tramitador e insensible. Hace dos meses acordamos fecha de entrega hoy y recién en la mañana ingresaron el último documento que tenían que llevar a la municipalidad". Ese documento era necesario, según se indicó, para la recepción de las casas.
Fuentes del Serviu señalaron que lo importante es que el problema se resolvió y se debió a "un tema de índole administrativa que correspondía a certificados municipales".
El alcalde dijo que: "Puse mi cabeza en un documento enviado al Minvu para que se concretara la entrega y aunque no me parece que tuviera que hacer eso, primero está la gente. Aquí hubo insensibilidad del Serviu que tuvo a la gente dos o 3 días con casas desarmadas y un día de espera de pie en la calle...".
Con este traslado se reducen al mínimo los campamentos.
Una madre amamantando sentada en una caja instalada en la vereda; niños lloriqueando de aburrimiento, frío y hambre; hombres avergonzados de tener que soportar otra humillación, mujeres enojadas, era parte de lo que se observaba a la entrada de población Brisas del Mar, cerro Centinela, Talcahuano, ayer alrededor de las 13 horas.
Un lote de camiones y otros vehículos cargados de modestos enseres domésticos esperaban también.
Era parte de una escena que comenzó a las 8 horas con el traslado de las primeras 90 de 337 familias de campamentos a Brisas del Mar. Pero lo que iba a ser uno de los días más felices en la vida de estas personas se entristeció porque debieron esperar hasta el borde de las 14 horas para que se les permitiera -ante la amenaza latente de que se desencadenara una reacción violenta- a descargar los camiones afuera de las casas asignadas.
Alrededor de las 17 horas pudieron ingresar a ellas.
A pesar de todo, al momento de entregar un testimonio con su nombre, optaron por plantearse comprensivas con las autoridades.
Roxana Delgado con su bebé Martina Canales en brazos esperó desde las 10 horas: "Viví 20 años en una toma y tardé un año en reunir las UF10 que piden por la vivienda. Pero ahora, gracias a Dios, tendré una casa hermosa.
Hoy claro que hay desorganización, debieron pensar en los que tenemos niños".
"Vamos a tener casa digna, no deberemos mirarle la cara a nadie como allegado, eso se lo agradezco al gobierno. La espera de ahora claro que molesta, pero vale la pena por el m2 que nos van a dar", dijo Ana González.
Quién no justificó lo ocurrido fue el alcalde, Abel Contreras.
Su intervención, haciéndose responsable para la entrega de las llaves, permitió abrir las casas: "Todos los esfuerzos hechos por el presidente Lagos, por la presidenta Bachelet se ven, desgraciadamente opacados por funcionarios ineficientes como el director regional del Serviu, tramitador e insensible. Hace dos meses acordamos fecha de entrega hoy y recién en la mañana ingresaron el último documento que tenían que llevar a la municipalidad". Ese documento era necesario, según se indicó, para la recepción de las casas.
Fuentes del Serviu señalaron que lo importante es que el problema se resolvió y se debió a "un tema de índole administrativa que correspondía a certificados municipales".
El alcalde dijo que: "Puse mi cabeza en un documento enviado al Minvu para que se concretara la entrega y aunque no me parece que tuviera que hacer eso, primero está la gente. Aquí hubo insensibilidad del Serviu que tuvo a la gente dos o 3 días con casas desarmadas y un día de espera de pie en la calle...".
Con este traslado se reducen al mínimo los campamentos.
22 de julio de 2007
©el sur
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